Una mujer elegida entre obispos: cambios para enfrentar la crisis
10:00 p.m. | 2 mar 21 (NCR/VN).- El episcopado alemán eligió a una mujer como secretaria general durante una plenaria marcada por la sombra de los escándalos de abusos sexuales. Beate Gilles, una teóloga de 50 años, se convierte en la primera laica que dirigirá la secretaría de los obispos. “El año pasado se debatía si una mujer podía ocupar un cargo de este tipo. Ahora sabemos que es posible”, dijo en la rueda de prensa posterior a su elección. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal, dijo que el nombramiento era una fuerte señal “de que los obispos están cumpliendo su acuerdo de promover a las mujeres en puestos de liderazgo”. Además, el nombramiento aporta a la reforma en la gestión de la Iglesia, acostumbrada a un clericalismo que fomentó y encubrió los casos de abuso sexual.
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Por primera vez una mujer (y laica) dirigirá la sede de la Iglesia germana. Gilles tomará posesión de su nuevo cargo el 1 de julio de 2021 y sucede al jesuita Hans Langendörfer, que dejó su cargo en enero tras 24 años al frente de dicho departamento. Gilles ha sido la responsable del departamento de infancia, juventud y familia en su diócesis natal de Limburgo.
La elección de la nueva secretaria ha correspondido al presidente de la DBK, el obispo de Limburgo Georg Bätzing, quien destacó sus habilidades organizativas en la rueda de prensa de presentación: “está considerada como una profunda teóloga, fuertemente integrada en las diferentes estructuras de la Iglesia católica”. Además, para el prelado la elección de una mujer es una “señal fuerte de que los obispos están cumpliendo su compromiso de promover a las mujeres en puestos de liderazgo”. La teóloga ha trabajado también en proyectos de educación de adultos y se ha doctorado con una tesis sobre las transmisiones de la celebraciones religiosas por televisión.
“Nos alegra que hayan reconocido los signos de los tiempos. Al mismo tiempo, confiamos en que la justicia de género en la Iglesia siga avanzando y que se vayan aplicando las reivindicaciones que venimos haciendo desde hace décadas”, han señalado desde la Comunidad Femenina Católica de Alemania, según recoge el portal katolisch.de. La Federación de Mujeres Católicas Alemanas ha considerado que es una “sabia decisión” el nombramiento de Gilles.
Las funciones de un secretario general son varias como la de actuar de portavoz, actuar de enlace entre los distintos órganos de la Conferencia o mejor coordinación de los servicios del episcopado. Además será Secretaria de la Asamblea Plenaria, de la Comisión Permanente y del Comité Ejecutivo, en cuyas reuniones tendrá voz pero no voto ya que en el caso de Gilles, no es obispo.
Medidas para afrontar el éxodo de fieles
Sin embargo, la elección de Gilles no puede distraer el hecho de que la Iglesia católica en Alemania está bajo presión y en un punto crítico. Ha caído en el descrédito entre los fieles tras una letanía de acusaciones de investigaciones inadecuadas y encubrimiento de abusos sexuales del pasado. “Mientras no haya una reevaluación honesta, abierta y completa de los abusos sexuales en todas las diócesis alemanas, establecida a un alto nivel científico y con los mismos estándares para todos, los esfuerzos de reforma… no llegarán a nada”, dijo una declaración de la Alianza Católica de Laicos, que representa a siete organizaciones de laicos.
En el centro de la tormenta está el cardenal de Colonia, Rainer Maria Woelki. Después de encargar un informe para aclarar los casos de abusos sexuales del pasado, especialmente cómo se gestionaron, en la archidiócesis de Colonia, se negó a hacerlo público, diciendo que contenía deficiencias. Ordenó un nuevo informe, cuya publicación está prevista para el 18 de marzo. Los consejos parroquiales, los sacerdotes y, más recientemente, el consejo diocesano han criticado al cardenal por su gestión de la investigación de los abusos.
Mientras que otras diócesis también se enfrentan a acusaciones de abusos, Woelki es visto como un símbolo del encubrimiento en la Iglesia católica, ya que cada vez más católicos alemanes dan la espalda a la iglesia. Otros, como la alianza de laicos, piden cambios fundamentales. En Alemania, las afiliaciones eclesiásticas se registran en el gobierno, que recauda un impuesto en nombre de las iglesias. Este impuesto suele suponer entre el 5% y el 8% de los ingresos de los fieles de la iglesia.
El 19 de febrero, la página web para reservar citas en el Tribunal de Distrito de Colonia, para las personas que desean dejar de contribuir y abandonar la Iglesia, colapsó después de que quedaran disponibles fechas y franjas horarias adicionales para marzo y abril, según informó el mismo tribunal. En una conferencia de prensa celebrada el 25 de febrero, Bätzing admitió que la salida de personas de la Iglesia acabaría afectando a las finanzas de la misma.
Reiteró que ha calificado abiertamente como “un desastre” la gestión de la crisis de Woelki. Le he aconsejado que siga otro camino”. Dijo que la Conferencia Episcopal no puede tomar ninguna decisión sobre el futuro de Woelki; sólo el nuncio apostólico puede hacerlo. En la formal declaración final, tras la sesión plenaria, Bätzing abordó el hecho de que la opinión pública se centre en estos momentos en la arquidiócesis de Colonia. “Me gustaría aclarar: sí, hay mucha gente que abandona la Iglesia, y es por la imagen que la Iglesia proyecta actualmente. Y ciertamente, hay muchas cosas que deben aclararse en la arquidiócesis de Colonia. Pero centrarse únicamente en el arzobispo de Colonia sería tener un visión estrecha. Al contrario: todos los obispos de las 27 diócesis son responsables de la situación, y todos tenemos que afrontar las críticas”.
Dijo que se ha avanzado mucho en la última década, desde que se hicieron públicos los primeros casos de abusos sexuales en la Iglesia católica alemana en 2010, “pero, por supuesto, aún queda mucho por hacer. El tema no está en absoluto cerrado, ni lo estará nunca con vistas a la prevención”.
Entrevista a la nueva secretaria general de la Conferencia Episcopal alemana
El obispo Georg Bätzing, cuando fue elegido presidente el año pasado, dijo que es normal pensar dos veces antes de asumir esa responsabilidad, más aún en la situación actual ¿Sientes lo mismo?
Cuando llegó la petición, también fue mi primer reflejo. He pensado en los muchos desafíos. Tienen poco que ver con el trabajo en sí, y más con la situación general de la Iglesia. Pero entonces me di cuenta de que ahora también estoy en una posición en la que estoy por y para la Iglesia. Además, no sólo es un momento crítico para la Iglesia, sino también un momento emocionante, en el que muchas cosas ya han empezado a moverse. Así que me dije: no voy a huir, más bien quiero aportar.
¿Qué quiere hacer exactamente en su nuevo puesto?
En el futuro, incluso más que en mi anterior cargo en Limburgo, se tratará de los grandes temas que conciernen a la Iglesia en su conjunto. En primer lugar, está la dimensión social, es decir, la pregunta: ¿Cuándo es importante que la Iglesia católica alce la voz? La segunda dimensión se refiere a las cuestiones centrales de la Iglesia. Y una tercera dimensión para mí es el trabajo de la Asociación de Diócesis Alemanas. ¿Dónde podemos crear sinergias entre las diócesis? ¿Dónde tenemos que ahorrar dinero? ¿Y qué proyectos interdiocesanos queremos priorizar? (click aquí para leer entrevista completa).
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Fuentes:
National Catholic Reporter / Vida Nueva / Religión Digital / Foto: DBK
