Abusos: Cartas públicas piden intervención del Papa

7:00 p.m. | 10 jul 20 (RD/LN).- Por lo bajo todo el mundo en el Vaticano lo admite: “Polonia es el nuevo Chile”. La referencia es al escándalo de pedofilia y encubrimiento por parte de la jerarquía eclesiástica chilena que detonó en el 2018. Un escenario similar se perfila en Polonia, donde están saliendo a la luz terribles historias de abuso y las víctimas están en pie de guerra. Días atrás, un grupo de 600 fieles se organizó para publicar una carta, en página completa de un importante periódico italiano, suplicando la intervención de Francisco.

A eso se suman misivas anteriores dirigidas a la Santa Sede e incluso dos documentales publicados en Youtube, uno del 2019 y otro de este año, que expusieron varios casos. Ya el Vaticano removió a uno de los obispos denunciados e iniciaron investigaciones, pero la carta en el diario expone la desesperación de víctimas que aguantaron años de silencio. Y en Chile, otro grupo de laicos escribieron al Vaticano para que reconsidere el nombramiento de un obispo, acusado de encubrimiento.

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La carta, que reúne el sentir de un grupo de 635 fieles polacos, fue publicada el 29 de junio en el diario La Repubblica. Está dirigida de manera directa al mismo Francisco: “Mira con urgencia a la Iglesia de Polonia, donde se han verificado casos de pedofilia y la lealtad hacia la institución es ciega y sorda, más importante que el bien de las víctimas”.

“La falta de una reacción decisiva de la jerarquía eclesiástica ante señalamientos de comportamientos reprobables atribuidos a algunos obispos es motivo de escándalo público y daña al bien de la Iglesia. Y golpea su unidad, porque nos divide entre los que están preocupados por la imagen de la institución y los que están preocupados por el bien de las víctimas”, se lee en la carta. “¡Reparemos las heridas!”, reclamaron, en un llamado directo al Papa que realizó el grupo polaco, que en su sitio, explica por qué decidió pasar a la acción e incluso acusó, con nombre y apellido, a algunos obispos.

“Ha habido acusaciones contra algunos de nuestros obispos durante años, que, si bien en parte son vergonzosos, son abusos escandalosos relacionados con el encubrimiento de la pedofilia, el acoso psicológico, la violencia contra los sacerdotes y las personas consagradas, o con la simonía”, denunciaron, mencionando especialmente a los obispos Slawoj Leszek Glódz, Jan Tyrawa y Edward Janiak, aunque también están involucrados “otros obispos”.

“En vista de la magnitud de los abusos descritos, los jerarcas de la Iglesia polaca permanecen abrumadoramente en silencio. También el nuncio apostólico en Polonia parece subestimar la información que recibe y los informes oficiales de los eventos mencionados”, agregaron en su sitio web.

Antes de decidirse por pagar una página completa en un medio italiano, las víctimas destacaron que escribieron cartas a la Congregación para los Obipos, a la nunciatura local y al propio Papa, que nunca llegaron a destino. “Espero que ahora el Papa entienda lo que quieren comunicarles y pase a la acción”, comentó al diario La Nación una fuente polaca que conoce bien el escándalo.

El año pasado un documental disponible en YouTube titulado “No le digas a nadie”, realizado con una cámara oculta por una víctima, Anna Misiewicz, abusada a los ocho años, hizo estallar el escándalo pedofilia en Polonia. La película fue vista por 18 millones de personas en ese país de 38 millones de habitantes.

A fines de junio el Papa apartó temporalmente a Janiak, uno de los obispos involucrados en uno de los casos de encubrimiento y nombró administrador apostólico de su diócesis, la de Kalisz, al arzobispo Grzegorz Ryss, mientras se realiza una investigación.

“El Santo Padre ha sido informado del llamamiento, reza por quienes lo han hecho. Toda la Iglesia debe hacer lo posible para que sean aplicadas las normativas canónicas, para que los casos de abusos salgan a la luz y para que los culpables de estos graves abusos sean castigados”, dijo el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, tras ser interpelado sobre la carta aparecida ayer en La Repubblica.

El Vaticano tuvo durante décadas, en la etapa anterior a los pontificados de Benedicto XVI y de Francisco, una política de encubrimiento ante casos de abusos. “Durante los tiempos de Juan Pablo II era praxis tratar de salvar la institución, a costa de las víctimas”, evocó La Repubblica, al recordar que con Karol Wojtyla gozó de protección en el Vaticano el padre Marcial Maciel, fundador mexicano de los Legionarios de Cristo, que resultó ser un abusador serial, fallecido en 2008.

Sobre los documentales de los hermanos Sekielski

A fines de mayo, y a propósito de la difusión de un segundo documental en Youtube que insistió en la evidencia de pederastia y encubrimiento en la Iglesia polaca, el episcopado pidió que desde el Vaticano se inicien las investigaciones sobre las denuncias de abusos. “Como alto representante de la Conferencia Episcopal pido a la Santa Sede que abra un procedimiento investigador sobre esos contenidos”, escribió en un comunicado el primado de Polonia, el arzobispo Wojciech Polak, según informaciones del canal de televisión polaco TVN24. La reacción desde el Vaticano fue la mencionada suspensión del obispo Janiak y el inicio de las investigaciones.

Los hermanos Sekielski levantaron ya ampollas en el seno de la Iglesia católica polaca en mayo de 2019, con la difusión de un primer documental donde sacaban a la luz lo que sus autores denominaban los “pecados sistemáticos de pederastia” de sus religiosos.

El primer documental, que lleva el título “No se lo digas a nadie”, relata las vivencias de algunas víctimas, como Anna Misiewicz, que junto a otras niñas debía hacer el aseo en las viviendas de sacerdotes, donde comenzó a sufrir violencia sexual cuando tenía apenas ocho años. En la cinta, con subtítulos en español, Anna llega a la Casa de los Sacerdotes Retirados en Kielce -donde viven los curas “jubilados” en pequeños departamentos privados- para enfrentar a su victimario, que reconoce haber abusado de menores frente a una cámara oculta. En poco tiempo acumuló millones de reproducciones, y causó conmoción en un país gobernado por un partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), muy vinculado a la jerarquía católica.

ENLACE. Más información sobre documental “No se lo digas a nadie” / Reacción en Polonia

 

En el segundo filme, con el título “Jugando al escondite”, los cineastas se centran en los casos de tres hermanos, todos ellos menores y víctimas de los abusos sexuales por parte de un mismo sacerdote. Se proponen atar los cabos que quedaron sueltos en el primero, según explicaron sus autores en la presentación previa a la difusión de la cinta. Los Sekielski aseguran que no se trata de casos aislados, los que reflejan en su filme, sino de situaciones usuales en la Iglesia, favorecidas por unas estructuras jerárquicas que hasta ahora silenciaron esos abusos.

 

“Cualquiera que ve el filme comprueba hasta qué punto las víctimas están solas ante estas situaciones”, denuncian los autores del documental, en declaraciones al citado canal. Las víctimas de los abusos pasan “meses y meses” denunciando su situación “de puerta en puerta”, en busca de alguien que les ayude, en primer lugar, y que esté dispuesto a ejercer la justicia, en segundo, añaden los Sekielski.

Los religiosos que cometen esos abusos se sienten “impunes”, según los cineastas. En el peor de los casos serán trasladados a otra parroquia, pero difícilmente responderán ante la justicia por sus delitos. Los autores de estos documentales se proponen ahora realizar otras dos cintas, en ese caso centradas en la figura de Juan Pablo II, el papa polaco Karol Wojtyla.

Más información sobre el escenario en Polonia:
Víctimas de abuso y laicos chilenos escriben al Vaticano para que se reconsidere un nombramiento episcopal

“Nos mueve el sincero deseo de reconstruir nuestra Iglesia de Valparaíso”, explica el grupo de laicos que ha firmado y enviado al español Jordi Bertomeu una carta solicitando que se detenga el nombramiento de Gonzalo Bravo como obispo de la Iglesia de San Felipe, en Chile.

Se dirigen a Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe y miembro de la comisión de investigación de la Iglesia chilena junto a monseñor Scicluna, para expresar su “profunda preocupación y dolor” después de que Bravo, acusado de encubrimiento de abusos sexuales, haya sido nombrado obispo de San Felipe en mayo, a falta de toma de posesión del cargo.

“Nuestra Iglesia local es una Iglesia muy dañada por los delitos y abusos de algunos de sus sacerdotes, pero sobre todo nos duele la complicidad, indiferencia o tolerancia a estos hechos y el ejercicio de otras prácticas, amparadas por la autoridad”, le confiesan al español, solicitando una respuesta de la Santa Sede.

Los laicos firmantes, implicados en los servicios de la Iglesia (catequistas, educadores…) y algunos de ellos víctimas de abuso sexual clerical, se cuestionan en la misiva “cómo es posible que su nombre haya llegado a Roma sin estos antecedentes”. Puesto que Bravo no solo se ha visto vinculado al encubrimiento de estos delitos sexuales en tiempos del exobispo Gonzalo Duarte, sino que ha sido además acusado de maltratar a los denunciantes.

Como se lee en la carta, Bravo participó “en el impedimento de justicia para ellas, e incluso ofreció dinero a cambio de su silenciamiento mientras ocupaba el cargo de Ecónomo de la Diócesis”.

A estos escándalos se suma la acusación, por parte de religiosas y del laicado de la diócesis, de abuso de poder y conciencia. Por todo ello la carta de la Red Laical de Valparaíso solicita que se investigue a Gonzalo Bravo, y no se concrete su nombramiento.

ENLACE. Leer la carta completa.

Fuentes:

La Nación / Religión Digital / Vatican News

 

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