Peru en Nebraska: Documental promocional de la marca ‘Perú’

Los cheffs, deportistas, artistas y músicos peruanos más representativos en el mundo (Perú Negro, Magaly Solier, Gastón Acurio, Juan Diego Florez, Sofía Mulanovich, Carlos Alcántara, entre muchos otros) llegaron a una pequeña localidad ubicada en el estado norteamericano de Nebraska llamada “Perú” y mostraron a sus habitantes lo afortunados que son de vivir en un lugar denominado con el nombre de un país caracterizado por su riqueza y diversidad natural que permite que gocemos de las más variadas manifestaciones culturales.

Mira también el video promocional de 15 minutos en youtube haciendo click en la imagen:

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Pasa el video, hazlo un viral, que se difunda en todos lados!

VALE UN PERÚ! Leer más

Muerte de pájaros y peces en el mundo

Es cierto que se detonaron cientos de fuegos pirotécnicos en navidad y año nuevo en Perú y algunos otros países, pero, ¿existirá alguna relación entre este hecho y la muerte de tantos pajaros en Estados Unidos, Suecia, Japón, y casi toda la costa del Océano Pacífico? La teoría de la “violencia física extrema” causada por las explosiones de las celebraciones no convence porque lo mismo hubiera ocurrido en Lima para las celebraciones de navidad y año nuevo. Por ejemplo, ¿Por qué no sucedió esto el 4 de Julio en USA? En el Brasil se han reportado casos similares de muerte masiva de animales pero esta vez se trata de peces, ¿también por fuegos artificiales?. Lo mismo ha ocurrido en el rio de Chanchamayo (aparición de miles de peces muertos).

Cuando China inauguró las olimpiadas ¿acaso cayeron muertas las aves de la zona? yo creo que con todo ese espectáculo hubieran caido hasta pollos a la brasa del cielo (exagerando claro). Entonces, en estos últimos días esta situación se ha convertido en un fenómeno global. Todo parecería apuntar a factores contaminantes provocados por la reacción del planeta ante una actitud poco ambientalista del ser humano o bien es consecuencia de un fenómeno natural necesario en el planeta. En ambos casos, estamos involucrados y desgraciadamente representamos a los malos de la película por nuestra negligente “contribución” al planeta.

No sabemos o no queremos saber que somos seres insignificantes sobre la superficie de este planeta, somos demasiado pequeños como para darnos cuenta de ello. Si relativizamos, veremos que el planeta tiene su propio ritmo, su propia dinámica y comportamiento. Los seres humanos tenemos la errónea visión de que con la tecnología hemos adecuado el planeta a nosotros. Ignorancia feliz, ilusión más grande, seguridad aparente. No nos damos cuenta que sólo somos aves de paso en este planeta y que debemos dejarlo mejor o tan igual que cuando lo recibimos cuando llegamos a la vida en este lugar.

Entonces, por vivir en esa aparente seguridad, considero que estamos afectando muchas partes importantes de la gran cadena de eventos naturales que se producen en el planeta, que es un sistema viviente que trasciende a nuestra temporal existencia. Todos estos eventos se encuentran vinculados y están necesariamente conectados, no sólo con acciones sino con sentimientos, como aquello que nos provoca una persona que ha dejado una huella positiva o negativa en nosotros.

Así, doblegando nuestros límites equivocadamente, cometemos el mismo error una y otra y otra vez, rompiendo un equilibrio subyacente a todo. ¿Podría hablarse de algo “cósmico” en este asunto?. Pues creo que sí, ya que el cosmos se entiende como equilibrio (cosmética= búsqueda de la perfección).

Es cierto que existen fenómenos que la ciencia puede explicar, como la lluvia de peces en Australia o de sapos en UK, que se explican por tornados o trombas marinas que capturan a los animales y los dejan caer a grandes distancias de su lugar de origen (fenómeno totalmente verificable).

Retomando otras explicaciones científicas sobre aquello que puede estar afectando a la tierra, se ha señalado que también podría tratarse de una tormenta solar que podría estar afectando el magnetismo terrestre (cinturón de Van Halen), o tal vez la desglaciación y cambios de temperatura, la inclinación del eje terrestre (que afecta la orientación de las aves, confundiéndolas) o alguna emanación tóxica natural del planeta, etc. En suma, creo que un estudio biológico proveerá mayores respuestas sobre la suerte que corrieron estos animales.

Ver: http://dialogue.adventist.org/articles/13_2_lee_s.htm

Es muy evidente que el cambio climático está jugando un papel importante en este asunto, pues parte del problema se encuentra en la depredación de inmensas areas forestales, contaminación ambiental indiscriminada, consumo irracional de materias primas, la enorme sopa de basura ubicada en la mitad de cada océano, etc; pero sobre todo, el mayor problema es la actitud de quienes tienen en sus manos el poder de cambiar esta situación y se rehusan al cambio. Siempre es igual, siempre nuestro progreso implica generalmente depredación, descontrol poblacional y destrucción.

En la afectación del medio ambiente en general, y en la muerte de estos animales sin razón aparente en específico, noto la hipocresía del progreso que señala que esta situación “continúa siendo algo muy extraño” o que es “un fenómeno inexplicable”, pero con responsables evidentes a todas luces: Nosotros mismos.

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Día del Abogado

El Día del Abogado se celebra el día martes 02 de abril, en conmemoración al nacimiento del jurista Don Francisco García Calderón Landa, quien nació un día como ese el año 1834. Dicha fecha fue institucionalizada mediante Resolución Suprema del 14 de marzo de 1952, para posteriormente elevarse de categoría con la Ley N° 23248.

Por este motivo, en todos los Colegios de Abogados del país se realizaron actuaciones académicas destinadas a conmemorar la obra profesional de los jurisconsultos que han contribuido al progreso de la cultura jurídica de la nación. La misión del Abogado consiste como señaló Mario Alzamora Valdez, en encauzar los hechos dentro de las pautas de la norma jurídica, en dirigir la conducta humana hacia los valores sociales que la orientan; en propender a que se realice cada vez más plenamente el estado de Derecho.

Además de su quehacer cotidiano, el Abogado tiene una función ineludible de servicio al prójimo, aplicando la Ley y el Derecho. Su responsabilidad para con la sociedad y el Estado es norma que guía su actuación.

Fuente: http://www.congreso.gob.pe/comisiones/1995/constitucion/bol0205.htm#Abogado
Ver: Los 10 mandamientos del Abogado Leer más

Puerto Pizarro: Lugar no propicio para el amor, al menos para parejas que no sepan nadar

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Puesta de sol en Puerto Pizarro

Al igual que las moscas cuando son atraídas por el olor de plantas carnívoras o de algunos animales que gustarían tragar sapos de colores llamativos a pesar de que son concientes de su peligrosidad, las playas de Puerto Pizarro son un lugar no propicio para las parejas de enamorados o esposos que quieren pasar una tarde solos completamente aislados de la civilización o cualquier vestigio de ella. Su belleza encantadora hipnotiza y deja de lado cualquier precaución de algunos calenturientos visitantes.

Sin embargo, como dije, este lugar es una trampa segura para los amantes que, bajo una sensual puesta de sol, se dicen todo lo que no pueden decir cuando estan vestidos sin saber lo que vendrá más adelante. En fin, las trampas estan en todo lugar y en todas las formas. La historia del tramposo con la trampa siempre tiene un final que será conocido tarde o temprano por todos..en este caso será conocido muy pronto:

Cuentan que una pareja se fue a Puerto Pizarro, plenos de alegría, celebrando los días de soledad del amante cuya mujer viajó a la capital para ver algunos asuntos familiares. La chica, quien aún no llegaba a los 20, vió en este fin de semana la oportunidad de pasar un tiempo con ese curita travieso que gustaba de visitar capillas, este sábado, ella era una de ellas. Llegaron por la Panamericana, voltearon a la izquierda y llegaron al puerto. 09:00 hrs, turistas nacionales e internacionales se juntaban con algunos lugareños en una fila para abordar los botes que los llevarían a las playas del puerto que estaban 10 minutos hacia adentro. Vendedores del lugar ofrecían”bolos”, sombrillas, toallas y bolsas de mango verde con sal a los visitantes. “Ahí tiene a un sol, lleve, lleve nomás, a un sol la bolsita de ciruelas con sal”.

Agua, olor a pescado fresco, rostros pringosos cual panes recien horneados; calor mañanero a 28ºC. El sol se estampa en el rostro y calvas de algunos. Todos calurosos, sudando, esperando. El primer bote parte dejando escuchar un moderno motor marca “Honda”. Se aleja. Una estela queda marcada hasta que se escucha: “¡Segundo Bote!”. La ocasional pareja sube, ella con miedo de caer al agua, él la ayuda para que no pierda el equilibrio, se sientan juntos, beso, sonrisas. El bote cruza las aguas de la reserva y los lleva a una gran isla con algunas lomas altas rodeadas de vegetación y manglares más abajo. El guía menciona que el agua es salada y dulce, la pareja comenta esto y rien. No logran escuchar la última recomendación dada por el guía. Algunas garzas volaban a lo lejos.

Llegan, desembarcan y el bote promete llegar a las 18:00 hrs. Hay una cevichería más allá pero hay que ir en bote. La isla es extensa y el agua casi llega a cubrirles la mitad de los pies. Nada profunda. Sintieron que podían caminar sin necesidad de utilizar un bote. Caminaron hacia la cevichería y luego de consumir un delicioso ceviche fresco con ají y conchas negras había llegado la hora del descanso. Sentados en la estancia, abrazados, mirando las lejanas olas que se juntaban con el agua dulce a lo lejos. El día corría, el viento fresco y las caricias elevaban la temperatura de los amantes. Decidieron dejar el lugar y entregarse a la naturaleza sin conciencia ni temores. Grave error.

Luego de sumergirse en las aguas y nadar cual peces antropomorfos, disfrutaron de la refrescante sombra de un extraño árbol del lugar, el tiempo pasaba y “lo que tuvo que pasar pasó”. Caricias, besos y promesas se mezclaron y se derritieron cual caramelo caliente en un sartén. “Yo te amo, yo tampoco”, “Me siento feliz ahorita contigo”, “Amor de lejos”,etc. Melosos y viscosos se entregaron a un sueño plácido y sin preocupaciones, mientras el sol bajaba en su trayectoria con dirección al océano pacífico.

Pasadas algunas horas, una pequeña sensación de humedad en sus pies los despertó. Cuando se levantaron, todo lo que habían visto unas horas antes había desaparecido bajo las aguas de la marea de la tarde. Eran las 17:00 hrs. y la imagen de ellos era la de una pareja abrazada en una isla desierta sin luz ni algo para que, por lo menos, pudieran hacer una señal para que sean encontrados a lo lejos. Temerosos comenzaron a gritar, ella lloraba y con sus sollozos se desesperaba cada vez más el ocasional galán.

Pidieron auxilio en voz alta pero nada. Fue cuando empezaron a sentir el agua a la altura de sus tobillos que gritaron de verdad. Ella seguía llorando desesperada mientras el agua continuaba subiendo. Sólo pasaron 15 minutos y el agua les llegaba a los muslos. Desesperados imaginaron su final. Alucinaron las principales noticias de la prensa local: “Mueren ahogados por tramposos”. Ya veían sus nombres apareciendo en las líneas de la crónica policial en las investigaciones del caso y todo tipo de comentarios en sus respectivos funerales. Finalmente, se insultaron, se callaron mútuamente y se dijeron de todo. Inmediatamente después de esto, escucharon a lo lejos el motor “Honda” de un bote cuyo “capitán” gritaba: “¿Hey!, Dónde están?”.

“Aquí, Aquí, Ayuda por favor!”. El dueño del bote les gritó y les dijo que el guía le había advertido a todos que no se alejaran de la playa porque la marea sube y atrapa a la gente ahogándola y llevándosela con la corriente. Al parecer, este pata era guía también. “Han tenido suerte Shh..” dijo, el conductor de la lancha como queriendo cobrar alguito más por el rescate. Lo justo ¿no?. Al final, pagaron por el rescate. Él retornó a su casa para luego llamar por teléfono a sus amigos y contarles lo que le había sucedido. Reunió a todos al día siguiente, después del trabajo (era lunes) los llevó al chicherillo y dijo: “A que no me van a creer lo que me pasó ayer con la Julita”. La historia de los amantes también se divulgó por Puerto Pizarro, más temprano que tarde, gracias al dueño del bote.

Post: Él regresó con su mujer, un beso y un abrazo y a seguir viviendo la vida, pasó un tiempo y retornaron a Trujillo. Julita regresó a Piura y tiempo después fue raptada por un pretendiente que la quería de verdad. Dicen que ahora vive feliz en Morropón tejiendo telas y modelando cerámica; lejos de puertos, mangles y relaciones prohibidas. Leer más

La Tunera y la Naranjera al otro lado de la Frontera

Ir a comprar los domingos era una experiencia total. No era como la típica visita a un gigantesco Mall o un hipermercado de capitales chilenos. Mas bien íbamos a otras tierras, y literalmente cruzábamos la línea para estar del otro lado.

Bajar del bus tomando una deliciosa Simba helada sabor piña y caminar unos metros de vía fangosa con hoyos de aguas estancadas era el preámbulo de la aventura. Frente a nosotros estaba erigido un puente internacional, y debajo de este, unas aguas verdes que reposaban inmóviles por años bajo el calor ecuatorial.

Ese puente se había cerrado varias veces, la última allá por 1995, separando dos tierras, dos culturas, dos formas de ver la vida iguales y distintas a la vez. Estabamos pues, con un pie en Perú y otro en Ecuador, la frontera no natural.

El lado peruano se caracterizaba  por sus puestitos de venta de tres por dos metros cuadrados, construidos, a lo mucho, con madera o caña brava y techitos de plástico azul o calamina. En ellos, algunos lugareños expendían asas de olla, implementos para bicicletas (cadenas, timbres y manubrios), ropa medio monse (que, no lo niego, una vez compré) así como otros artículos sin importancia; inclusive se ofrecían servicios de limpia y curanderismo, ejercidos por el principal chamán y gran maestro amarrapies Charuma Lumazán. La parte peruana era, en resumen, un terreno pobremente pavimentado, simple y desértico con caminos de tierra sucios con huecos llenos de agua sucia y adornados con algarrobos, matas y arbustos secos aleatoriamente.

El cielo estaba despejado y se podía apreciar ese color celeste tropical sobre un agrietado suelo que clamaba a gritos por la llegada de las lluvias de verano. La vista me recordaba que el ser humano podía adaptarse a todo clima y toda condición.

Al lado izquierdo de la carretera Panamericana (mirando hacia el norte), mucho más allá de donde se asentaban estos precarios puestos que describí, se puede constatar la existencia de algunas arroceras, playas vírgenes y manglares paradisíacos.

“Vendedora de frutas”. Un retazo de la Lima que conoció Juan de Arona. Acuarela del Pintor mulato Pancho Fierro (1807 – 1879). Ilustración tomada del portal Amerique Latine.com (Francia). Comparen esto contra un edificio de estilo Gamarra en Huaquillas.

Por otro lado, la parte ecuatoriana, en vergonzosa comparación con el lado peruano, era la demostración concreta de que las fronteras vivas eran una política limítrofe que el gobierno en Quito se tomaba muy en serio. Las altas edificaciones que se asentaban en Huaquillas demostraban altura, concreción, fuerza, madurez y, obvio, mayor desarrollo. Inclusive llegué a sentir que me sentía del lado equivocado del mapa. Sin embargo, al probar la comida del lugar: pinchos con hot dogs anaranjados, cebiche caliente con ketchup y hartas frituras con carne de dudosa procedencia con un salado que te mataba la lengua, quería retornar corriendo a un rico restaurante de mi precario pero variado país.

Huaquillas: Tiene de todo y a gusto del cliente: gas, zapatillas, relojes, todo tipo de ropa, radios, televisores de última generación, medicinas, instrumentos musicales, botes, SUV’s, mototaxis, artículos de cocina, armas, motocicletas, golosinas, comida, etc. Todo se podía encontrar ahí y a un precio más bajo que en mi querido Perú. El amor por mi país yo lo podría traducir en una relación masoquista que, sin embargo, tenía que valorar como si fuera lo máximo y lo último de este mundo a pesar de sus falencias y atrasos: Perú, era el lugar donde yo nací.

Una linda chica de ojos verdes, muy blanca y de cabello castaño nos ofrecía tunas y “bananos”. Yo le quería hablar pero ella solo se dirigía a mi madre. Llevaba poca ropa puesta debido al intenso calor. Ella hablaba y caminada totalmente despreocupada frente a la mirada intrusiva de todos aquellos hombres que pasaban por ahí dos, tres, o cuatro veces bajo la excusa de haberse “olvidado de comprar algo por ahí”.

La tropical vendedora le decía a mi progenitora, sin pelos en la lengua, lo guapo que yo le parecía (todo por vender). Ella vestía un perturbador short blanco con los pantylines a la vista, y un diminuto y revelador polo de tiras color amarillo con los que se podía ver más allá de lo evidente. Su sinuosa figura se protegía de los rayos del sol bajo la protección de una fresca sombrilla de tonos naranjas. Su preciosa sonrisa y alineados dientes conjugaban perfectamente con aquellas cejas de color castaño que se arqueaban al soltar alguna frasecita con tono pícaro.

– “Suegra, cómpreme unas tunitas pues”– le decía ella con un dejo muy parecido al de las peruanas de la sierra de Cajamarca.
– “A cuánto está el kilo” – le preguntaba mi madre sonriendo.
– “La libra se la dejo a 2 soles (en ese tiempo soles y sucres convivían), ¿que dices suegrita?” – yo estaba sonriente por su sonrisa.
– “Dame 3 libras” – decía mi madre, sin la más mínima idea de lo que le iban a pesar pues para ella era lo mismo que kilos.
– “Gracias suegrita” dijo ella con una media sonrisa tal vez de satisfacción por una buena venta y la otra tal vez por no poder hacer realidad lo de “la suegrita”.
– “Chau, esta guapo su hijo suegrita!” – una guiñada de ojos mas su sonrisa y un arqueo de cejas, y mi mente volaba: linda, Ecuador, hijos, países, guerra, campo, vacas, calor, ropa pequeña, ropa chiquita, nada de ropa, más calor, hermanos, padres, vida, pan, comida, ceviche, ketchup, comercio, caliente, calor y más calor. Mi mente volaba de pensar en una vida con una chica así. Bah! Lo que hace el calor!.

Caminando unas cuadras más allá, encontré a la chica de las naranjas que podía reconocer a los peruanos:

– “Hola amiguito, llévese estas naranjas para Perú”.

La naranjera supo reconocerme, me sonreía muy coqueta. Yo le devolvía el gesto tímidamente (obvio, 15 años e influenciado por el estupido cine de Hollywood que inculcaba la timidez e inseguridad en los púberes. Maldito Soft Power). Me hubiera gustado dirigirme hacia ella, saludarla, presentarme, decirle mi nombre, preguntarle dónde vivía y que me gustaría salir con ella algún día más adelante.

Bueno, yo caminaba por ahí mientras mi madre preguntaba en una tienda de más allá por golosinas en combos “dos por uno” que venían en unos recipientes gigantes que contenían muchas bolitas de chocolate envueltas en papel aluminio asemejando una pelota de fútbol. Mi misión asignada era encontrar unas cajas metálicas con cremosas galletas surtidas marca “el pelado”. Yo ya me había ofrecido a conseguirlas en caso ella no pudiera, sin embargo, me quedé ahí atollado, adormecido, atontado.

La naranjera me seguía con la mirada. Sonreía. Era muy guapa: cabello lacio de color negro, rostro fino, piel cobriza, cuerpo atlético. Un tank de tiras amarillo y su transparente lycra roja dejaban poco para la imaginación de quienes pasaban por ahí, un detalle era que no llevaba puesto brassiere. Sus pezones “asaltaban” nuestras miradas (“hands up!”, right?). El otro detalle, ella llevaba una tanga con encajes marcándose lo …. en fin, se dejaba notar todo, no se si a propósito para jalar clientes o candidamente, tal vez lo primero.

Me sorprendí porque era la primera vez que veía una chica como ella, con esas facciones, vestida así, y que me sonreía de esa manera. De cuerpo se parecía mucho a una actríz de apellido Sage. De rostro era igualita a Roselyn Sánchez.

Ella, parada sobre un cerro de vitamina C, se volteaba provocadora, llevando y trayendo limones y recogiendo algunas naranjas de aquí para allá, de allá para acá. Su silueta roja bajo la sombra de un toldo rojo contrastaba entre el anaranjado y el verde de algunos cítricos a la luz de un sol implacable y cuyos reflejos la iluminaban mágicamente desde abajo. Simplemente mágico.

Contemplarla era como estar frente a un altar hindú lleno de colores: la diosa de los cítricos sosteniendo naranjas y limones en cada mano. No le hablé nunca, sólo le contesté la sonrisa. Toc, toc!..Ya eran las 4:00 p.m., hora de retornar.

Naranjas: una mezcla entre Roselyn Sanchez con actitud de Adriana Sage

Ya en el bus de retorno, cuyo techo estaría cargado con 20 o 30 balones de gas informalmente recargados, me senté al lado de la ventana. Conforme el bus avanzaba, yo miraba el desértico llano lleno de algarrobos, arbustos y pastos secos. Pensé en aquéllas chicas que tuve la suerte de conocer y admirar ese día. Pensaba y la fluidez de mi mente se diluía en un sueño al ritmo de una puesta de sol de tonos anaranjado y rojo. Naranjas, no compré ninguna ese día.

Si fuera mayor probablemente hubiera hecho muchas cosas más. Probablemente le hubiera caído a la naranjera y después hubiera sido atacado por algún novio o marido celoso y luego tirado abajo del puente de Aguas Verdes casi moribundo por ser tan atrevido. Mi idea era no hacer tonterías en esas tempranas épocas de mi vida, ya habrá tiempo me decía a mi mismo. Como dicen por allá: “tenía los huevos chiquitos” y aún no conocía las vicisitudes de lo que era tener una enamorada de verdad o “de pasada” si fuera el caso de la tunera y la narajera al otro lado de la frontera.

 

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