El quinto poder, es el de la masa, es el único poder real, es el que hace las revoluciones, sean estas políticas, industriales, tecnológicas, artísticas o religiosas.
Para movilizar e inspirar a las masas se usa una formula simple: credibilidad, presencia, fuerza y trascendencia.
Credibilidad, se logra de alinear el discurso y la acción con la realidad expresada por los hechos, de manera sostenible. Lo visto hoy por la prensa fujimorista que ejercen Carvallo, Salazar, Hudtwalcker, Cueva, Delta, Vertiz, Salcedo, Ortiz, Leiva… entre otros que forman el bestiario que acompañan a la derrotada ex-candidata, evidencian que sus prácticas de terruqueo fracasaron y ahora apuestan por crear una nueva narrativa, deslegitimar al presidente Castillo, tratando de mellar la credibilidad de un hecho como la victoria de Castillo, posicionando la idea que su presidencia es “ilegitima”. Para esto se basan en nuevos cuentos: la relación de Castillo con la corrupción de los miembros ligados al partido de Cerrón, la imposibilidad de una nueva constitución, etc.
Presencia, se logra con el ejercicio recurrente de una narrativa que se posicione como una creencia. Los heraldos del embuste del comunismo, como Butters, Wong, Valenzuela, Bayly, Althaus,.., y los empresarios que apoyaron este bulo fracasaron, sin embargo todavía están ahí dirigiendo periódicos, televisoras, radios, empresas y bancos para avivar la narrativa de la supuesta ilegitimidad mencionada. Y para dejan sentir día y noche su presencia con sus expertos, a sus abogados, a sus congresistas, a sus políticos, a sus jueces, a sus periodistas, a sus faranduleros, a sus “influencer”, etc. a los cuales invitan de manera recurrente en sus medios, para mentir y difamar.
Fuerza, esto se logra con recursos, como las armas, el dinero, votos, popularidad, esperanza, influencia. Un ejemplo de fuerza de lo que se logra con la fuerza de los votos, es que alguien como Rafael Rey, sin estudios, sin experiencia, sin talento, sin valor alguno para aportar algo útil, sea miembro del directorio del BCR, por el solo mérito de ser el vocero de las huestes de una derecha limitada, hoy cacofónica, que exigió su presencia a través de la extorsión del congreso fujimorista cerrado por el presidente Vizcarra.
Trascendencia, esto se logra con una visión superior del logro de la reunión de voluntades, algo totalmente inalcanzable con gente racista, clasista, extremista como RLA y “la Thais”, personas incapaces de ver más allá de su ombligo.