Nuevo obispo de Hong Kong: Diócesis servirá de vínculo entre el Vaticano y China popular

1:00 p m| 9 ago 17 (AGENCIAS/BV).- Mons. Michael Yeung Ming-Chung tomó posesión de su cátedra. La ceremonia y misa en la que participaron cerca de mil fieles, contó también con la presencia de los dos obispos eméritos, cardenales John Tong y Joseph Zen y representantes de las Iglesias cristianas. En la homilía, Mons. Yeung subrayó que “sin la cruz no somos discípulos del Señor”, y destacó el compromiso pastoral de “curar las heridas de las relaciones” con los fieles y en las familias.

Además aseguró que pondrá su atención no solo en la pobreza económica, sino también en la espiritual, en los ancianos y en los jóvenes. “Hong Kong no solo debe preocuparse de la economía sino también de la educación, del ambiente, de las reformas políticas”. Y aunque consideró que su rol es demasiado pequeño en el diálogo entre Pekín y la Santa Sede, consideró que la Iglesia de Hong Kong servirá como “puente” entre el Vaticano y China popular.

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Apoyar el movimiento civil cada vez más grande para más democracia e independencia para Hong Kong o acercarse al gobierno de Pekín. Esa es una de las encrucijadas en la que se encuentra la Iglesia de la región administrativa especial tras el reciente cambio de obispo -que aunque fue oficializado a fines del año pasado por el Vaticano, acaba de hacerse efectivo- luego del retiro del cardenal John Tong y el nombramiento de monseñor Michael Yeung Ming-Chung, un nativo de Shanghái que afirma que “la sangre china corre por mis venas”.

Monseñor Yeung, de 72 años, había sido nombrado obispo coadjutor el 13 de noviembre. El cardenal Tong, que recientemente cumplió 79 años, ya había presentado su dimisión hace cuatro años, pero el Papa extendió su responsabilidad hasta este año.

Monseñor Yeung nació en Shanghái el 1 de diciembre de 1945 en una familia católica y llegó a Hong Kong cuando tenía 4 años. Trabajó en una empresa de importaciones-exportaciones, antes de entrar en el seminario de Hong Kong a los 26 años. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1978. Realizó estudios de comunicación en Syracuse (EE.UU.) y en filosofía y educación en Harvard (EE.UU.). Desde agosto de 2003 estuvo a cargo de la Cáritas de la región y se desempeñó como vicario general a partir de 2009. Fue ordenado obispo auxiliar en agosto de 2014.

Diversos observadores se preguntan si monseñor Yeung seguirá la línea del cardenal Tong, dialogante y gentil con China, o si tomará posiciones impetuosas como la del cardenal Joseph Zen, gran defensor de la libertad religiosa y muy amigo del movimiento democrático del territorio.

Después de su nombramiento como coadjutor, acontecido durante la misa de clausura del Año Santo de la Misericordia, Mons. Yeung se dirigió a sus fieles y les confesó tener muchos defectos, y agradeció al Papa por la confianza depositada en él. También agradeció a los dos cardenales, quienes lo recibieron 44 años atrás, cuando él entró en el seminario. Dijo que el cardenal Zen siempre lo sostuvo, y que de él aprendió a no detenerse ante ninguna dificultad. Del cardenal Tong aprendió a ser gentil y magnánimo, lleno de amor a la cultura, al pueblo y a la Iglesia china. En una sociedad tan diversificada como es la de Hong Kong, prosiguió, los dos cardenales son como grandes árboles, bajo los cuales él puede gozar de un poco de sombra. Y así como habrá de obedecer al nombramiento del Papa, no podrá hacer menos que seguir sus pasos.

El registro eclesial más familiar para el nuevo obispo de Hong Kong no parece el de las batallas públicas o del espesor intelectual, sino un registro concreto de las obras de la caridad para ayudar a los que están en necesidades. Su encargo como guía de la Caritas de Hong Kong, que comenzó en 2003, lo llamó a ocuparse de la difícil herencia del padre Francesco Lerda, el misionero del PIME que la guió durante las décadas heroicas del enorme trabajo a favor de los migrantes de la China continental.

Todavía en la actualidad, en un contexto que ha cambiado mucho, con las nuevas pobrezas que afectan a la población de ese gran centro financiero internacional, muchos en Hong Kong, sobre todo entre los no cristianos, ven en la Caritas el rostro más interesante de la comunidad eclesial local.

Parece, con el nombramiento de Yeung, que la diócesis en el futuro no concentrará sus energías para contraponerse a las autoridades civiles. En el pasado, el nuevo obispo fue atacado por algunos ambientes y medios de comunicación de Hong Kong porque no acostumbraba criticar a China y por no haber apoyado con vigor las protestas anti-Pekín de Occupy Central. En realidad, Yeung repitió durante su primera conferencia de prensa como obispo que la Iglesia no es una entidad política, y que, como sea, se necesita demostrar solidaridad a todos los que intervienen con generosidad y hacen sentir su voz cuando ven amenazados los derechos humanos.

Un enfoque moderado y realista, que no gusta mucho entre los sectores que quisieran una contraposición más explícita entre la comunidad eclesial local y Pekín o la administración local, guiada por la católica Carrie Lam, que fue elegida Jefa del Ejecutivo de Hong Kong en marzo del año pasado.

Las respuestas que ofreció Yeung en su primera conferencia de prensa permiten imaginar un enfoque nada arrogante ni quejumbroso en relación con la realidad eclesial de la República Popular china y sus sufrimientos.


Nuevo obispo de Hong Kong, se encuentra con los periodistas

Libertad, derechos humanos, tensiones con el gobierno local, las relaciones entre China y Vaticano, los derechos de los homosexuales: son los temas y las preguntas han sido dirigidas a Mons. Michael Yeung, el día después de su nombramiento oficial como obispo ordinario de Hong Kong.

En la conferencia de prensa realizada en la sede del centro diocesano, cerca de la catedral, a las preguntas de tipo más o menos político, Mons. Michael Yeung respondió subrayando que sus prioridades son el ocuparse de los pobres y de los abandonados.

“Nuestros ancianos -dijo- necesitan ser tratados con dignidad y valorizados. Debemos ocuparnos también de nuestros jóvenes. No todos quieren combatir al gobierno, ellos quieren solo expresar su descontento y aquellos que están en el poder deben escucharlos”.

La referencia implícita era hacia el movimiento de Occupy Central que partiendo de pedidos de mayor democracia, produjo críticas hacia el gobierno por la falta de casas populares, falta de trabajo y de prospectivas para los jóvenes.

Preguntado sobre si combatirá en temas políticos, él explicó: “La Iglesia no es una partido político. Igualmente, si estamos frente a problemas que afectan a la entera sociedad, como los derechos humanos, la justicia, la apertura y la responsabilidad legal, pienso que la Iglesia se deba levantar y hablar claro”.

A la pregunta sobre cómo enfrentará las próximas elecciones parlamentarias, el obispo precisó: “Ciertamente no iré a decir a la gente de votar a este o aquel candidato. Pediré a ella y la alentaré a votar según la propia conciencia”.

Sobre el diálogo en curso entre Beijing y la Santa Sede, Mons. Yeung se defendió diciendo que él tiene un rol demasiado pequeño en un encuentro entre gobiernos. Al mismo tiempo, subrayó que la Iglesia de Hong Kong servirá como “puente” entre el Vaticano y China popular. Siempre hay espacio para un mejoramiento y para un perfeccionamiento”.

Mons Yeung hizo también una alusión a la muerte de Liu Xiaobo, el gran disidente que China hizo morir en la cárcel por un cáncer al hígado. La diócesis de Hong Kong celebró un rito fúnebre por él. “Es algo-dijo- que me ha roto el corazón y entristecido ver a una persona morir en la cárcel después de haber defendido a voz alta la democracia y la justicia, no por segundos fines”.

Yeung definió “desgraciado” el hecho que Beijing haya destruido el movimiento pro-democracia en la plaza Tienanmen el 4 de junio de 1989. Pero dijo que la Iglesia continuará comunicándose con las autoridades chinas sobre diversos temas.


Mons. Michael Yeung toma posesión como obispo de Hong Kong

Mons. Michael Yeung, nombrado como nuevo ordinario de Hong Kong el pasado 1 de agosto por el Papa Francisco, tomó posesión de su cátedra episcopal de la diócesis con una ceremonia y una misa que ha visto la participación de al menos 1000 fieles. Asistieron también representantes de las comunidades cristianas protestantes presentes en el territorio. También estaban los dos cardenales eméritos de la diócesis el Card. Tong y el Card Zen, además del obispo auxiliar Mons. Joseph Ha y el obispo de Macao, Mons. Stephen Lee Bun Sang.

Un centenar de sacerdotes han acompañado la procesión junto a la multitud que llenaban las naves de la catedral. En los lugares de honor estaban presentes también la actual jefe del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, acompañada por Donald Tsang, también él exjefe del ejecutivo.

La ceremonia se desarrolló en chino (cantonés) y en inglés. Después de la introducción y de una breve exhortación del obispo emérito, el Card. John Tong acompañó a Mons. Yeung a la cátedra dejándole el puesto. Inmediatamente el obispo recibió la obediencia de los sacerdotes, misioneros, religiosos y religiosas, laicos y de los jóvenes, donde manifestaron la promesa de conservar la unidad de la comunidad y de trabajar por la evangelización de la sociedad.

Mons. Yeung conmovido y medio avergonzado, se acercó a ellos y mientras todos se inclinaban -en puro estilo chino- delante de la autoridad, él los abrazó uno por uno.

En la homilía, pronunciado en chino e inglés, Mons. Yeung agradeció a los dos obispos eméritos por su testimonio y a las autoridades y a los fieles por su presencia en la celebración.

Luego, refiriéndose al Evangelio de la misa (la de la Fiesta de la Transfiguración de Jesús), él citó al Papa Benedicto XVI y al Papa Francisco, subrayando que “sin la cruz no podemos ser discípulos del Señor”. Él luego trazó las líneas del horizonte de su misión y de la diócesis, en el demostrar “compasión y en el acompañar” a los últimos, a los abandonados, a los perdidos (“the last, the least, the lost”). La pobreza que se necesita acoger no es sólo aquella económica, sino también la espiritual, la de aquellos que no son amados ni acogidos.

“Curar las relaciones” con los fieles y en las familias es la tarea cotidiana del pastor, señaló aún. Entre las relaciones que necesitan mayor atención él citó a los ancianos, muchos de los cuales son abandonados, sin casa, en difíciles situaciones económicas, viven el rechazo de la sociedad, de la autoridad, la falta de esperanza.

La población del territorio de Hong Kong, concluyó, debe preocuparse no sólo de la economía, sino también de las casas, de la educación, del ambiente, de las reformas políticas.


Fuentes:

Religión Digital / AsiaNews / Vatican Insider

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