Cae dron con droga en el norte de México

20150122-dron_con_drogas_bbc.jpg

Un dron -avión no tripulado- con al menos tres kilos de droga sintética se desplomó en el estacionamiento de un supermercado en la ciudad de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, al norte de México.

Las autoridades municipales indicaron que el pequeño aparato llevaba seis paquetes con la droga conocida como “cristal” adheridos al fuselaje.

Al parecer no pudo resistir el peso (2,7 kilogramos) y cayó a tierra. Se estrelló cerca del paso fronterizo de San Ysidro, junto a California.

El dron constaba de seis hélices y una batería de litio.

Se presume que intentaba cruzar la frontera con EE.UU.

Las autoridades están investigando dónde despegó el aparato y quién lo estaba controlando.

No sería la primera vez que los drones han sido usados para traficar droga entre México y EE.UU.

Tampoco es el único método “ingenioso” usado por los traficantes, que en ocasiones anteriores han recurrido a catapultas, túneles o aviones ultraligeros.

En: BBC

Leer más

Muere el rey de Arabia Saudita a los 90 años

20150122-abdulah_obama_aliado.jpg

La televisión estatal reportó el fallecimiento del rey Abduláh de Arabia Saudí, el poderoso aliado de Estados Unidos que se unió a los esfuerzos de Washington contra la red terrorista al-Qaeda y buscó modernizar al ultraconservador reino musulmán. Tenía 90 años.

La televisión saudí informó que el monarca murió el viernes.

Se prevé que su sucesor sea su medio hermano, el príncipe Salman, de 79 años, y quien desde hace poco se hace cargo de las responsabilidades del rey Abduláh.

El anuncio fue leído por un presentador de la televisión local y fue transmitido a los fieles en la Kaaba, una edificación religiosa en La Meca.

Mientras tanto, el nuevo monarca, Rey Salman, ha nombrado al principe Muqrim como heredero a la corona.

En: eluniversal , terra

Leer más

“Complejidad de la gestión pública: aprendiendo de casos no exitosos. Parte 1”

Dicen algunos que el gobierno de Estados Unidos es la mayor y más compleja organización del mundo. Y es altamente probable que así sea. Baste para convencerse con considerar que su cometido es el de brindar servicios públicos a una de las mayores y más complejas sociedades del planeta, con un rol e influencia que se extiende por todo el globo y que implica coordinar el trabajo de varios millones de servidores públicos y las relaciones con decenas de millones de organizaciones y cientos (quizá miles) de millones de personas.

Conseguir que esa organización funcione razonablemente bien, es sin dudas un logro admirable, que ha sido acompañado por éxitos también formidables en los ámbitos económico, militar, cultural y tecnológico. En particular, en lo concerniente a la gestión pública, Estados Unidos ha tenido un papel gravitante en el desarrollo de marcos teóricos, en el de diversas metodologías de gestión de organizaciones y de proyectos, y en el de la revolución de las tecnologías de la información.

Los avances tan impresionantes y el alto grado de efectividad pueden dar la sensación de que en ese país no se tropieza, que allí el dinero público siempre se gasta adecuadamente y que cada proyecto que emprenden es exitoso o, al menos, casi. En este post, que es el primero de una serie dedicada a este tema, analizaré varios casos que reflejan situaciones difíciles, similares a las que se viven en los países subdesarrollados.

Señalaré fracasos, no con espíritu destructivo, ni para dar consuelo a quienes alguna vez hemos estado en proyectos no exitosos, ni para que dejemos de preocuparnos cuando se nos extienden los plazos o se nos dispara el presupuesto o el producto final no es el adecuado. Lo haré porque entiendo que los fracasos enseñan. Conocerlos puede ayudarnos a evitar algunas piedras. Y puede que contribuya a que tomemos mayor consciencia de que en gestión pública los cracks también le erran.

Todos los casos a los que me referiré han sido investigados y publicados por la prensa. Esto da fe de dos aspectos positivos que no siempre se dan en nuestra región: primero, un alto nivel de transparencia y, segundo y muy relevante, la existencia de periodistas con gran conocimiento de gestión pública, capaces de identificar y entender distintas situaciones y de analizarlas y transmitirlas adecuadamente. Seguramente los casos publicados sean bastante menos que los reales ya que no suele ser fácil obtener buena información de los fallos. Su divulgación suele enfrentar un obstáculo comprensible: detrás de los proyectos estamos las personas, tan dispuestas a hacer conocer nuestros logros como a intentar que no se conozcan los que no lo fueron.

En este post trataré el caso de los reportes del Ejecutivo al Congreso y en los próximos 3 posts otros 4 casos.

Caso 1: Informes que nadie lee pero que la ley prescribe.

En un artículo de David Fahrenthold se informa que el Congreso de Estados Unidos recibe anualmente unos 4.300 informes enviados por el poder ejecutivo. En muchos casos una considerable cantidad de recursos se derrocha en prepararlos sabiendo de antemano que nadie los leerá.

El poder legislativo necesita estar informado de lo que hace el ejecutivo y para ello se instrumentan los informes. El mal aparece cuando se abusa de los instrumentos burocráticos originalmente buenos. En muchos casos la desnaturalización del mecanismo se da al exigir por ley la elaboración y envío de determinados informes sin establecer una fecha de expiración o revisión de la norma. Los informes pasan así a ser inmortales, obligatorios para siempre. Y como sabemos, no es tan fácil hacer aprobar una nueva ley que mate al engendro cuando ya no sea necesario. Hay malas ideas que perviven, consumiendo recursos, simplemente porque nadie se molesta en matarlas. Muchas surgieron por la obsesión pertinaz de algún legislador que ya no pertenece a la cámara. El tema puede haber perdido interés pero su pesado legado sigue allí.

El resultado es que el Congreso de Estados Unidos ya no es capaz de supervisar su sistema de supervisión del poder ejecutivo. Nadie sabe exactamente cuántos informes se están realmente haciendo anualmente y cuánto cuesta hacerlos. En 1993 se hizo una estimación y el resultado fue de 163 millones (de dólares de 2014).

Esta falla es de tipo regulatorio y podría evitarse aplicando las buenas prácticas de mejora o simplificación regulatoria. El marco regulatorio se debe simplificar todo lo posible con el objetivo básico de minimizar los costos de cumplimiento de las normas.

La enseñanza de este caso es que debemos pensarlo dos veces antes de introducir nuevas normas. Siempre debemos intentar primero introducir los cambios sin agregar complejidad normativa y establecer mecanismos de revisión periódica de la regulación existente.

Continuaremos con el análisis de más casos en el próximo post.

En: blogs.iadb.org

Sobre el autor.- Alejandro Pareja Glass es Especialista en Modernización del estado del BID. Ingeniero en Telecomunicaciones, PMP, con varios años de experiencia en proyectos de implementación de software de negocio, diseño de procesos de negocio, BPM y gobierno electrónico en Argentina, México, España, Chile y Uruguay. Trabajó en proyectos para empresas de servicios públicos y logística y para varios organismos de gobierno (agricultura, medio ambiente, minería, trabajo y atención ciudadana). Sigue a Alejandro en Twitter @aparejagl

Leer más

Perú obtiene calificación como ‘democracia imperfecta’

El dato: Coincidentemente, Uruguay y Costa Rica (quienes obtuvieron el mejor puntaje a nivel latinoamericano) son los países que cuentan con los servicios civiles más desarrollados y antiguos de la región.

20150122-jesus-y-pilatos_hay_todo_tipo_de_democracias.jpg

¿Qué países de América Latina son los más y los menos democráticos?

América Latina “es incapaz de progresar en la democratización” y sólo dos países de la región -Uruguay y Costa Rica- califican como “democracias plenas”, según un informe de The Economist Intelligence Unit (EUI) realizado para la BBC.

El estudio intenta cuantificar con un índice que va de 0 a 10 el estado de la democracia liberal en 165 estados independientes y dos territorios.

Los países son clasificados en cuatro categorías: aquellos que cuentan con “democracias plenas”, los que son “democracias imperfectas”, aquellos que tienen modelos “híbridos” y los “regímenes autoritarios”.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores evaluaron no sólo el clásico acceso a las urnas, sino cinco factores más: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionalidad del gobierno, participación política y cultura política.

“Elegimos estos criterios para dar una definición más fuerte, amplia y sólida que no sea solo tener elecciones y tener respeto a las libertades civiles”, le explica a BBC Mundo Irene Mia, directora regional de Latinoamérica en EIU.

Y bajo esos parámetros, América Latina experimentó una regresión respecto del índice del año anterior.

“A pesar de la democratización en América Latina en las décadas recientes, muchos países de la región cuentan con democracias frágiles”, se lee en el informe.

Sin embargo, entre los expertos no hay consenso sobre cómo definir –ni menos, medir- la democracia.

“Estancamiento”

De acuerdo con el estudio de EIU, en América Latina “los niveles de participación política son generalmente bajos y la cultura democrática es débil”.

La mayor parte de los países de la región, según el estudio, ha logrado establecer “elecciones libres y justas” y el respeto a las libertades civiles.

De hecho, en ambos factores, Latinoamérica se posiciona mejor que sus pares de Medio Oriente, África y Europa del Este.

Pero el proceso democrático está estancado, asegura el documento.

Democracias plenas

La región “es incapaz de progresar en la democratización”, señala el estudio. Uruguay y Costa Rica con la excepción, con índices de 8,17 y 8,03 respectivamente, lo cual permite incluirlos en la categoría de “democracias plenas”.

Estas, según el IEU, se entienden como países donde no sólo las libertades civiles y políticas básicas son respetadas, sino que son la base de una “cultura política que conduce al florecimiento de la democracia”.
En términos generales, la democracia plena mejor evaluada, con el número uno del índice, es Noruega, con 9,93.

Del otro extremo, en América Latina, Cuba (3,52) y Haití (3,82) son los peor evaluados.

Ambos países son considerados por el informe de EIU como “regímenes autoritarios”.

Sin embargo, el concepto de “democracia popular o participativa”, como define el gobieno cubano su propio sistema político, no es comparable al concepto de “democracia liberal”, bajo el cual se entiende el índice.
De todo el listado, el país menos democrático es Corea del Norte, con un índice de 1,08.

Las imperfectas

Chile (7,80), Brasil (7,38), Panamá (7,24), Argentina (6,84), México (6,68), Colombia (6,55), Perú (6,54), El Salvador (6,53) y Paraguay (6,26) están consideradas por el índice como “democracias imperfectas“.

Esta categoría abarca aquellos estados que, según el estudio, tienen elecciones libres y justas, libertades civiles básicas respetadas, pero presentan debilidades en otros aspectos como gobernabilidad, bajos niveles de participación y una cultura política poco desarrollada.

Sin embargo, los límites entre las categorías del informe son difusos, según le explica a BBC Mundo Francisco Panizza, profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto en Democracia y Derechos Humanos en América Latina.

“Muchos otros índices ponen a un país como Chile como una democracia plena (…). No existen las democracias perfectas, pero yo diría que países como Chile, Brasil, Uruguay, son democracias en general de buena calidad”, señala el experto.

Híbridos

Otra categoría que identifica el índice de EIU son los “regímenes híbridos”.

En estos sistemas existen, según el estudio, irregularidades sustanciales en las elecciones que usualmente las alejan de ser libres o justas, el gobierno presiona a los partidos de oposición y cuentan con serias debilidades más prevalentes que las democracias imperfectas.

Además, en esos países, el Estado de Derecho es débil y el poder judicial no es plenamente independiente.

El EIU enmarca en este grupo a Ecuador (5,87), Honduras (5,84), Guatemala (5,81), Bolivia (5,79), Nicaragua (5,32) y Venezuela (5,07).

Sin embargo, según el profesor de London School of Economics, el punto de división entre democracias imperfectas y regímenes híbridos “no está hecho con demasiado rigor”.

Por ejemplo, en el caso de Bolivia, asegura Panizza, “en muchos sentidos el gobierno de Evo Morales profundizó la democracia al integrar y dar participación a amplios sectores excluidos de la sociedad, como los indígenas”.

“En Ecuador no cabe duda de que la reelección de Correa reflejó muy claramente la popularidad que tiene el presidente Correa en Ecuador”, dice el académico.

Otros países como Nicaragua, Guatemala y Honduras “tienen problemas en lo que tiene que ver con la neutralidad del Estado, la vigencia del Estado de Derecho y uso de la libertad de prensa, pero aun así las elecciones siguen siendo libres y sin coerción, por lo que no podría hablarse de regímenes híbridos”.

Riesgos

El informe advierte que existen riesgos que afectan a la democracia en general en la región.

“El crimen descontrolado en algunos países –particularmente la violencia y el tráfico de drogas- así como la corrupción, están teniendo un impacto corrosivo sobre la democracia en América Latina”, explica el informe.

Pero estos no son los únicos peligros.

“Los problemas más graves para la democracia en la región siguen teniendo que ver con las debilidades institucionales de los Estados, los continuos niveles de desigualdad socioeconómica y los bajos niveles de educación”, le explica a BBC Mundo Francisco Panizza, profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto en Democracia y Derechos Humanos en América Latina.

Un índice más preciso debiera contemplar también estos factores, apunta Panizza.

Constanza Hola Chamy
BBC Mundo

En: BBC

Leer más