Augusto del Valle, docente de nuestro Departamento y director del Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (MASM) conversó con nosotros a propósito de la exposición HAWAPI 2017 – EL TRIÁNGULO TERRESTRE – BIENALSUR inaugurada el pasado 07 de octubre en la Casona de San Marcos. “El triángulo terrestre” es un proyecto de Hawapi, colectivo de artistas dedicados a diseñar y realizar proyectos de arte contemporáneo, que llegó al MASM por motivo de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur (BIENALSUR), que viene desarrollándose simultáneamente en 32 ciudades de 16 países del mundo.
¿Qué retos enfrenta en esta segunda gestión?
Retomar la estructura que había dejado en el museo. Eso implica ajustar algunas áreas que se fueron diluyendo en el camino o que desaparecieron como, por ejemplo, el área de archivo, que para mí es muy importante en relación con la memoria de la cultura en nuestro país.
¿Cuál es la importancia de la BIENALSUR?
Quizá esto se articula con lo anterior porque en la gestión que estoy enfrentando pienso desplegar agresivamente una actividad cultural en exposiciones temporales y permanentes. En BIENALSUR lo que hay es una voz desde América Latina de Arte Contemporáneo. Cosa que no ha habido mucho en general. Siempre las actividades vienen a partir de las exposiciones que se hacen en Nueva York, en Los Ángeles o en las sociedades europeas como París. En este momento, por ejemplo, hay una actividad importante en EE.UU., una exposición llamada Radical Women que está articulada a una especie de mega-exposiciones que existen y que han sido planteadas en el último mes desde los EE. UU. BIENALSUR es una especie de respuesta desde América Latina, y con artistas y curadores que trabajan en nuestros países.
¿Cómo nace el proyecto “El triángulo terrestre”?
Fue acogido por BIENALSUR a partir de un concurso que hicieron el año pasado. Pero este proyecto también está activado a partir de iniciativas propias porque los artistas han buscado cómo financiarlo. Han viajado; han buscado el lugar, que era la frontera entre Perú y Chile; para ir ellos mismos a comprobar qué pasa en ese lugar; y, a partir de esos insumos, han generado propuestas como performance u otras. Pueden ir a la Casona y enfrentarse a cada una de esas propuestas de modo reflexivo tomándose su tiempo. La exposición estará en el museo hasta el 6 de diciembre.
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