II Informe mundial antiabusos, reunión con víctimas

2:00 p.m. | 23 oct 25 (VTN/CX).- Con un nuevo informe que refuerza el énfasis en la reparación y en la participación de las víctimas, y un histórico encuentro con una red mundial de sobrevivientes, la Santa Sede dio señales claras de continuidad y apertura frente a los desafíos pendientes en la lucha contra los abusos. El II Informe Anual de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores presentó propuestas concretas y medibles, mientras el papa León XIV, al recibir por primera vez a representantes de víctimas, consolida su compromiso con la escucha y la rendición de cuentas.

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Un vademécum operativo, elaborado a partir de la escucha activa de quienes han sufrido abusos en primera persona. Se trata de unas directrices destinadas a ayudar a las comunidades eclesiales en la aplicación de “medidas reparadoras”, siguiendo paso a paso el proceso de denuncia y esperando su agilización general. Las directrices incluyen: “escucha informada” inicial, acceso a la información sobre el propio caso y apoyo económico, psicológico y espiritual. Todo ello asistido por declaraciones oficiales transparentes que “reconozcan el daño causado” y asuman públicamente la responsabilidad.

Una “peregrinación perpetua”, así definió el arzobispo Thibault Verny -presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, nombrada por el papa León XIV el pasado mes de julio- la misión que se plasma en el II Informe anual sobre las políticas de protección en la Iglesia católica, publicado el 16 de octubre.

Como en el caso del I Informe Anual, el estudio también se ha elaborado mediante la consulta al Grupo de Escucha de Víctimas y Supervivientes y al Grupo de Enfoque del Informe Anual de la Comisión. Compuesto de forma voluntaria, fue seleccionado con criterios de diversidad en cuanto a edad, sexo y origen étnico, incluyendo cuatro regiones mundiales. Además de estos datos, se recogieron encuestas de organizaciones no eclesiásticas. Entre las cuestiones críticas que surgieron estaban la “necesidad de una Iglesia que escuche más” y la “falta de estructuras de clarificación y de información y denuncia”.


Medidas reparadoras

Una primera parte del Informe está dedicada a las medidas reparadoras para las víctimas de abusos, basadas en la “escucha informada” y proporcionales al daño sufrido. El vademécum destinado a las comunidades locales prevé en primer lugar la creación de “espacios seguros” donde las víctimas/sobrevivientes puedan compartir sus experiencias, también directamente con las autoridades eclesiásticas. Se analiza el concepto de “reparación”, que la encíclica Dilexit nos subraya no sólo como “un deber individual, sino como una responsabilidad compartida de toda la comunidad -con excepción únicamente de las víctimas/sobrevivientes- para promover un ambiente de atención y respeto mutuo”.

A continuación, se pide a la Iglesia que emita declaraciones oficiales “reconociendo el daño causado” y asumiendo públicamente su responsabilidad. Luego se aborda el tema del apoyo, articulado en varios ámbitos, con el fin de garantizar un asesoramiento profesional y un acompañamiento espiritual a las víctimas/sobrevivientes, “con un enfoque a largo plazo”. Se añade una ayuda económica adecuada para sufragar los gastos ocasionados por los abusos, incluida la atención médica y psicológica. El vademécum también prevé reforzar la protección de las víctimas mediante la imposición de sanciones significativas contra quienes hayan cometido o facilitado abusos. Las víctimas “no deben quedar en la incertidumbre sobre la responsabilidad de los autores y de quienes facilitaron o encubrieron los abusos”.


Transparencia, sensibilización y simplificación

El Informe también subraya la necesidad “fundamental” de acceder a la información sobre el propio caso, elemento esencial en el proceso de curación, y pide programas de sensibilización dirigidos al clero, los religiosos y los fieles laicos para promover “un proceso de curación colectivo”. Entre otras conclusiones más significativas, la Comisión reitera la importancia de desarrollar un “procedimiento simplificado” para la destitución de los líderes eclesiásticos implicados en “acciones y/o inacciones administrativas pasadas que hayan sido fuente de nuevos daños para las víctimas/sobrevivientes”.

También se recomienda “comunicar claramente” las razones de las dimisiones o destituciones y una evaluación efectiva de los progresos realizados por las iglesias locales y las órdenes religiosas en la aplicación concreta de las políticas de protección. Para ello, se propone la creación de una “red académica internacional” en la que participen centros universitarios católicos especializados en derechos humanos, prevención de abusos y protección, con el fin de recopilar datos relevantes en los países que abarca el Informe.

También se sugiere la creación de un “mecanismo de denuncia/notificación sistémico y obligatorio”, que sea utilizado por los distintos organismos de protección a nivel local. La comunidad eclesial, señala el Informe, tiene la capacidad de “promover una mayor transparencia y el ejercicio de la responsabilidad institucional”, en línea con la petición del papa Francisco de ofrecer “un informe fiable sobre lo que está sucediendo y lo que aún debe cambiar, para que las autoridades competentes puedan actuar”. Por último, se reafirma el papel clave de los nuncios apostólicos dentro de las Iglesias locales, como apoyo y acompañamiento en el “ministerio de la protección”.

LEER. Descargar el Resumen Ejecutivo del II Informe anual


Las Iglesias locales examinadas

En la sección 1, el Informe examina la labor de tutela en las Iglesias locales de varios países, como Italia, Gabón, Japón, Guinea Ecuatorial, Etiopía, Guinea (Conakry), Bosnia-Herzegovina, Portugal, Eslovaquia, Malta, Corea, Mozambique, Lesotho, Namibia, Malí, Kenia, Grecia y la Conferencia Episcopal Regional del Norte de África (que incluye Argelia, Marruecos, Sáhara Occidental, Libia y Túnez). Los datos se basan en el análisis de la información recogida a través del proceso ad limina de la Comisión y se complementan con fuentes adicionales.

A lo largo de los años, señala el Informe, se ha avanzado considerablemente en el desarrollo de “instrumentos y políticas integrales” de prevención y protección. La Comisión reconoce el trabajo realizado por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en la creación de un sistema multinivel (nacional, regional, diocesano e interdiocesano) de “coordinación, formación y supervisión”, destinado a apoyar a las Iglesias locales con personal profesional y adecuadamente formado. La Conferencia informa de la existencia de 16 servicios regionales de tutela, 226 servicios diocesanos e interdiocesanos y 108 centros de escucha. Ofrecen un servicio pastoral de acogida y recepción de denuncias.

Sin embargo, siguen existiendo algunos retos: la Comisión señala que, aunque algunas iglesias locales han puesto en marcha iniciativas pioneras y colaboraciones con la sociedad civil, persisten “disparidades entre las distintas regiones” y la falta de una oficina centralizada para recibir y analizar las denuncias, necesaria para garantizar una gestión uniforme y eficaz de los casos.


Iglesias continentales y buenas prácticas

A nivel mundial, señala el documento, aunque algunas Iglesias de América, Europa y Oceanía muestran un fuerte compromiso con las reparaciones, existe una “excesiva dependencia” de la compensación económica, que corre el riesgo de limitar una “comprensión integral” del proceso de sanación. Además, muchas zonas de América Central y Latina, África y Asia siguen careciendo de recursos adecuados para el acompañamiento de víctimas y supervivientes. Sin embargo, se informa de prácticas ejemplares como: la práctica tradicional de curación comunitaria Hu Louifi en Tonga; el informe anual sobre los servicios de acompañamiento a las víctimas en los Estados Unidos; los procesos de revisión de directrices en curso en Kenia, Malawi y Ghana; y el proyecto de búsqueda de la verdad The Courage to Look, en la diócesis de Bolzano-Bressanone.

La tercera sección del documento explora las competencias de la Curia Romana en materia de protección, promoviendo un enfoque interdicasterial. En particular, el Informe analiza la contribución del Dicasterio para la Evangelización – Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, que apoya a las comunidades eclesiásticas locales en los diversos territorios, supervisando no sólo la administración general, sino también las iniciativas de salvaguardia. Esta Sección asiste a unos 1.200 distritos eclesiásticos y ha participado activamente en la elaboración del Informe.


Ministerios sociales y protección

La Sección 4 del documento está dedicada a analizar las diversas dimensiones de la Iglesia en la sociedad, destacando las realidades que promueven los derechos de los menores y los adultos vulnerables. La edición de este año presenta una metodología piloto, aplicada a la asociación laica Opera di Maria – Movimiento de los Focolares. Acoge con satisfacción las reformas adoptadas recientemente por el Movimiento, tales como: la creación de una Comisión Central independiente para el tratamiento de los casos de abusos; una política de información sobre los abusos sexuales; y directrices para el apoyo y la reparación económica de las víctimas.


La Iniciativa Memorare

La última parte del documento está dedicada a los avances de la Iniciativa Memorare: creada por la Comisión en 2022, ha recaudado fondos restringidos de conferencias episcopales, órdenes religiosas y fundaciones filantrópicas para apoyar a las Iglesias con menos recursos del Sur Global. En la actualidad, existen 20 acuerdos para apoyar Iniciativas Memorare locales en todo el mundo, y una docena están en proceso de negociación.

Entre los implicados se encuentran: Ruanda, Venezuela, Archidiócesis de Ciudad de México (México), AMECEA – Asociación de Miembros de Conferencias Episcopales de África Oriental, Provincia Eclesiástica de Chubut (Argentina), Honduras, Uruguay, Haití, Provincia Eclesiástica de Mombasa (Kenia), provincia eclesiástica de San Luis Potosí (México), Tonga, República Centroafricana, Malawi, provincia eclesiástica de Paraná (Argentina), Paraguay, IMBISA – Reunión Interregional de Obispos de África Austral, Panamá, provincia eclesiástica de Santa Fe (Argentina), Costa Rica y Zimbabue.

LEER. Descargar el II Informe anual completo (103 páginas)

VIDEO. Comisión antiabusos del Vaticano pide ayuda económica para víctimas

Tutela Minorum: Proteger está en el corazón de nuestra misión

“No por las víctimas, sino con ellas”, escuchándolas con el corazón, incluyendo a quienes se quedan atrás y sensibilizando a los más vulnerables en la lucha contra la plaga de los abusos sexuales. Bajo este espíritu se desarrolló la conferencia de prensa de presentación del II Informe Anual. Entre los ponentes estuvieron el arzobispo Thibault Verny y el obispo Luis Manuel Alí Herrera, presidente y secretario de la Comisión para la Protección de Menores; la doctora Maud de Boer-Buquicchio, jurista y responsable del informe; y el profesor Benyam Dawit Mezmur, también jurista y miembro de la Comisión. Participó además la secretaria adjunta, Teresa Morris Kettelkamp.


Verny: “No por las víctimas, sino con ellas”

Monseñor Verny inició su intervención expresando su profundo agradecimiento a “todas las víctimas y sobrevivientes que nos confiaron sus historias”, reconociendo su aporte esencial en la redacción del informe. Acompañarlas ha permitido comprender que el camino continúa “no por las víctimas, sino con ellas”, dejándose tocar por sus historias. Comprometerse en una misión de escucha y de protección más amplia requiere que la Iglesia esté profesionalmente preparada y siga procedimientos claros. El acompañamiento a las víctimas debe basarse en estructuras que “tengan en cuenta los traumas”, involucrando a todo el pueblo de Dios y a la sociedad en su conjunto.

El informe busca ser una herramienta al servicio de la misión de “protección” de la Iglesia, en coherencia con el principio de subsidiariedad: “Queremos acompañar a las autoridades eclesiásticas en sus misiones, fortaleciendo los medios de protección y promoviendo normas comunes en todas las culturas”. Mons. Verny subrayó que cuidar de las personas heridas y más frágiles, trabajando también en la prevención, “significa estar en el corazón de nuestra misión”. El documento, fruto de un trabajo en equipo en el que cada miembro aportó su energía y competencia, concluye con el deseo de que la Iglesia se convierta cada vez más en “una casa que protege”.

LEER. Entrevista a Mons. Verny: Hacia una cultura global de prevención


Buquicchio: escuchar a los niños con el corazón

La doctora Buquicchio interpretó la publicación del informe como “un paso adelante en el camino de transparencia de la Iglesia” y en la promoción de la protección. “Datos creíbles” y “recomendaciones aplicables” son, en su opinión, los pilares de un informe sólido. La Comisión contribuye así a reducir la brecha global en la recopilación y el análisis de datos sobre la violencia sexual contra menores. El primer informe mostró la necesidad de “una mayor inclusión”: escuchar a las víctimas y a los sobrevivientes sigue siendo el primer paso hacia “una Iglesia más segura para nuestros niños”.

Responder a quienes tuvieron el valor de denunciar los abusos es un deber ineludible, y el documento se convierte así en un testimonio, fruto de un método de trabajo centrado en las personas abusadas. Buquicchio subrayó que las víctimas piden, ante todo, ser escuchadas y que se reconozcan sus experiencias. “Tomarse en serio a las víctimas y a los sobrevivientes debería ser la posición por defecto”, dijo uno de los entrevistados. El informe dedica amplio espacio al tema de la “reparación”, destacando la necesidad de ampliar el concepto más allá de la compensación económica.

“Me ofrecieron 20 mil dólares, pero lo que realmente quería eran unas disculpas”, contó un testigo. El informe se presenta, entonces, como una herramienta de empoderamiento para quienes desean unirse al “creciente coro” del ministerio de protección de la Iglesia. “Crecemos en número y en dedicación para inaugurar una verdadera cultura del cuidado”, exhortó la doctora. “El sentido de seguridad de un niño empieza cuando lo escuchamos con el corazón, no solo con los oídos”.


Alí Herrera: apoyo incondicional del papa León XIV

El obispo Alí Herrera relató que, durante una audiencia con el papa León XIV, la Comisión presentó las voces de las víctimas de abusos. Las colaboraciones con los distintos dicasterios han dado frutos, pero aún es necesario insistir en algunos puntos clave, especialmente en las políticas de prevención. Las visitas periódicas, por ejemplo a las conferencias episcopales en África, han sido “una herramienta valiosa de escucha y de propuesta, ya integrada en el trabajo de la Comisión”. Alí Herrera destacó el apoyo incondicional de León XIV al trabajo de la Comisión, en continuidad con el compromiso firme y apasionado del Papa Francisco. El estilo actual, explicó, es “diferente —más analítico, pero siempre profundamente empático—” y refleja el deseo de un compromiso coral y compartido dentro de la Comisión.

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Mezmur: incluir a las categorías excluidas del progreso

Mezmur abordó el tema de la recopilación de datos, elemento esencial para obtener una visión completa del contexto. El año pasado, UNICEF publicó un informe sobre las tendencias de los abusos sexuales, en el que se evidenciaron desafíos derivados de la falta de inversiones y de la fragmentación de la información disponible. Las cifras, además de permitir el acceso a recursos específicos, deben interpretarse en su dimensión humana: no se actúa solo frente a grandes números trágicos, porque “basta con una sola persona sin esperanza para que haya que actuar”. Sigue siendo necesario ampliar y diversificar las fuentes de datos.

Preguntado sobre si los niños gozan hoy de mayor protección y derechos, Mezmur respondió afirmativamente, aunque subrayó la importancia de identificar y apoyar a las categorías que aún quedan excluidas de esos avances. Difundir esta cultura de la protección, especialmente en los países más pequeños, sigue siendo una prioridad esencial.


La “resistencia” de la Iglesia italiana

Durante la sesión de preguntas, un periodista mencionó la afirmación de monseñor Verny sobre la persistencia de “una fuerte resistencia” en Italia para afrontar el tema de los abusos. Monseñor Alí Herrera destacó primero “el trabajo realizado” por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en materia de protección, un trabajo “muy serio”, aunque con aspectos que requieren mayor desarrollo: la necesidad de profesionalizar los servicios y de promover un diálogo más estructurado con las víctimas y sobrevivientes.

En muchos casos, en Italia aún se percibe una falta de escucha y empatía; las relaciones siguen siendo distantes y poco respetuosas. De ahí la urgencia de fortalecer el diálogo y la colaboración con las autoridades civiles y académicas. El secretario de la Comisión aclaró que esa resistencia cultural también se da en otros contextos, como en América Latina. Buquicchio confirmó que ese sentimiento emerge con fuerza en los grupos focales regionales, especialmente cuando las víctimas comparten sus experiencias. La CEI, afirmó, es “consciente” de estos problemas y pretende abordarlos a través de la formación: “Hace falta competencia, y esta no es innata: se aprende. La Conferencia Episcopal Italiana lo sabe y está haciendo mucho al respecto”.


Sensibilizar a los más vulnerables

En respuesta a otras consultas, se precisó que el informe se refiere no solo a menores, sino también a adultos víctimas de abusos. Otro tema abordado fue el de la educación sexual. La doctora Buquicchio afirmó que promoverla puede ayudar a las víctimas a “saber defenderse”. Esto implica reforzar la conciencia de que “su cuerpo les pertenece y que la dignidad humana exige que nadie toque el cuerpo de un niño”.

Sensibilizar sobre la sexualidad es importante también para la prevención, “porque los niños, cuando sufren abusos, a veces ni siquiera lo saben; sienten que algo no está bien, pero con educación sexual sería mucho más fácil protegerse y también denunciar más tarde”. Alí Herrera coincidió y expresó su deseo de un cambio más claro y radical en la respuesta a los abusos: “No estamos actuando con la rapidez que todos deseamos, pero estamos actuando”.

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Un grupo de víctimas y activistas se reúne con León XIV: Escucha y apoyo

Todo comenzó con una carta, que se convirtió en una reunión en el Palacio Apostólico. Esta fue la primera reunión de León XIV desde su elección con un grupo de víctimas de abuso y activistas que luchan contra lo que los últimos pontífices han llamado una “plaga”. El Papa recibió a seis miembros de la Junta Directiva de ECA Global, Ending Clergy Abuse, una asociación de derechos humanos cuyos miembros provienen de más de 30 países de seis continentes, incluyendo activistas y víctimas de abuso sexual por parte de representantes de la Iglesia católica.

La red, activa principalmente en Estados Unidos, ha trabajado desde su fundación en 2018 para garantizar que la Iglesia católica siga las recomendaciones de las Naciones Unidas de 2014 para una política eficaz de “tolerancia cero”. Y la audiencia con el papa León, según declararon los miembros de ECA, sin duda marca “un paso histórico y esperanzador hacia una mayor cooperación”.

Estas palabras fueron reiteradas por la organización en un comunicado y posteriormente compartidas con la prensa en una conferencia en un hotel de Borgo Pio, cerca del Vaticano, por los seis participantes en el encuentro con el Papa: Gemma Hickey (Canadá), Timothy Law (EE. UU.), Evelyn Korkmaz (Canadá, Primera Nación), Matthias Katsch (Alemania), Janet Aguti (Uganda), Sergio Salinas (Argentina) y Pedro Salinas (Perú). Todos provenían de diversos orígenes y culturas, pero todos compartían el objetivo de prevenir los abusos y de una colaboración más eficaz con la Iglesia.


Acogidos y escuchados

Los seis miembros de la ECA coincidieron en expresar su satisfacción con la audiencia con León XIV, su actitud, su enfoque y su capacidad de escucha, como declaró Gemma Hickey, víctima de abuso en Terranova y Labrador, Canadá, a manos de un sacerdote que primero fue retirado y luego transferido a dos parroquias. “El papa León fue muy abierto, y cada uno de nosotros compartió algunas reflexiones personales. Fue muy cálido. Nos escuchó… También tiene un buen sentido del humor. Verdaderamente humilde”.

Leyeron una declaración al Papa, para comenzar la audiencia “con mentes abiertas”, y también presentaron su proyecto Iniciativa de Tolerancia Cero, subrayando “la importancia de estándares globales consistentes y políticas centradas en las víctimas”. Durante la audiencia, también discutieron el trabajo de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, que recién había presentado su segundo informe anual. Y el Papa sugirió un “diálogo” entre los dos organismos. “Fue una conversación profundamente significativa. Refleja un compromiso compartido con la justicia, la sanación y un cambio real”, dijo Hickey. “Los sobrevivientes llevan mucho tiempo buscando un lugar en la mesa de negociaciones, y hoy nos sentimos escuchados”.


Un diálogo directo y respeto

La reunión, como se mencionó, surgió a raíz de una carta que la ECA envió al Papa recién elegido. Inspirados por las palabras de Robert Francis Prevost desde la Logia de las Bendiciones, los miembros del organismo se presentaron como “constructores de puentes, dispuestos a caminar juntos hacia la verdad, la justicia y la sanación”. Y en estos tiempos de “polarización”, escribieron, “el acto más radical que podemos hacer ahora mismo es sentarnos y dialogar”.

El Papa respondió positivamente a la carta y, con un gesto de apertura, acogió con satisfacción la oportunidad de un diálogo directo y respetuoso sobre el camino a seguir. De ahí la reunión privada en el Palacio Apostólico, que duró aproximadamente una hora, pero estuvo repleta de testimonios y propuestas.

No hay “ira”, aclaró Gemma, sino solo “esperanza” de responsabilidad y un cambio duradero: “Creemos en la dignidad intrínseca de cada niño y adulto vulnerable, en la valentía de cada superviviente y en la responsabilidad moral de la Iglesia de liderar con transparencia y compasión. Nuestra misión es apoyar a quienes han sido perjudicados promoviendo reformas que protejan a los más vulnerables. Y ayudar a restaurar la confianza y la integridad en la institución que sabemos tiene la capacidad de lograr grandes cosas”.

“Hemos venido no solo para expresar nuestras preocupaciones, sino también para explorar cómo podríamos colaborar para garantizar la protección de los niños y adultos vulnerables en todo el mundo”, declaró Janet Aguti, de Uganda, vicepresidenta de la junta directiva de la ECA. Aguti valoró el reconocimiento del Papa de que existen “diferentes modos de comprender y abordar las cosas dentro de la Iglesia” y de que las diferencias culturales pueden influir en la manera de enfrentar el problema de los abusos. “Sabemos que la cultura puede ser una barrera para ciertas implementaciones, pero también sabemos que estas cosas pueden cambiar, aunque tomen tiempo”.

Aguti destacó que el Papa es consciente de la realidad de los abusos en África, donde a menudo se ha negado su existencia: “Él sabe que eso es falso, porque se ha encontrado personalmente con sobrevivientes en África. Salí de la reunión con esperanza. Sé que es un gran paso para nosotros, un momento histórico”.


Voluntad de trabajar juntos

El objetivo, según Tim Law, cofundador y miembro de la junta directiva de ECA USA, “no es la confrontación, sino la rendición de cuentas, la transparencia y la voluntad de trabajar juntos para encontrar soluciones”. Esto no es poca cosa para quienes, como dicen, a menudo han pedido ayuda y se han encontrado con un muro. Law también subrayó la necesidad de establecer una ley universal de tolerancia cero, y explicó que el Papa mostró empatía, aunque también realismo ante los desafíos. “Nos escuchó y dijo: No puedo simplemente tomar una pluma y firmar su propuesta, pero sé que es algo en lo que debemos trabajar”.

Law afirmó que pidieron al Papa ser incluidos “en la sala donde se tomen esas decisiones”, como parte activa del proceso. León XIV reconoció que “existe una gran resistencia” a la aplicación universal de una norma de ese tipo, pero dejó claro que él no comparte esa resistencia. “Cada denuncia creíble de abuso, sin importar el tiempo transcurrido, debería implicar la remoción del sacerdote o del prelado del ministerio”, insistió Law. “Es chocante que aún no exista una ley de tolerancia cero, y también lo es saber que [el Papa] dijo que hay resistencia a ella. Pero él no es parte de esa resistencia”.


Escuchados por el papa León XIV

“Como sobreviviente de un internado para indígenas, cargo con el peso del trauma intergeneracional causado por instituciones que se suponía debían protegernos. La reunión fue un paso más hacia la verdad y la reconciliación”, enfatizó la canadiense Evelyn Korkmaz, cofundadora de ECA. Korkmaz admitió que aún queda un largo camino en la lucha contra los abusos clericales, pero destacó el compromiso del Papa con las víctimas y su voluntad de mejorar los sistemas eclesiales. “Hoy sentí que fui escuchada por el papa León XIV”.

Relató el proceso de sanación y reparación en su país y evocó la visita del papa Francisco en 2022, durante la cual pidió perdón por el papel institucional de la Iglesia en ese sistema y por los abusos cometidos. “Siento que [León] continuará ese camino de reconciliación. Es un hombre muy humilde. Comprendió nuestro problema, comprendió la misión de ECA. Hoy me sentí muy complacida; sentí que, por fin, mi voz fue escuchada en lo que respecta a las cuestiones indígenas”. Korkmaz añadió que pidió al Papa la publicación de información sobre los sitios de entierro en los internados canadienses y expresó su esperanza de trabajar conjuntamente en este tema.


Los pasos siguientes

Matthias Katsch, alemán cofundador de ECA, explicó que se le había pedido al Papa que ofreciera “esperanza”, entendida como “justicia”, “compensación” y “mejor protección para niños y adultos vulnerables”. Ahora, añadió, “ya no basta con que los sobrevivientes alcen la voz”, sino que “la sociedad debe escuchar”. No es solo la Iglesia, sino toda la sociedad la que debe estar dispuesta a escuchar y a asumir las consecuencias de lo que han dicho los sobrevivientes.

Katsch, también expresó que el Papa “se tomó su tiempo” y escuchó atentamente a cada participante. “Una hora no es poco para un hombre que dirige una religión global”, señaló. Katsch destacó la atmósfera de apertura y escucha, y que el Papa reconoció que “éste es el siguiente paso histórico: reunirse y hablar”. Según Katsch, León XIV manifestó su deseo de mantener el contacto y de tener “un canal de diálogo abierto”, además de su compromiso de “hacer cuanto esté a su alcance para contribuir a la sanación del abuso sexual infantil en la Iglesia, ayudar a los sobrevivientes y buscar mecanismos de rendición de cuentas para quienes han fallado”.

El dirigente alemán añadió que el Pontífice “aún se encuentra discerniendo cómo afrontar del mejor modo estas cuestiones, dada su magnitud”, pero recordó que posee una amplia experiencia de escucha a víctimas, no solo en el Perú, sino también en África y otras regiones, durante sus años como prior general de los agustinos. “Personalmente, salí de esta reunión con esperanza”, afirmó. “Vi a un hombre que intenta hacer lo que puede”. Katsch reconoció que el proceso es lento: “Avanza a su propio ritmo y a su propio paso. Es un proceso muy, muy lento, y para los sobrevivientes puede ser difícil, pero el cambio institucional lleva tiempo”.

En la conferencia intervino también Francesco Zanardi, miembro de la ECA y de la asociación Rete L’Abuso, quien anunció un informe sobre casos de abusos del clero y pedofilia en Italia. La organización concluyó la reunión “subrayando la urgente necesidad de un diálogo continuo, compasión y colaboración para construir un futuro donde la seguridad, la responsabilidad y la dignidad no solo se defiendan, sino donde las voces de los sobrevivientes lideren con el ejemplo”.


Dos libros de regalo

El Papa recibió el libro de Pedro Salinas, La verdad nos hizo libres, sobre el movimiento religioso Sodalicio, surgido en Perú en la década de 1970, se extendió por Latinoamérica y fue disuelta a principios de este año por el papa Francisco. Víctima de abusos dentro del movimiento, Salinas, junto con su colega Paola Ugaz, ha destapado todo el escándalo de abusos dentro del Sodalicio en un libro de investigación. Este asunto era bien conocido por el papa León en Perú, donde pasó más de veinte años, primero como misionero agustino y luego como obispo.

Matthias Katsch también presentó su libro Damit es aufhört (Para que acabe), que describe el escándalo de abusos y los acontecimientos posteriores desde 2010 en Alemania, entrelazados con su historia personal. En el marco de la conferencia, respondiendo a las preguntas de Stefanie Stahlhofen, de la redacción alemana de Radio Vaticano – Vatican News, Katsch explicó: “No fue solo el primer encuentro con el papa León, sino el primer encuentro con un Papa, no con víctimas individuales de abusos, sino con una organización de víctimas. Es un salto cualitativo”.


Continuar el diálogo

Finalmente, Hickey anunció que ECA enviará al Papa varias de sus propuestas, junto con otros documentos sobre políticas de protección eclesial. “Terminamos la reunión en un tono positivo y acordamos mantener el diálogo”, dijo Hickey, expresando su deseo de que pueda celebrarse un encuentro anual con el pontífice para dar continuidad al proceso. Aguti coincidió, destacando la disposición del Papa a escuchar y su reconocimiento de que, aunque no ha sufrido abusos, ha caminado junto a sobrevivientes: “Él sabe cuáles son los problemas. El siguiente paso es dar seguimiento a esta reunión: ¿qué hacemos ahora y cómo avanzamos?”.

VIDEO. León XIV recibe a víctimas de abusos por primera vez en su pontificado

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