De Roux SJ: Una comisión de la verdad para el narcotráfico

1:00 p.m. | 24 set 22 (RD/CEV).- Sesenta años de guerra en Colombia fueron recogidos en un informe de diez tomos y 900 páginas que en junio presentó la Comisión de la Verdad, ente creado tras los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas de Liberación de Colombia (FARC). Con más de 15 mil entrevistas abordaron más de 700 casos de violencia y se registraron más de 10 millones de vidas afectadas. En una entrevista reciente, el jesuita Francisco de Roux, quien dirigió el trabajo de la comisión, ha comentado la labor que se hizo y respaldó la propuesta de crear una comisión similar para el narcotráfico, problemática que ha “permeado la economía, la política, el futbol, el comercio, los bancos y los aparatos de seguridad”. Siendo una actividad “base para la corrupción e ilegalidad”, señaló que no basta con lo investigado por la primera comisión: “es necesario un conocimiento completo”.

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Las claves de la Comisión de la Verdad

En el mes de junio, La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV) presentó su Informe Final, resultado de cuatro años de investigación, escucha comprometida y diálogo sobre más de medio siglo de guerra y conflicto armado. La Comisión, con su proceso de esclarecimiento, cumplió con el mandato consignado en el Acuerdo Paz de La Habana, firmado en 2016 entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, de dilucidar los patrones y la persistencia del conflicto armado y reconocer y dignificar a las víctimas en el país y en el exilio que sufrieron sus consecuencias.

El Informe propone un punto de partida para el diálogo nacional para enfrentar las causas del conflicto, sugiere medidas específicas para prevenir y nunca repetir la crueldad de la guerra, y hace un llamado al país a entrar un tiempo de reconciliación que le permita a la sociedad convivir con respeto en medio de las diferencias y asegurar la búsqueda de cambios políticos y sociales sin necesidad de la violencia.

En medio de ese trabajo, se resaltan los siguientes logros:

  • La recolección de cerca de 15.000 entrevistas individuales y colectivas, tanto en el territorio nacional como a los colombianos exiliados en 23 países, lo que permitió escuchar directamente a cerca de 30.000 personas.
  • La investigación en profundidad sobre 730 casos y 1.195 informes de hechos de violencia durante el conflicto armado.
  • La creación de 28 Casas de la Verdad en los siguientes municipios priorizados y que han sido afectados por el conflicto armado.
  • La colaboración de 186 voluntarios y cerca de 800 organizaciones internacionales que apoyaron el proceso de escucha en decenas de países.
  • Más de 23.000 horas de investigación y deliberación con documentos históricos, expertos multidisciplinarios y archivos nacionales, incluida la exploración en profundidad de la difícil situación de los pueblos étnicos durante la guerra.

 

Los hallazgos

Una encuesta contratada por la Comisión encontró que el 40% de los colombianos no conoce la historia de la guerra y 35% la conoce “más o menos”. Así que el trabajo se centró en reconstruir la verdad entendida como colectiva y no como una única versión oficial e incontrovertible. Más que establecer responsables, el informe busca establecer los factores de persistencia que hicieron de esta guerra una de las más largas de la historia y en la que el 80% de las víctimas fueron civiles no combatientes. Estos son algunas de las conclusiones:

  • El narcotráfico no solo fue financiador del conflicto, sino que fue una arraigada industria que permeó la economía y el sistema político.
  • El conflicto no solo tuvo causas armadas, sino también no armadas, parte de un entramado económico, político e incluso cultural que fomentaron el alzamiento en armas de campesinos y líderes políticos excluidos.
  • El modelo económico neoliberal que se implantó durante décadas, sobre todo después de los años 90, fomentó la exclusión y la desigualdad.
  • El modelo de seguridad del Estado, en parte financiado por EE.UU. e ideado en el marco de la guerra contra las drogas, puso a las Fuerzas Armadas en “modo guerra”. Eso impidió abordar el conflicto como un complejo proceso histórico en el que el Estado jugó, también, un rol como victimario.
  • La exclusión no fue solo económica: los patrones de discriminación racial, étnica, cultural y de género jugaron un papel crucial en la persistencia del conflicto.
  • El Estado desprotegió regiones y poblaciones vulnerables, sobre todo a jóvenes que, ante la crisis económica y las lógicas de guerra presentes en sus territorios, se vieron obligados a entrar a los grupos armados como una forma de vida posible.

LEER. 5 claves del histórico informe de la Comisión de la verdad sobre la guerra en Colombia

Francisco de Roux: Se necesita una comisión de la verdad para el narcotráfico

Religión Digital difundió una entrevista al presidente de la Comisión del Esclarecimiento de la Verdad CEV, padre Francisco de Roux:

-P. De Roux, ¿Usted que piensa al respecto de las afirmaciones de la comisionada Ruiz? (miembro de la comisión que declaró a un diario la necesidad de una comisión de la verdad solo para el narcotráfico) ¿Por cuales razones CEV no ha investigado sobre el narcotráfico?

Estoy de acuerdo con las afirmaciones de Marta Ruiz. La CEV recogió el estado actual de los análisis que hay en Colombia sobre el narcotráfico y pudo hablar con narcotraficantes importantes que están en las cárceles en el país y en Estado Unidos, y además dialogó con muchas víctimas de la guerra contra el narcotráfico. La CEV pudo establecer que hoy en Colombia hay una sola guerra que une a la insurgencia y al narcotráfico. Esta guerra es diversa según las regiones. Además, la CEV pudo mostrar que la guerra no es la solución para el problema del narcotráfico. Mostró que lo que necesita Colombia es recuperar al campesinado que ha sido destruido y crear alternativas serias para las mujeres y hombres del campo.

Al mismo tiempo mostró que el narcotráfico ha penetrado la economía, los partidos políticos, el futbol, el comercio y los bancos, la política y los aparatos de seguridad. Mostró como el narcotráfico es la base para el contrabando, la corrupción, la minería de oro criminal y el negocio de importación ilegal de armas. Al mismo tiempo la CEV mostró que falta mucho para tener un conocimiento completo sobre la penetración del narcotráfico en Colombia y en el mundo, y por eso recomendamos una comisión de la verdad entre colombianos y extranjeros para hacerlos. Mientras haya narcotráfico en Colombia, habrá guerra.

-P. De Roux, ¿qué opinión tiene CEV sobre el Comercio Internacional de Armas y sus responsabilidades frente al conflicto colombiano?

La producción y comercialización de armas en el mundo es un inmenso mal moral. Todos los que participan en esa producción y mercadeo son cómplices de la violencia contra la humanidad. Las armas son para matar. Las con la que los colombianos nos hemos matado durante 60 años vienen de Europa, Estados Unidos, Rusia e Israel; y en menor parte son producidas por INDUMIL, la empresa de las Fuerzas Militares de Colombia que trajo a tecnología de esos países.

 

-P. Roux, en entrevistas anteriores Usted me ha dicho que esperaba que termine su mandato constitucional para hablar el expresidente de la Republica Duque. ¿La CEV ha sido respaldada por el Presidente Duque?

Trabajamos en un gobierno que se sintió muy incómodo con nuestra tarea. Debo decir que el presidente Iván Duque nos respetó y respetó los recursos públicos y de cooperación que nos fueron asignados, pero no nos tenía confianza. Las críticas iniciales que se hicieron a todo el sistema y particularmente a la Jurisdicción Especial para la Paz JEP, la inseguridad manifiesta por el asesinato de los líderes y de excombatientes de las Farc, la ausencia de un liderazgo que convocara al país a avanzar a la paz a fondo, todo nos daba para pensar que si bien éramos una institución del Estado, la dirección del Estado no estaba con nosotros.

-El Presidente Duque, ¿qué quería?

Una de las muestras de la desconfianza que había sobre nosotros fue el acto solemne en que el presidente de la República nos entregó el libro de la contribución a la verdad de los militares para que se incorporara al informe. Lo leímos y el texto se cita varias veces en el Informe Final. Cuando el presidente se dirigió a mí, delante de todo el público, y me dijo: “Padre, usted sabe que la verdad no es sino una y aquí se la entrego”, toda la gente invitada y la cúpula militar se pusieron de pie para aplaudir. Me quedé sentado junto con Eduardo Cifuentes, presidente de la JEP, porque no estoy de acuerdo en que hay una sola verdad y menos que sea la verdad del Estado. Lo que nosotros entregamos no es una verdad acabada; es un documento con verdades muy serias que ponemos a la discusión para que se enriquezcan, se complementen, para que se corrijan si hay datos y otras interpretaciones que expliquen mejor.

-P. De Roux, ¿Usted se ha encontrado el cardenal Michael Czerny? (colaborador cercano al papa Francisco que respaldó el trabajo de la comisión: “este informe es fruto de un proceso muy inclusivo… Tomaron el tiempo necesario para escuchar a la gente que ha sufrido. Eso es fundamental y esencial)

El Cardenal Czerny me ha expresado personalmente el apoyo del papa Francisco, hay total disposición para ayudar la construcción de la paz en Colombia, de estar en contacto con mi persona, como presidente CEV, destacando la disposición de cualquier forma en que pueda ser útil el Vaticano. Son palabras muy importantes considerando que Cardenal Czerny está a lado del Papa. Yo conté al Cardenal Czerny del encuentro con los obispos de la Conferencia Episcopal Colombiana CEC, de las responsabilidades en el conflicto. El cardenal Czerny me ha escuchado con mucha atención.

-P. De Roux, con la entrega del informe de la Comisión de la Verdad del pasado 28 de julio de 2022, ¿cómo están reaccionado los 9 millones de Victimas en Colombia?

Hay una transformación admirable de las víctimas al sentirse escuchadas. El camino es pasar del dolor, del rechazo del Estado, del rechazo de los perpetradores de los crímenes y empezar el diálogo, los reclamos y llegar a la petición de decir la verdad por parte de los victimarios. Es importante la memoria de las víctimas y reivindicar la dignidad de las personas asesinadas y de sus familiares. Destacamos la autoridad moral de las victimas cuando los responsables reconocen sus culpas. Queremos justicia transicional. Las víctimas no quieren venganza, piden no repetición, lo dicen con autoridad moral. Subrayo esta lucha por la paz como postura política de las víctimas. Recuerdo los encuentros en La Habana, durante las negociaciones con la guerrilla de las Farc. Como colombianos somos capaces de mirarnos a los ojos y nos damos la mano como país.

El mayor logro es el acontecimiento de la verdad. La dignidad la vamos conseguir con coraje y osadía, de superar el miedo. Desde 1985 hasta 2008, 450.000 colombianos murieron por causa de la guerra. 90.000 muchachos, guerrilleros, paras y del ejército, murieron. Hay que construir desde la verdad, y seguir en la continuación del sistema de justicia transicional. Tomamos en serio las recomendaciones con ELN y disidencia de las Farc. Es importante la transformación del sistema de seguridad para fortalecer una verdadera democracia desde la igualdad de las personas. Destacamos la labor pedagógica sobre la paz, contra la impunidad, difundiendo los informes de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad CEV.

LEER. Entrevista completa 1 / Entrevista 2 / Entrevista 3

Información adicional
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Fuentes

Religion Digital (2) / Vida Nueva / Web Comisión de la Verdad – Colombia / BBC / Videos: CEV – Caracol / Foto: Gustavo Torrijos Zuluaga

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