Dos tradiciones, una creencia: Arzobispo Welby de la Iglesia Anglicana habló sobre su visita al Vaticano

Justin Welby

11.00 p m| 3 jul 14 (THE TABLET/BV).- Después de su visita a Roma y el encuentro con el Papa Francisco, el arzobispo de Canterbury le comenta a Christopher Lamb, asistente editorial de The Tablet, algunas de las actividades que realizó en El Vaticano y reflexionó sobre temas importantes en la relación entre la Iglesia católica y anglicana.

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Uno es argentino, hijo de inmigrantes italianos, el otro, egresado del colegio Eton, cuya madre trabajó para Sir Winston Churchill. Sin embargo, a pesar de proceder de extremos opuestos de la tierra -tanto literal como metafóricamente- el Papa Francisco y el arzobispo de Canterbury tienen algunas asombrosas similitudes. Los dos líderes de las grandes comuniones del cristianismo fueron considerados “outsiders” cuando fueron elegidos, ambos tomaron posesión de sus cargos apenas con una semana de diferencia y ambos son conocidos por un estilo sencillo y con los pies en la tierra.

Si sus inmediatos predecesores, Benedicto XVI y Lord Williams de Oystermouth, tuvieron en común una predilección por los Padres de la Iglesia, con Lord Williams capaz de leer la teología de Benedicto en el original en alemán, el Papa Francisco y el arzobispo Justin Welby han decidido remangarse y poner el Evangelio en acción.

Durante su visita de dos días a Roma, el cargado itinerario del arzobispo ciertamente coincidió con el llamado del Papa Francisco por pastores que estén familiarizados con el “olor de las ovejas”. Asistió a un refugio para gente de la calle gestionado por la comunidad de San Egidio, en donde tuvo un encuentro con una víctima de la trata de personas, y luego visitó un albergue de la Iglesia anglicana, St Paul’s Within the Walls.

La lucha contra la trata de personas fue un tema importante de la visita y uno de los primeros puntos en el programa de actividades del Arzobispo Welby fue una reunión con la Global Freedom Network en la Academia Pontificia de las Ciencias. La iniciativa, fundada por el filántropo australiano Andrew Forrest, espera erradicar la esclavitud moderna al 2020.

Pero, ¿este enfoque en la acción conjunta tiene prioridad sobre la búsqueda de ambas Iglesias de una unidad eclesial plena mediante la resolución de los desacuerdos doctrinales? “No”, responde el arzobispo cuando nos encontramos en el Ceremoniale en el aeropuerto Fiumicino de Roma, el salón ejecutivo para los dignatarios visitantes, antes que tome su avión de regreso a Londres. “Creo que lo estamos trabajando en capas, una cosa encima de la otra. Hay una muy buena base teológica y ahora hay una acción conjunta en torno a lo que el Santo Padre describe como las tres P: la oración, la paz y la pobreza”.

Describe su encuentro con el Papa, que incluyó una discusión privada de 40 minutos con solo un traductor presente, como “un compromiso real de amor y no sólo un contacto de negocios”.

El arzobispo lleva el anillo episcopal del Papa Pablo VI dado al arzobispo Michael Ramsey después de su encuentro en 1966 y que ahora es usado por los arzobispos de Canterbury cuando vienen a Roma. Como amante de la historia que es, el arzobispo Welby mira hacia atrás y apunta a una “renovación en la relación” entre católicos y anglicanos que se inició hace más de 50 años con la reunión en 1960 entre el Arzobispo Geoffrey Fisher y el Papa, ahora santo, Juan XXIII.

Unos años más tarde se creó la Anglican Roman Catholic International Commission (ARCIC), cuyo trabajo, según describe con entusiasmo el arzobispo Welby, es como una “profunda exploración teológica” que ha hecho “enormes progresos”. Este diálogo ha tratado de superar las diferencias entre las comuniones, pero llega a entramparse en temas como la ordenación de mujeres obispos y los diferentes enfoques sobre la homosexualidad. Las relaciones se tensaron aún más con la creación de ordinariatos personales para los grupos de anglicanos que querían convertirse en católicos romanos, una medida sobre la que Lord Williams expresó su preocupación al Papa Benedicto XVI. Sin embargo, en 2011, una nueva fase de la ARCIC comenzó.

Al llegar el día domingo en la visita de Welby al Vaticano, en una recepción en el Centro Anglicano en Roma, el arzobispo presentó un nuevo recurso en línea para las relaciones entre las Iglesias, iarccum.org, siglas de International Anglican-Roman Catholic Commission for Unity and Mission (IARCCUM, founded in 2000), que trabaja en conjunto con la ARCIC.

La impresión, sin embargo, es que la pasión del arzobispo es para la acción más que para el diálogo teológico. Al igual que el Papa Francisco, y a diferencia de su predecesor Lord Williams, el Arzobispo Welby no es un teólogo profesional. (Pasó años trabajando en la industria del petróleo antes de convertirse en un participante tardío al sacerdocio; El Papa Francisco era el provincial de los jesuitas en Argentina antes de ser nombrado obispo, más de una década después). Y en la ceremonia de presentación del sitio web, cuando los discursos que explicaron el trabajo de la ARCIC y la IARCCUM superaron el tiempo asignado, el arzobispo se encargó de sintetizar cómo funcionan sus procedimientos y se disculpó porque había sido un día muy largo.

Cuando se trata de resolver las diferencias entre anglicanos y católicos, el arzobispo Welby es realista. El mes que viene en el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra es probable que voten por una legislación que admite las mujeres obispos, ya permitidas en otros lugares de Comunión Anglicana.

El obispo Brian Farrell, secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, dijo en una entrevista a principios de este año que esta medida “debilita” la relación especial que existe entre anglicanos y católicos. El Arzobispo Welby reconoce el problema.

“Soy muy consciente de que esto es algo con lo que tenemos que lidiar”, me dice el arzobispo. “Esta es una dificultad, pero una dificultad que podemos manejar en el contexto de una buena relación, en lugar de mirarlo como un hoyo en el que (probablemente) vamos a caer”. Su encuentro con el Papa fue el segundo que han tenido un plazo de 18 meses, y fue descrito por el arzobispo como “muy, muy honesto”. “La discusión fue mucho más transparente, real acerca de los problemas que enfrentamos, honesto acerca de hacia dónde vamos con ellos”.

Lejos de cuestiones doctrinales, un asunto urgente para ambas Iglesias es la evangelización. Acompañando al Arzobispo Welby, cuando se reunió con el Papa, fue el Rev. Nicky Gumbel, pionero del Alpha Course. Es un curso a modo de introducción al cristianismo que se ha adoptado con entusiasmo en una serie de países católicos. Welby y el Sr. Gumbel son viejos amigos y el arzobispo tiene estrechos vínculos con la iglesia Holy Trinity Brompton en South Kensington, al oeste de Londres, el local central del Alpha Course.

El Arzobispo dijo que ahora el Alpha Course se utiliza más en las iglesias católicas que en las anglicanas, un hecho que confirmé con el Sr. Gumbel. “Nosotros [católicos y anglicanos] estamos trabajando en la evangelización, y eso ilustra la amplitud de la relación. La Iglesia Católica es mucho más grande que nosotros y está mucho más extendida, pero nosotros también aportamos a la relación. Alpha Course es un don del Espíritu a la Iglesia del mundo, no sólo a la Comunión Anglicana”.

Reconocer la tradición de uno y de otro -que se describe como “ecumenismo receptivo”- parece ser otro camino a seguir en las relaciones. Durante la visita, el Arzobispo se refirió al aprecio que siente por la espiritualidad benedictina (él es un oblato de la Abadía Anglicana de Elmore, Berkshire) y basó uno de los sermones durante su visita en el concepto de estabilidad que se encuentra en la Regla de San Benito.

También está influenciado por la espiritualidad ignaciana, una fuerza impulsora de los Chemin Neuf, una comunidad católica francesa con vocación ecuménica. Los miembros de Chemin Neuf recientemente se instalaron en Lambeth Palace, sede del arzobispado de Londres, y durante su visita a Roma se reunieron con miembros de la comunidad.

La tradición de oración carismática también podría ser un punto de unión entre el Papa y el Arzobispo. Francisco se convirtió recientemente en el primer Papa en asistir a una reunión de oración de renovación carismática en el Estadio Olímpico de Roma. “El Papa es claramente carismático desde la perspectiva que uno ve la obra del espíritu a través de su ministerio y su vida”, dice el arzobispo, pero hace hincapié en que la palabra “carismático” es un término impreciso. “No estoy tan desfasado como para confinar a definir carismático teológicamente a alguien que habla en diferentes idiomas y tiene sus brazos hacia arriba, cuando tienes que decir ‘manos abajo’ [en vez de ‘manos arriba’] a aquellos que están tomando el té”, dice.

El Arzobispo Welby tiene un estilo directo, tal vez como resultado de su tiempo en el mundo corporativo, como ejecutivo de una compañía petrolera.

Disfruta hacer el listado de las áreas de cooperación conjunta entre católicos y anglicanos, que junto con la trata de personas incluye ahora el intento de construir la paz en zonas como Sudán del Sur. Además insinúa que nuevas iniciativas están en camino. “Hay cosas que se están discutiendo, pero aún no se pueden adelantar”, dice, con algo de misterio.

Detrás de su estilo directo, sin embargo, es un hombre emotivo. Describe su audiencia con el Papa como “muy conmovedora”, y que “haberlo conocido fue realmente uno de los grandes privilegios de mi vida”. En este punto se detiene, calla y parece un tanto superado por la emoción de las últimas horas.

Una unidad comunitaria entre católicos y anglicanos todavía parece una perspectiva cada vez más distante, sin embargo, sus respectivos líderes parecen decididos a forjar una nueva amistad, que ya está dando sus frutos.


Fuentes:

Artículo “Two traditions, one holy ground” publicado en The Tablet.

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