Entiendo que el libro es parte de una iniciativa institucional de la Universidad de Lima. Pero, ¿por qué motivo le encargaron a usted esta labor? ¿Le interesa el medio?
No fue una elección aleatoria. Yo enseñaba un curso de historia de los procesos de comunicación y en el curso tenía una sección de la comunicación en el Perú. Allí enseñaba la historia de los medios de comunicación y, claro, la de la radio. Además, yo he trabajado en radio y tengo interés por este medio. Creo que la elección fue justificada.
Efectivamente, se trató de un encargo de la Universidad de Lima que consiste en hacer la historia de los medios de comunicación en el Perú en el siglo XX. Algunos profesores escogieron la prensa escrita, otros el cine y a mí me tocó la radio. El proyecto comenzó en el 2003 y hasta el momento ya han salido algunos de los libros: los dos tomos sobre cine de Ricardo Bedoya, el texto de José Perla sobre la historia de la legislación en comunicación y en poco tiempo se va a publicar el texto de María Mendoza sobre la historia de la prensa escrita.
¿La radio ha sido un medio importante en su experiencia personal?
Bueno, en realidad yo creo que todos tenemos una experiencia personal cercana con la radio. Es una de las cosas que descubrí en mi investigación: todo el mundo tiene algo que contar sobre la radio. Yo vinculaba al medio con una experiencia personal. Yo he sido oyente de radio desde pequeño y muchas de mis experiencias han estado vinculadas a este medio. Yo trabajé alguna vez en radio Sol Armonía (ahora Filarmonía) gracias a un espacio que me concedió Carlos Fernández Loayza en su programa Meridiano. Allí teníamos un microprograma de radio. Además, estuve en un programa cultural en Radio Nacional, con Pedro Ponce Montoya. Entonces sí, el medio no ha sido ajeno ni a mi interés ni a mi trayectoria. La historia de los medios ha sido recurrente en mi carrera.
Efectivamente el proceso de investigación ha sido largo. He revisado fuentes principalmente bibliográficas y hemerográficas. He revisado pocas fuentes sonoras porque son escasas. No hay grandes archivos sonoros. El mayor archivo que encontré fue el de Radio Nacional, que tiene cintas de Radio Nacional y de Radio La Crónica (1950), y que sí es un archivo importante que debe ser preservado. Aparte de eso hay algunos coleccionistas privados que tienen algunos audios. Mi investigación se centró principalmente en la revisión de periódicos y revistas de espectáculo que conseguí del Archivo Peruano de Imagen y Sonido (de Irela Núñez del Pozo y Mario Lucioni). En este archivo encontré una gran cantidad de revistas de espectáculo que abarcan desde los años 30 hasta el 50. Además revisé periódicos de esas décadas y de las posteriores. Finalmente hice algunas entrevistas a personalidades de la radio: actores de radioteatro, locutores y políticos como Armando Villanueva.
¿Por qué escogió el periodo 1936-1956 para su ponencia sobre radio en el Seminario?
Creo que es la época preferida de los historiadores de la radio. Es la época en que la radio era el medio de masas por excelencia. Aún ahora continúa siendo un medio de gran influencia. Este medio se ha caracterizado porque tiene un mayor alcance que la televisión, es un medio que genera poder local y que ha generado históricamente una cierta conciencia de nación, porque transmite mensajes que llegan a territorios extensos y nos hacen compartir la misma música, las mismas costumbres. En la década del 36 al 56 la radio prácticamente asumía todas esas tareas incluso antes que la prensa escrita. El tema que yo he elegido trata sobre la canción popular. En esa época la canción popular limeña o costeña se convirtió en canción nacional. La música andina también pasó los límites regionales y tuvo alcance nacional. Esa característica de superar las barreras territoriales era propia de la radio.
Estas dos décadas son glamorosas. Son las décadas de la radionovela, del radioteatro, de los grandes cantantes, de los programas de auditorio, de los programas cómicos legendarios y la consolidación de estrellas. Hubo grandes estrellas en aquella época que se convertían en modelos sociales como Jesús Vásquez o Teresa Arce.
En el libro habla de que una de las causas de la poca variedad en la programación de la radio es la consolidación de grupos mediáticos.
Hay algo de eso. No creo tampoco que sea la única causa. Es más, no debería serlo necesariamente, porque se supone que las corporaciones están compitiendo entre sí. Las dos grandes corporaciones tienen emisoras que compiten entre sí por determinados públicos y eso debería generar innovación. Pero no sucede así. Hay una especie de conformismo por lo existente. Yo espero que sea algo pasajero porque en realidad, dentro de la radio comercial hubo innovaciones. Eso lo he dejado claro en el libro. Hubo programas juveniles novedosos. Lo que pasa es que claro, cuando RPP competía con CPN quizá había un mayor interés por renovar formatos, ¿no? Últimamente no veo tanta innovación. Las propuestas novedosas están en las radios por internet, radios personales, marginales. Lo que sí es cierto es que existen otros factores que influyen en esta característica de la radio.
¿Ha tenido muchas sorpresas en esta investigación?
Sí ha habido anécdotas, descubrimientos. Está el caso de Blanca Varela como actriz infantil en Radio Nacional en el año 38. Hay una foto de ella con un micrófono en el libro. En la revista de Radio Altavoz aparece un poema de Blanca Varela de niña.
Otra cosa que me asombró fue la popularidad de Jesús Vásquez. Yo conocía de ella, pero la magnitud de su popularidad me sorprendió. Era una estrella rutilante de la radio peruana. Provocaba poemas. Cuando se casó una multitud de gente fue a felicitarla.
La radio clandestina aprista también fue un descubrimiento. Fue muy activa durante el primer gobierno de Manuel Prado. Esta información la obtuve de la revisión de periódicos y la complementó Armando Villanueva.