El profesor Rolando Pérez estuvo durante tres semanas en Sudáfrica, como asesor comunicacional de la campaña “Exposed” (Al descubierto). La iniciativa, ideada por varias organizaciones religiosas, busca concientizar a los líderes mundiales sobre la corrupción extendida en la política. Con ese fin, reunirán 1 millón de firmas como símbolo de rechazo a la situación y serán entregadas a los gobernantes que asistirán a la cumbre del G20, la reunión de jefes de Estado de las economías más poderosos del planeta, a realizarse el 2014 en Australia.
Rolando Pérez fue elegido debido a sus casi 20 años dedicados a la investigación de los nexos entre las organizaciones religiosas, los medios de comunicación y la sociedad civil. Sus estudios tratan de entender la influencia que los actores religiosos tienen en la esfera pública. Conversamos con él y nos contó un poco más sobre sus investigaciones.
¿Cómo nace su interés por estos temas?
Ya llevo bastantes años trabajando en este campo. Mi primera investigación fue sobre la manera en que la cultura de los medios es incorporada y apropiada en los rituales religiosos. Un ejemplo son las ceremonias evangélicas contemporáneas, que están marcadas por la teatralización. Ahora, junto a otros profesionales, estudio la manera en que los la manera en que los grupos religiosos se involucran en instancias de participación ciudadana y desarrollan estrategias para incidir en las políticas públicas.
¿Cuáles son sus hallazgos en relación a este tema?
A diferencia de lo que ocurría antes, las organizaciones religiosas ya no solo se preocupan por hacerse visibles a través de sus propios medios, como radios o canales. Ahora se mueven con mucha fluidez en los medios seculares y buscan jugar un papel importante en el debate ciudadano. Esto puede apreciarse claramente en el caso Conga. Las agrupaciones religiosas, de distintos trasfondos, organizaron vigilias y buscaron convertirse en mediadores del conflicto. De esta manera ganan legitimidad y poder en el espacio público.
¿A qué se debe este cambio?
Hay muchas razones. Una de ellas es que estos grupos adquieren legitimidad porque gozan aun de la credibilidad y la confianza que han perdido los actores políticos tradicionales. Además, tienen una necesidad de acercarse a sus feligreses, de volver a vincularse con ellos. Para eso, buscan ser más cercanos, involucrarse en sus problemas. Creo que se dieron cuenta de que sus medios, como Radio María o Radio del Pacífico, solo reafirmaban a un público fiel, pero no les daban presencia en el debate público. Ahora les interesa usar los medios masivos, aliarse con líderes de opiniónen y participar en instancias en donde se deciden las políticas públicas.
¿Cree que esta participación podría traer buenos resultados?
Creo que las organizaciones religiosas podrían jugar un rol muy importante en el momento que vivimos. Por su misma naturaleza, pueden constituirse en animadores y defensores de aquellos valores de la democracia, como los derechos humanos, la justicia y la cultura de paz. Tambien pueden ayudar a generar conciencia en los ciudadanos para construir una cultura de vigilancia frente a los abusos y la injusticia. Pueden ayudar mucho a generar una ética de resistencia frente a la corrupción.