Archivo por meses: abril 2006

19/04/06: EL DESAFIO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO CON CALIDAD Y EQUIDAD EN EL PERÚ

EL DESAFIO DEL CRECIMIENTO CON CALIDAD Y EQUIDAD:
La agenda económica y social del próximo gobierno
Efraín Gonzales de Olarte

Introducción

Pocas veces en el Perú se ha visto que se dé un cambio de gobierno democrático bajo condiciones de expansión económica y, al mismo tiempo, bajo una tensión social de una población que espera más de la economía, de la democracia y de sus gobiernos.

Casi como en toda América Latina, en el Perú el dinamismo económico no se logra convertir en bienestar generalizado. La impaciencia lleva a la desesperación y ésta puede conducir al conflicto social y la ingobernabilidad si no se logran cambios en los mecanismos e instituciones de los que depende una distribución equitativa de la riqueza y de los ingresos. Precisamente, las ponencias de los profesores Javier Iguiñiz y Waldo Mendoza abordan estos temas, tan prioritarios como difíciles, con dos perspectivas distintas y con recetas diferentes, pero con un objetivo similar: reducir la pobreza existente en el Perú.

Probablemente, estas dos perspectivas, hasta cierto punto contrapuestas, son las que se debatirán en la arena política, durante el próximo proceso electoral que nos llevará a elegir nuevos gobernantes, por lo tanto son representativas de lo que, a nuestro criterio, serán las dos grandes alternativas de políticas de crecimiento y de desarrollo que presentarán las agrupaciones políticas. Por un lado, la propuesta neoliberal o liberal y, por otro lado, la propuesta de desarrollo humano muy cercana a la social demócrata. En las próximas elecciones el debate económico y social tendrá una amplitud menor que la que había antes de los años noventa, entre otras razones porque hay estabilidad económica y moderado crecimiento, que trasladan las preocupaciones a los temas de generación de empleo, reducción de la pobreza y mayor equidad social, mientras que antes los temas eran cómo salimos de la crisis de balanza de pagos, cómo estabilizamos y cómo reducimos la inflación.

Partimos de una base distinta, con avances importantes como la estabilidad macroeconómica, pero con la sensación que dicha estabilidad se habría hecho a costa de pobreza, o en el mejor de los casos que dicha estabilidad no favorece al crecimiento y bienestar de todos los sectores productivos y sociales.

Por ello, hay que agradecer a los profesores Mendoza e Iguiñiz por haber hecho el esfuerzo de proponernos sendos análisis y propuestas, que nos van a permitir definir la agenda económica y social de la hora actual.

En este documento, comentaremos las dos ponencias de base, sumaremos nuestras propias apreciaciones y haremos una síntesis sobre los temas de la agenda política sobre los desafíos y posibilidades que tiene la economía peruana para generar desarrollo humano.

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17/04/06: ECONOMÍA POLITICA DE LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERÚ Efraín Gonzales de Olarte

La fórmula para lograr condiciones favorables para el desarrollo humano es relativamente simple: crecimiento macroeconómico con generación de empleo + instituciones eficientes + gobernabilidad democrática. Lo complicado es cómo se complementan y se retroalimentan estos factores. Para que se complementen estos procesos un factor crucial es tener un Estado moderno que funcione como correa de transmisión entre la economía y la política, para lo cual requiere de una estructura institucional eficaz, fluida y eficiente, capaz de concordar y coordinar con el sector privado, en materia económica y con la sociedad civil en los asuntos políticos y sociales.

En América Latina hemos tenido una etapa de crecimiento económico sin empleo, desde los años 90, luego hemos asistido a una democratización casi generalizada, lo que no ha estado presente en la magnitud y calidad necesarias han sido los cambios institucionales. En general, el Estado afectado por las reformas neoliberales, cambió sólo en aquellas partes funcionales a las privatizaciones, nuevas regulaciones y liberalización de los mercados, especialmente de los mercados financieros. El resto del Estado y del “ancien régime”, llámese el sistema judicial, la administración estatal, la burocracia, los sistemas de control y fiscalización del gasto público, la seguridad social, las funciones del Estado, no han conocidos cambios con un norte compatible con los objetivos esperados de crecimiento con más empleo y menor desigualdad, es decir con el desarrollo humano. Y quizás lo más importante y más difícil de cambiar en el Estado es el sistema de representaciones políticas acordes con la nueva estructura de propiedad, con los nuevos grupos económicos, los grupos de interés, con los nuevos derechos económicos y sociales, reformados drásticamente por el neoliberalismo. Los partidos políticos, estos intermediarios entre la sociedad civil y el Estado, no se han transformado y los nuevos movimientos políticos surgidos del desengaño e inoperatividad de los partidos, aún no pasan de ser movimientos electorales, cuyos objetivos no van más allá de favorecer a sus seguidores con prebendas estatales, si llegan al gobierno sea éste nacional, regional o local.

Ha habido, pues, un desfase entre nuevas estructuras económicas y viejas estructuras y estilos políticos.

En el Perú, las reformas neoliberales de los noventa, hechas dentro de una coyuntura internacional financiera e institucional favorable, han llevado a la configuración de una nueva fase de acumulación de capital y, en consecuencia, a un nuevo ciclo económico de largo plazo, cuya fase expansiva iniciada en los años noventa tendrá aún para unos diez a quince años más, con una característica peculiar: se trata de un proceso de crecimiento sin generación de empleo y sin mayor equidad, lo que lleva a una tensión política y social permanente y a una necesidad de redefinir el rol del Estado en función de estos parámetros. Uno de los principales efectos colaterales de las reformas neoliberales ha sido haber generado un divorcio entre la actividad económica y los acontecimientos políticos, es decir, lo que en el lenguaje común se conoce como la autonomización de la economía, de la política.

Bajo estas circunstancias la reforma del Estado se hace más necesaria, pero adquiere objetivos adicionales al de la mejora de la eficiencia en el suministro de bienes y servicios públicos por el Estado, se requiere además hacer del Estado el medio de reconexión entre la economía y la política y, al mismo tiempo, el motor o el encargado de introducir mecanismos o instrumentos para hacer que el crecimiento sea más equitativo y, sobre todo, que cree más empleo decente.

El propósito de este ensayo es tratar de explicar las causas que llevaron a la actual situación de la economía y de la política en el Perú y explorar los escenarios posibles para una reforma del Estado que ayude a subsanar las fallas económicas y sociales que se han generado en los últimos quince años.
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12/04/06: La paradoja de la economía peruana

LA PARADOJA DE LA ECONOMIA PERUANA
Efraín Gonzales de Olarte
PUCP

¿Cómo pueden estar bien la macroeconomía y mal la microeconomía, al mismo tiempo? En otros términos: ¿Por qué si la economía peruana crece, esto no se traduce en bienestar para los peruanos? Este crecimiento sin redistribución ha creado una “falla social” que dificulta tanto el desarrollo como la gobernabilidad del país. ¿A qué se debe esta situación?

Los orígenes
Los orígenes de esta paradoja, que genera malestar y constituye la base de una amenaza social latente, son sumamente complejos y se expresan de manera peculiar en la forma que ha tomado la economía peruana luego del ajuste estructural promovido por el Consenso de Washington. Como consecuencia del conjunto de reformas aplicadas, la economía ha cambiado en varios aspectos fundamentales:

El modelo económico peruano que, siendo primario-exportador tenía un componente industrial, articulador de distintos sectores, ha virado hacia uno francamente primario-exportador y de servicios.

La economía, que era principalmente dependiente del ahorro interno, ha pasado a depender del ahorro privado externo, especialmente para proyectos y negocios de gran envergadura.

Nuevas inversiones, menos demandantes de mano de obra, y leyes de flexibilización laboral han desocupado a muchos trabajadores, especialmente a los mayores de cuarenta años cuyos puestos han dejado de existir o han sido ocupados por jóvenes dispuestos a trabajar bajo las nuevas condiciones laborales de inestabilidad y desprotección.

La entrada de capitales debida a las privatizaciones, a las nuevas inversiones, los préstamos, las remesas de peruanos desde el exterior y al narcotráfico ha generado una sobreabundancia de divisas, cuyo efecto es que el precio del dólar tienda a mantenerse o a caer, incentivando las importaciones y desincentivando las exportaciones no tradicionales.

Todos estos cambios han generado mecanismos debido a los cuales no hay efectos de “goteo”. Más aún, la desigualdad se ha acrecentado, tal como lo reconocen el Banco Mundial y los estudios de los principales centros de investigación: 54% de la población sigue estando por debajo de la línea de la pobreza, mientras que la concentración del ingreso es mayor que nunca antes en la historia del Perú.

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