“Cuidado que la tecnología no desfigure la esencia del ser humano”

7:00 p.m. | 28 feb 24 (IB/VTN).- En la última asamblea de la Pontificia Academia para la Vida, se convocó a más de 150 reconocidos académicos para debatir -desde diversas disciplinas- “lo que significa ser humano” en el contexto del “cambio de época” que vivimos por el desarrollo científico y tecnológico. Ediciones previas se enfocaron en el desarrollo de la roboética, la IA y otras nuevas tecnologías, y este año se decidió abordar lo humano en su “irrepetible especificidad” como una respuesta a la hegemonía tecnocrática. Francisco recibió a los participantes en una audiencia y el bioeticista argentino Fishel Szlajen ofreció una síntesis de la Asamblea.

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“El ser humano. Significados y desafíos” fue el tema en la Asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), que este año celebra los 30 años de su fundación. La PAV, instituida por el papa Juan Pablo II en 1994, es considerada el máximo organismo internacional en materia de bioética, no sólo por el conjunto de prestigiosos y transdisciplinarios académicos internacionales que reúne, sino por el alcance de sus documentos y acuerdos con los máximos organismos internaciones en materia de políticas bioéticas, biomédicas, biotecnológicas y de bioderecho.

Para este encuentro, celebrado en el Augustinianum (Roma), la PAV convocó filósofos, teólogos, antropólogos, biólogos, neurocientíficos, sociólogos, economistas, tecnólogos y físicos, entre otros de disciplinas vinculadas a la bioética. En la presentación a los periodistas, Monseñor Vincenzo Paglia -presidente de la PAV- explicó así el objetivo del evento: “Hemos decidido abordar una cuestión exigente e imperativa: La cuestión antropológica, la pregunta por el sentido del camino que recorre la humanidad”.

Paglia recordó que por primera vez la especie humana “presenta el riesgo de desaparecer por autodestrucción o superación”, por “la energía nuclear, el cambio climático y las nuevas tecnologías convergentes”. Y que la Academia fue la primera en intervenir sobre los riesgos y el potencial de la Inteligencia Artificial (IA) con el Llamado de Roma para una Ética de la IA, sobre su uso ético, presentado el 28 de febrero de 2020 y firmado, en primer lugar, por IBM y Microsoft, con la FAO, el Gobierno italiano y la Universidad La Sapienza de Roma.

“La novedad de los descubrimientos técnico-científicos –explicó Paglia– produce a veces un efecto de desorientación y un sentimiento de precariedad que puede empujar a la opinión pública hacia posiciones negativas, en la nostalgia de certezas que parecen desaparecer. Por eso necesitamos un diálogo entre el conocimiento y una visión de la humanidad y su futuro, junto con una reflexión ética sobre los productos del conocimiento humano”.


La tecnología no debería transformarse en la nueva religión de hoy

La Academia quiere proponer, aclara Paglia a los medios vaticanos, “un servicio de clarificación, de reflexión atenta sobre lo que es el ser humano común”. La Iglesia tiene las Sagradas Escrituras y una tradición que ofrece perspectivas extraordinarias sobre la dignidad de lo humano, que para nosotros está siempre ligada a la familia humana y al cuidado de la creación”. Una visión que, para el arzobispo, debe ser re-propuesta “en un mundo científico que corre el riesgo de caer presa de la primacía de la tecnología y de la economía”, que corre el riesgo de “aplastar la responsabilidad y la belleza del ser humano común, transformándolo en un instrumento de la economía o la tecnología”. El presidente de la PAV subraya que hay que contrarrestar la tentación de “que la tecnología sea la nueva religión del mundo contemporáneo”, reposicionando la tecnología al servicio del hombre y no al revés.

VIDEO. Mons. Paglia: Testigos de la transformación digital de las tecnologías

 

Al-Khalili: La inteligencia artificial no debe verse como una amenaza

Entre los oradores de la Asamblea, el conocido físico británico Jim Al-Khalili interviene para subrayar que las computadoras y las nuevas tecnologías hasta ahora no nos han hecho menos humanos. “Nos han cambiado, sí, y podríamos decir no siempre para mejor, pero no han alterado nuestra esencia: lo que significa ser humano”. Por supuesto, continúa, “hay muchos desafíos y potencialmente incluso amenazas existenciales que enfrentamos ante los rápidos avances en IA. Y ciertamente deberíamos estar preparados para el día en que las máquinas puedan desarrollar verdadera inteligencia y conciencia”.

Pero esto no debería provocarnos una crisis de identidad. El físico está convencido de que la IA “nunca podrá pensar ni sentir como un humano” porque “lo que nos hace humanos va más allá de las conexiones neuronales de nuestro cerebro. Es más que nuestra inteligencia, intuición o creatividad, que probablemente algún día se replicarán en formas de IA. Lo que nos hace singularmente humanos también se refiere a nuestro comportamiento y nuestra interacción con el entorno físico que nos rodea, nuestras relaciones entre nosotros dentro de estructuras colectivas y sociedades complejas; son nuestras culturas y creencias compartidas, nuestra historia, nuestros recuerdos”. Por este motivo, concluye, la inteligencia artificial “no debe verse como una amenaza”.


Mazzucato: Una economía justa para apuntar al bien común

Mariana Mazzucato, economista y profesora de la University College London, abordó el tema: “Gobernar la economía para el bien común”. Explicó que el mundo enfrenta crisis globales e interconectadas, como la climática, la biodiversidad, el agua y la salud, pero que los estados aún no han logrado tratarlas como objetivos colectivos con agendas comunes.

Como reconoce el Papa en su encíclica Laudato si’, “esto implica la defensa de la dignidad de las personas social, política y económicamente marginadas, no sólo con palabras, sino con políticas y nuevas formas de colaboración entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la sociedad civil”. Es necesario traer diferentes voces a la mesa, “para discutir lo que significa cocrear una economía justa y sostenible, porque una gran lección de la pandemia de COVID-19 fue que si la actividad económica -como el desarrollo de vacunas- no se rige por el bien común, muchas personas quedan excluidas de sus beneficios”.

LEER. Conferencia de presentación (completa)

Una panorámica del debate en la Asamblea de la PAV

El bioeticista argentino Fishel Szlajen, miembro titular de la Pontificia Academia para la Vida (PAV) desde el 2017, formó parte de la actividad que encabezó el papa Francisco, quien además designó como nuevo miembro del organismo a la profesora Katalin Karikò, reciente Premio Nobel de Medicina (2023). Szlajen, primer rabino designado miembro titular de la PAV, doctor en filosofía y posdoctorado en bioética, conversó con Infobae respecto de los temas centrales de la convención.

“La era tecnocientífica, marcada por la computación ubicua, redes sociales, inteligencia artificial y convergencia tecnológica, cuya cumbre es la hibridación orgánica-cibernética, la edición genética y la neurotecnología, desencadena un diálogo complejo con la identidad humana más la necesidad de un enfoque ético que honre la dignidad humana“, inicia su explicación el rabino Szlajen. “La coevolución humanidad-tecnología nos desafía a contemplar no sólo quiénes somos, sino quiénes aspiramos ser. La tecnociencia ha alcanzado un nivel sin precedentes, y ese fenómeno, denominado por muchos la cuarta revolución industrial, plantea una serie de desafíos fundamentales para la humanidad”.


Los desafíos en el ámbito de la identidad humana

Ante la consulta sobre los principales escenarios donde se manifiestan más concretamente estos desafíos, Fishel Szlajen respondió con relación a varios ámbitos. Respecto de las identidades individuales y colectivas, focalizó en los estudios que demuestran cómo la interacción constante a través de redes sociales y plataformas digitales ha llevado a una identidad digital creando una nueva capa en la construcción de la identidad humana y personal planteando preguntas sobre la autenticidad y la representación de uno mismo en un entorno virtual.

La identidad, en ese contexto, se convierte en una amalgama entre la vida real y en línea, además de una paradójica soledad donde la hiperconectividad no se traduce necesariamente en conexiones significativas. Además, amplió el rabino, la monitorización constante por parte de las empresas tecnológicas afecta a la autonomía individual y la privacidad, impactando en la construcción de la identidad y las relaciones interpersonales bajo la pregunta sobre quiénes somos y cómo nos percibimos. Se suma a todo eso, los crecientes problemas de salud mental como estrés y ansiedad debido a la presión por la ubicua y constante exposición a información digital, habiendo estudios sobre la afección en la calidad de las relaciones interpersonales por la dependencia tecnológica.

Básicamente, sintetiza Szlajen, “se está transformando nuestra concepción tradicional de la identidad, porque la tecnología ya no es una herramientas externa sino una extensión de nosotros mismos”. Razón por la cual, concluye el académico, “es crucial encontrar un equilibrio entre tecnología, conectividad global y bienestar psicológico, dado que también afecta la reconfiguración de la dinámica y estructura social y comunitaria”. Un ejemplo de esto último es la percepción de identidades colectivas y la constitución de movimientos sociales debido al impacto de la conexión instantánea con personas de todo el mundo, generando nuevas formas de participación ciudadana y activismo.


Edición genética y potenciación artificial humana

Szlajen concentró también su atención en la exploración de escenarios que desafían los límites de la biología humana y presentan desafíos éticos, e incluso la pregunta sobre hasta qué punto podemos alterar nuestra biología sin comprometer lo que significa ser humanos. Un claro ejemplo de ello, apunta el rabino, es el avance en la tecnología de edición genética desencadenando debates éticos y legales sobre la modificación del ADN humano, y la necesidad de regulaciones sólidas que equilibren la capacidad de mejorar la salud humana con la prevención de abusos. El rabino enfatizó que el concepto de “human enhancement” o potenciación artificial humana, “nos coloca ante la encrucijada de definir los límites éticos de la intervención en la naturaleza humana, distinguiendo lo terapéutico de lo desiderativo”. Los implantes cibernéticos cerebrales, al ampliar y alterar nuestras capacidades cognitivas y experiencias sensoriales, también influyen en nuestras concepciones redefiniendo la identidad personal y colectiva.


El impacto en el trabajo y la educación

Otro ítem sobre el cual Szlajen se refirió ante la consulta de Infobae fue la educación y el trabajo, tema sobre el cual el rabino y académico también describió como objeto de transformación en la era tecnocientífica, habiendo cambiado no sólo los contenidos sino la forma en que enseñamos y aprendemos. El desafío fundamental, explica Szlajen, que emerge de la rapidez con la que evoluciona la tecnología, “no sólo es la equidad en el acceso a la información y la necesidad de desarrollar habilidades relevantes para una sociedad cada vez más tecnológica, sino la demanda de una transformación educativa para formar en procesos y transversalmente en ciencias y humanidades”.

En lo laboral, Szlajen comentó la forma en que se ha alterado drásticamente dicho ámbito redefiniendo la productividad y generando cambios en la demanda de habilidades, resignificando el concepto de trabajo. La reinvención de industrias, la creación de nuevos empleos y la pérdida de otros plantean desafíos económicos que requieren estrategias innovadoras para garantizar una transición justa y sostenible. En este sentido, dice Szlajen, “la identidad laboral se ha convertido en una intersección entre las cada vez más agudas habilidades humanas únicas y las capacidades de las máquinas”.

Vinculado a ello, Szlajen agregó que la aparición de algoritmos para la toma de decisiones en el ámbito judicial, médico, policial, militar o civil mediante los automóviles auto tripulados, demanda respuestas no sólo sobre los dilemas morales específicos para cada caso, sino sobre la responsabilidad ética de quienes diseñan y utilizan estas tecnologías más la equidad, transparencia y la necesidad de actualizar las leyes para adaptarse a esta nueva realidad. Por ejemplo, refiere el clérigo y académico, respecto de los sesgos inherentes en los datos con los que fueron entrenados los algoritmos de decisión.


Gestión de la innovación

Otros temas expuestos y debatidos fueron el aspecto económico y los desafíos sociales inherentes a la convergencia tecnológica y la necesidad de repensar el papel del Estado y del sector privado en la dirección de la innovación, para evitar la exacerbación de desigualdades y asegurar que los beneficios tecnológicos se distribuyan equitativamente. El impacto ambiental fue otro tema abordado y asociado al aumento de temperatura global, el CO2 y la ya superada cantidad de masa artificial antropogénica (edificios, carreteras y plásticos) respecto de la biomasa natural total, más la obsolescencia programada y descarte tecnológico sin restricciones, no sólo contaminando sino agotando los recursos naturales, y la necesidad de implementar medidas de sostenibilidad.

Por último, el rabino Szlajen llamó a la concientización de los multifacéticos y complejos desafíos que presenta la era tecnocientífica y la necesidad de un enfoque transdisciplinario que ofrezca perspectivas colaborativas y proactivas para guiar la investigación y la acción política en diversos ámbitos garantizando un futuro ético y sostenible. Porque en última instancia, concluyó el clérigo y académico, “la tecnocientificidad plantea preguntas fundamentales sobre el significado y propósito de la existencia humana y queramos o no, las estamos respondiendo cotidianamente con nuestro accionar individual y colectivo”.

VIDEO. Dr. Fishel Szlajen, “La Humanidad ante los Desafíos de la Tecnocracia”

Francisco: Que la tecnología no desfigure la esencia profunda del hombre

“La cuestión que tratan en esta asamblea es de la mayor importancia: la de cómo podemos comprender lo que califica al ser humano. Se trata de una cuestión antigua y siempre nueva, que los asombrosos recursos posibles gracias a las nuevas tecnologías están presentando de forma aún más compleja”, les dijo Francisco a las decenas de académicos, luego de agradecer el trabajo y compromiso de la PAV en estos 30 años de investigación en el cuidado de las ciencias de la vida.

En primer lugar, Francisco definió como no “plausible” distinguir entre “procesos naturales y procesos artificiales”, donde los primeros son los únicos “auténticamente humanos” mientras que los segundos son “ajenos o incluso contrarios a lo humano”. Lo que hay que hacer, más bien, es “inscribir el conocimiento científico y tecnológico en un horizonte de sentido más amplio, conjurando así la hegemonía tecnocrática”.

Esta deriva -es decir, la pretensión, dice, de “reproducir al ser humano con los medios y la lógica de la técnica”- se puede notar hasta en el relato bíblico y antiquísimo de la Torre de Babel. El Papa se aleja del tópico habitual y apresurado de que se trató de un “castigo destructivo”. Por el contrario, explica, la intervención de Dios en aquella circunstancia fue una bendición propositiva. “En efecto, esto manifiesta un intento de corregir la deriva hacia un ‘pensamiento único’ a través de la multiplicidad de lenguas. Los seres humanos se enfrentan así al límite y a la vulnerabilidad y son llamados a respetar la alteridad y el cuidado recíproco”.


Creatividad “responsable”, liberarse del “indietrismo”

Existe, observa Francisco, en los hombres y mujeres hipertecnológicos de hoy, que construyen “máquinas parlantes”, la “tentación insidiosa” de “sentirse protagonistas de un acto creador” semejante al divino y por ello, afirma, se nos “pide discernir cómo la creatividad del hombre que se confía a sí mismo puede ejercerse de modo responsable”. Para ello es necesario, prosigue, “desarrollar una cultura que, integrando los recursos de la ciencia y de la técnica, sea capaz de reconocer y promover al ser humano en su irrepetible especificidad”.

El Papa señala dos vías para proceder en esta “tarea cultural”. La primera, se basa en el “intercambio transdisciplinar”, un “taller cultural” constituido por “un intercambio recíproco” que reelabore los conocimientos y supere, “la yuxtaposición de los saberes” mediante “la escucha mutua y la reflexión crítica”, indica. La segunda modalidad es evidente, reconoce Francisco, en el “proceder sinodal” de la Pontificia Academia.

En esta línea, concluye el Papa, “el cristianismo ha ofrecido siempre importantes aportaciones, tomando de cada cultura en la que se ha insertado las tradiciones de sentido que encontraba inscritas” y “reinterpretándolas a la luz de la relación con el Señor, que se revela en el Evangelio, y sirviéndose de los recursos lingüísticos y conceptuales presentes en los contextos individuales”.

LEER. Discurso completo del Papa a la PAV

VIDEO. Francisco: Que la tecnología no desfigure la esencia profunda del hombre

Las nuevas publicaciones de la Academia

Para ofrecer una contribución a la Iglesia y a la sociedad, las Actas sobre la reciente asamblea se publicarán en los próximos meses. El Canciller de la PAV, el P. Renzo Pegoraro, recuerda las de la Asamblea General de 2023 sobre el tema Converger en la persona, y la reciente publicación de las del Coloquio Científico sobre Cuidados Paliativos Perinatales, en inglés. Hace dos años, la Editorial Vaticana publicó el volumen Ética teológica de la vida, que presenta el resultado de un seminario internacional de teología moral a partir de un Texto Básico. Una obra “que ha despertado un gran interés en el ámbito académico y fuera de él, por lo que hemos decidido publicar el Texto Básico en un volumen aparte”. Se titula La alegría de vivir, está publicado por LEV y está en italiano. las traducciones al inglés, francés y español ya están listas y se publicarán próximamente.

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Fuentes

Vatican News / Infobae / Omnes Magazine / Videos: Pontificia Academia para la Vida – Vatican Media / Foto: Shutterstock

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