Crisis del ébola: testimonio de un misionero

Testimonio misionero Padre Pérez ébola

9.00 p m| 26 ago 14 (AGENCIAS/BV).- Desde marzo se encuentra en Sierra Leona el Padre Luis Pérez S.X., misionero javeriano español, quien a través de la Delegación Diocesana de Misiones de Toledo (España), ha difundido su testimonio, que recoge una descripción de lo que se vive en su localidad en medio de la crisis del ébola. “Los ánimos están serenos, aunque con una cierta preocupación, pero seguimos adelante con calma. Los misioneros intentan guiar con prudencia en medio del brote del ébola”. Al final de la publicación, incluímos el comentario de un periodista ateo, que expone su sentir ante lo ocurrido con el P. Miguel Pajares, sacerdote víctima del virus del ébola.

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Sobre la epidemia, el Padre Luis Pérez recuerda que “el ébola es un virus que no tiene vacuna”, y que se transmite “solo por los fluidos (saliva, sudor, orina, mucosidad, lágrimas), es decir, que se pasa de unos a otros cuando hay contacto corporal -dar la mano o recibir el sudor de otro- ese contacto pasa el virus y luego se incuba”.

“Aquí -prosigue el misionero javeriano- con la forma de viajar, amontonados 7 u 8 en un coche, todos sudando, la insuficiente información, la carencia de una red de hospitales adecuados, la gente que vive en las aldeas, donde no hay control de casi nada, la resistencia de la gente a ir al hospital por temor a que a los aíslen, y como siempre, la tardanza de los de siempre por hacer algo y decir la verdad por temor a que eso afecte a la economía del país, han producido que ahora sea muy difícil controlar la situación y evitar los contagios que son, casi siempre, mortales”.

“Como sabéis -transmite el Padre Luis a la Delegación de Misiones- la zona afectada es Liberia, Guinea Conakry, Sierra Leona y Nigeria. En Nigeria que ha empezado hace poco, Liberia y Guinea ya han pasado lo peor y Sierra Leona aún no ha llegado a lo que se estima el límite, la situación sigue empeorando y los afectados creciendo; aunque la mortalidad ahora ya no es del 100% como hasta hace poco”.

En ese sentido, destaca que “todas las instituciones ahora están volcadas en la información y la prevención, y los responsables sanitarios poniendo más medios que, aunque sea un poco tarde, contribuirá a frenar la epidemia”. En cuento a cifras y datos señala que “hay muchos y no se sabe con certeza lo que es real, también por lo difícil que es saber lo que pasa en el interior de país, en las aldeas en medio de la selva, por la resistencia de la gente a informar de los casos sospechosos”.

Las informaciones oficiales de los cuatros países afectados sitúan la epidemia en torno a 1700 afectados y más de 900 muertos. Para Sierra Leona, “que es un país con cinco millones y medio de habitantes”, el Padre Luis Pérez informa que “son 646 casos, 540 confirmados positivos, 46 probables y 60 sospechosos, de todos ellos 285 muertos”, aunque asevera que “en estos últimos días los muertos han aumentado y en una semana parece que han muerto más de cincuenta”.

En Makeni, donde se encuentra el misionero javeriano natural de Toledo, “ha habido y hay algunos casos, aunque no es de las zonas más afectadas, pero la cosa va creciendo un poco también. Felizmente ha crecido el control y el seguimiento”. Prosigue el Padre Luis señalando que “como podéis imaginar lo que hace falta (dado como se transmite) es cuidado, prudencia, no contacto físico, lavarse las manos frecuentemente con un producto que tiene cloro, que que mata el virus. Teniendo en cuenta lo dicho, todas las instituciones han suspendido actos públicos, reuniones, actividades donde se junta mucha gente”.

Sobre la actividad misionera señala que “hemos suspendido los campos juveniles de verano, las reuniones, en las misas no se da la mano para la paz y en la calle tampoco se saluda dándose la mano, es decir la primera cosa es evitar todo contacto físico por pequeño que sea”.

De igual manera destaca que “en todos los lugares donde va gente: hospitales, mercados, bancos, iglesias, Mezquitas, nuestras casas, a la entrada se ha puesto un recipiente con un grifito donde te tienes que lavarte las manos antes de entrar. El líquido es una disolución que contiene cloro y agua. En nuestros coches llevamos un frasco con lo mismo, cuando entremos en el coche nos lavamos. Son las dos necesarias precauciones: no contacto y lavarse las manos con este producto: cuando sales de una casa, cuando llegas a casa, antes de todas las comidas”.

“Por nuestra parte tratamos cuidadosamente de ser prudentes y estar atentos. Los ánimos están serenos, aunque con una cierta preocupación, pero seguimos adelante con calma”, destaca el Padre Luis Pérez, “muchos extranjeros ya se han marchado: empleados de compañías dedicadas a la minería, construcción de carreteras, producción de electricidad, ONGs; son filipinos, chinos, europeos; varias compañías aéreas han suspendido los vuelos; casi todos los que tenían que venir para algún proyecto de colaboración como voluntarios ya no vienen, cosa que veo muy bien”.

Pero en contraste el Padre Luis Pérez señala que “lo malo es ver, como siempre con una cierta tristeza y aprensión, los resultados de esta situación: muertos, afectados, sufrimiento, estado de preocupación, el paso atrás del país en el orden económico y del bienestar (el poco que tienen), el que los hospitales se hayan convertido en el mayor peligro con lo que esto afecta concretamente a la gente en su vida de salud, ahora los hospitales y clínicas están al mínimo de pacientes y el estado del personal sanitario es de tensión, entre ellos ha habido un buen número de muertos, contagiados sin darse cuenta”.

Días después el misionero envió un nuevo testimonio, en el que asegura que “la gente está más conciente, la información y la vigilancia es mayor y también los esfuerzos de las autoridades sanitarias para detectar y aislar los casos y los muertos”. En ese sentido señaló que “se han impuesto medidas de restricción al movimiento de personas y mercancías, se han prohibido las aglomeraciones, manifestaciones, reuniones grandes y desaconsejado las pequeñas; teóricamente se han aislado algunas ciudades y aldeas más afectadas, algunos distritos han sido cerrados a toda salida y entrada de ellos por 21 días (los que dura la incubación del virus)”.

En esta segunda ocasión comentó también cómo esta crisis afectaba la economía local: “Todo esto, por otra parte, crea una sensación de inseguridad y de inquietud en la población y en todos nosotros, así como está afectando seriamente a la economía del país y la distribución de alimentos. Los precios han aumentado un 30% por lo que la gente, la mayoría pobre, que antes tenía dificultades para sobrevivir, ahora está peor, lo mismo los muchos que viven del pequeño comercio en los abarrotados mercados que se estilan en estas tierras africanas”, también comparte el Padre Luis Pérez desde Makeni.

Afirma el misionero javeriano que la situación es “¡En fin! un desastre desde muchos puntos de vista. Parece que la cosa seguirá así hasta diciembre o enero próximos cuando la situación debería cambiar de signo y la influencia y la fuerza del virus deberían remitir. Escuelas, Institutos, Universidades no abrirán en septiembre, se esperará a ver la evolución de la situación, aunque luego para empezar y una cosa y otra, será, seguramente, un año académico perdido para los estudiantes”.

Finalmente, el padre Pérez destaca que “en tiempos como estos los misioneros, las misioneras y la Iglesia experimentamos una cierta impotencia al no poder hacer mucho, seguimos aquí tratando de mantener la esperanza y de acrecentarla en las comunidades cristianas, fomentando la unión, la solidaridad y la fraternidad de forma que, unidos por Aquel que es fuente de vida y comunión, podamos todos afrontar la situación como hermanos y haciéndonos un poco cargo los unos de los otros”.

Afirma también que “las comunidades cristianas seguimos celebrando al Señor, rezando y permaneciendo todos unidos en la fe, la caridad, la preocupación y la fraternidad-solidaridad”. En último lugar, lanza un mensaje pidiendo a todas las personas que seguimos “unidos en el recuerdo, la oración y en el deseo de que lo mejor no tarde en llegar para este pueblo de Sierra Leona”.


Información sobre el Padre Luis Pérez S.X.

Luis Pérez ya conocía la realidad de Sierra Leona, hace años estuvo en este país africano en el que también trabajó por la recuperación de los niños soldados, lo que provocó que fuera secuestrado por un grupo armado rebelde, que hace de su testimonio misionero un verdadero ejemplo de entrega a Jesucristo, a la Misión, a la vocación misionera. Hombre humilde y tímido, le cuesta hablar constantemente de esta experiencia, pero siempre lo hace, como él mismo indica, por “responsabilidad” y por todos “aquellos que se han encontrado en una situación límite”, lo que le lleva a afirmar que “durante este tipo de situaciones se percibe la densidad de vida que da la fe”.


Comentario de un periodista ateo ante el testimonio del P. Miguel Pajares, sacerdote víctima del virus del ébola

“Yo soy ateo. No agnóstico. Ateo. O sea, que estoy convencido de que los curas se pasan la vida creyendo en una mentira. Creo, además, que toda mentira es dañina. Y de sobremesa en sobremesa exhibo con arrogancia mi materialismo. Pero la coquetería me dura hasta el preciso instante en que me entero de que un misionero se ha dejado la vida en Liberia por limpiarle las pústulas a unos negros moribundos. Entonces me faltan huevos para seguir impartiendo lecciones morales. Principalmente por lo aplastante del argumento geográfico. Él estaba allí con su mentira y yo aquí con mi racionalismo”. (Click aquí para el texto completo de Rafael La Torre).


Fuentes:

Religión Digital / Revista Ecclesia

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