RECONECTAR LA ECONOMÍA CON LA POLÍTICA. TAREA DEL PRÓXIMO GOBIERNO
Efraín Gonzales de Olarte
Uno de los resultados del ajuste estructural neobileral llevado a cabo por el gobierno de Fujimori fue la desconexión entre la economía y la política. Las principales causas de esta desconexión fueron: 1. La reducción del tamaño del Estado en términos fiscales y productivos, lo que redujo su capacidad de influir en la actividad económica a través del gasto público. 2. La prohibición al Banco Central de financiar al gobierno con emisiones orgánicas (la maquinita), lo que evita la tentación de los gobiernos de utilizarlas para gastos, en general con contenido político y, en la mayor parte de los casos, con una orientación populista. 3. Las reformas neoliberales permitieron la entrada de capitales extranjeros en los principales sectores: banca, minería, telecomunicaciones, energía, transporte aéreo, comercio de retail, servicios informáticos, lo que definió el modelo económico: primario-exportador y de servicios (PESER). Esto tuvo dos efectos: por un lado, los capitalistas extranjeros tienen menor capacidad de intervenir en política de manera directa, por otro lado, el crecimiento económico peruano depende fundamentalmente del ahorro externo (inversiones extranjeras), lo que sustituye a la inversión privada nacional y la inversión del Estado, reduciendo las presiones por mayores fuentes de crecimiento domésticas y, ciertamente, de empleo. 4. El mantenimiento de bajas tasas de inflación reduce las presiones por indexación de salarios y mantiene un clima favorable a los negocios, disminuyendo las presiones por la intervención del Estado. 5. El nuevo modelo económico PESER, se caracteriza por ser intensivo en capital, en tecnologías que ahorran mano de obra y por la poca integración entre sectores productivos, lo que ha tenido como uno de sus resultados más importantes la expansión de la informalidad laboral hasta el 70% de la PEA y la económica hasta el 20% del PBI. Obviamente, los informales no tienen sindicatos ni pertenecen a la CONFIEP, en consecuencia, no están registrados en la SUNAT ni en el Ministerio de Trabajo y tienen poca capacidad de presión política.
Este conjunto de factores son el telón de fondo de por qué la economía peruana no depende de motores internos para crecer y los puentes entre economía y política están rotos y, en mi opinión, tanto el sector privado nacional y el Estado no tienen capacidad de conmover el modelo económico, por ello en el Perú la economía externa determina la política.
Obviamente, ni el gobierno de Castillo y ni el de Boluarte sabían cómo funciona la economía y no tenían idea de cómo influir sobre ella a partir de políticas públicas.
La prueba de este divorcio entre economía y política, es que mientras el gobierno de Boluarte y el Congreso aprueban leyes, modifican la Constitución y cambian instituciones, etc., la economía sigue su curso, movida por el motor externo, pues los precios de varios productos de exportación están en niveles muy altos, además han entrado otros productos de exportación como los arándanos.
No hay mejor forma de explicar el divorcio entre economía y política, pues, mientras la economía peruana ha crecido el 2024 en 3.2%, la aprobación de la Presidenta y del Congreso es de 5%, la más baja de cualquier presidente o congreso en los últimos años. Es obvio, que la economía funciona en piloto automático y más bien las medidas tomadas desde el ejecutivo y las normas dadas por el Congreso están favoreciendo la consolidación de varios sectores ilegales e informales, lo que significa que están logrando una conexión de la política con la economía delincuencial. Logro que amenaza la viabilidad de un Perú legal y democrático. Si la economía delincuencial se conecta con la política estamos en grandes aprietos.
El problema mayor de la desconexión de la economía con la política es que, en un país con la pobreza y desigualdad actual, las reinvidicaciones sociales -mejor educación, salud, mejor alimentación, agua y desagüe, mayor conectividad- y mejores condiciones laborales -mayor empleo- no tienen quien las resuelva, pues el Estado es chico, corrupto e ineficiente y el sector privado no tiene la capacidad de emplear formalmente a una mayor fuerza laboral, debido a los factores señalados.
En realidad, la desconexión entre economía y política en el Perú, es la causa del crecimiento sin equidad, es decir, la causa de un escaso desarrollo económico y social, que se traduce en que la mayor parte de peruanos no tienen las mismas oportunidades de los sectores acomodados y ricos, para progresar y aspirar a mejores estándares de vida. Por ello, la reconexión significa alterar las causas que la originan: modelo económico, tamaño y papel del Estado, promover el ahorro interno y la inversión desconcentrada.
En consecuencia, la reconexión de la economía con la política pasaría por un sector privado invirtiendo en sectores que generen más empleo, es decir agro-exportación, agro-industria, manufactura transformadora de las materias primas existentes en las regiones, desarrollo de los servicios conectados con el exterior: turismo, gastronomía. Esto en el mediano plazo. En el largo plazo, incorporar en todos estos sectores investigación tecnológica, con un empleo creativo de la Inteligencia Artificial, para ello requerimos de mejores universidades. Por otro lado, se requeriría de un Estado que, en asociación con el sector privado, promueva inversiones en aquellos lugares donde la inversión privada no va a entrar sola, es decir se requiere una desconcentración de la inversión en agro-exportación, manufactura y servicios. Por ello, se requiere de un Estado promotor del sector privado sobre todo en las regiones fuera de Lima.
Indiscutiblemente, la reconexión entre economía y política requiere de un pacto político, que dependerá de los resultados de las elecciones del 2026. Entonces, se decidirá el futuro del Perú, ojalá, basado en la legalidad de la economía, la democracia, el respeto del Estado de Derecho y la reducción de la corrupción.
Esta es la agenda para quien quiera ser gobierno el 2026 y que tenga la clarividencia de salir del atolladero que nos han metido este gobierno y el Congreso. Se trata de una agenda de cambio estructural, sobre la base de lo ya avanzado.
Lima, 18.1.2025