Jóvenes de América Latina: Imaginarios y rasgos culturales

2:00 p.m. | 14 dic 22 (CL).- El encuentro con la juventud siempre es un desafío grande para la Iglesia. Por eso es necesario partir por reconocer la enorme diversidad actual de las culturas juveniles y tener la apertura para dialogar con sus realidades, que muchas veces no están en completa sintonía con lo que la Iglesia propone. Esa reflexión, enfocada en América Latina, es la que se plantea en un estudio del Observatorio Socioantropológico Pastoral del CELAM, que toma como referencia orientaciones pastorales de Christus vivit, exhortación postsinodal del 2019 que abordó el tema de la juventud y la fe. Propone cultivar “una presencia pastoral lo más amplia, inclusiva, dialogante y empática, no solo para ellos, sino con ellos y desde ellos”.

——————————————————————————————–

Como señala Jorge Blake, docente e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, autor de esta investigación, “al revisitar Christus vivit tres años después, no deja de sorprender la lucidez, profundidad y radicalidad de las conclusiones resultantes del discernimiento. En ese sentido, cabe preguntarse cómo avanzar como para asumir los desafíos planteados en la carta, lo cual supone una conversión eclesial profunda respecto del modo de relacionarnos con los jóvenes en la Iglesia”, al punto de que “nos entrega una perspectiva refrescante e iluminadora respecto de las juventudes, invitando a un cambio de paradigma en la manera de comprender la relación entre los jóvenes y la Iglesia”.

Mons. Jorge Lozano, secretario general del CELAM, ha prologado este estudio señalando en que “es fundamental reconocer las diversas formas de exclusión y desigualdad que afectan a las juventudes de América Latina y el Caribe, así también como su rol clave en la transformación de la política, la economía y la sociedad a través de la movilización social, el uso de nuevas tecnologías y la renovación de la cultura”. Por consiguiente, “nuestra mirada creyente nos interpela a discernir los signos de los tiempos en cada uno de estos fenómenos, descubriendo aquello que Dios quiere comunicarnos a través de los anhelos, búsquedas y luchas juveniles en el mundo actual. Esperamos que este camino abierto, nos permita una mejor comunicación, comprensión y acogida a los asuntos que son prioritarios para los jóvenes y en especial los más vulnerables”.

Este documento de trabajo consta de una reflexión teológica pastoral del salesiano argentino Iván Ariel Fresia, del cuerpo docente de la Pastoral Juvenil del Centro de formación Cebitepal. El texto arranca revisitando brevemente las desafiantes orientaciones pastorales ofrecidas por la exhortación apostólica Christus vivit respecto de la relación jóvenes-Iglesia. Posteriormente se adentra de manera progresiva en las culturas juveniles, indagando en su construcción sociocultural, imaginarios y rasgos distintivos.

Finalmente, se ofrecen, a modo de conclusión, algunas reflexiones sobre la importancia del diálogo intergeneracional como espacio de encuentro con los jóvenes. Este esfuerzo responde al mismo tiempo a la necesidad urgente que reconocemos como Iglesia de salir al encuentro de las juventudes, no desde la doctrina, sino a través de un diálogo profundo que sea capaz de valorar sus propias vivencias y contextos.

Extractos de “Imaginarios y rasgos de las culturas juveniles”

Investigación y antecedentes

Para ciertos autores, la pretensión de conocimiento generalizado sobre la realidad juvenil que acarrean categorías como “millennials” o “centennials” puede resultar muy problemática. El reconocido sociólogo francés Pierre Bourdieu ejemplificaba notablemente esta postura. Para Bourdieu la juventud en ningún caso representa una unidad social, sencillamente porque integra realidades sociales heterogéneas, asociadas a determinadas variables de desigualdad social como clase, género, etnia, etc. Esto es especialmente cierto en las sociedades latinoamericanas y caribeñas.

Al enmarcar la juventud en un sistema de relaciones sociales, Bourdieu (1990) critica la práctica de los investigadores que imponen las fronteras de edad en el análisis de la juventud de forma apriorística, externa al objeto de estudio y basándose habitualmente en criterios biológicos. Alternativamente, la postura del sociólogo francés consiste en que, en el estudio de la juventud, ha de estudiarse la emergencia de lo juvenil conforme a las reglas específicas de distribución del poder y el reconocimiento en cada campo social (económico, político, cultural, sexual, religioso, etc.,) en que se mueven los jóvenes. Así pues, cuando en nuestras sociedades se habla de las culturas juveniles mediante expresiones como “los millennials”, se estaría haciendo referencia a realidades heterogéneas. Ello no implica descartar por completo el concepto.

En definitiva, para el estudio de los imaginarios generaciones es necesario tener en cuenta tanto las diferencias intergeneracionales, derivadas de las variaciones temporales en las formas sociales y materiales de producción de los individuos, como las diferencias intrageneracionales, derivadas de las posiciones sociales que ocupan los miembros de una generación cronológica determinada.


Reflexiones finales

De acuerdo con García Canclini (2008), si antes los jóvenes se centraban en el trabajo, el estudio y el matrimonio, hoy intervienen nuevos procesos donde la conectividad y el consumo toman la posta. Así, hoy es fundamental tomar en cuenta diversas dimensiones sociales de las juventudes para una caracterización adecuada de sus imaginarios y rasgos, incorporando temas de afectividad, sexualidad y género, participación política tradicional y no tradicional, actividades sociales, desarrollo socioemocional, consumo cultural, uso de tecnología y redes sociales, violencia y discriminación, etc.

Así, desde la sociedad y desde la Iglesia ya no solo debe preguntarse cómo se pueden acompañar de manera efectiva las trayectorias familiares, educativas y laborales de los jóvenes, sino también cómo incorporar los otros factores y dimensiones analizados y ayudar a construir un futuro mejor para las nuevas generaciones.

En este apartado final se ofrecen algunas reflexiones sobre la importancia de sostener un diálogo profundo con cada una de las realidades descritas, particularmente con aquellas que resultan más lejanas a la doctrina de la Iglesia, entrando en un diálogo intergeneracional profundo. Solo así se podrá avanzar en la dirección señalada por “Christus Vivit” esbozada al inicio de este artículo: reconocer plenamente que los jóvenes son portadores de una verdad valiosa y necesaria para la Iglesia, que en medio de ellos y ellas, insertos en la particularidad de sus culturas, podemos leer más proféticamente nuestra época y reconocer los signos de los tiempos; que ellos contribuyen a enriquecer lo que es la Iglesia y no solo lo que hace, que son presente y no sólo su futuro.

  • El papa Francisco ha insistido en la necesidad del diálogo cotidiano para lograr mantener unidas a las nuevas y viejas generaciones, permitiendo un flujo continuo entre presente y pasado.
  • Desde la Iglesia y la sociedad es preciso reconocer que buena parte de la herencia cultural que hemos traspasado a las juventudes, éstas las experimentan como un legado altamente ambiguo y contradictorio, en el que junto con los beneficios de la técnica se heredan también los riesgos manufacturados por el desarrollo; junto con el poder transformador, los escombros medioambientales; junto con los medios de autoridad, la falta de legitimidad o derechamente el abuso; junto con el crecimiento, la desigualdad.
  • De lado de las generaciones más jóvenes, es esencial que en el seno de las diversas culturas juveniles pueda cultivarse una conciencia humilde de saber que la historia no comienza con ellas, evitando caer en la absolutización del presente.

LEER. Estudio completo “Imaginarios y rasgos de las culturas juveniles” (PDF)

El empuje de los jóvenes católicos en América Latina

Hablar de los jóvenes en Latinoamérica siempre va a implicar hablar del “ahora de Dios” (Papa Francisco. Homilía en la JMJ 2019). Son los jóvenes quienes con su forma de amar y sentir van transformando la realidad social y eclesial de nuestro continente, poniendo por delante el “bien común” para construir la tan anhelada “civilización del amor” (Papa Pablo VI. Homilía en la Misa de Navidad de 1975). Es así que durante la pandemia han sido ellos protagonistas del amor solidario y gratuito que se entregó para subir montes, caminar laderas y exponer su propia vida para poder llevar suministros y alimentación a quienes más necesitaban. En muchos de nuestros países la Young Cáritas y la Pastoral Juvenil, en sus diversos niveles de acción, han primereado el apoyo silencioso.

Asimismo, muchos jóvenes han entregado su creatividad y fuerzas para alentar a otros mediante programas gratuitos online de ayuda psicológica, nivelación escolar o recaudación de fondos. Todos estos esfuerzos se realizan sin otra búsqueda más que la del amor al prójimo. En medio de ello, la Pastoral Juvenil en América Latina y el Caribe no fue ajena, durante este tiempo de zozobra, y procuró brindar espacios de oración y acompañamiento pastoral y psicológico mediante los grupos juveniles y comisiones nacionales de pastoral juvenil, asimismo nos involucramos de lleno en el proceso de la Asamblea Eclesial con espacios amplios de reflexión para todos los jóvenes del continente; estos nos permitieron conocer, aun mejor, las diversas problemáticas de este nuevo tiempo al que nos enfrentamos, dejando ver la necesidad de apostar por un acompañamiento constante y la formación continua para asesores y jóvenes líderes.

Este último, es un pedido que ya venía siendo susurrado desde el Sínodo sobre los jóvenes: “Los jóvenes están llamados continuamente a tomar decisiones que orientan su existencia; expresan el deseo de ser escuchados, reconocidos y acompañados” (Documento final). Estas palabras resuenan hoy, más que nunca, en medio de la Pastoral Juvenil. Es por ello que en septiembre el Equipo Latinoamericano y Caribeño de Pastoral Juvenil se ha reunido de manera presencial, por primera vez desde el inicio de la pandemia, en Lima para reconocer el camino recorrido por los jóvenes del continente; reflexionar sobre el pedido de escucha, reconocimiento y acompañamiento durante el camino sinodal; consolidar la prevención de abusos para construir espacios seguros; discernir los pasos a seguir rumbo a la JMJ de Lisboa 2023; y diseñar el proceso de reestructuración del servicio siguiendo los pasos del CELAM.

LEER. Edición completa revista “Misión CELAM”. Los jóvenes agentes de transformación (PDF)

Publicaciones recomendadas en Buena Voz Noticias
Fuentes

Revista Misión CELAM – Setiembre del 2022 / Estudio “Imaginarios y rasgos de las culturas juveniles” / Video: Asamblea Eclesial / Foto: UUA

Puntuación: 0 / Votos: 0

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *