Archivo por meses: marzo 2010

JAMES JOYCE Y EL AGUA

Joseph Pulitzer, el gran editor estadounidense, recomendaba a sus periodistas escribir sujetándose a los siguientes consejos:

• Exprésate brevemente, empleando las palabras estrictamente necesarias para que así lo lean.
• Con mucha claridad y sencillez, usando términos simples, comunes y corrientes, de uso diario, para que así lo entiendan.
• En forma pintoresca y graciosa, para que lo recuerden y comenten.
• Con mucha veracidad y honestidad, para que se guíen con esa luz.

Estas recomendaciones han sido seguidas por los periodistas desde el siglo pasado, casi como mandamientos obligatorios.

Sin embargo, los grandes genios de la literatura hacen derroches asombrosos de estilo e imaginación. Es el caso de James Joyce, quien escribió en 1922 su novela cumbre Ulises, que supuso un hito en la historia, no sólo de la literatura universal, sino también de la mente humana. Esta obra monumental es una crónica de un día en la vida de Leopold Bloom, de su mujer y de un joven amigo en Dublin. “Con la descripción de la odisea interior de esas vida insignificantes, el genio de James Joyce convirtió la prosaica y vulgar epopeya del hombre moderno en una obra inmortal” (concepto de los editores de la edición en español).

Ulises termina con 45 páginas escritas sin ninguna coma. Otra manifestación genial es la parte en que James Joyce se refiere a la admiración de su personaje principal por el agua. El uso de los dos puntos es extraordinariamente singular, así como el derroche de cultura y uso de neologismos. Todo en un solo párrafo. Aquí el fragmento de la novela.

“¿Qué admiraba en el agua Bloom, amador del agua, sacador de agua, portador de agua volviendo al fogón?

Su universalidad: su igualdad democrática y su fidelidad a su naturaleza buscando su propio nivel: su vastedad en el océano de la proyección de Mercator: su profundidad no sondeada en la fosa de Sundam en el Pacífico excediendo las 8.000 brazas: la inquietud de sus olas y partículas superficiales visitando uno tras otros todos los puntos de su litoral: la independencia de sus unidades: la variabilidad de estados del mar: su quiescencia hidrostática en calma: su turgidez hidrocinética en las aguas muertas y en las mareas vivas: su apaciguamiento después de la devastación: su esterilidad en los casquetes circumpolares, ártico y antártico: su importancia climática y comercial: su preponderancia de 3 a 1 sobre la tierra seca en el globo: su indisputable hegemonía en extensión en leguas cuadradas por toda la zona por debajo del trópico subecuatorial de Capricornio: la estabilidad multisecular de su fosa original: su lecho lúteofulvo: su capacidad para disolver y contener en solución todas las sustancias solubles incluyendo millones de toneladas de los metales más preciosos: sus lentas erosiones de penínsulas y promontorios con tendencia a bajar, sus depósitos aluviales: su peso y volumen y densidad: su imperturbabilidad en lagos y lagunas de meseta: su gradación de colores en las zonas tórrida y templada y frígida: sus ramificaciones vehiculares en corrientes continentales en cuencas lacustres y ríos confluyentes y fluyentes al mar con sus tributarios y las corrientes oceánicas: corriente del Golfo, con sus ramas nordecuatorial y sudecuatorial: su violencia en maremotos, trombas marinas, pozos artesianos, erupciones, torrentes, remolinos, desbordamientos, avenidas, olas de fondo, divisorias de aguas, géiseres, cataratas, torbellinos, maelstroms, inundaciones, diluvios, aguaceros: su vasta curva ahorizontal circumterrestre: su secreto en los manantiales y la humedad latente, revelada por instrumentos rabdománticos o higrométricos y ejemplificada por el agujero en la pared en Ashtown Gate, la saturación del aire, la destilación del rocío: la sencillez de su composición, dos partes constitutivas de hidrógeno por una parte constitutiva de oxígeno: sus virtudes curativas: su capacidad de hacer flotar en las aguas del Mar Muerto: su perseverante penetratividad en arroyuelos, canales, diques insuficientes, vías de agua en barcos: sus propiedades para limpiar, apagar la sed y el fuego, alimentar la vegetación: su infalibilidad como paradigma y parangón: sus metamorfosis como vapor, niebla, nube, lluvia, nevisca, nieve, granizo: su fuerza en las mangueras rígidas: su variedad de formas en lagos y bahías y golfos y calas y ensenadas y lagunas y atolones y archipiélagos y estrechos y fiords y minches y estuarios y brazos de mar: su solidez en glaciares, icebergs, témpanos: su docilidad en hacer funcionar ruedas hidráulicas, turbinas, dínamos, planta^ hidroeléctricas, lavaderos, tenerías, fábricas textiles: su utilidad en canales, en ríos, si navegables, en diques flotantes y secos: su potencialidad derivable de mareas embridadas o cursos de agua cayendo de un nivel a otro nivel: su fauna y flora submarinas (anacústica, fotofóbica), numéricamente, si no literalmente, los habitantes del globo: su ubicuidad al constituir el 90 % del cuerpo humano: la nocividad de sus efluvios en marismas lacustres, pantanos pestilentes, agua de macetas echada a perder, charcos estancados bajo la luna menguante”.

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RECOMENDACIONES DE PERIODISTAS NOTABLES

Es muy oportuno recordar las normas que tres eminentes periodistas determinaron para guiar la práctica de la profesión.

EL DODECALOGO DE CAMILO JOSE CELA

Camilo José Cela, fallecido Premio Nobel de Literatura 1989, fue periodista durante más de medio siglo.
Para Cela, el periodista ha de partir de los siguientes supuestos para el buen ejercicio de la profesión. El periodista debe:

I. Decir lo que acontece, no lo que quisiera que aconteciese o lo que imagina que aconteció.

II. Decir la verdad anteponiéndola a cualquier otra consideración y recordando siempre que la mentira no es noticia y, aunque por tal fuere tomada, no es rentable,

III. Ser tan objetivo como un espejo plano; la manipulación y aun la mera visión espectacular y deliberadamente monstruosa de la imagen o la idea expresada con la palabra cabe no más que a la literatura y jamás al periodismo.

IV. Callar antes que deformar; el periodismo no es ni el carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera.

V. Ser independiente en su criterio y no entrar en el juego político inmediato.

VI. Aspirar al entendimiento intelectual y no al presentimiento visceral de los sucesos y las situaciones.

VII. Funcionar acorde con su empresa quiere decir con la 1ínea editorial ya que un diario ha de ser una unidad de conducta y de expresión y no una suma de parcialidades.

VIII. Resistir toda suerte de presiones: morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, sindicales, etc., incluidas las de la propia empresa.

IX Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo.

X. Huir de la voz propia y escri¬bir siempre con la máxima senci11ez y corrección posibles y un total respeto a la lengua. .

XI. Conservar el más firme y honesto orgullo profesional a todó trance y, manteniendo siempre los debidos respetos, no inclinarse ante nadie.

XII. No ensayar la delación, ni dar pábulo a la murmuración ni ejercitar jamás 1a adulación; al delator se le paga con desprecio y con la calderilla del fondo de reptiles; al murmurador se le acaba cayendo la lengua, y al adulador se le premia con una cicatera y despectiva palmadita en la espalda.

EL PERIODISTA

¿Qué es los que hace efectivo a un periodista? Creo que las siguientes son algunas de las cualidades que debería tener:

Una mente abierta, un deseo de aprender, y la convicción de que las cosas no son siempre lo que parecen ser.

Una creencia en la dignidad humana, y compasión por aquellos a quienes el mundo a menudo abruma con indignidades.

Una alta estima por la riqueza del lenguaje y una avidez por aprender su apropiado uso.

Una apreciación acerca de los conflictos y complejidades de la vida moderna, y la comprensión de que a menudo no pueden ser reconciliados.

Una compresión de que incluso las personas mejor intencionadas cometen errores, y la disposición –muy rara entre los periodistas- a admitir los propios errores.

Una capacidad para duras horas de trabajo, prolongadas e irregulares.

Una permanente preocupación por la justicia.

Una dedicación a la verdad.

Un sentido del humor.

OSBORN ELLIOT
Ex Decano de la Escuela de Periodismo
Universidad de Columbia

UN BUEN REPORTERO

Esta es la imagen de un hombre.

Se mueve rápida y reposadamente. Pregunta temas específicos, anticipa sucesos, acciones y reacciones cuando es posible hacerlo.

Conoce las noticias del día, lee cuidadosamente los periódicos y las revistas, escucha la radio y ve los noticieros de televisión para mantener sus conocimientos al día.

Es educado y culto.

Averigua no solamente lo que pasó, sino también por qué sucedió y qué puede esperarse que ocurra luego.

Es diligente sin ser un entrometido, agudo sin ser ofensivo, influyente sin ser hombre de confianza e nadie, perceptivo sin ser adivino, solícito sin ser pedante, escéptico sin ser cínico, minucioso sin ser un taquígrafo, cuidadoso sin ser indeciso, determinado sin ser discutidor, de buenas maneras sin ser un portero.

El hace mucho más que dar las noticias.

El periodismo no sería su profesión si fuera un simple captador de noticias. Es una fuerza primaria en nuestra vida diaria, una fuerza que transmite, explica y algunas veces origina un flujo mundial de sucesos e ideas de actualidad.

Ejercita una amplia e incalculable influencia sobre la gente dentro del alcance de su comunicación.

No es un semidiós. Es su reportero favorito.

JOHN HOHENBERG
Autor del libro “ El Periodista Profesional ”
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MI RETIRO DE PANAMERICANA

A los dos meses de la toma de la residencia, hubo cambios a fondo en Panamericana. Manuel y sus sobrinos, los hijos de Héctor -propietarios de casi las dos terceras partes de las acciones- decidieron darlas en administración al Ingeniero Ernesto Schutz, suegro de Manuel Delgado. La empresa tuvo que ser reestructurada de acuerdo con criterios empresariales nuevos. Se dejó el área periodística para la última acción.

Luego de una conversación preliminar con el ingeniero Schutz me di cuenta de que lo que se pensaba hacer no era lo adecuado. Pese a que se me pidió con mucha gentileza y deferencia que siguiera en Panamericana (“te necesitamos”), consideré conveniente retirarme de la empresa para no ser obstáculo en la aplicación de los nuevos criterios. El homenaje que recibí y el oficio de agradecimiento por todo lo que había hecho en Panamericana, firmado por Manuel Delgado y Ernesto Schutz, constituyen muy gratos recuerdos.

Los resultados posteriores a mi salida demostraron que estaba acertado cuando afirmé que no estaba bien lo que se pensaba hacer. Poco a poco se fueron corrigiendo los errores anticipados hasta llegar a un sistema de trabajo competitivo y eficiente.
Posteriormente se supo de las indignas vinculaciones económicas de Schutz con Vladimiro Montesinos para poner Panamericana al servicio del gobierno. Afortunadamente, dos años antes había cesado toda colaboración de mi parte con la empresa.

Al retirarme de la televisión para dedicarme de lleno a la enseñanza universitaria, guardo muchos recuerdos gratos por lo hecho en 32 años y por haber trabajado con centenares de excelentes colegas. Esa satisfacción, en adelante, será motivada por el éxito profesional que están alcanzando decenas de alumnos de las tres universidades en las que enseño o he enseñado.
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LA TOMA DE LA RESIDENCIA

Durante sus décadas de actividad periodística, el autor vivió numerosos episodios que constituyen una especie de anecdotario muy personal.

Aquella noche de diciembre de 1996 cuando el MRTA se apoderó de la residencia de la embajada japonesa, en 24 Horas ya teníamos lista la edición del programa. Una hora antes de la salida al aire, no se sabía quiénes eran realmente los asaltantes y las versiones eran muy diversas. Cambiamos los titulares, para comenzar con un texto de adelanto sobre lo que estaba sucediendo. A medida que el programa avanzaba fuimos recibiendo imágenes de nuestros reporteros y la situación se fue definiendo.
Terminado el programa, movilizamos una unidad móvil para iniciar transmisiones en vivo desde el lugar, que luego reforzaríamos con dos unidades móviles más. Permaneceríamos en el aire, en vivo, durante los tres días siguientes. Luego lo hicimos cada vez que había novedades a lo largo de los dos meses que permanecí en el canal. Por lo que observé los otros dos meses -ya como televidente- siguieron con la misma tónica.
Al comienzo de la cobertura no nos fue bien. Otros canales tuvieron la preferencia en los contactos telefónicos con los emerretistas. Incluso éstos invitaron al camarógrafo del canal 4 a ingresar al jardín de la residencia para asegurar un testigo en caso de que la policía intentara un asalto.
Panamericana no era la favorita del MRTA. Ellos habían secuestrado a uno de sus propietarios y tenían mucho recelo con el canal 5. Nos enteramos que en los primeros momentos -antes de decidir el ingreso de un camarógrafo- Cerpa y sus segundos tuvieron un diálogo -escuchado por uno de los rehenes- en el que se preguntaban sobre el camarógrafo que iban a invitar. Cuando uno de ellos sugirió al de Panamericana, Cerpa respondió negativamente recordándole el secuestro de Héctor Delgado.
Sobre el camarógrafo del canal 4 hay que indicar que era un joven asistente de cámara , enviado por ser el único personal que tenía América a esa hora. Juan Víctor Sumarriva fue durante dos días el héroe de la cobertura de Canal 4. Grabó secuencias únicas y privilegiadas desde el jardín interior de la residencia. Sin embargo, cuando 4 meses después se produjo el desenlace de la toma, a Sumarriva casi lo olvidaron en la celebración final. Sin duda, la situación había cambiado: los de América no quisieron que se recordara que fueron los favoritos del MRTA. Y Sumarriva obligaba a ese recuerdo.

Las Fotos de Kouri
Algunos días después nos desquitaríamos -periodísticamente hablando- con la competencia. En una liberación de rehenes, antes de que el MRTA se quedara con los 72 definitivos, abandonó la residencia el alcalde del Callao Alex Kouri, con quien teníamos muy buenas relaciones. Conseguimos que viniera de inmediato a una entrevista en vivo en nuestros estudios. Al llegar se nos informó que Kouri tenía escondido en su cintura un rollo con fotografías del interior de la residencia, captadas por una cámara de la embajada.
Kouri accedió a nuestra petición y nos entregó un rollo que mandamos desarrollar urgentemente. Las fotos a colores eran una verdadera primicia. Se veía a muchos rehenes. Una de ellas mostraba a un pensativo canciller Tudela apoyado con los brazos en una mesa, mirando una ventana. Luego supimos que él comentaba que no iba salir con vida del secuestro. Cuando exhibimos en las pantallas las fotos, causamos una verdadera sensación. Muchas agencias y televisoras del extranjero nos pidieron copias.

El Video del MRTA
La segunda oportunidad de impactar singularmente fue cuando el MRTA nos proporcionó un video de las horas previas al asalto a la residencia. La forma como tuvimos ese documento excepcional, fue digna de una película de suspenso. Una mañana recibí una llamada telefónica de alguien que se presentó como dirigente emerretista y me preguntó si nos interesaba el video. Por supuesto que la respuesta fue afirmativa. Antes de colgar, me advirtió que me volvería a llamar para los detalles de la entrega.
Media hora después recibí la segunda llamada. Me indicaban que el video iba a estar encima del tanque de un water antiguo de un restaurante determinado. De inmediato comisioné a un nervioso chofer para que fuera al lugar. Como no nos habían indicado en qué distrito estaba el restaurante pensamos que era uno de Miraflores que tenía el nombre dado. El chofer no halló nada en los servicios higiénicos, que además eran muy modernos. Nos comunicó la novedad por radio. Nos sentimos frustrados. Pero volvió a sonar el teléfono. Era el mismo contacto, que me preguntó, un tanto airado, por qué no recogíamos el video. Por la manera casi familiar -“don Julio”- con que me trató, sospeché que se trataba de alguien que me conocía bien. Le dije que habíamos ido al lugar en Miraflores. Me replicó que era en La Victoria y dio la dirección exacta. Por radio le ordenamos al chofer que se dirigiera al lugar exacto. Esta vez encontró el video, tal como se nos había dicho.
Vimos el video con mucha expectativa. En efecto mostraba cómo el MRTA planeaba el asalto ante una maqueta de la residencia, Cerpa daba las últimas instrucciones a su grupo, cuyos 14 componentes, entre ellos dos mujeres, se colocaban vestimentas de enfermería y subían a la ambulancia con la que burlaron la vigilancia policial. El video tenía una segunda parte que era propaganda emerretista.
Casi al terminar de verlo, recibimos una cuarta llamada para confirmar si ya habíamos visto el video y asegurar su difusión. Contestamos que íbamos a dar sólo la primera parte y no la propaganda. No le agradó mucho nuestra decisión, pero finalmente el contacto dio su conformidad.
Desde un comienzo me llamó la atención de que el MRTA quisiera proporcionarnos un material tan valioso, periodísticamente hablando. Al día siguiente de su difusión en nuestro noticiero, nos enteramos la razón. Domingo Palermo, Ministro de Educación, encargado de las negociaciones con Cerpa, me llamó para decirme que ese video había sido ofrecido días atrás, con la condición de ser difundido por el canal 4. A cambio de ello liberarían a un grupo de rehenes. Palermo decidió negociar para conseguir mayor número de liberados. Como las exigencias de Palermo eran muy ambiciosas y demoraban la exhibición del video, los asaltantes lo ofrecieron, desusadamente, a Panamericana. Palermo jamás imaginó que ello ocurriera por todos los antecedentes señalados y no nos informó de las negociaciones que estaba haciendo. De haberlo hecho, no lo hubiéramos difundido hasta el desenlace de esas negociaciones.

Las Llamadas de la Secretaria
Otro episodio que me impactó durante los dos primeros meses de la toma de la residencia, fue la relación con NHK, la poderosa televisora estatal japonesa. Contrató la señal permanente de Panamericana, a través de la Cadena SUR y por satélites la recibía en vivo en sus estudios de Tokio. Cada vez que nosotros dábamos alguna información, la NHK la utilizaba.
Un día, el ministro Palermo me llamó para pedirme que diera una información que le iba a ayudar en sus conversaciones con los emerretistas, pero me advirtió que no diera la fuente. Dimos la información con la expresión acostumbrada en nuestro periodismo: “de fuentes muy confiables”. A los cinco minutos sonó el teléfono. Era una llamada de Tokio y una señorita que hablaba un castellano aprendido en España me pidió, por encargo de su director, que revelara qué fuente era la que habíamos indicado, porque sin esa mención, ellos no podían dar la información. Le contesté que confiaran en la veracidad de la información. La señorita llamó dos veces más para insistir en lo mismo. En la última, casi como un “jalón de orejas”, me dijo que en el Japón jamás se da una información sin mencionar con exactitud y detalle el origen de la misma. No entendían cómo se podía hacer periodismo sin el cumplimiento de esa regla sagrada para ellos. Distintos pueblos, distintas idiosincrasias.
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DE VUELTA A 24 HORAS

En 1994, cuando se consideró que SUR era ya una realidad, me pidieron volver a dirigir el área informativa de Panamericana, en especial 24 Horas, su noticiero señero. Era una constante que cada vez que me alejaba del programa éste perdía sintonía, lo que me obligaba a volver a su dirección para recuperarla. En 1994 fue la tercera vez. Después de un año, logramos que 24 Horas volviera a su sitial de privilegio con otro récord de audiencia.

En esta última etapa de mi permanencia en Panamericana realizamos transmisiones excepcionales con enorme sintonía de los actos de Fiestas Patrias, particularmente de los desfiles militares. Nunca se había realizado en la televisión peruana el despliegue técnico y periodístico que logramos tres años sucesivos. La suma de la sintonía de los demás canales alcanzaba apenas a la mitad de la nuestra. Fueron años, por otra parte, de dos desafíos periodísticos tremendos: la guerra del Cenepa y la toma de la residencia de la embajada del Japón.

El viaje a la Cueva de los Tayos
Para el primer caso tuvimos que aguzar el ingenio para informar debidamente. Nuestro principal obstáculo fue la equivocada política informativa que implantó el gobierno, al no dar facilidades a los medios. Situación que contrastaba con la que ocurría en el Ecuador, donde el periodismo –especialmente extranjero- tenía todas las facilidades para acceder al mismo lugar del conflicto. La realidad se supo después: las cosas no marcharon bien para las fuerzas peruanas. El gobierno no quería que se supiera los severos reveses que sufrieron nuestras fuerzas en las primeras semanas.

Cuando la situación se volvió más favorable -gracias al valor y al temple del combatiente peruano- el presidente Fujimori recién invitó a los reporteros de Palacio -más propiamente reporteras- a acompañarlo a la posición recuperada, conocida como Cueva de los Tayos. En Panamericana tuvimos que enviar un camarógrafo poco acostumbrado a los viajes presidenciales, ya que el titular se hallaba en Quito, en misión ligado al conflicto. Cuando el presidente llegó al lugar, luego de una extenuante caminata para los periodistas, dio el gran espectáculo al bañarse en una laguna y aceptó entusiasmado, tener una conversación -vía el teléfono satelital de Radioprogramas- con los periodistas de la radio en Lima.
Los ecuatorianos rastrearon con facilidad la señal y con ello determinaron la exacta ubicación de la comitiva presidencial. Cuando se producía el regreso, las tropas ecuatorianas bombardearon las cercanías de la comitiva con numerosos disparos de morteros. Era indudable que no querían dar en el blanco sino asustar y avergonzar. Lo lograron plenamente. Hubo un desbande general y gritos desesperados de las reporteras, algunas subiditas de peso. Fujimori fue protegido con los cuerpos de su personal de seguridad y cargado en vilo para alejarlo del lugar, dejando atrás a los periodistas.

El Espanto del Camarógrafo
Nuestro camarógrafo fue dominado por el pánico y alocadamente se internó en la selva, perdiéndose en ella. Allí pasó una noche de terror masacrado por los insectos. En su desesperación, cayó a una zanja y perdió la flamante cámara Betacam de más de 20 mil dólares que había llevado. Al día siguiente una patrulla del ejército enviada en su búsqueda, lo ubicó, con una pierna muy golpeada. Su estado era patético. Cuando regresó a Lima, tuvo que ser internado en un hospital y recibir tratamiento psiquiátrico durante varios meses. Sin duda, era alguien que nunca debió ser comisionado para una misión de tanto riesgo.

En cuanto a la costosa cámara al parecer fue ubicada después y vendida en Lima a una productora. Panamericana no pudo hacer uso del seguro correspondiente, porque una cláusula, en letras pequeñitas, precisaba que si a la cámara le ocurría algo en un escenario de guerra, el seguro no estaba obligado a la reposición del caso.
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LA CADENA SUR

Durante sus décadas de actividad periodística, el autor vivió numerosos episodios que constituyen una especie de anecdotario muy personal.

En 1991 me reincorporé a Panamericana. Héctor Delgado me encargó que hiciera realidad operativa uno de sus visionarios proyectos. Se trataba de crear un sistema de retransmisión de las señales de los principales canales latinoamericanos, en una programación única editada en Lima. SUR sería la sigla de Sistema Unido de Retransmisión.

La operación consistía en bajar muchos programas -especialmente periodísticos- de varios satélites, para retransmitirlos en un transpondedor o canal del Panamsat a toda América.

Tres Años
La programación que se enviaba desde Panamericana fue una oferta para las compañías de cable, orientada al público latinoamericano residente en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos. Fueron tres años de una labor de veinticuatro horas, todos los días del año. En 1994, Manuel Delgado, con toda la responsabilidad del manejo de Panamericana en Lima, convenció a Héctor para que volviera a mi cargo en el área periodística, porque el proyecto pionero ya era una realidad.

Con la Cadena SUR la televisión peruana adquirió una gran importancia en el continente. En Panamericana fuimos el centro operativo y difusor de los programas más famosos y característicos de Latinoamérica. Algunos de ellos, sobre todo los argentinos, tuvieron tanto éxito que años después decidieron hacer sus propias transmisiones para compañías de cable. Por ejemplo, “Utilísima” (orientado a las mujeres), “Hola Susana” (revista de Susana Giménz) y Showmatch (programa de Marcello Tinelli).

La muerte de Héctor
La Cadena SUR sufrió la irreparable pérdida de su inspirador en 1996. Héctor Delgado murió en Miami, víctima de un aneurisma de aorta, justo cuando se disponía a venir a Lima para realizar los últimos arreglos con su hermano Genaro sobre derechos en Celular 2000 y su inminente venta a Bell South. Se trataba de decenas de millones de dólares. Lo más lamentable fue que desapareció el único hermano que hubiera logrado un arreglo y evitado la crisis familiar que sobrevino, con mutuos juicios entre Manuel y Genaro.
La cadena SUR ahora opera desde Miami, a cargo de los hijos de Héctor.
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