Según un estudio de la NASA se puede predecir que el Callao, entre otras ciudades costeras peruanas y mundiales, podrá ser inundado por el mar, en un siglo.
Ese estudio afirma que el nivel del mar sube imparable desde que las emisiones de gases de efecto invernadero que comenzaron con la Revolución Industrial invirtieron a mediados del siglo XIX un proceso de enfriamiento de los océanos que duraba casi dos mil años. Ahora, un equipo de investigadores de la NASA ha analizado los datos de los satélites disponibles desde 1992 y ha puesto sobre la mesa un dato inquietante: el nivel del mar ha subido de media casi 8 centímetros en todo el planeta en estas últimas dos décadas, y no va a parar.
Los océanos son el gran termostato de la Tierra. El 90% del calor provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero es absorbido por ellos. Pero cuando el agua se calienta, se expande, y además, funde el hielo con rapidez. Esta expansión del agua y desaparición gradual de los glaciares y grandes masas de hielo en los polos es la que está haciendo que el nivel del mar suba inexorablemente año tras año.
Una vez que ya se sabe con exactitud lo que se ha elevado el nivel del mar en estas últimas décadas, la siguiente pregunta a responder es cuánto y con qué rapidez seguirá haciéndolo en el futuro. Steve Nerem, coordinador del Equipo de Cambio del Nivel del Mar de la NASA y también profesor de la Universidad de Colorado, habla de «al menos un metro en los próximos 100 años, probablemente más».
Pero hay investigadores que hablan de casi el triple. Richard Alley, catedrático de la Universidad Estatal de Pensilvania y uno de los mayores expertos en glaciares del mundo, aseguraba en una entrevista a este diario que una de las cosas que más le sorprendió de su último trabajo en la Antártida era «la posibilidad de que el nivel del mar podría aumentar más de 3 metros en menos de cien años». Según explicaba Alley a este redactor, la desaparición del tapón natural de la progresión de los glaciares hacia el mar por culpa del calentamiento de las aguas podía hacer que estos fluyesen con más rapidez hacia el mar, provocando un desastre mucho más rápido de lo que nos imaginábamos. «Ha pasado otras veces. A lo largo de la historia del planeta se han producido grandes variaciones en pocos años», sentenciaba Alley.
El aumento del nivel del mar no será el mismo en todos los lugares. Los ciclos naturales de las corrientes oceánicas harán que en unas zonas la temperatura del agua sea más fría que en otras y, por tanto, se expanda menos. De hecho, según afirma Josh Willis, oceanógrafo de la NASA, «el nivel del mar en la costa oeste de los Estados Unidos ha descendido en los últimos 20 años. Pero ya hay signos de que ese patrón está cambiando».
Las zonas que sí se verán afectadas con casi total seguridad serán, según el estudio presentado por la NASA, las costas del Pacífico de Asia y Oceanía, así como el Mediterráneo Oriental y la costa atlántica de América. En un visor interactivo de la web de la NASA se puede ir viendo cómo la gradual subida del nivel del mar afectaría a estas zonas. En él se ve cómo el suelo sobre el que hoy se asientan ciudades como Nueva Orleans, Miami o Amsterdam queda cubierto por las aguas.
30 metros en dos siglos
Los científicos estiman que un tercio del aumento del nivel del mar se debe a la expansión de los océanos por el calentamiento del agua, otro tercio a la fusión de las grandes masas de hielo de la Antártida y Groenlandia, y el resto a la desaparición de los glaciares alpinos y andinos. Pero la continuada pérdida masiva de hielo en Groenlandia y la Antártida podría acelerar el proceso en cualquier momento.
«Los registros del paleoclima de la Tierra nos muestran que se han producido aumentos de 30 metros en el nivel del mar en uno o dos siglos. Pero aún necesitamos entender mejor el comportamiento de las grandes masas glaciares antes de afirmar que hemos entrado en una nueva era de pérdida masiva de hielo», dice Tom Wagner, del programa científico Crioesfera de la NASA.
Analizar esas moles heladas es complicado. Pero poco a poco se van obteniendo datos nuevos. Entre los últimos, y no precisamente optimistas, está el descubrimiento de dos inmensos valles bajo el principal glaciar de la Antártida oriental, hasta la fecha supuestamente a salvo del calentamiento. Estos dos enormes canales podrían llevar agua caliente hasta la base, e iniciar un imprevisible proceso de fusión. «Algunos de los signos que vemos en los datos de los satélites son señales rojas de que esos glaciares podrían no ser tan estables como se pensó», afirma Eric Rignot, glaciólogo de la Universidad de California.
En cualquier caso, la fusión del hielo de la Antártida «solo» incrementaría el nivel del mar en 3 metros, ni la mitad de lo que según algunos expertos subirían los océanos en caso de desaparecer los de Groenlandia.
Ante este escenario, la NASA ha puesto en marcha una nueva campaña de investigación que durante 6 años tomará muestras de las aguas de esta región para saber con más exactitud cómo está afectando a los glaciares el calentamiento de los océanos. Y es que según los últimos estudios internacionales, en los últimos dos siglos la temperatura de los mares ha aumentado entre 0,5 y 1,5 grados. Para 2100, el IPCC espera un aumento de entre 2 y 4 grados.
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