¿Qué es lo que más te gusta del teatro?
Me gusta escribir y actuar.
¿Desde pequeña?
Siempre me interesaron las artes. Me gustaba el teatro, pero me decidí cuando estaba en secundaria. Lo que no había imaginado era hacer un tipo de teatro tan cercano a las cuestiones sociales.
¿Tu interés por un teatro vinculado a temáticas sociales surgió en la Universidad?
Sí, yo decidí estudiar Artes Escénicas porque me gustaba actuar. Me gustaba el mundo del teatro y del arte. Pero luego desarrollé otro tipo de sensibilidad. Empecé a interesarme por temas sociales y por los problemas de nuestro país. En Tránsito, nosotras creemos que el arte tiene poder para cambiar las cosas. Cuando vas al teatro, el mensaje ingresa a ti, a tu cuerpo, y genera cambios en tu forma de ver las cosas. El teatro puede luchar contra la indiferencia.
Tránsito surgió aquí en la PUCP. Paloma Carpio, Natalia Consiglieri y yo estábamos en el curso de Métodos y Técnicas de Investigación 2, en una época en la que muchos amigos preferían migrar (2005). Ese contexto, y nuestro interés por temas sociales, nos motivó a hacer una investigación acerca de la relación que los peruanos teníamos con nuestro país. De ahí partimos. Con ese grupo lanzamos nuestra primera obra en las elecciones del 2006. La llamamos “Partido Perú Partido”. Esta propuesta de hacer teatro relacionado a la política fue un éxito. La asociación Transparencia se interesó mucho por nuestro trabajo.
Tengo entendido que también hay integrantes de otras carreras
Sí. Las fundadoras fuimos nosotras tres. Pero con el paso del tiempo comenzamos otros proyectos y convocamos más gente. El año pasado, cuando presentamos “Patria”, invitamos a Gabriel de la Cruz, un abogado de Transparencia. Luego de la experiencia en la obra, Gabriel dejó el Derecho y se dedicó a las artes escénicas con nosotras. Ahora somos 7 integrantes. 4 egresadas de Artes Escénicas, 2 del TUC y Gabriel.
¿Se dedican exclusivamente a las obras de teatro relacionadas a política?
En realidad hacemos de todo. A nosotras nos gusta partir de las cosas que pasan en la sociedad, pero también nos interesa trabajar con nuestras experiencias personales. Con “Partido Perú Partido”, que era una obra relacionada a la política, tuvimos bastante éxito y reconocimiento. Entonces, en las elecciones del 2011, Transparencia nos dijo “bueno, y ahora qué van a hacer”. Nosotras no habíamos pensado seguir por esa línea. Intentamos meter la política en una nueva obra, pero no resultaba, sentíamos que era forzado. Lo que hicimos finalmente fue partir de la relación que cada una tenía con el país. De esa búsqueda nació “Patria”.
A nosotras nos interesa que se genere un vínculo entre el actor y el público. Lo que Tránsito siempre ha querido hacer es acercar a la gente al espacio teatral. Nuestras obras no son a la italiana (público separado de escenario). Nosotros sacamos las butacas y hacemos que la gente se pare y participe. Es hacer que el teatro pueda entrar por todos tus sentidos y que tú también puedas opinar y participar.
¿Qué otros proyectos tienen?
Nosotras comenzamos con esas dos obras, pero queríamos que Tránsito sea un proyecto sostenible. Después de presentar “Patria” el año pasado, formamos la Asociación Cultural Tránsito. Ahora tenemos un espacio disponible en Barranco. Tenemos tres líneas de acción: los montajes, las intervenciones en la calle, talleres y capacitaciones. A veces hay organismos que nos contratan para capacitarlos en Coach. Así reforzamos el vínculo entre el ciudadano y el artista.
¿Tránsito trabaja para instituciones del Estado?
No, nosotros no trabajamos para el gobierno. Hemos tenido trabajos relacionados a algunas instituciones del Estado; por ejemplo, la Municipalidad de Lima nos contrató para hacer monólogos en un congreso sobre discriminación.
¿Qué tareas te ocupan en Tránsito?
Me encargo de las capacitaciones y el manejo de redes.
¿En qué consiste el Coach Ontológico?
El Coach Ontológico tiene que ver con un entrenamiento en el ser. En el trabajo que hago con organizaciones y personas buscamos descubrir las creencias. Lo que busco en este trabajo es ver cómo logramos, desde el cuerpo, las emociones, el lenguaje y las dinámicas vivenciales, mejorar o cambiar esas creencias, dependiendo de lo que se busque.
¿Por qué, si ya estabas con el proyecto de Tránsito, decidiste ir a Argentina?
Sí, yo estaba en Tránsito pero también estaba en un proceso de búsqueda personal. Hice un proceso vivencial de coach durante cuatro meses y me llamó muchísimo la atención. Dicté talleres a poblaciones vulnerables y noté que el coach era muy útil. De ahí decidí irme. Además, el viaje era una forma de aprender nuevas cosas.
¿Estás escribiendo alguna obra?
Sí, ahorita estoy en el inicio de una obra que tiene temática política. Todavía tengo una idea un poco difusa. Pero tiene que ver con este tipo de política de circo que tenemos en nuestro país.
¿Existe realmente un boom del teatro en nuestro país?
Sí, me parece que existe muchos más oferta e interés por el teatro. Cuando yo me fui a Argentina en el 2008, la situación era distinta. Cuando regresé, noté el cambio. Vi nuevos grupos, nuevos colectivos, más propuestas y locales. En El Galpón, por ejemplo, había mucho más movimiento. Hay más posibilidades y nuevos lugares para estudiar.
¿Qué falta?
Falta difusión. Existe un monopolio entre los medios y el gran teatro. Ellos detentan toda la prensa y la publicidad. Hay otros grupos que no reciben este apoyo. A veces tú ves el diario y piensas que solo hay dos o tres teatros, pero es porque no te muestran lo demás. Es cierto que hay iniciativas muy interesantes como el Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL). Pero aún falta mejorar.