¿No te ríes de tus propios errores? Aprende a hacerlo y verás que libertad sientes. No tengas miedo a fracasar o fallar. Recuerda que si nunca fracasas no tendrás la oportunidad de descubrir la fortaleza y el valor que residen en ti. Debes confiar en tu capacidad para tomar decisiones por ti mismo. Ese pensamiento que te hace pensar que no puedes pasar un curso, aprender un instrumento musical o conquistar un paso de baile, ¡Elimínalo! El mundo esta frente a ti esperando a que lo conquistes. No pienses, hazlo!
1. Cultiva pensamientos positivos
Todo es cuestión de perspectiva. Es importante interpretar la vida en clave positiva y cultivar pensamientos optimistas y constructivos. Solos o con la ayuda de un profesional podemos aprender a controlar pensamientos negativos recurrentes que dañan nuestra autoestima y nos impiden ver las oportunidades que nos ofrece la vida.
2. Recuerda que nadie es perfecto
Nadie es perfecto y tenemos que aprender a querernos y a valorarnos, con nuestras virtudes y defectos. Somos seres únicos y nuestras imperfecciones nos convierten en personas especiales e irrepetibles. Esta aceptación no es incompatible con una sana voluntad de mejora.
3. Eres tu mejor amigo
Nadie mejor que tú mismo para superar problemas de inseguridad o una baja autoestima. Aprende a quererte y a cuidarte, en definitiva, debes ser tu mejor amigo o amiga. Valora los logros alcanzados y no te castigues en exceso por los errores y los fracasos. Todos nos equivocamos y esos momentos constituyen una magnífica oportunidad para aprender y crecer como personas.
4. Aléjate de las personas tóxicas
Algunas personas tienen un impacto negativo en nuestras vidas y, especialmente, en nuestra autoestima. Son dañinas y manipuladoras, y con sus comentarios y acciones destruyen nuestra seguridad y desfiguran la percepción que tenemos de nosotros mismos. Es importante alejarse de las personas tóxicas y fomentar relaciones positivas y gratificantes.
5. Huye de la pasividad
Los encuentros con familiares y amigos, los paseos, las actividades académicas o deportivas y, en definitiva, una vida activa nos impiden caer en el aburrimiento y el desánimo, y en una espiral de pensamientos negativos. La máxima mente sana en un cuerpo sano es cierta. Intenta realizar alguna actividad física –si no te gusta practicar deporte puedes pasear a diario- que te ayude a estar conectada con tu cuerpo y conocerlo mejor.
6. Una relación sana con tu pareja
Las personas que han sido víctimas de relaciones abusivas durante la infancia tienen más riesgo de caer en relaciones abusivas durante su vida adulta. Tener una pareja que te quiera, te valore y te acepte como eres, con tus virtudes y tus defectos, te dará la estabilidad y la seguridad necesarias.
7. Aprende a conocerte mejor
Descubre qué es importante para ti, qué te hace feliz, qué no estás dispuesto a tolerar, a qué no estás dispuesto a renunciar, qué personas de tu entorno te hacen sentir bien y qué actividades te producen placer. Si te conoces mejor, te sentirás más seguro y confiado, y tendrás una autoestima más alta.
8. Fiel a ti mismo
Debemos ser fieles a nuestra esencia y también a nuestros principios y valores. Pretender que somos distintos para gustar a los demás solo nos creará inseguridades. Ser auténticos y mostrarnos como somos refuerza nuestra autoestima. Imitar a personas que admiramos u ocultar nuestra personalidad y opiniones solo nos traerá problemas.
9. El trabajo o el dinero no te definen
No permitas que los problemas económicos o laborales minen tu autoestima. Tus pertenencias materiales no te definen y no eres mejor o peor en función de tus cuentas bancarias o de tu trabajo. La percepción que tienes de ti mismo no debe fluctuar como las acciones de Wall Street.
10. No tienes un control total
Comprender que no tenemos un control total sobre nuestras vidas y que no podemos hacernos responsables de todo lo que ocurre a nuestro alrededor también reforzará nuestra seguridad y autoestima. No podemos controlar la crisis económica mundial, ni la salud de todos nuestros seres queridos, ni los fenómenos meteorológicos… ni muchos otros aspectos de nuestro día a día. No somos responsables, y mucho menos culpables, de gran parte de lo que acontece.
11. No te compares con otros
Compararse constantemente con otros es muy dañino y muy perjudicial para nuestra autoestima. Algunas personas están constantemente pendientes de la vida de los demás con la única finalidad de compararse con ellos. Analizan su aspecto físico, sus familias, sus trabajos, sus posesiones materiales, su comportamiento…y siempre llegan a la conclusión de que la vida de los demás es mejor. Es mucho más sano vivir nuestra vida y comprender que no es mejor ni peor que la de los demás, simplemente, distinta.
12. Aprende a lidiar con los fracasos
No saber tolerar o gestionar los inevitables reveses y fracasos de la vida es una muestra de inmadurez. No podemos permitir que las malas rachas golpeen nuestra autoestima. Todos nos hemos sentido rechazados o hemos tenido que aceptar que nuestro sueño no se iba a cumplir. Eso no nos hace mejores ni peores, simplemente, humanos.
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