Estimados seguidores del blog en esta oportunidad desarrollare mi último artículo de opinión en tres partes, dado la extensión de estructura y su vigente temática a raíz de los acontecimientos suscitados respecto del incendio en las Malvinas.
El nuevo orden ético y el contexto empresarial nacional
El incendio en la galería Nicolini de las Malvinas, pone una vez más en tela de juicio el gran dilema de la ética en los negocios. Un tema el cual hemos venido hablando hace varios meses en este blog y RESPECTO el cual he escrito varias líneas en diversos artículos publicados en este blog y en algunas revistas.
La primera reflexión que hago, es preguntarnos ¿de qué estamos hechos? Como es posible que pueda operar una empresa en el mercado con este tipo de prácticas propias de la esclavitud de siglos pasados. A veces no nos damos cuenta que lo que hace una empresa tiene que ver mucho con el entorno social en el que opera.
Un operador de mercado no es solamente una unidad de decisión económica autónoma, que actúa de espaldas a la sociedad, sino que una empresa es un actor en la comunidad, un actor social, un actor importante en la producción de la riqueza, pero también un actor importante en el tejido social del país.
Lo que hay que tener en cuenta, es que una empresa – y en general cualquier persona- tiene que tener como norma no dañar, por el contrario, debe hacer el bien, debe conducirse con bien.
Las empresas tienen una licencia social para operar, y tiene que haber una voluntad política para hacer que estas empresas hagan lo correcto. Hay que crear promover buenas prácticas y una actuación ética de los negocios para hacer el bien; hay que dejar de lado la teoría que siempre se ha repetido en el derecho civil y que está plasmada en el artículo 1969 y ss del Código Civil que establece: “quien causa un daño está obligado a indemnizarlo” y este es el principio que siempre han seguido todos los operadores del mercado. En un supuesto – “como la ley dice que quien causa el daño está obligado a indemnizarlo, ya pues indemnizo” – pero no se trata de eso, todo lo contrario, lo que debe hacerse es el bien, no debe pensarse de esa manera tan simple de que quien causa un daño está obligado a indemnizarlo. En este contexto, el Estado tiene la gran tarea de crear desincentivos para las empresas que causan daños graves a la sociedad, para que lo establecido en el Código Civil tenga sentido y le resulte a la empresa más gravoso recibir una sanción, que incumplir el mandato de la ley.
Por otro lado, hay que tener modelos de prevención en la actuación de las empresas. Hay un cambio de época en el qué no basta los logros, lo contractual, la rentabilidad, el desarrollo; sino que hay lineamientos nuevos y distintos que hay que tener en cuenta para poder enrumbar las empresas del Perú en el camino del desarrollo que todos queremos.
Hay que ver en el fondo de las empresas, lo que subyace en ellas: un operador del mercado para hacer crecer al país, pero hacer crecer al país dentro del marco de la legalidad, la institucionalidad y la ética que nos compete a todas las personas.
Hoy en día se habla de due diligencie, compliance, responsabilidad social empresarial y distintas figuras, pero lo más importante es que esto funcione; más que los nombres que se le pueda dar a las actuaciones de las empresas; incluso, hay empresas que tienen un Código de ética, pero no basta un Código de ética sino se implementa.
Continuara…