Saudi Finance Minister: No income taxes for Saudi citizens and residents

Staff writer, Al Arabiya EnglishThursday, 22 December 2016

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017. (SPA)

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017. (SPA)

Saudi Finance Minister, Mohammad Jadaan, announced that – for the first time in the past 10 years – the kingdom had been able to spend less than the estimated budget, and achieve higher than expected non-oil revenues.

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017, and spoke of the government’s promise of transparency.

He also completely removed the need for income taxes on Saudi citizens and residents.

However, the new budget imposed new fees on expatriates – domestic help (drivers, maids, nannies) excluded – as follows:

2017

Monthly payment of 100 riyals on every person sponsored by any foreign employee.

The amount of revenues from this tax is estimated at 1 billion riyals.

2018

Monthly tax of 400 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis.

300 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 200 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 24 billion riyals.

2019

Monthly tax of 600 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis.

500 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 300 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 44 billion riyals.

2020

Monthly tax of 800 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis

700 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 400 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 65 billion riyals.

Last Update: Thursday, 22 December 2016 KSA 20:32 – GMT 17:32

In: alarabiya 

Mujeres de Arabia Saudí se registran para votar por primera vez en la historia

Muchos críticos han avisado de que todavía queda mucho por hacer en un país que todavía no permite a las mujeres conducir

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Esta semana, por primera vez en la historia de Arabia Saudí, varias mujeres se han registrado para votar en las elecciones municipales de finales de año, a las que también se pueden presentar como candidatas.

«He sido la primera en llegar al centro», ha afirmado Safinaz Abu al Shamat, profesora de un colegio femenino. Ella y Jamal al Saadi han sido las primeras mujeres que se han inscrito como votantes para las terceras elecciones municipales en La Meca y Medina, respectivamente.

Ambas, han asegurado que tienen todos sus documentos en orden y que nada las detendrá para participar en los comicios. Al Shamat ha afirmado que las mujeres tienen el deber nacional de participar en las elecciones y Saadi ha subrayado que están «solo al principio del camino».

«La participación de las mujeres saudíes en las elecciones municipales como votantes y candidatas es un sueño para nosotras», ha confesado Saadi, que presidió el comité de bienes raíces de la Cámara de Comercio e Industria de Medina. «La propuesta permitirá que las mujeres saudíes tengan voz en el proceso de toma de decisiones», ha añadido.
Saadi ha admitido que no descarta la posibilidad de presentarse como candidata. «Puede que tenga tales ambiciones. Me encantaría vivir esta experiencia hasta el final», ha afirmado. Si finalmente no se postula, ha explicado que votará al candidato que mejor conozca y que tenga un buen programa para servir a su país y a su gente.

Además de ellas, otras cuatro mujeres se inscribieron el domingo para votar en La Meca, la más joven, Aliyá al Daiais, acaba de cumplir 18 años. El registro de votantes, que durará 21 días, comenzó en las dos ciudades sagradas el domingo, una semana antes que en el resto del país.

El coordinador de las elecciones en La Meca, Ihab al Rifaie, ha explicado que la baja cifra de mujeres inscritas, de momento, se debe a que el domingo fue el primer día de registro, pero que se espera que aumente, según ha informado Al Arabiya.

«El período de votación empezó a final de las vacaciones de verano. Muchas tienen trabajo», ha coincidido Hatoun al Fasi, de la iniciativa ‘Baladi’, que orienta a las mujeres sobre el proceso electoral. Asimismo, Al Fasi, en declaraciones recogidas por Sky News, ha culpado al Gobierno de no informar a las mujeres lo suficiente sobre los comicios.

Un hito
La propuesta ha sido aclamada por algunas autoridades como un «hito importante hacia el avance a una sociedad basada en la participación». Esta medida, junto con la de permitir a las mujeres que se hospeden en hoteles sin una carta de un guardián masculino, representa uno de los pocos avances en Arabia Saudí en materia de igualdad.

El rey Abdulá, que gobernó desde 2005 hasta su muerte, en enero de 2015, anunció hace cuatro años la intención de permitir que las mujeres votasen. El rey Salman no ha renegado de los deseos de su antecesor.

Sin embargo, muchos críticos han avisado de que todavía queda mucho por hacer en un país que todavía no permite a las mujeres conducir, en el que necesitan un permiso para someterse a ciertas operaciones quirúrgicas y donde todavía el 60 por ciento están desempleadas.

En: abc.es

¿Qué había en Arabia antes del petróleo?

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Cuando pensamos en los países de la península arábica hoy, nos viene a la cabeza el petróleo, una riqueza inimaginable.

Pero hace menos de un siglo aún no se había descubierto el oro negro. La región era pobre y una de sus principales fuentes de ingreso, la pesca de perlas, estaba a punto de desaparecer a causa de la fuerte competencia y la intransigencia de la administración colonial.

“Yusuf estaba preparado para sumergirse. Tomó su cesta, agarrándola por el borde, y (dobló) una pierna en torno a la cuerda. Se sumergió, hondo, hondo. Lo podía ver descender tres, cuatro brazas. Entonces desapareció”.

Así describía el explorador australiano Alan Villiers una expedición de pesca de perlas en Kuwait en 1939, en su libro “Sons of Sinbad” (Hijos de Sinbad).

“¡Cuánto tiempo estuvo bajo el agua! En la cubierta se hizo un silencio. (Entonces) un pequeño tirón (de la cuerda) y la barcaza se inclinó. Pasó un buen tiempo hasta que pude ver a Yusuf debajo del agua. Su silueta borrosa era solo una mancha”.

Trabajo arduo

Desde los años veinte, perlas producidas artificialmente en Japón han inundado el mercado mundial.
“Ahí vino, por fin salió del agua. Primero su cesta, bien llena con ostras, entonces su cabeza de viejo con un brazo en alto para proteger sus ojos mojados del resplandor del sol. Sopló una vez, como una ballena”.

Villiers sabía que tenía suerte de ver, y fotografiar, el último aliento de una industria que había sustentado durante generaciones a comunidades costeras de la península arábica.

Desde los años 20, perlas producidas artificialmente en Japón han inundado el mercado mundial, gracias a su bajo precio y abundancia, lo que asestó un golpe mortal a la pesca de perlas naturales de las aguas cálidas del Golfo, que requerían una gran cantidad de mano de obra.

La pesca de perlas era ardua. Un buzo tenía que cubrirse su piel con aceite, tapar sus oídos con algodones, proteger sus manos y pies con forros para no cortarse con las rocas, colgarse un cesto alrededor del cuello y tapar los orificios de su nariz con una pinza.

Agarrando una roca pesada atada a una cuerda, se sumergía hasta los lechos de ostras, algunos a 18 metros de profundidad. Un asistente en la cubierta tiraba de la piedra mientras el buceador raspaba ostras en las rocas con un cuchillo, almacenándolas en el canasto.

Cuando ya no podía contener más la respiración, tiraba de la cuerda y era elevado a la superficie. Este procedimiento lo repetía hasta unas 30 veces al día, y así se iban acumulando las ostras en la cubierta bajo la mirada vigilante del capitán.

Entre mayo y septiembre, cientos de barcos de madera se dirigían a los bancos de ostras del Golfo, en lugares como Kuwait, Baréin, Dubai y Abu Dhabi, que entonces eran pequeños puertos pesqueros.

Equipos de buceadores, sus asistentes y aprendices pasaban a veces semanas seguidas en los barcos, en condiciones de hacinamiento.

Las familias que se dedicaban a las perlas aún conservan cabañas marinas de aquella época.

Números rojos

Todo el mundo estaba endeudado. El capitán adelantaba dinero a los buceadores a cambio de que compartieran las ganancias de la pesca. Si un año era malo, comenzaban el siguiente en números rojos, con deudas que crecían año tras año.

Los capitanes estaban a su vez en deuda con los mercantes de perlas, que les daban préstamos para financiar sus viajes, y los mercantes estaban frecuentemente en deuda con los compradores de perlas.

El comercio se mantenía gracias a la fuerte demanda de India y Europa. En 1865, Bahréin, el centro del mercado perlero del Golfo, tuvo beneficios por este concepto equivalentes a US$45 millones de hoy.

En su apogeo, en 1904-05, la industria generaba más de US$150 millones.

Sin embargo, los salarios y las condiciones de trabajo seguían siendo terribles, ya que las familias de la élite y el poder colonial, Reino Unido, se resistían a las ideas de modernización. Parecían temer que las nuevas formas de trabajo traerían inestabilidad social.

Al prohibir el uso de innovaciones tecnológicas como los trajes de buceo, Reino Unido propagó la idea de que, como escribió el diplomático Hugh Biscoe en 1930, “cualquiera usando ayuda artificial para bucear incurre grandes riesgos”.

Esa intransigencia, acabó con cualquier posibilidad de que el Golfo pudiera competir contra la nueva competencia de las perlas artificiales, muchos antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial.

Una generación vivió en la pobreza extrema hasta que la producción de petróleo en los años 50 cambió todo de repente.

En: BBC

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