Transparencia Vaticana: Por primera vez se difunde balance patrimonial
9:00 p.m. | 17 ago 21 (VTN).- El documento ilustra en detalle las actividades de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Desde su creación en 1967 es la primera vez que se hace público el balance anual, un paso más hacia la transparencia que se construye en el Vaticano en los últimos años. Si bien el 2020 expone un resultado negativo comparado con el 2019, está dentro de los márgenes esperados al considerar la crisis por la pandemia. Pero más importante aún, se subraya la disminución de los beneficios y contribuciones a la Curia Romana, y un incremento de iniciativas en ayuda de las iglesias más necesitadas.
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En el 2020 las ganancias fueron menos de 51 millones. Las inversiones financieras sumaron 1.778 millones. La contribución para las necesidades de la Curia Romana se redujo a la mitad, de 41 a 20 millones: un resultado positivo, de todos modos, teniendo en cuenta las graves consecuencias de la pandemia. Por primera vez desde su creación en 1967, la APSA publica su balance. El documento se refiere al año 2020 y la decisión de publicarlo, explica su presidente monseñor Nunzio Galantino, nace de la “esperanza” de que aumente la confianza en la labor de la Iglesia, así como del deseo de transformar el Dicasterio establecido por Pablo VI de una “estructura que ofrece principalmente servicios on demand” a una “realidad propositiva” en el modo de administrar el patrimonio que se le ha confiado.
No es la primera vez que la APSA elabora su propio balance y lo presenta a los órganos de control para su aprobación: “Ya ha ocurrido en el pasado”, aclara monseñor Galantino en una entrevista con los medios de comunicación vaticanos. Sin embargo, es la primera vez que se hace público: “Es sin duda un paso adelante en términos de transparencia”. Cabe recordar que Francisco transfirió fondos y propiedades de la Secretaría de Estado a la APSA con un Motu Proprio del 28 de diciembre de 2020. El responsable del Dicasterio señala que este proceso no es sólo “una transferencia material y de competencias”, sino “una cultura nueva, no sólo administrativa, que debe gradualmente pertenecernos”.
El informe describe detalladamente el funcionamiento de la APSA durante los meses marcados por la emergencia sanitaria. También proporciona información útil para desmentir falsas narrativas sobre la consistencia y el valor de uso de los activos de la Santa Sede. Se explica, por ejemplo, que gracias a los alquileres de prestigiosos inmuebles en París y Londres fue posible conceder en préstamo de uso gratuito a la Limosnería Apostólica un edificio histórico como Palacio Migliori, que alberga a los sin techo acogidos por San Egidio.
En el documento también se menciona la compra de una propiedad cerca del Arco del Triunfo en París: el vendedor, gracias a la mediación de la empresa vaticana Sopridex, destinó parte de los ingresos a la construcción de una iglesia en un barrio pobre de París. “La propiedad se compró el 22 de diciembre de 2017 para aumentar los réditos de la Santa Sede y, simultáneamente, proporcionar recursos para invertir en la construcción de una iglesia en una banlieue y en la formación de los jóvenes”, explica detalladamente Galantino. Precio del inmueble: 13,47 millones de euros, con una rentabilidad bruta del 2,87%.
El sector inmobiliario, mobiliario y otras actividades
El documento también aclara los tres ámbitos en los que opera la APSA. El primero es el inmobiliario, con la gestión de 4.051 unidades en Italia (el 92% en Roma y provincia). Luego está la actividad mobiliaria: inversiones en títulos internacionales, asesoramiento, soluciones financieras, acceso a los mercados de capitales para la Curia y otros organismos del Vaticano. El tercer ámbito se identifica como “Otras actividades”, los servicios -en su mayoría gratuitos- prestados por las oficinas de compras, contabilidad, cobros y pagos y por la “Peregrinatio Ad Petri Sedem”, que se ocupa de la boletería y la organización logística de los viajes para la Santa Sede.
Las consecuencias de la pandemia
El informe se centra en gran medida en las consecuencias socioeconómicas de la pandemia, que ha causado “repercusiones negativas” en los resultados de la gestión. “Las actividades que todos en la APSA estamos poniendo en marcha van más allá de las graves consecuencias de la crisis pandémica”, explica Galantino. “Nuestras energías se dirigen a una administración creíble y fiable, además de eficaz y eficiente, dejándonos guiar por procesos de racionalización, transparencia y profesionalidad requeridos también por el Papa”. Teniendo en cuenta esto, en marzo de 2020, en plena emergencia, el Dicasterio decidió acudir en ayuda de las actividades comerciales cancelando una parte de los cánones de alquiler, entre el 30% y el 50% según la actividad.
“Si hablamos en términos técnicos y de resultados, lo que hemos hecho no nos sitúa en terreno positivo”, subraya el presidente de la APSA, “pero para nosotros es un resultado positivo. En el sentido de que ha hecho aflorar la voluntad de ser y de comportarnos ‘como Iglesia’ también en un momento de grave crisis para todos”. En el balance también se presenta el proyecto Sfitti a rendere (Viviendas vacías recuperables), que prevé acciones concretas para reducir paulatinamente el número de viviendas vacías, mediante la remodelación de un centenar de pisos, en varios lotes, y la implicación de las agencias inmobiliarias. Está previsto que las obras del primer lote comiencen en enero de 2022.
“Somos custodios, no propietarios, y el custodio rinde cuentas”
En el día en que se publicó el balance de la APSA, el P. Juan Antonio Guerrero S.J., Prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede conversó con Vatican News y dio una nueva revisión de algunos elementos fundamentales de la economía vaticana:
-¿Por qué considera la economía de la Santa Sede como una realidad poco común? ¿Qué la hace distinta de las otras economías?
La economía en la Santa Sede no tiene el mismo lugar que en un Estado, en una empresa o en una ONG. Como repite con frecuencia el Papa, la economía es sierva y no puede ser señora, pero en la Iglesia especialmente. La lógica económica no puede regir la Santa Sede. La economía está al servicio de su misión evangelizadora y no debe contradecir esa misión. Si bien no podemos ignorar el mundo en que vivimos, ni podemos ignorar que necesitamos medios para el sustento, la economía está para servir al Evangelio.
-Poner orden, transparencia, recuperar credibilidad. ¿Cómo estas realidades están presentes en el balance presentado el día de hoy?
Estamos aprendiendo de errores pasados, por ejemplo, para nosotros que no nos dedicamos a la actividad económica, tener consultores buenos es muy importante. Por otra parte, ahora tenemos claro que en la economía la transparencia nos protege más que el secreto y también hemos comprendido que somos meros custodios, que administramos algo que no es nuestro y que el custodio rinde cuentas. Hay algo que ha comenzado a cambiar en esta cultura. Son muchos los que comprenden que los controles y la rendición de cuentas no significan desconfianzas, sino autoprotección y un apoyo a lo que se hace y también preserva de errores.
-El Papa está comprometido con la transparencia y eficacia en las finanzas vaticanas. Hay pasos que se han dado en esta dirección. ¿Qué falta por hacer?
Subrayaría tres cosas en las que podemos crecer y mejorar: uno, seguir avanzando en la cultura del control y de la trasparencia. Cambiar la cultura y las costumbres es lento, requiere tiempo. Dos, asegurar la sostenibilidad a largo plazo. Hay un trabajo que ya se está haciendo, pero tiene que concluir en la mejora de las inversiones mobiliarias como inmobiliarias. Un tercer aspecto que creo tendríamos que mejorar es la comunicación, porque lo mejor de la Santa Sede no se conoce. Se conocen los errores, lo que no funciona. En la Santa Sede se hace mucho con poco, y hay tesoros verdaderos de humanidad, de bien.
ENLACE. Leer entrevista completa al padre Juan Antonio Guerrero SJ.
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