Día: 8 julio, 2014
Irak: Chiitas y sunitas: una división irreconciliable
Aunque el orígen de la disputa entre las dos comunidades musulmanas es esencialmente sucesionista, en la actualidad hay otras razones por las que el pueblo iraquí es escenario de una guerra civil.
Unos meses antes de morir, en el año 632, el profeta Mahoma hizo una peregrinación entre La Meca y Medina y, presintiendo su propia desaparición, proclamó a su yerno Alí como su sucesor espiritual y político.
Ese fue el comienzo de una historia llena de odios e intrigas, ambientada en el Medio Oriente y lavada por ríos de sangre, pues, tras la muerte del líder máximo de la religión musulmana, la comunidad islámica se dividió, de manera irreconciliable, en dos grandes vertientes: los chiitas y los sunitas.
El sucesor nombrado por Mahoma tuvo que esperar más de 30 años para convertirse en el cuarto Califa, ya que los hombres más poderosos de la Meca designaron a Abu Baker como el primer líder del Califato y, posteriormente, a otros dos califas.
Sin embargo, el pueblo árabe se levantó y exigió que Alí fuera el cuarto califa, un honor que sólo duró cuatro años, al cabo de los cuales, el yerno de Mahoma fue asesinado.
De acuerdo con el analista político Marcos Peckel, los orígenes de la tradición musulmana son bastante violentos y aunque esencialmente los chiitas y los sunitas comparten las mismas prácticas religiosas, rinden culto al mismo Dios y siguen las enseñanzas del Corán, existe entre esas dos corrientes de la religión islámica unas diferencias irreconciliables que durante siglos han perpetuado el odio y la división.
“En los orígenes de la tradición musulmana las diferencias son de carácter sucesionista y comienzan con la definición del heredero de Mahoma. Para los chiitas, el líder espiritual debía ser un descendiente directo del profeta Mahoma, mientras que los sunitas se inclinaban por un hombre estudioso, justo y bueno, que no necesariamente tenía que provenir del linaje mahometano”, afirma Peckel.
Pero, en la actualidad, la violencia fraticida entre los musulmanes no sólo está impregnada de tintes místicos si no que tiene muchísimas implicaciones de orden político y económico.
En el fondo, existe un gran problema que tiene que ver con las relaciones entre el Gobierno y la religión en el mundo musulman.
“Para los chiitas es de vital importancia la figura del imán. Ellos consideran a sus doce imanes como las máximas autoridades del estado islámico, y como un líderes totalmente autónomos del Estado”, explica el Imán Julián Arturo Zapata del Cetro Cultural Islámico de Bogotá.
“Los líderes chiitas son bastante independientes de los gobiernos, ellos mismos crean un tejido social a su alrededor y reciben el zakat, que es un diezmo de la gente. Son poderosos por sí mismos”, explica Zapata. Por el contrario, los sunitas dependen económicamente de la estructura estatal y de la opinión del Gobierno y su líder tiene muy poca injerencia en asuntos políticos, a menos que haga parte del poder de turno.
Ese era el caso iraquí hasta que las fuerzas de ocupación derrocaron a Sadam Hussein en marzo de 2003.
LA CUESTIÓN IRAQUÍ. Antes de ser asesinado, Alí trasladó la capital de Medina hacia Kufa, una ciudad ubicada en tierras de Iraq, la antigua Babilonia, que se había convertido en un importante centro para la religión islámica.
Ese importante antecedente histórico marcaría entonces el desarrollo de los acontecimientos en el país árabe.
Tras la muerte de Alí, Iraq se convirtió en un territorio predominantemente chiita. Las mayorías chiitas comenzaron a expandir su influencia y a prepararse para la llegada del doceavo imán, aquel que salvaría a la humanidad.
“Durante más de catorce siglos los chiitas se dedicaron a visitar las tumbas de sus imanes y a edificar construcciones alrededor de los mausoleos, una de las prácticas más criticadas por sus enemigos sunitas y que ha sido empleada como un argumento del wahabismo, una corriente minoritaria del islam, para radicalizar aún más las diferencias entre chiitas y sunitas”, asegura el imán Zapata.
Según el analista Peckel, las fronteras del Iraq moderno fueron creadas de forma artificial, como resultado de la repartija colonial que hicieron los británicos y los franceses del Medio Oriente, A una comunidad divida, casi desde sus mismos orígenes, se le impuso además la obligación de convivir dentro de una nación que estaba muerta desde antes de nacer.
“Musulmanes chiitas, sunitas y los mismos kurdos, fueron forzados a cohabitar un territorio común y a formar parte de una nación de la que no se sentían partícipes. Por eso la única manera de matener un país bajo control y un Gobierno central coherente era implementando un régimen déspota, cosa que Saddam Hussein entendió a la perfección”, explica Peckel.
LA ERA HUSSEIN. Desde 1979, cuando Hussein asumió la Presidencia iraquí, la comunidad sunita de la que él hacía parte, concentró todo el poder, lo que por supuesto implicó la marginalidad absoluta para los chiitas y la agudización de la violencia sectaria en Iraq. Durante años, las milicias de ambos bandos han librado una guerra que nunca ha querido llamarse por su nombre, miles de iraquíes muertos en atentados en Iraq, se suman a las víctimas de las batallas emprendidas por Hussein contra sus vecinos.
“Iraq es un pueblo de odios, marcado por una historia que va más allá de la división religiosa entre chiitas y sunitas. El de Iraq es un pueblo desunido, de sentimientos más tribales que nacionalistas que sobrepasan las fronteras religiosas”, explica Zapata.
Bajo este panorama, cabe pensar entonces que el futuro de Iraq no es nada alentador y que tras la ejecución de Hussein, la eterna disputa entre chiitas y sunitas, no sólo va a aumentar, sino que se va a recrudecer en proporciones dantescas.
Las cosas empeoraron en Iraq cuando George W. Bush invadió el país árabe con el pretexto de enfrentar al terrorismo internacional y de buscar unas armas químicas que nunca aparecieron. Según el politólogo Eugenio Gómez Martínez, la invasión estadounidense desencadenó muchos más conflictos al interior de Iraq, que por obvias razones se van a agravar con la caída del régimen de Hussein y su posterior su ejecución.
“Sadam era el representante de una de las tres grandes comunidades que conforman el artificial estado de Iraq y su derrocamiento y su ejecución lo transforman en un mártir de la causa sunita, lo que deriva en acciones violentas gravísimas de sunitas sobre todo contra chiitas, los más beneficiados con la caída del ex dictador”, asegura Gómez.
En ese mismo sentido, Peckel señala que toda la violencia represada y los sentimientos de odio van a soltarse, tras el final de la era Hussein. “En el nuevo Gobierno de Iraq hay mayoría chiita, y los sunitas están perdiendo todos los privilegios que tenían antes. Por eso están llevando a cabo una sangrienta escalada insurgente especialmente contra los chiitas”.
La realidad del país árabe está muy lejos de ser pacífica. Y es que en Iraq la insurgencia es muy compleja y no sólo se reduce a un grupo de chiitas contra sunitas, sino que implica unas comunidades divididas en clanes que tienen sus propias ideologías y que, poco a poco, han sido penetradas por las influencias de los yihadistas de Al qaeda y saqueadas por la invasión occidental que ahora tiene dos opciones: quedarse en Iraq y aumentar casi el triple su pie de fuerza o salir del país árabe y dejar que los iraquíes se las arreglen como puedan.
“Pero es casi seguro que ninguno de los dos caminos permitirá desarticular la insurgencia en Iraq”, concluye Peckel.
Tres datos claves
1.La palabra chiita se deriva del corán y se emplea para nombrar a los seguidores del libro sagrado de los musulmanes.
2. El término sunita cobija a quien sigue las enseñanas del profeta Mahoma.
3. Los chiitas y los sunitas siguen las mismas tradiciones religiosas, leen el corán y se basan en los cinco pilares del islam: la confesión de fe, la oración, el ayuno, y la peregrinación hacia la Meca, en Arabia Saudita, por lo menos una vez en su vida.
Por: Por Lina Marcela Hernández S. Especial para El Pais
Ver: Para muchos sunitas, el Estado Islámico es el mal menor
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Hamas e Israel en la peor escalada desde finales de 2012
Mueren al menos once milicianos -seis de ellos de Hamas- y un niño de siete años. Las principales milicias de la Franja de Gaza han disparado 70 proyectiles y misiles. Israel ha ordenado intensificar los ataques aéreos contra grupos islamistas en Gaza.
Israel y el grupo islamista Hamas han entrado en la escalada más grave desde finales de noviembre del 2012. El brazo armado del grupo que controla la Franja de Gaza disparó en la tarde y noche de este lunes más de 200 proyectiles y misiles contra localidades israelíes situadas a decenas de kilómetros provocando un par de heridos leves.
Tras este ataque palestino, el más masivo de Hamas desde el 2012, Israel ha iniciado una intensa ofensiva aérea contra decenas de objetivos de los grupos islamistas en Gaza. No se trata de ataques puntuales sino el inicio de la operación llamada ‘Protective Edge”, que hasta ahora ha causado la muerte a once milicianos -seis de ellos de Hamas- y a un niño de siete años, y heridas a 25 personas más, en su mayoría civiles. Poco después, caían de nuevo varios cohetes en el sur de Israel.
Además, al menos nueve civiles resultaron heridos en los bombardeos de la aviación israelí contra casas de militantes de los movimientos islamistas, informaron fuentes médicas que cita Efe. Según Asraf al Qedra, portavoz de Emergencias en la Franja, los nueve civiles estaban en una vivienda de la zona de este de la ciudad meridional de Jan Yunis, y hubieron de ser tratados en un hospital de la zona.
“No hay lugar ahora hablar de tregua”, avisaba anoche un portavoz de Hamas mientras en Israel respondían: “Hamas ha preferido guerra a calma”. Los habitantes de la paupérrima Gaza y del sur de Israel temen lo peor.
Ante la posibilidad de una inminente escalada, el Ejército israelí ha desplegado varias brigadas en las zonas fronterizas de la Franja y ha movilizado a 1500 reservistas. En su gran mayoría, pertenecen a la Unidad de Protección Civil dedicada a los habitantes de las ciudades bajo los ataques de proyectiles y las baterías defensivas Cúpula de Hierro.
Por un lado, los portavoces de Hamas responsabilizan a Israel y afirman que este lunes han respondido a la muerte de siete miembros del brazo armado en la última noche. “Es una grave escalada y el enemigo lo pagará muy caro. No queremos una guerra pero si nos la imponen, estamos preparados”, advirtió el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri.
Por otro, fuentes militares israelíes avisan: “Tras los más de 200 proyectiles contra el sur de Israel desde el secuestro y asesinato de los tres adolescentes el pasado 12 de junio y dado que pese al ultimátum del jueves, Hamas sigue disparando de forma incesante, estamos preparados para una escalada”. “La escalada será respondida con escalada”, advierte el oficial Mordejai adelantando una contundente respuesta militar.
Además, este lunes las “Brigadas Izadim Al Qasem”, brazo armado del movimiento islamista Hamas han admitido que han disparado “decenas de proyectiles” contra tres localidades del sur y el centro de Israel. En un comunicado, la milicia aseguró que ha lanzado “decenas de proyectiles contra las localidades de Asdod, Ashkelo y Netivot en respuesta a la agresión sionista”.
Por primera vez desde la ofensiva Pilar Defensivo a finales del 2012, Hamas asume la autoría de decenas de proyectiles contra las ciudades israelíes. Una prueba de que ha optado por la escalada ya que era consciente de que el disparo y posterior autoría tendrán una dura respuesta israelí.
En la pugna interna entre el brazo armado y el liderazgo político de Hamas, ha vencido el primero.
Ante la ausencia del mediador egipcio, las dos partes parecen condenadas a un nuevo conflicto bélico.
En: elmundo.es
Israel moviliza reservistas y Hamas lanza más misiles
El movimiento islámico Hamas continuó ayer sus ataques con cohetes desde Gaza contra Israel, que amenazan con desembocar en una crisis abierta. Como respuesta, Tel Aviv movilizó unos 1.500 reservistas para una eventual intervención. La nueva ofensiva palestina ocurrió apenas unas horas después de que tres extremistas judíos confesaran haber quemado vivo a un joven palestino secuestrado.
“Los cohetes son una reacción natural a los crímenes israelíes contra nuestro pueblo. Que el ocupante (por Israel) comprenda bien el mensaje. No tememos sus amenazas”, advirtió el portavoz del Hamas en Gaza, Sami Abu Zuhri. El grupo se adjudicó un ataque por primera vez en esta crisis.
Fuentes del ejército israelí denunciaron que más de 40 cohetes se lanzaron desde Gaza en una sola hora, de los cuales su sistema de defensa antimisiles destruyó 12 en vuelo en el sur del país.
La aviación israelí respondió poco después a esos disparos con treinta ataques aéreos contra el sur de este enclave palestino, al este de Rafah, sin causar víctimas, según los servicios de seguridad del movimiento islamista.
Por otra parte, la televisión israelí indicó que el gabinete de seguridad de Israel había autorizado al ejército “intensificar las represalias contra el Hamas”.
Horas antes de los disparos de cohetes hacia Israel y los bombardeos israelíes en Gaza, una fuente cercana a la investigación del joven palestino asesinado informó que tres de los seis sospechosos detenidos por el crimen confesaron haberlo matado y quemado.
Mohamed Abu Jdeir, de 16 años, fue secuestrado el 2 de julio en Jerusalén Este, la parte de la ciudad ocupada y anexada por Israel. Su cadáver, que estaba totalmente calcinado, según el abogado de la familia, fue hallado horas después en la parte occidental de la ciudad.
Tras este hallazgo, palestinos habían acusado a ultraderechistas judíos de haberlo secuestrado y matado para vengarse del secuestro y el asesinato de tres estudiantes israelíes en la región de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
En el plano político, la ultraderecha radical de Israel, liderada por el canciller Avigdor Lieberman, anunció que rompió el pacto electoral con el Likud del premier Benyamin Netanyahu.
Una de las diferencias que planteó Lieberman con el oficialismo concierne a la actitud de Israel hacia Hamas en Gaza, que según Lieberman debería ser mucho más dura. Otro elemento de discordia, precisó, se refiere a la radicalización de la minoría árabe en Israel.
En este momento, el Likud cuenta con 20 diputados en el Parlamento, Lieberman 11. El partido Futuro, el segundo en cantidad de ediles, 19. Por eso es imprescindible contar con los sectores radicalizados. Por eso no deberá sorprender si Netanyahu comienza a endurecer su política respecto de los palestinos para que no se le quiebre el frente interno.
En: clarin