Gallup: ¿Nos hace bien la religión? Investigación global responde

8:00 a.m. | 18 nov 23 (RNS/PRN).- Un estudio internacional de Gallup revela que las personas creyentes son más positivas, cuentan con más respaldo social y participan más en sus comunidades que las no religiosas. La investigación, elaborada a partir de un análisis de datos (nueve aspectos de la vida de las personas) en un periodo de 10 años, también concluye que el bienestar de las personas religiosas varía de un país a otro y generalmente es difícil de medir. El informe además observa y propone a partir de la “paradoja” de una mayor evidencia del impacto positivo de la religión en la salud mental (y bienestar) en una coyuntura de creciente desinterés en ella.

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Según el informe, “los datos de la Encuesta Mundial Gallup de 2012-2022 muestran, en una serie de indicadores de bienestar, que las personas que son creyentes tienen un mayor bienestar que las que no lo son”. El estudio incluye datos sobre nueve aspectos de la vida de las personas, desde sus interacciones (experiencia) positivas con los demás y su vida social hasta su compromiso cívico y su salud física. Cada uno de los nueve índices incluía una puntuación de 0 a 100, basada en las respuestas a una serie de preguntas.

Para el índice de experiencia positiva, se hicieron a los encuestados preguntas como “¿Ha sonreído o reído hoy?”, “¿Le han tratado con respeto?” y “¿Ha descansado bien?”. En cuanto al compromiso cívico, se les preguntó si habían hecho donaciones a organizaciones benéficas o si habían ayudado a un desconocido. El índice de salud física les interrogó sobre problemas de salud que les impidieran hacer cosas que la gente de su edad suele hacer y si sufrían dolores físicos. En cuanto a los aspectos básicos de la comunidad, se les preguntó por la vida cotidiana con su entorno, la vivienda y las infraestructuras.

Cuadro: Resultados – Vínculo entre religiosidad y bienestar (Gallup)

Las personas con creencias religiosas obtuvieron puntuaciones más altas en cinco de los índices de Gallup (análisis desde el 2012 al 2022): vida social (77,6 frente a 73,7 para las personas sin creencias religiosas), experiencia positiva (69 frente a 65), aspectos básicos de la comunidad (59,7 frente a 55,6), optimismo (49,4 frente a 48,4) y compromiso cívico (35,8 frente a 31).

Obtuvieron más o menos la misma puntuación que los no religiosos en dos índices: una “evaluación sobre sus vidas” para saber si prosperaban o empeoraban y su confianza económica local. Los creyentes obtuvieron puntuaciones más bajas en dos índices: experiencia negativa (experimentó preocupación, tristeza, ira, estrés el día anterior) y salud física. Las diferencias entre religiosos y no religiosos eran más notables en los países muy religiosos.

Cuadro: Relación religiosidad – bienestar considerando religiosidad del país (Gallup)

Los investigadores señalaron que incluso pequeñas diferencias pueden tener un impacto significativo a escala mundial. “Cada diferencia de un punto en los índices entre personas religiosas y no religiosas representa un efecto para unos 40 millones de adultos en todo el mundo”, según el informe. “Por ejemplo, la diferencia de cuatro puntos en el Índice de Experiencia Positiva significa que hay una diferencia de 160 millones más adultos en el mundo que tienen experiencias positivas siendo creyentes”.

El informe resalta la lamentable paradoja actual: que la religión y la espiritualidad podrían ser un factor importante y positivo para hacer frente a la crisis de salud mental en muchos países, sin embargo, el número de personas interesadas o implicadas en la religión está disminuyendo.

Jeff Jones, editor jefe de la encuesta de Gallup, dijo que medir el impacto de la religión y la espiritualidad en el bienestar es complicado, especialmente a medida que las personas se vuelven menos religiosas y evoluciona la forma en que practican la espiritualidad. “Por la naturaleza cambiante de los ámbitos religiosos y la práctica espiritual, puede hacer que la medición cuantitativa en medio de esos cambios sea un desafío, ya que las formas tradicionales de espiritualidad -en concreto, asistir a servicios religiosos formales- son cada vez menos comunes y la gente busca otras formas de satisfacer sus necesidades espirituales”, dijo Jones en un correo electrónico.

El informe también incluye citas de expertos y una revisión de investigaciones anteriores sobre la conexión entre bienestar y religión. Ante la problemática de una mayor consciencia, a nivel de estudios e investigadores, de los efectos positivos de la religión pero un creciente desinterés en la población mundial, el estudio parte de ese análisis del historial para proponer algunas observaciones (más información más adelante).

Aunque no se ofrecen sondeos sobre el declive de la religión, el informe sugiere varias causas, como la creciente polarización que enfrenta a personas creyentes y no creyentes. A veces, los no religiosos ven a los religiosos como una amenaza. Los religiosos, sobre todo los que pertenecen a grandes grupos confesionales, pueden ejercer su poder de un modo que otros consideran perjudicial.

“Los grupos e individuos religiosos -especialmente del colectivo confesional dominante en una sociedad- que se muestran hostiles hacia otros grupos religiosos pueden promover un contexto cultural perjudicial para el bienestar de quienes no pertenecen al grupo. El resentimiento hacia el grupo dominante también puede hacer que la gente no escuche sus mensajes, tanto los que son perjudiciales (animadversión hacia los de fuera del grupo) como los que son útiles (servir a los demás)”, afirma el informe.

Nota de prensa resalta vínculo con la salud mental

En vísperas del Día Mundial de la Salud Mental, la Iniciativa Fe y Medios de Comunicación de la Fundación Radiant se asoció con Gallup para presentar Faith and Wellness: The Worldwide Connection Between Spirituality & Wellbeing (Fe y bienestar: La conexión mundial entre espiritualidad y bienestar), un metaanálisis de información académica y datos globales de Gallup que descubre formas en las que la espiritualidad puede ayudar a abordar la crisis mundial de salud mental. Un análisis de los datos de su encuesta mundial a lo largo de diez años, en más de 140 países y con aproximadamente 1,47 millones de personas entrevistadas, muestra una fuerte asociación entre religiosidad y bienestar.

Como parte de la investigación, Gallup revisó la literatura existente y realizó entrevistas en profundidad con líderes en la materia para desarrollar un nuevo marco que identifica cinco factores clave de la espiritualidad que influyen positivamente en el bienestar: Adaptación positiva y sentido de propósito en la vida, conexiones sociales basadas en la fe, compromiso cívico y comunitario, estabilidad estructural, y apoyo al bienestar holístico en el lugar de trabajo.

“A medida que desarrollas tu red de apoyo y realizas esfuerzos activos para apoyar a los demás, todo vuelve a ti, porque así es como está estructurado el mundo. Si te preocupas por los demás de forma no egoísta, de forma desinteresada, eso te proporciona estabilidad en tu propia vida”, afirma Harold Koenig, catedrático de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke. “La religión está al alcance de cualquiera en cualquier momento, independientemente de las circunstancias económicas, sociales, físicas o mentales”.

Cuadro: Índice de compromiso cívico, creyentes vs. no creyentes, por región (Gallup)

“Nos enfrentamos a una crisis mundial de salud mental, y no podemos permitirnos pasar por alto ningún aspecto de la vida o actividad que pueda mejorar el bienestar”, afirmó Aaron Sherinian, director general de Radiant Foundation. “Hasta hace poco, la mayoría de los datos de este tipo sólo hacían preguntas elementales sobre la práctica espiritual. Esta medida más amplia nos ayudará a comprender realmente cómo los factores de fe y espiritualidad pueden fortalecer la salud mental. Este estudio nos proporciona un nuevo marco sobre cómo están conectados esos factores y una comprensión más matizada y completa de la observancia religiosa, la espiritualidad y el bienestar”.

“Aunque la conexión entre religión, espiritualidad y bienestar es ampliamente reconocida, todavía existen territorios inexplorados que requieren una investigación más profunda”, afirmó Ilana Ron-Levey, Directora General de Gallup. “Es posible que muchas personas no aprecien plenamente el impacto positivo que la vida y las prácticas espirituales pueden tener en su bienestar mental y físico, y este estudio desvela aún más la compleja interacción entre espiritualidad y bienestar en los distintos países y regiones”.

Propuestas e ideas del estudio de Gallup

A partir de una revisión de diversas investigaciones previas y la consulta con expertos en el ámbito de lo religioso, lo espiritual y el bienestar, el estudio permitió desarrollar un nuevo enfoque centrado en cinco aspectos de la espiritualidad que pueden influir positivamente en la salud mental:

1. La espiritualidad puede ayudar a desarrollar un sentido del propósito y habilidades de adaptación positivas

El sentido del propósito es un importante factor de predicción del bienestar mental y físico. Más adultos estadounidenses recurrieron a la religión o la espiritualidad cuando estaban ansiosos, estresados o necesitaban consuelo que a cualquier otra fuente (Encuesta de CBS News, 2020). Un estudio de Harvard demostró que las personas que rezan o meditan con frecuencia tienen un 47% más de probabilidades de percibir una misión y un propósito en su vida que las que no lo hacen. La religión orienta a las personas hacia una visión del mundo que les ayuda a comprender y superar los momentos de sufrimiento.

La religión/espiritualidad fue útil en pacientes que se enfrentaban a diversas enfermedades físicas, trastornos mentales, catástrofes naturales y otras formas de trauma. En la mayoría de los casos analizados por el Dr. Harold Koenig, la religión/espiritualidad se asoció con menores tasas de depresión y menos suicidios o intentos de suicidio. La religión/espiritualidad está especialmente relacionada también con tasas más bajas de abuso de sustancias.

Las investigaciones sobre los efectos de la oración en la salud mental son contradictorias: algunas concluyen que la oración se asocia a mayores niveles de ansiedad, mientras que otras concluyen que conduce a una disminución de la ansiedad. Las actitudes religiosas negativas (como creer que Dios es injusto o que nos ha abandonado en los momentos difíciles) se relacionan con peores resultados psicológicos. Los que ven a Dios como un interlocutor colaborador tienen mejores resultados de salud mental y física que los que están enfadados con Dios o que renuncian a la responsabilidad ante Dios.

Cuadro: Diagnósticos de depresión según nivel de religiosidad, adultos EE.UU. (Gallup 2008 – 2010)

2. La espiritualidad puede ayudar a crear conexiones sociales

Las personas creyentes declararon estar más satisfechas con las oportunidades de conocer e interactuar con la gente, así como de tener amigos o familiares en los que podían confiar en comparación con las personas no creyentes. El análisis de los datos de la Encuesta Mundial 2012-2022 revela que las personas que profesan una religión obtienen puntuaciones significativamente más altas que las que no lo hacen en el Índice Social de Gallup. Este hallazgo demuestra que, en todo el mundo, unos 200 millones más de personas que son creyentes están más satisfechas con las oportunidades de conocer gente que las personas no creyentes. Aproximadamente 100 millones más que profesan alguna religión tienen a otras personas a las que pueden acudir en momentos de necesidad comparado con lo que ocurriría si no fueran religiosas.

Cuadro: Encuesta mundial, índice de conexiones sociales, creyentes vs. no creyentes (Gallup)

3. La espiritualidad puede ayudar a aumentar el compromiso comunitario y cívico

Muchas religiones enseñan la importancia de formar parte de una comunidad más amplia, tanto en términos de conexión con los vecinos como de servicio a los demás en beneficio de la comunidad. Las personas que afirman que la religión es importante para ellas obtienen puntuaciones significativamente más altas en el Índice de Compromiso Cívico de Gallup (35,8) -que evalúa la inclinación de las personas a ofrecer voluntariamente su tiempo y ayuda a los demás- que las que no son religiosas. (31,0) (Datos de la Encuesta Mundial de Gallup). Las diferencias son evidentes en todas las regiones del mundo, especialmente en Norteamérica, donde la diferencia es de 10,3 puntos.

4. La espiritualidad puede ayudar a fomentar sentimientos de seguridad y estabilidad

5. La espiritualidad puede contribuir al bienestar integral en el lugar de trabajo

Examinando la paradoja: ¿Por qué la gente se aleja de la espiritualidad?

A pesar de que las investigaciones muestran una conexión entre la espiritualidad y una mejor salud emocional y bienestar, la religión y la espiritualidad están disminuyendo en EE.UU. y en muchas otras partes del mundo, debido a:

1. Falta de concienciación

Las instituciones educativas proporcionan gran parte de la investigación, pero pueden estar quedándose cortas a la hora de dar a conocer esos resultados al público en general. Los medios de comunicación podrían estar más dispuestos a analizar los estudios, informar sobre ellos y describirlos con precisión. Las instituciones religiosas tienen un papel que desempeñar: el 84% de los encuestados afirma que los grupos religiosos y confesionales deben facilitar a los medios de comunicación portavoces relevantes con experiencia vivida (Estudio HarrisX Global Faith and News de 2022).

‍Las instituciones políticas a veces rehúyen hablar de los posibles beneficios de la espiritualidad o, por el contrario, adoptan un enfoque demasiado tendencioso, por ejemplo, favoreciendo un conjunto de creencias religiosas en detrimento de otro.

2. Otredad

Cuando la gente ve a las personas o grupos espirituales o religiosos como “otros”, puede mostrarse hostil hacia ellos o hacia la religión organizada en general. Quienes forman parte de religiones marginadas suelen experimentar conflictos culturales que conducen a una mayor probabilidad de depresión.

3. Polarización religiosa

Cuando se produce polarización religiosa, conduce a una falta de normas compartidas y a que las religiones se perciban como una fuerza de conflicto en lugar de una fuerza para el bien común. La polarización religiosa tiene efectos nocivos en la salud individual, sobre todo en los países menos democráticos. En los países con un gran número de grupos religiosos más pequeños (lo que se conoce como fraccionalización religiosa), hubo una correlación positiva con la salud. Los beneficios para la salud eran mayores en los países democráticos.

Información adicional
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Fuentes

Religion News Service / PR Newswire / Gallup – Faith and Media Initiative / Cuadros: Estudios Gallup / Foto: IMGIX

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Buena Voz

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