¿En qué consiste la tarea de la Oficina de Fomento de la Lectura?
La Coordinación del Fomento de la Lectura (ex PromoLibro) es un programa creado por la ley del libro. Se encarga de velar por la democratización del libro y el fomento de la lectura. Entre sus tareas está la promoción de espacios de lectura (bibliotecas comunales, programas de lectura en los parques) y el fomento de la producción editorial peruana. Yo tengo a mi cargo la Oficina de Fomento de la Lectura. En esta oficina trabajamos con una red de alrededor de 1450 espacios de lectura a nivel nacional. Por otra parte, trato de trabajar con el sector editorial en la búsqueda de soluciones al problema del libro y los bajos niveles de lectura que tenemos en el país.
La lectura en nuestro país es una actividad inusual. ¿Cuál es la actitud que se tiene desde esta oficina hacía esta problemática?
El punto de partida es el siguiente: somos uno de los países menos lectores de todo el continente americano, creo que solo nos gana Haití. Leemos aproximadamente 0.7 libros al año; en Chile se leen 5, en Colombia 4, en España 10 y en Finlandia 40. Estas cifras son realmente preocupantes. Además, nos enfrentamos a lo que se conoce como analfabetismo funcional: se sabe leer, pero no se comprende lo que se lee. Entonces, para luchar contra el analfabetismo funcional lo que se necesita es incorporar el libro a la vida de las personas, generar un hábito y un gusto por la lectura que trascienda las obligaciones del colegio y del sistema escolar. Queremos que se aprenda a disfrutar de la lectura. La idea es que se use la lectura como una herramienta de la vida diaria y un hábito.
Yo creo que sí. Es un tema pendiente que se debe trabajar a mediano y largo plazo. Se necesita solucionar las dificultades de acceso a los libros y aumentar los espacios de lectura. Ayer estuve en San Juan de Miraflores (400 mil habitantes aproximadamente) y allí no hay bibliotecas. No existen espacios municipales de lectura. La ley dice que los municipios deben implementar bibliotecas, pero no dice cómo deben hacerlo, y por eso las autoridades no lo hacen. Ellos tienen la voluntad, pero no se ha tomado la decisión política de impulsar una solución. Lo que se debe hacer es crear un estándar mínimo de espacios de lectura, una cuota.
Si se impulsa esta cuota mínima, creo que se pueden solucionar problemas como la carencia de una industria editorial nacional. La creación de nuevas bibliotecas implicaría la necesidad de comprar libros de valor comercial y artístico. Las bibliotecas asegurarían un criterio de calidad que permitirá que las editoriales produzcan una cantidad mínima para abastecerlas. Los usuarios también se verían beneficiados: tendrían acceso gratuito a libros de calidad. Además, ofrecer este servicio gratuito serviría como una forma de lucha contra la piratería.
¿Qué cualidades debe tener un buen editor?
¿Un buen editor? Esa es una pregunta muy amplia. Cuando comencé a editar libros en Matalamanga y hubo un florecimiento de editoriales independientes, me parece que estaba la idea de abogar por autores que no eran conocidos, autores jóvenes, autores ignorados por la industria editorial establecida. A medida que he ido trabajando más en la edición me di cuenta que esa dimensión es muy importante, pero no la única. También es importante tener en cuenta los intereses del lector. Se debe producir el mejor libro posible. A veces es bueno coordinar con el autor ciertos detalles, tratar de mejorar su libro, de lograr que las ideas del autor lleguen al usuario de la mejor manera posible. Esta intención también se logra a través del diseño, la tipografía, la diagramación. Un libro con una mala diagramación es más difícil de leer. Es importante cuidar que el libro se comunique, que jale la mirada del lector.
¿Qué es más importante, la forma o el contenido?
Creo que se complementan. Para el autor probablemente el contenido es lo principal. Pero para el editor las dos cosas deben ir juntas. Hay algunos editores que con la intención de abaratar costos, se encargan ellos mismos del proceso de diagramación. Yo no estoy de acuerdo con esas prácticas. Me parece que la diagramación tiene la función de hacer que el libro sea más legible, más fácil de leer para el usuario. Un buen editor es alguien que vacila entre estas dos dimensiones: aboga por el autor (ayuda a que la visión creativa sea plasmada) y aboga por el usuario.
Has estudiado cine y literatura, has trabajado como editor, como docente y ahora te encargas de fomentar la lectura en nuestro país. ¿Tienes alguna actividad preferida?
Sí, mi pasión superior es el cine. El cine por encima de todo. Nunca he sido tan feliz como cuando estudié y trabajé en cine, desde los trabajos de creación hasta los papeles técnicos, todos me gustan. Yo empecé trabajando como luminotécnico a los 22 años, en Canadá. Era feliz siendo luminotécnico, jalando cables, conectando tachos en una filmación de 16 horas; llegaba a mi casa agotado y al día siguiente volvía al trabajo con una frescura de mente que nunca he tenido. Esa frescura de mente que te da el trabajo manual también te abre mucho a la receptividad intelectual. Después de estar agotado durante 3 días de trabajo intenso, te levantas y cuando lees tu mente absorbe mucho más que cuando trabajas exclusivamente con tu intelecto o emociones, creo.
Este semestre te ocupas del curso Métodos y Técnicas de Investigación 2. Este curso tiene una dinámica distinta a los cursos de cine y artes visuales que has dictado. ¿Qué enfoque le vas a dar a esta materia?
Es bastante diferente con respecto a los cursos que he dictado antes. Me parece que es importante que los alumnos de comunicaciones se interesen, exploren, investiguen y descubran a través de la investigación académica. Creo que sí es importante que aprendan a canalizar sus inquietudes e intereses a través de la investigación. El enfoque que estoy dando consiste en permitir que las preocupaciones, los intereses, las preguntas y las dudas sean estructurados a partir del interés personal de cada alumno. Que no busquen una pregunta de investigación, sino que esta surja a través de intereses ya presentes en ellos.