Miembros del Estado Islámico lanzan desde un edificio a dos homosexuales.

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En una nueva escena de crueldad, hombres del Estado Islámico lanzaron a dos hombres acusados de sodomía ante la mirada de cientos de personas, en Mosul, Irak.

Al tiempo que los hombres eran lanzados, en plena plaza pública otros dos hombres, quienes estaban amarrados en una especie de cruz, fueron asesinados de un disparo en la frente, presuntamente por cometer el delito de hurto.

Según datos de organizaciones de DDHH, es alarmante el número de ejecuciones por homosexualidad en manos de los yihadistas, pero la gran mayoría no son documentadas, por lo que quedan en el anonimato.

En: minuto30.com

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China-América Latina: una amistad peligrosa

China promete a América Latina inversiones por 250.000 millones de dólares para los próximos diez años. Pero estas no van a fomentar necesariamente el desarrollo de la región.

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En la cumbre de la CELAC con China en Pekín el 8 de enero pasado, Xi Jinping, el jefe de Estado chino, anunció inversiones de su país en América Latina por 250.000 millones en la próxima década.

Además, China prevé que el volumen comercial entre ambas regiones aumentará hasta el año 2025 a 500.000 millones de dólares anuales. Eso supondría una duplicación de los actuales 280.000 millones.

China es desde 2010 el segundo más importante abastecedor de América Latina, detrás de Estados Unidos y antes de la Unión Europea. Como comprador, ocupa el primer lugar para Chile (25 por ciento de las exportaciones del país) y el segundo para Brasil (15 por ciento), Uruguay (14 por ciento), Colombia (9 por ciento) y Argentina (7 por ciento).

Una estructura comercial conocida

La estructura de las relaciones comerciales entre China y América Latina se asemeja a las que esta última mantiene con los países industriales occidentales: China compra petróleo, cobre, soja y carne y envía productos terminados y tecnología.

En los pasados años fue un buen negocio para América Latina. Mientras duró el boom de las materias primas, la región recibió por sus productos cada vez más autos, celulares, computadoras y máquinas.

Con la disminución de la demanda de materias primas en todo el mundo y la caída del precio del petróleo, viene el duro despertar: para pagar sus deudas, Venezuela debe ahora enviar a China el doble de petróleo que hace un año. También los precios de la soja y el cobre han caído un 50 por ciento en los últimos años.

Inversiones en materias primas

China no solo compra en América Latina, sino que también invierte. Desde 2010, unos 10.000 millones de dólares por año. Eso corresponde a un seis por ciento de todas las inversiones extranjeras en la región. Según Deutsche Bank Research, el 90 por ciento de las inversiones de capital recae sobre la explotación de materias primas.

Tres empresas chinas compraron, por ejemplo, en abril de 2014, en Perú, una de las mayores minas de cobre del mundo, por unos 6.000 millones de dólares de dólares. Y el grupo estatal chino de alimentos COFCO adquirió hace poco Nidera y Noble, dos de los más importantes comerciantes mundiales de granos y líderes en América del Sur.

Créditos para infraestructura

También los créditos bilaterales adquieren creciente importancia. En Cuba, China financia un nuevo puerto; en Argentina, la modernización de una línea férrea y la construcción de dos centrales eléctricas. La brasileña Vale, una de las tres mayores empresas mineras del mundo, recibió de China un crédito para la compra de barcos y maquinaria. También está avanzado un proyecto de ferrovía de Brasil a Perú, atravesando los Andes. En Nicaragua, un grupo chino financia la construcción de un nuevo canal entre el Atlántico y el Pacífico.

En muchos los proyectos, los créditos están atados a condiciones: en los trabajos de construcción deben participar en gran escala empresas chinas y los bienes de inversión son enviados naturalmente desde China.

Los amigos necesitan dinero

China concede también créditos a diversos Gobiernos para cubrir déficits presupuestarios. A Argentina le abrió una línea de crédito en yuanes por 11.000 millones de dólares, para combatir la aguda escasez de divisas en el país.

Con la caída del precio del petróleo sufren también fuertemente los presupuestos de Ecuador y especialmente de Venezuela. China acudió en su ayuda y prometió créditos por 7.500 y 20.000 millones de dólares respectivamente.

Según el think tank Inter-American Dialogue, la región recibió ya de 2005 a 2013 unos 98.000 millones de dólares en créditos: un considerable importe, comparado con la concesión multilateral de créditos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo a la región, que, según Deutsche Bank Research, fue de 163.000 millones de dólares en el mismo periodo. Los mayores créditos chinos fueron para Venezuela (50.000 millones), Argentina (14.000), Brasil (13.000) y Ecuador (10.000).

¿Dónde se genera el desarrollo?

En su expansión hacia América Latina, China defiende naturalmente sus propios intereses. El desarrollo de los países latinoamericanos no está en su foco. Es tarea de las elites y los Gobiernos de América Latina romper ese círculo vicioso y desarrollar modelos propios de desarrollo.

Esa estrategia no debe estar basada en la exportación de materias primas, sino en la expansión del conocimiento y el desarrollo de sus propios recursos humanos. Cambiar una dependencia por otra no será la solución.

En: DW

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De bultos y miradas: Video muestra como algunas mujeres admiran una sobresaliente parte masculina

Si anteriormente ya se había realizado un experimento acerca de las partes que comúnmente observan las mujeres en los hombres (biceps, trasero, espalda) Ver: “lo que te miran las mujeres”, el usuario de Youtube “crotch cam” nos muestra que la mirada femenina también puede fijarse en una sobresaliente parte situada en la entrepierna masculina. Saquen sus conclusiones.

http://www.youtube.com/watch?v=JV8JPZyJiuE&showinfo=0

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Interesante: Los niños sacrificados del Volcán Llullaillaco

http://www.youtube.com/watch?v=xQm0yQyodNM&showinfo=0

Hace aproximadamente cinco siglos, entre mediados del siglo XV y las primeras décadas del XVI, los incas consumaron el sacrificio de dos niños y una joven, en una de las cumbres más altas de América, el volcán Llullaillaco (6.739 m).

En ese momento, la conformación geopolítica de gran parte del espacio andino estaba bajo el dominio y control de los Incas, quienes habían conformado el Tawantinsuyu, cuyo centro político y religioso era el Cusco. Desde allí salían los principales caminos que se dirigían a cada una de las cuatro unidades (tawa) geopolíticas menores o “suyus”, cuyas denominaciones eran Chinchaisuyu, Antisuyu, Contisuyu y Kollasuyu.

Mucho antes de la expansión Incaica, el espacio andino estaba ocupado por etnias, dirigidas por los Hatun Curaca (jefes o grandes señores) que gobernaban numerosos curacazgos de menor jerarquía y tamaño variable, llegando en algunos casos a formar macroetnias. El modelo sociopolítico del ámbito andino se presentaba como un mosaico de diversos caciques agrupados bajo la hegemonía de jefes mayores.

Uno de los rituales más importantes del calendario Inca fue la Capacocha o Capac Hucha, que puede traducirse como “obligación real”, y que se realizaba en el mes dedicado a la cosecha. La ceremonia abarcaba montañas, islas y otros adoratorios o huacas localizados en toda la extensión del Tawantinsuyu y servía para unir el espacio sagrado con el tiempo ancestral. Desde las cuatro direcciones del estado Inca, algunos poblados enviaban uno o más niños al Cusco, los que eran elegidos por su excepcional belleza y perfección física, por lo general, hijos de caciques.

Extraído de: Centro Cultural Argentino de Montaña

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¿Tienen derecho los medios de burlarse de una religión?

El historiador Tom Holland es uno de los que tuiteó la caricatura del profeta Mahoma de Charlie Hebdo tras el mortal ataque en las oficinas de la revista. Holland reflexiona para la BBC sobre si debe tener límites la libertad de expresión, mientras busca las raíces históricas de este derecho.

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Las religiones no son las únicas en tener mártires. El 1º de julio de 1766 en Abbeville, norte de Francia, un joven noble llamado Lefebvre de la Barre fue condenado por blasfemia. Los cargos en su contra eran numerosos: que había defecado en un crucifijo, escupido imágenes religiosas y que se había rehusado a quitarse el sombrero cuando pasó una procesión de la Iglesia.

Esos crímenes, junto con la destrucción de una cruz de madera en el puente principal de la localidad, fueron suficientes para que lo sentenciaran a muerte. Tras cortarle la lengua y la cabeza, sus restos mortales fueron quemados y tirados al río Somme.

Entre sus cenizas estaban las de un libro que habían encontrado en el estudio de La Barre y consignado a las llamas junto con su cuerpo: el Diccionario Filosófico del notable filósofo Voltaire.

Voltaire mismo, al enterarse del destino de su lector, se horrorizó. “La superstición”, declaró desde su refugio en Suiza, “hace que el mundo estalle en llamas”.

Dos siglos y medio más tarde, lo que le parece blasfemia a la mayoría de la gente en Occidente es la noción de que maten a alguien por criticar a un dogma religioso. Los valores de la libertad de expresión y tolerancia por los que hizo campaña Voltaire toda su vida se han consagrado como la encarnación misma de lo que los europeos, en general, valoran más de su propia civilización.

Voltaire, con su sonrisa burlona, todavía es su santo patrón. En Francia, donde los ideales laicos son atesorados con más tesón, regularmente se le invoca cuando se percibe que el legado de la Ilustración está siendo amenazado.

Cuando Philippe Val, el editor de Charlie Hebdo, publicó un libro en 2008 que defendía el derecho de los caricaturistas a burlarse de los tabúes religiosos, el título era elocuente: “Vuelve Voltaire, se están volviendo locos”. No era a los cristianos principalmente a los que Val estaba llamando locos.

Distintos

Entre el siglo XVIII y el XXI, la configuración religiosa francesa ha cambiado radicalmente.

No sólo porque el poder de la Iglesia católica disminuído precipitadamente, sino porque llegaron al país unos seis millones de inmigrantes con una fe muy distinta.

Islam, a diferencia del catolicismo, desaprueba profundamente del arte figurativo. Además conmemora a Mahoma -el profeta que sus seguidores creen que recibió la revelación divina por excelencia, el Corán- como el modelo de la conducta humana.

Los juristas musulmanes tradicionalmente consideraban los insultos en su contra como el equivalente a la incredulidad, y la infidelidad era un crimen que merecía el infierno.

Nada en el Corán mismo lo calificaba como una ofensa capital. “La verdad viene de nuestro Señor así que quien lo desee, déjenlo creer, y quien lo desee, déjenlo descreer”.

No obstante, una historia preservada en la biografía más antigua de las que sobreviven de Mahoma sugiere una visión más punitiva. Tan punitiva, de hecho, que algunos estudiosos musulmanes -quienes generalmente se resisten más a aceptar que la versión antigua de la biografía de su profeta pueda ser poco fiable- han llegado hasta a cuestionar su veracidad.

La historia habla sobre el destino de Asma bint Marwan, una poetisa de la Meca. Después de que se burló de Mahoma en sus versos, él gritó: “¿Quién se deshará por mí de la hija de Marwan?”. Dicho y hecho: esa misma noche, uno de los seguidores de Mahoma la mató en su propia cama.

Cuando el asesino reportó su acto, el profeta se lo agradeció personalmente diciendo: “Le has ayudado tanto a Dios como a su mensajero”.

Infamia

“Aplasta lo infame”, urgía Voltaire a sus admiradores. El islam demanda lo mismo. La diferencia está, claro, en la definición de “lo infame”.

Para los caricaturistas de Charlie Hebdo -quienes en 2011 publicaron una edición con un Mahoma de ojos desbordados, así como antes habían retratado a Jesús como un concursante en el reality “La isla” y al papa Benedicto sosteniendo un condón en misa-, lo infame es las pretensiones de las autoridades en cualquier lugar, desde en la política hasta en la religión.

Para quienes mataron a los periodistas en la oficina de Charlie Hebdo esta semana, lo infame es burlarse de un profeta que para ellos debe existir libre de siquiera una insinuación de crítica.

Entre esas dos posiciones, cuando son defendidas con la misma pasión y convicción por ambas partes, no hay posibilidad de reconciliación.

El caso de Salman Rushdie fue el primer síntoma de esa situación. Desde entonces, como un dolor de muelas permanente que a veces te hace brincar, el problema nunca se ha ido.

Yo experimenté directamente cuán espinoso puede ser en 2012, cuando hice un documental llamado “Islam: la historia no contada”, en el que exploré el creciente consenso entre historiadores de que mucho de lo que los musulmanes han creído tradicionalmente sobre la vida de Mahoma probablemente no está basado en hechos históricos, lo que causó una tormenta de amenazas de muerte.

A diferencia de Charlie Hebdo, yo no tenía la intención de ofender. Yo no soy un satírico, y usualmente no disfruto hiriendo los sentimientos de otros. Sin embargo, yo también pienso que algunos derechos merecen ser defendidos, y entre ellos está el de la libertad de los historiadores de cuestionar los mitos originales de las religiones.

Es por ello que cuando me enteré de las noticias de lo que ocurrió en París, decidí hacer algo que de otra manera no habría hecho nunca: tuiteé una caricatura de Charlie Hebdo de Mahoma.

La BBC, en contraste, decidió no reproducir esa caricatura en este artículo. Muchas otras organizaciones de medios -aunque no todas- hicieron lo mismo.

Yo me rehúso a estar atado por un tabú de blasfemia de facto.

Aunque en circunstancias normales no siento ninguna necesidad de burlarme de las creencias que otras personas aprecian, esto está muy lejos de ser una circunstancia normal. Como tuiteé, el derecho a dibujar a Mahoma sin que a uno lo maten es tan preciado para muchos de nosotros en Occidente como el islam presuntamente lo es para los asesinos de Charlie Hebdo.

Nosotros también tenemos nuestros valores, y si no estamos dispuestos a defenderlos, nos arriesgamos a perderlos.

Cuando se trata de definir “lo infame”, yo no tengo ninguna duda respecto a lo que defiendo.

Tom Holland
Historiador. Especial para la BBC

En: BBC

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