Francisco impulsa juicio sin precedentes por abusos en el Vaticano

4:00 p.m. | 21 oct 20 (LN/LV).- La Santa Sede vivió el inicio de un juicio sin precedentes en la historia de la Iglesia. Se acusa a un sacerdote por abusar sexualmente de un monaguillo del coro del Papa -cometidos entre 2007 y 2012- y al rector del instituto donde residía el menor, por encubrimiento. Francisco intervino evitando la prescripción de estos crímenes cuando revisó y cambió el código de procedimiento penal del Vaticano. Antes solo podía procederse hasta un año después de que se cometieran los delitos y que se presentara una denuncia.

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La primera audiencia fue muy breve, apenas duró ocho minutos en los que se leyeron las acusaciones y se presentaron las partes del tribunal. El principal imputado es don Gabriele Martinelli, que fue el primer en llegar, vestido con una polo negra, a la sala de audiencias del Tribunal del Vaticano, donde todos, respetando las normas anti-coronavirus vigentes, llevaban barbijo, mantenían distancias y sortearon controles de temperatura. De 28 años y oriundo de la ciudad de Como, en el norte de Italia, Martinelli, a quien le fue notificado el procesamiento en julio del año pasado, es acusado de crímenes horrendos, tal como recordaron en la audiencia.

Habría “usado violencia y amenaza”, abusando de su autoridad y aprovechando de las relaciones de confianza establecidas en cuanto tutor y coordinador de las actividades de los seminaristas y “obligado a L.G. a someterse a relaciones carnales, actos de sodomía, masturbación sobre sí mismo y sobre el joven en diversos tiempos y lugares del Estado de la Ciudad del Vaticano”. Las violencias de Martinelli sobre L.G., la víctima, cuya identidad busca protegerse, ocurrieron entre 2007 y 2012, cuando los dos eran menores y el pontífice era Benedicto XVI.

El segundo imputado, don Enrico Radice, de 70 años y también oriundo de Como, que se presentó vestido de cura, en tanto, es acusado de haber ayudado a Martinelli más de una vez, como rector del pre-seminario, en diversos momentos y lugares, no solo en Italia, sino también en el exterior, “a eludir investigaciones después de los delitos de violencia carnal y libido”, según las actas de imputación leídas ante los acusados, que estuvieron acompañados por sus abogados, las dos mujeres, en una audiencia en la que también estuvieron presentes dos periodistas acreditados en el Vaticano.

El presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, ex procurador antimafia de Roma, recordó que el 3 de octubre de 2013 don Radice desestimó las denuncias presentadas por la víctima en una carta que le envió al obispo de Como, Diego Attilio Coletti, hablando de fumus persecutionis (humo de persecución). Aunque no es todo. También falsificó y envió una carta, sobre papel membretado de la diócesis de Como, en la que anunciaba la inminente ordenación sacerdotal de Martinelli. El obispo desconoció esa carta.

Además, en un interrogatorio al que fue sometido por los fiscales del Vaticano en 2018, aseguró “con certeza absoluta” de no estar en conocimiento de actos homosexuales y de libido en el pre-seminario del que era rector: así, obstaculizó las investigaciones.

Luego de pedirle a la abogada de Radice presentarles más pruebas “porque este tribunal quiere darle el mayor espacio posible a la defensa”, antes del viernes, Pignatone fijó la próxima audiencia para el 27 de octubre próximo.

La investigación

Las investigaciones comenzaron después de que el periodista Gianluggi Nuzzi publicara Peccato originale, un libro que fue seguido de reportajes italianos. La presunta víctima declaró allí que Martinelli, que era sólo unos meses mayor que él pero ya había decidido entrar en el seminario, entraba en su cama y empezaba a tocarle durante la noche y cuando no había ningún otro superior delante. “Ni siquiera entendía realmente qué estaba pasando”, dijo a un programa de televisión.

Los abusos se repitieron aunque, como sucede en tantos casos, el agredido no se atrevió a denunciar. Fue entonces cuando un compañero de habitación, el polaco Kamil Jarzembowski, lo explicó todo al rector. En el libro de Nuzzi el joven polaco detalló que los abusos sucedieron más de 140 veces. Jarzembowski, que llegó en el 2009, fue expulsado del preseminario y finalmente no se convirtió en sacerdote. Será uno de los testigos que se esperan para el juicio.

La intervención del Papa

Tal como destacó el diario La Stampa, inicio de este juicio es algo sin precedente en la historia de la Iglesia moderna porque irán al banquillo de los acusados dos sacerdotes por abusos sexuales cometidos en el seno del pequeño Estado.

“Se trata de un proceso impulsado por el papa Francisco, que ante estas acusaciones para evitar la prescripción intervino personalmente en julio de 2019, revisando el código de procedimiento penal”, escribió Nuzzi, destacando que, hasta entonces, solo podía procederse hasta un año después de que se cometieran los delitos y luego de que la parte ofendida presentara una denuncia.

Aquí las últimas iniciativas del Papa Francisco en la lucha contra los abusos en la Iglesia:

Fuentes:

La Nación / La Vanguardia / Foto: Reuters

 

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