02/05/17: GASTRONOMIA Y DESARROLLO HUMANO

Diálogo de saberes y sabores

PRESENTACIÓN EN LA REUNIÓN ANUAL DE LA LATIN AMERICAN STUDIES ASSOCIATION, PUCP 2017 

GASTRONOMIA, IDENTIDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL PERÚ

Efraín Gonzales de Olarte

Pontificia Universidad Católica del Perú

En busca del tiempo perdido para el desarrollo

La búsqueda de modelos o vías de desarrollo es una obsesión de los países menos desarrollados, particularmente de América Latina. Hace más de sesenta años, en AL no se puede participar en elecciones gubernamentales sin tener un plan de gobierno, dentro del cual el modelo desarrollo económico define la tendencia política. Es así como en AL hemos transitado por los modelos primario-exportador, de industrialización por substitución de importaciones, neoliberal del consenso de Washington. Casi todos estos modelos han provenido de organismos multilaterales, de think tanks o de partidos políticos, todos desde la reflexión académica y “desde arriba”. Gracias a estos modelos hemos experimentado con nuestros países, a veces con éxito y en general con experiencias de crecimiento inicial, auge y crisis estructural que inevitablemente han desembocado en nuevos modelos económicos, hasta la siguiente crisis.

En esta misteriosa aventura de buscar modelos que funcionen y que generen crecimiento con equidad y oportunidades para todos, la “revolución gastronómica” en el Perú resulta siendo un fenómeno inédito y sorprendentemente efectivo. Se trata de una revolución sencilla y pacífica, pues consiste en mejorar la calidad de los platos tradicionales, crear nuevos platos, pero sobre todo llegar revalorar no sólo su gastronomía sino su reconocimiento social y poderlo exportar. Existe hoy el convencimiento que esta gastronomía es nuestra y que le podemos poner la marca Perú y hacerla valer en el mundo. Esta es la revolución que iniciara Gastón Acurio y que ha logrado casi un milagro involucrar a los peruanos de todos los estratos sociales en una idea común.

El ceviche perfecto y el modelo de desarrollo humano

Quizás una manera de entender este nuevo modelo es a través de la historia del ceviche perfecto, que alguna vez propuso Gastón para explicar su idea del desarrollo a través de la gastronomía.

El ceviche perfecto no sólo debe ser apetitoso y nutritivo, esta es la parte gastronómica, tiene que beneficiar de manera equitativa  a todos aquellos que intervienen en su elaboración, esta es la parte del desarrollo. Es decir, si los pescadores y los agricultores productores de la cebolla, limón, ají, papa o el camote reciben un precio justo, el transportista y el comerciante obtienen ganancias adecuadas, el cocinero que lo prepara y el mozo que lo sirve reciben una remuneración decente, y si además la pesca o la producción de estos ingredientes no dañan el medio ambiente, estaríamos frente al cebiche perfecto. El cebiche perfecto tendría sabor a desarrollo.

Desde el punto de visa de los modelos de desarrollo, la idea central está en cómo establecer una cadena de desarrollo a partir de productos finales que siempre han estado ahí, que están compuestos por la enorme diversidad de la culinaria peruana en todas sus regiones. La propuesta se basa en algunos principios y factores económicos y políticos: primero es la necesidad de articulación entre productores de las materias primas, los servicios y los que preparan los productos finales, con el principio que todos los que participan en la cadena deben ser beneficiados de manera equitativa y social. Para ello es necesaria la mejora de las productividades sobre todo de la mano de obra, para lo cual la educación especializada es un factor ineludible. La segunda es la innovación y creatividad en todas las etapas de la cadena, quizás la más visible suele ser la parte propiamente gastronómica en manos de los “chefs”, pero también ha sido imprescindible la innovación en los métodos de producción de los insumos agrícolas, pecuarios, pesqueros y minerales y, sobre todo, la puesta en valor de la inmensa variedad botánica del Perú. Es aquí donde el Perú tiene ventajas comparativas absolutas si es que las sabe explotar. El tercer elemento y quizás el más importante es el reconocimiento del factor humano calificado y motivado y liderazgo, que encarna Gastón Acurio y una amplia comunidad de cocineros de distinto nivel que hoy existen en todo el Perú. Esta generación ha crecido de manera espontánea en función de los éxitos internacionales de la comida peruana. Cuarto elemento es la internacionalización de la cocina peruana, que ha logrado incorporar en la cultura del mundo los platos peruanos y, sobre todo, ha logrado ser reconocida como una “cocina peruana” comparable a las clásicas comidas: francesa, italiana, china, mexicana o de otras partes. Y, finalmente, el quinto elemento es el respeto por los ciclos naturales tanto animales como vegetales, es decir hay un imperativo por la sostenibilidad de los recursos naturales y del medio ambiente, que debe ser respetado para que los ciclos productivos se puedan renovar permanentemente. Esto significa que se debe respetar los límites de reproducción de la naturaleza, lo que hace imposible pensar en generar economías de escala infinitas. Obviamente, el efecto de estas limitaciones se traducen en el aumento de los precios de los insumos, hoy por ejemplo el precio de la cojinova y el lenguado (dos peces emblemáticos de la cocina costeña) han subido a niveles prohibitivos para el consumidor medio.

Estos son los principios y factores que a mi modo de ver dan bases a esta revolución. Como se observa estamos hablando de un sistema complejo que requiere de un manejo colectivo y de políticas adecuadas para convertirse en uno de los pilares del desarrollo del Perú, muy sesgado por la exportación de materias primas minerales. Además, este modelo puede ser replicado para otros sectores y temas, sobre este tema volveré más adelante.

El rol de la universidad y de la investigación

Debido a este proceso, hace algunos años comenzó la relación de la PUCP con Gastón Acurio. La Universidad que durante los últimos cincuenta años de los cien que tiene, ha sido una permanente buscadora de nuevas posibilidades para el desarrollo humano, para el desarrollo del país, bajo la idea de la innovación tecnológica, la inclusión de las personas en el progreso, la incorporación de nuevos temas y problemas en la enseñanza. Por ello, cuando comenzamos a seguir la “revolución gastronómica” nos dimos cuenta que había un terreno común en el cual podríamos unir fuerzas para fomentar este nuevo paradigma de desarrollo humano. Un terreno en el cual la universidad debe jugar su rol de formación e investigación.

En torno a esta idea es que se comenzó a desarrollar la posibilidad de convertir a la gastronomía en objeto académico, pero aplicado al desarrollo. Normalmente, tenemos una aproximación empírica a la gastronomía, basada sobre todo en la prueba y el error, sin embargo podemos ir más allá en varios aspectos y, con ellos, convertir la gastronomía en un arte y una ciencia capaz de promover un desarrollo en otros niveles. Por ejemplo, todos los ingredientes de la culinaria deberían ser estudiados desde las ciencias básicas, biológicas y ambientales, para conocer sus propiedades, sus componentes, sus capacidades nutricionales y sus posibilidades genéticas para mejorarlas, además de los temas de sostenibilidad ambiental. El proceso de producción, con sus componentes tecnológicos, las capacidades humanas, la organización y el marketing, deberían ser estudiados por las ciencias económicas, las ingeniería, la gestión y la ciencias educativas. La difusión nacional e internacional requiere de conocimientos de comercio exterior, de patentes, de políticas de exportación de bienes y servicios. Pero el ingrediente más importante en todos esto es la INNOVACION, en todos los niveles. Es aquí donde ha entrado la Universidad Católica, para darle un soporte científico, socio-económico y humanista a esta nueva “revolución gastronómica”, para promover esta gran potencialidad del Perú para el desarrollo económico pero desde una perspectiva de desarrollo humano, es decir de abrir las oportunidades de desarrollo para todos y donde las personas sean el fin y el medio del desarrollo.

Es aquí donde se funda nuestra asociación pues creemos que esta no sólo es una revolución gastronómica, si no es en buena cuenta una propuesta de desarrollo incluyente y sostenible, paradigma que necesitamos promover con urgencia. Pero para ello se requiere profesionales calificados, tanto de nivel universitario como de nivel técnico, se requiere de un sostenido proceso de investigación multidisciplinaria e interdisciplinaria, en la medida que la gastronomía para el desarrollo es una problemática multidimensional. 

Más allá de la gastronomía: en busca del desarrollo incluyente y sostenible

El desafío es extender el mismo razonamiento a otros bienes y servicios complementarios. Es aquí donde surge la idea de incorporar el proyecto la hotelería y el turismo, que son dos poderosos difusores de la gastronomía. Así nació la idea de las carreras alojadas en la Ciencias y Artes de la Hospitalidad, con tres especialidades y con mallas curriculares compartidas.

La Pontificia Universidad Católica del Perú, quiere incorporar estas nuevas carreras sobre la base de su “modelo educativo” que nos ha demostrado ser exitoso. Los pilares de nuestro modelo son: los estudios generales de dos años, donde los estudiantes reciben una formación multidisciplinaria, que a parte de conocimientos de disciplinas básicas de ciencia y humanidades, les da criterio, espíritu crítico, visión amplia de la realidad y competencias en innovación, trabajo en equipo, aprendizaje autónomo, ética y ciudadanía. En la siguiente etapa, en facultad, reciben la formación profesional que se requiere para trabajar, que incluye las competencias específicas a cada carrera. El modelo también incluye, la interdisciplinariedad o sea el diálogo entre disciplinas, la internacionalización con intercambios de profesores y alumnos, estadías en provincias y en el exterior y un enfoque hacia la investigación como segunda forma de aprendizaje autónomo. Por primera vez, estamos creando carreras que responden a temáticas para el desarrollo, antes que disciplinas establecidas, como se hace tradicionalmente. La Universidad no sólo debe promover el desarrollo sino debe ser parte de él.

Es dentro de este modelo que hemos calzado estas nuevas carreras y creemos que no sólo son muy necesarias para nuestro desarrollo nacional y de las regiones, sino que, sobre todo, constituyen un desafío de creatividad, factor que debería ser el primer ingrediente para nuestro desarrollo.

Finalmente, quiero concluir diciendo que la propuesta en la que concordamos todos los que nos encontramos presentes hoy, es en verdad una propuesta que puede fácilmente proyectarse a una de serie de sectores de servicios y de pequeña producción mercantil, que reposan en nuestro legado cultural: la orfebrería, el diseño textil, la música, el teatro, las danzas, la moda. Debemos incorporar la tercera pata del desarrollo que es la producción de servicios y la “exportación de cultura” en todas sus formas, tanto como bienes y como servicios. Esta potencialidad cultural, como la gastronomía, sólo está necesitando nuevos gastones, para promoverlos, innovarlos, darles valor y exportarlos. En la PUCP estamos seguros que esta es la mejor vía para incorporar a todos aquellos peruanos que, teniendo un acervo cultural y productivo, aún no tienen acceso al progreso porque el estilo de crecimiento no está hecho para incluirlos, para incorporarlos y para mejorar sus vidas. El modelo del “cebiche perfecto” creemos que es una vía muy prometedora, porque entre otras razones depende de nuestro esfuerzo y creatividad. La PUCP quiere hacer parte de esta gran empresa de promover actividades y emprendimientos con sabor a desarrollo.

Pando, 30 de abril 2017

 

07/12/16: La universidad y el mundo actual

La construcción y transmisión del conocimiento en el mundo actual y la universidad.

Efraín Gonzales de Olarte

La Universidad es el lugar por excelencia donde se transmite, elabora y avanza el conocimiento científico, humanista y artístico. Es decir, es la institución donde tenemos la responsabilidad de organizarnos para que los estudiantes reciban de manera sistemática y progresiva este acervo, que hoy es colosal. Sin embargo, el hecho más importante es que el conocimiento está hoy al alcance de cualquiera que desee aprender gracias a la tecnología de la información. En consecuencia, hoy el derecho a aprender tiene menos limitaciones que en el pasado y la universidad está en la obligación de ponerlo al alcance de cada vez más personas.

El conocimiento lo tratamos de adquirir de manera sistemática y ordenada para formarnos como personas, como profesionales, como ciudadanos, es decir como seres humanos. Y es el colegio y la universidad donde aprendemos a absorber el conocimiento de manera sistemática, secuencial y acumulativa.

Uno de los avances sociales más importantes, en los últimos cincuenta años, ha sido la masificación de la educación superior. Ella es ahora parte de la aspiración de cada vez más personas, no sólo como medio de movilidad social, sino también porque no es posible alternar socialmente si uno no está imbuido de mayor conocimiento. Las personas conseguirán mejores empleos, mayor consideración de otros, podrán acceder a círculos más amplios en función del conjunto de conocimientos que tengan. Por ello, la Universidad adquiere mayor relevancia, pues siendo la depositaria y administradora del conocimiento científico, humanístico y artístico, es la institución responsable de transmitirlo, cada vez a más personas, para lo cual tiene que evolucionar de una universidad de elite a una universidad de masas.

Ser universidad es pues una gran responsabilidad, pues estamos encargados de transmitir el conocimiento de la manera más eficaz para que más estudiantes aprendan temas nuevos, aprendan a aprender, es decir les enseñamos a distinguir y seleccionar lo que se requiere saber para cada necesidad de conocimiento, les enseñamos a utilizar el conocimiento y los inducimos a ampliar sus fronteras, a través de la investigación.

Empero, el conocimiento acumulado es inmenso y, los más importante, va creciendo de manera exponencial, sobre todo porque hay cada vez más gente investigando, pensando y produciendo teorías, ideas, métodos, literatura, artes escénicas y plásticas, nueva ciencia, innovaciones tecnológicas, formas de comunicar, documentales, etc. etc. Hoy no es posible que alguien pueda absorber todo el conocimiento sistemático como parece que lo fue antes de la aparición de la imprenta. Por ello, el conocimiento es una mina inagotable que debemos aprender a explotarla para beneficio nuestro y para beneficio de los demás.

Por ello, la transmisión del conocimiento es en parte una ciencia, la pedagogía, y un arte, la forma de interesar y cautivar al que quiere aprender. Por esto, la combinación de conocimiento acumulado, la forma de transmitirlo y la eficacia de hacerlo ha evolucionado a través de los siglos, desde la academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, la universidad árabe y europea creada a finales del primer milenio e inicios del nuevo, hasta la Open University y los Moogs de nuestros tiempos. Los métodos de enseñanza han cambiado, la tecnología ha evolucionado a tal punto, que gracias a la informática y la transmisión satelital de datos ha permitido que la información llegue más rápido, pero sobre todo esté al alcance de todo el mundo. En la tercera revolución industrial iniciada a fines de la segunda guerra mundial, los medios de transmisión de conocimientos han sido una de las causas principales de la expansión de los contenidos, a tal punto que el medio también se ha convertido en materia del conocimiento, lo que permite crear más conocimiento de maneras cada vez más sofisticadas.

Existen distintas fuentes del conocimiento son: la experiencia, las tradiciones, la intuición, la investigación científica y no científica, la creencia. De ellas, no todas están en la universidad, pero todas ellas las estudiamos en la universidad y tratamos que los estudiantes distingan estas distintas fuentes, pues cada una tiene una estructura y una trayectoria. Es decir, el conocimiento que nos interesa en la universidad es el elaborado a través del lenguaje, ya sea el lenguaje ordinario con el que nos comunicamos oralmente y por escrito, sino también a través de lenguajes formales como las matemáticas, la música, sin desechar los otros caminos, que a menudo nos llevan también al conocimiento académico.

Vivimos, verdaderamente, una época por demás excepcional no sólo por lo que podemos aprender, sino porque las barreras al aprendizaje se han ido reduciendo. Hoy la mayor pobreza es no poder acceder al conocimiento.

Por estas razones, en el futuro la universidad se ha de transformar, pues tendrá que abrir sus puertas a todo aquel que quiera aprender de manera sistemática, además deberá tener una oferta continua, pues con la inmensidad del conocimiento no queda otra alternativa que seguir aprendiendo a lo largo de la vida, no sólo para “estar al día” sino para satisfacer la curiosidad por cosas nuevas, pues los temas a tratar serán siempre cambiantes. Creo que, como nunca antes, vale la pena vivir la aventura de sumergirse en el mar del conocimiento y, para ello, la universidad es el mejor lugar para darle un sentido a los contenidos que aprendemos y, como consecuencia, encontrar la ruta intelectual que regirá nuestras vidas.

 

28/11/16: Premio y medalla al Dr. Fausto Garmendia Lorena

MEDALLA CRISTOBAL LOSADA Y PUGA – PREMIO SOUTHERN 2016

  1. FAUSTO GARMENDIA LORENA*

                                                                 Efraín Gonzales de Olarte

Hace veinte años nuestra Universidad y la empresa Southern Perú Copper Co. unieron esfuerzos para crear este premio que permite reconocer a aquellas personas que, con entrega e inteligencia excepcionales, no solo han hecho contribuciones destacadas en el ámbito de su especialidad, sino que han ampliado el horizonte de nuestras vidas, enseñándonos nuevas maneras de entender al hombre y a su entorno.

Se atribuye alternativamente a Platón o a Hipócrates el siguiente pensamiento: “Donde quiera que se ama el arte de la medicina se ama también a la humanidad” En verdad, no importa quién lo dijo, lo significativo es que la medicina a diferencia de otras profesiones y disciplinas actúa entre la salud y la enfermedad y entre la vida y la muerte. Por ello, es una profesión admirada y respetada al mismo tiempo y tiene que ver con toda la humanidad. Y como diría Arthur Schopenhauer: “ La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada”.

Por estas consideraciones, para la Pontificia Universidad Católica del Perú es muy significativo que este año la Medalla Cristóbal Losada y Puga a la creatividad científica y el Premio Southern Perú hayan sido otorgados al Dr. Fausto Garmendia Lorena, médico cusqueño, profesor de la Universidad Mayor de San Marcos, maestro de varias generaciones de médicos sanmarquinos, científico, cuyos méritos y contribuciones en Endocrinología y medicina interna son ampliamente reconocidos y, sobre todo, por su larga trayectoria como médico del Hospital Dos de Mayo durante casi cuatro décadas atendiendo a enfermos de todas las clases sociales.

Hijo de Roberto Garmendia Castañeda, abogado, vocal y ex Presidente de la Corte Suprema y parlamentario por el Cusco, hombre de gran sensibilidad social que en un libro titulado “El progreso del Cusco” de 1968 afirmó que “nunca en los 160 años de vida republicana y de existencia del Poder Judicial, un indio ha ganado un juicio en la Corte Suprema”. Roberto Garmendia se casó con Adelina Lorena hija del Dr. Antonio Lorena Rozas, abuelo materno de nuestro homenajeado, reputado médico cusqueño nacido en 1849, con una brillante carrera de médico y de investigador en temas de endocrinología, sus investigaciones sobre el cretinismo, fueron de las primeras contribuciones a este mal endémico entre algunos poblados del valle sagrado de Urubamba, además introductor de los estudios de sociología y antropología en la Universidad del Cusco. Pero quizás sus atributos más importantes fueron su humanismo, su erudición y su entrega a los que menos tienen. Por estas razones el hospital que lleva su nombre en el Cusco fue denominado el “hospital de los pobres” Antonio Lorena.

Con estos precedentes familiares, no es sorprendente que el Dr. Fausto Garmendia haya heredado de sus padres y abuelos esta visión del mundo de valores humanistas y haya seguido la huella de su ilustre abuelo y la inspiración social de sus padres.

Hoy por hoy, tenemos dos paradigmas de la medicina que, en cierta medida se contraponen. La medicina curativa y la medicina preventiva. Por muchas razones, todas ellas valederas, muchos preferimos consultar al médico cuando tenemos algún síntoma anormal o nos enfermamos, entonces nos acordamos de la salud cuando la perdemos o cuando la tenemos comprometida. Este camino nos lleva al sistema de salud curativo (una clínica, un hospital, una posta) que dependiendo de la enfermedad puede ser más o menos accesible para personas de distinta condición socioeconómica. Esta es una aproximación personal al binomio salud/enfermedad.

Por otro lado, tenemos la prevención como vía para anticiparnos a enfermedades, sobre todo aquellas que son mortales cuando se las diagnostican tarde, para ello se requiere de una aproximación más comunitaria, más social, se requiere de todo un sistema médico y de infraestructura al alcance de todos para cubrir los protocolos de la prevención. Este sistema requiere de una inversión importante en un inicio y es asumida por el estado, pero a la larga es un sistema que cuesta menos, que no sólo salva más vidas sino que genera una mayor calidad de vida. Pero además, esta visión va más allá de los temas propiamente médicos y se interesa por una buena alimentación, buenos hábitos deportivos, un medio ambiente saludable, es decir es una aproximación más integral al gran mundo de la salud.

Hasta donde tengo entendido el Doctor Garmendia se ha desempeñado en ambos paradigmas, con un claro sesgo hacia la medicina preventiva. Su manual de Endocrinología, premiado por el Colegio Médico en 2002, uno de los “clásicos” en la enseñanza y práctica de la especialidad, es el mejor ejemplo de su contribución a ambos paradigmas.

Aún más, el Doctor Garmendia ha conciliado de manera admirable el presente con el futuro. En el presente atiende a sus enfermos, contribuye con las campañas de salud pública, investiga y publica sus hallazgos. Hacia el futuro su labor está en la formación de nuevos médicos y de nuevos investigadores, de nuevos discípulos que le darán continuidad a su trabajo. Por eso que, en San Marcos es reconocido como un maestro y se precia de ser “tercamente sanmarquino”, es decir proyecta el espíritu de nuestra universidad más antigua sin cuyos egresados no podríamos explicar la historia del Perú. Estamos seguros que sus discípulos continuarán su obra y su ejemplo.

Por otro lado, este premio es un reconocimiento indirecto a su Alma Mater y a lo que la Universidad Mayor de San Marcos representa, sobre todo en las ciencias médicas con su emblemática Facultad de San Fernando, de la cual el Dr. Garmendia fue Decano.

En nuestro querido Perú, donde la cultura del reconocimiento de los méritos ajenos es muy poco usual, la PUCP y Southern Perú nos sentimos realmente complacidos de premiar trayectorias como la del Dr. Garmendia, quien de manera silenciosa y constante ha dado su vida al apostolado de la medicina tanto en su dimensión clínica como en su dimensión de ampliación del conocimiento, es decir de la investigación.

La Pontificia Universidad Católica del Perú, a punto de cumplir cien años de fecunda labor académica e institucional, se regocija que el Premio Southern y la Medalla Losada y Puga hayan sido otorgados al Dr. Fausto Garmendia Lorena, ilustre médico cusqueño y sanmarquino a tiempo completo, pero sobre todo heredero de una hornada de humanistas cusqueños de la primera mitad del siglo pasado, que pensaron y promovieron la igualdad de oportunidades como una manera de construir una nación de todas las sangres.

Doctor Garmendia permítame, en nombre de mi Universidad, y como su paisano tener el honor de entregarle la Medalla Cristóbal Lozada y Puga.

Lima, 25 de noviembre del 2016

*Ceremonia de entrega del Premio Southern Peru y de la Medalla Cristóbal Lozada y Puga 2016.Centro cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

28/11/16: SABOR A DESARROLLO HUMANO

SABOR A DESARROLLO: LAS POTENCIALIDADES OCULTAS PARA MEJORAR A LOS PERUANOS Y AL PERÚ

Efraín Gonzales de Olarte

Pontificia Universidad Católica del Perú

Hace algunos años comenzó la relación de la PUCP con Gastón Acurio. Yo diría que el origen del proyecto académico de las “Ciencias y artes de la hospitalidad”, fue la idea del “ceviche perfecto”.

El ceviche perfecto no sólo debe ser apetitoso y nutritivo, esta es la parte gastronómica, tiene que beneficiar de manera equitativa  a todos aquellos que intervienen en su elaboración, esta es la parte del desarrollo. Es decir, si los pescadores y los agricultores productores de la cebolla, limón, ají, papa o el camote reciben un precio justo, el transportista y el comerciante obtienen ganancias adecuadas, el cocinero que lo prepara y el mozo que lo sirve reciben una remuneración decente, y si además la pesca o la producción de estos ingredientes no dañan el medio ambiente, estaríamos frente al cebiche perfecto. El cebiche perfecto tendría sabor a desarrollo.

En torno a esta idea es que se comenzó a desarrollar la posibilidad de convertir a la gastronomía en objeto académico, pero aplicado al desarrollo. Normalmente, tenemos una aproximación empírica a la gastronomía, basada sobre todo en la prueba y el error, sin embargo podemos ir más allá en varios aspectos y, con ellos, convertir la gastronomía en un arte y una ciencia capaz de promover un desarrollo en otros niveles. Por ejemplo, todos los ingredientes de la culinaria deberían ser estudiados desde las ciencias biológicas y ambientales, para conocer sus propiedades, sus componentes, sus capacidades nutricionales y sus posibilidades genéticas para mejorarlas, además de los temas de sostenibilidad ambiental. El proceso de producción, con sus componentes tecnológicos, las capacidades humanas, la organización y el marketing, deberían ser estudiados por las ciencias económicas, las ingeniería, la gestión y la ciencias educativas. La difusión nacional e internacional requiere de conocimientos de comercio exterior, de patentes, de políticas de exportación de bienes y servicios. Pero el ingrediente más importante en todos esto es la INNOVACION, en todos los niveles. Es aquí donde ha entrado la Universidad Católica, para darle un soporte científico, socio-económico y humanista a esta nueva “revolución gastronómica” liderada por Gastón Acurio, para promover esta gran potencialidad del Perú y administrarla para el desarrollo económico pero desde una perspectiva de desarrollo humano, es decir de abrir las oportunidades de desarrollo para todos.

Es aquí donde se funda nuestra asociación pues creemos que esta no sólo es una revolución gastronómica, si no es en buena cuenta una propuesta de desarrollo incluyente y sostenible, paradigma que necesitamos promover con urgencia. Pero para ello se requiere profesionales calificados, tanto de nivel universitario como de nivel técnico, se requiere de un sostenido proceso de investigación multidisciplinaria e interdisciplinaria, en la medida que la gastronomía para el desarrollo es una problemática multidimensional.

El desafío es extender el mismo razonamiento a otros bienes y servicios complementarios. Es aquí donde surge la idea de incorporar el proyecto la hotelería y el turismo, que son dos poderosos difusores de la gastronomía. Así nació la idea de las carreras alojadas en la Ciencias y Artes de la Hospitalidad, con tres especialidades y con mallas curriculares compartidas.

La Pontificia Universidad Católica del Perú, quiere incorporar estas nuevas carreras sobre la base de su “modelo educativo” que nos ha demostrado ser exitoso. Los pilares de nuestro modelo son: los estudios generales de dos años, donde los estudiantes reciben una formación multidisciplinaria, que a parte de conocimientos de disciplinas básicas de ciencia y humanidades, les da criterio, espíritu crítico, visión amplia de la realidad y competencias en innovación, trabajo en equipo, aprendizaje autónomo, ética y ciudadanía. En la siguiente etapa, en facultad, reciben la formación profesional que se requiere para trabajar, que incluye las competencias específicas a cada carrera. El modelo también incluye, la interdisciplinariedad o sea el diálogo entre disciplinas, la internacionalización con intercambios de profesores y alumnos, estadías en provincias y en el exterior y un enfoque hacia la investigación como segunda forma de aprendizaje autónomo.

Es dentro de este modelo que hemos calzado estas nuevas carreras y creemos que no sólo son muy necesarias para nuestro desarrollo nacional y de las regiones, sino que, sobre todo, constituyen un desafío de creatividad, factor que debería ser el primer ingrediente para nuestro desarrollo.

La PUCP se enorgullece de haber logrado esta asociación con Gastón Acurio, pues estamos seguros que contribuiremos en la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo y consolidaremos la exportación de cultura peruana como otro eje de desarrollo.

Finalmente, quiero concluir diciendo que la propuesta en la que concordamos todos los que nos encontramos presentes hoy, es en verdad una propuesta que propone incorporar en nuestro modelo de desarrollo la “exportación de cultura” en todas sus formas, tanto como bienes y como servicios. El Perú tiene una gran potencialidad cultural, como la gastronomía, que sólo está necesitando nuevos “gastones”, para darles valor y exportarlos. En la PUCP estamos seguros que esta es la mejor vía para incorporar a todos aquellos peruanos que, teniendo un acervo cultural y productivo, aún no tienen acceso al progreso porque el estilo de crecimiento no está hecho para incluirlos, para incorporarlos y para mejorar sus vidas. El modelo del “cebiche perfecto” creemos que es una vía muy prometedora, porque entre otras razones depende de nuestro esfuerzo y creatividad. La PUCP quiere hacer parte de esta gran empresa de promover actividades y emprendimientos con sabor a desarrollo.

Pando, 26 de noviembre del 2016

 

04/07/16: CÓMO MEJORAR LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ

EQUIDAD VERSUS ELITIZACION DE LA EDUCACION:

POLITICAS PARA MEJORAR LA CALIDAD DE LA EDUCACION EN EL PERÚ – I 

Efraín Gonzales de Olarte

¿Cómo mejorar la calidad educativa en el Perú? Es la pregunta que está actualmente en cualquier agenda política y de desarrollo, pero que no tiene una respuesta clara. En la educación peruana se han hecho cosas al tanteo o tratando de imitar modelos o políticas ensayadas en algún otro lugar. Hasta hace poco no se podía inferir, de lo que hace el Ministerio de Educación, cuál era el norte para mejorar la calidad educativa. Sin embargo, no hace mucho, se está tratando de mejorar la calidad de los maestros, dar mejores condiciones para la carrera magisterial, mejorar las condiciones materiales para los estudiantes, hay una política de becas (18, presidente de la república, maestro, catedrático), en base a mayores recursos fiscales, no obstante la pregunta que uno se hace es: ¿a dónde conduce todos estos esfuerzos? por lo demás loables pero ¿llevarán a la mejora de la educación? ¿cómo, para quiénes y en cuánto tiempo?

Para tener una política educativa es necesario partir de tres preceptos: sistema educativo, estrategia política  y largo plazo. El primero significa que es necesario tomar como objeto de la política a la secuencia de niveles: educación básica – primaria – secundaria – superior (técnica y universitaria), como una cadena que debe estar bien articulada y que debe permitir tener metas en cada eslabón y en el conjunto. El segundo, cuál es la estrategia política, es decir a quién se quiere beneficiar, con qué objetivos, con qué medios y en cuánto tiempo se quiere reducir las brechas y carencias que tiene la educación en cada nivel y en el conjunto. Tercero, debe ser proyectada al largo plazo, es decir que debe ser una política de estado.

El gran objetivo de la política educativa debería ser doble: el contribuir al desarrollo de cada persona y, por este medio, a generar el “capital humano” necesario para impulsar el desarrollo de todos los peruanos. Es decir, un objetivo personal y social al mismo tiempo. ¿Cómo generar  una educación para lograr estos objetivos? , partiendo de la situación actual tanto en avances como en recursos. Además, se debería tener metas con plazos determinados, por ejemplo en 10 años 0% de analfabetos, en 15 años estar por encima del promedio latinoamericano de las pruebas Pisa, en 15 años tener a todos los egresados de secundaria en universidades o institutos técnicos, en 15 años tener 20 universidades con estándares internacionales en enseñanza e investigación.

Dada la situación actual de mediocridad del sistema educativo, que se refleja por ejemplo: en las bajas evaluaciones de las pruebas Pisa, las bajas calificaciones que obtienen los egresados de secundaria al tratar de ingresar a universidades públicas o que no haya más que una o dos universidades en los rankings internacionales, es pertinente preguntarse qué estrategia seguir para lograr los objetivos propuestos.

Creo que hay dos caminos posibles. El primero es avanzar progresiva y masivamente en todo el sistema educativo, es decir, se debe hacer el esfuerzo de incrementar calidad poco a poco, en todos los niveles y en todos los aspectos (currículo, enseñanza por competencias, calidad de los profesores, materiales, remuneraciones, investigación, infraestructura, gestión). Es la estrategia equitativa y progresiva.  El avance dependerá de la cantidad de recursos financieros y humanos con los que se puede contar, sobre todo en la educación pública. Pero la idea es que “todos” tienen derecho a mejor educación de manera progresiva. El problema de esta estrategia es que no se sabe  en cuanto tiempo todos podrán tener un nivel internacional educativo ni se conoce cuál sería el resultado final.

El segundo camino es elevar inmediatamente  algunos aspectos del sistema educativo con metas de más corto plazo, pero para un número limitado de colegios, estudiantes, profesores. La idea es lograr construir algunos prototipos exitosos replicables en el futuro, para lo cual no se necesitan inmensos recursos sino un plan de mejora con una meta específica. El ejemplo actual son los colegios de alto rendimiento (COARs), con el Colegio Mayor a la cabeza, las distintas becas señaladas, los programas de mejora de la calidad de los profesores,  la nueva ley universitaria si es debidamente financiada para las 12 universidades públicas más importantes. Esta estrategia, a diferencia de la anterior, crea mayor desigualdad de la ya existente, aunque con la mejora focalizada en los casos exitosos, pero que pueden ayudar a establecer modelos que se pueden replicar y, en función de los recursos financieros, ampliar su funcionamiento. Es la estrategia desequilibrada ahora para igualar en el largo plazo.

Son dos estrategias que dependen básicamente de dos factores: una visión de largo plazo de la educación como motor del desarrollo humano y social, y el factor económico, cuánto está dispuesta a invertir y gastar la sociedad (sector público y privado) para mejorar los niveles educativos en todos los niveles.

El actual gobierno, y quizás desde gobiernos anteriores, está convencido que la educación, sobre todo pública, es el mejor medio para igualar las oportunidades de vida de las personas y, dado que los recursos presupuestales son limitados (apenas estamos en el 4% del PBI destinado a la educación pública), han comenzado a transitar la estrategia dos, es decir, tratar de lograr mejoras sustantivas y rápidas en algunos segmentos del sistema educativo. Aún no nos parece una estrategia de largo plazo, pero pareciera que va en esa dirección. Si fuere así será necesario que se establezcan metas para cada nivel y se señalen cómo las desigualdades van a facilitar la equidad educativa en el futuro.

Finalmente, la estrategia desequilibradora puede tener como meta adicional la creación de élites estudiantiles en todos los niveles, de tal manera que cuando lleguen a los máximos niveles el sistema sea capaz de producir profesionales, académicos y técnicos de alta calidad, que per-se serían el principal factor de desarrollo de largo plazo, no sólo porque gente más calificada es capaz de generar más conocimiento, más producción, más innovación, más ingresos y en consecuencia más riqueza, que en su conjunto aumentarían los recursos fiscales, con lo que se podría acortar el tiempo del proceso de equidad y equilibrio. Es obviamente, un círculo virtuoso, pero que requiere de una voluntad política de largo plazo y una vigilancia ciudadana permanente.

(Seguirá)

16/05/16: Los avatares de las elecciones 2016, el divorcio entre economía y política

LAS ELECCIONES Y EL DIVORCIO ENTRE LA ECONOMÍA Y LA POLITICA

Efraín Gonzales de Olarte

 

El Perú está ad portas de cambiar de gobierno, por cuarta vez consecutiva de manera democrática, es decir hemos logrado vivir 16 años de democracia ininterrumpida. Todo un record. Durante todo este tiempo y desde 1992, la política ha estado divorciada de la economía, es decir que acontecimientos políticos de distinto fuste no han influenciado la marcha económica, ni menos el modelo de crecimiento primario-exportador y de servicios que tiene el Perú. Esto suscita dos preguntas. Por un lado, ¿es posible que el modelo económico sea inmune a turbulencias políticas? Es decir que tenga mecanismos que hacen que eventos políticos como las elecciones, no altere las decisiones y comportamientos económicos, o, por otro lado, el sistema político es tan débil y desarticulado que no es capaz de afectar al modelo y a las políticas económicas.

Después de estas elecciones, cualquiera que sea el resultado lo más probable es que este divorcio siga en pie. Sin embargo, lo que si puede ser afectada es la naturaleza de la democracia, lo que sí podría generar turbulencia social y, por este medio, el Perú podría entrar en una senda que amenace una quinta elección democrática el 2021. Existen dos escenarios.

Gobierno de Fuerza Popular. El supuesto político es que estaríamos frente a una democracia delegativa, como decía O’Donell, es decir tendríamos un gobierno sin ninguna oposición y sin ningún contrapeso de poderes, pues controlaría el ejecutivo y el legislativo, con lo cual sería muy difícil que el poder judicial tenga algún rol controlador, todo lo contrario tal como está, éste sería más bien copado. El problema que tendría dicho gobierno es que tiene una oposición social “el antifujimorismo” que será muy difícil de torear por medios democráticos, lo que generaría amenazas futuras a la gobernabilidad. No me cabe duda que el fujimorismo tiene la fórmula para gobernar el Perú, que ya tuvo éxito con el padre de la candidata: continuar con políticas macro económicas ortodoxas favorables al empresariado y a los negocios, políticas que a la postre generan desigualdad y no disminuyen la pobreza si es que el ciclo internacional no es favorable, como es el caso actual, en dicho caso se implementarán políticas sociales anti pobreza, que servirán para aplacar a los sectores pobres y medios que votaron por su candidata. Es una formula populista probada y efectiva, pues los capitalistas y empresarios seguirán haciendo ganancias y los pobres tendrán apoyo del estado, pues el modelo económico no está diseñado para generar “empleo decente” (formal, bien pagado y con seguridad social).

Gobierno PPK. La variante desde el punto de vista político es que habría cierto equilibrio entre ejecutivo y legislativo y, abriría la posibilidad de que para algunos temas sea necesario negociar entre PPK y FP. La propuesta económica de PPK tiene una variante interesante pero con posibilidades de éxito casi nulas, pues la idea de reducir la informalidad a través de reducciones de impuestos es un camino que, hasta donde sabemos, no ha tenido éxito en países similares a los nuestros. Es una receta de cambio institucional que dejaría a la voluntad de los pequeños productores el formalizarse o no. La pregunta que dicta el sentido común es: ¿Por qué un informal que no paga impuestos, estaría interesado en pagar aunque sea un poco menos, a cambio de qué? En muchos casos el impuesto no pagado resulta siendo la única fuente de ganancia, dada las bajas productividades que tienen estos productores. En esta propuesta tenemos la impresión que la cola mueve al perro, es decir, no está apuntando al centro del problema económico peruano que es la dificultad del modelo de crecimiento de generar más empleo y mejorar las productividades de manera simultánea. Razón por la cual la desigualdad sigue sin variar sustantivamente, pese a que la pobreza puede disminuir cíclicamente y sabemos que estamos frente a un ciclo recesivo por los próximos cinco o seis años. En consecuencia, la desigualdad con pobreza es una combinación explosiva, para la cual las propuestas de PPK no son suficientes.

Estamos pues frente a un futuro bastante complicado, el próximo gobierno cualquiera que sea no promete acometer los problemas estructurales centrales del Perú: las bajas productividades, el subempleo y el desempleo, la desigualdad y la pobreza. Ninguna de las dos propuestas proponen medidas creíbles para enfrentar estos temas, peor aún para ninguno las bajas productividades y las desigualdades socio económicas son una prioridad.

El Perú seguirá flotando al compás del ciclo internacional, pero habrá tensión social, si la política económica no hace algo para reducir las desigualdades de productividad y de ingresos. Sin embargo, el divorcio entre economía y política hace prever que los próximos cinco años serán más de lo mismo aunque con bajas tasas de crecimiento.

Lima, mayo 2016

19/04/16: Modelo económico o modelo de desarrollo

MODELO ECONÓMICO O MODELO DE DESARROLLO

Efraín Gonzales de Olarte 

Cambiar o no cambiar de modelo: that is the question. Este uno de los temas que nos ha traído a la agenda nacional, el último proceso electoral. El Frente Amplio ha enarbolado la propuesta de que para resolver varios de los problemas de inequidad, falta de oportunidades e inclusión social es necesario cambiar el modelo económico. Los partidos denominados de derecha, pero sobre todo los formadores de opinión de los diarios conservadores como El Comercio y otros han editorializado señalando que el principal resultado de las elecciones del 10 de abril ha sido que el 70% de la población ha votado por la continuidad del modelo. Obviamente, la “amenaza” de un cambio de modelo puso nerviosos tanto al mercado de valores como a los economistas y políticos neoliberales/conservadores.

Sin embargo, nadie se ha dado el trabajo de explicar y menos de teorizar sobre ¿en qué consiste el modelo económico peruano? La mayor diferencia entre izquierda y derecha es el tamaño y el rol tanto del mercado como del estado. Para el “mainstream” liberal el modelo actual, definido como que el estado sólo representa el 18 a 20% del PBI y el sector privado el 80% es la fórmula que nos ha dado crecimiento y estabilidad. Para la renacida izquierda, esta combinación no es capaz de resolver los problemas de desigualdad, inclusión, empleo y seguridad social, por ello proponen un estado más grande, probablemente incrementando los impuestos al patrimonio y a las rentas. Es aquí donde radica su primera amenaza, pues reduciría las ganancias netas del sector privado. La otra amenaza es que el estado incremente su rol en la producción, lo que le quitaría mercado al sector privado. Como se puede inferir el problema central del modelo en esta coyuntura electoral es un problema distributivo tanto de riqueza, ingresos y, sobre todo, de poder.

Pero, ¿por qué? el modelo económico peruano no ha logrado tener los atributos de más equitativo, más inclusivo y más creador de empleo “decente” como señala la OIT, de tal manera que la izquierda se quede sin argumentos para pedir su modificación o cambio. La razón es que no se reconoce todas las aristas que constituyen un modelo económico, o mejor, las características que debería tener un modelo de desarrollo. Un modelo de desarrollo es un modelo en el cual lo económico está combinado con lo social y lo político y organizado por una estructura institucional capaz de producir crecimiento, con equidad, inclusión y progreso social. Es más complejo de lo que piensan los editorialistas y economistas “gurúes”.

El Perú tiene una estructura productiva donde predominan los sectores primario-exportadores y los no transables (servicios y construcción), son estos sectores, sus tecnologías y su propiedad los que generan producción, empleo y distribución del ingreso con dos características esenciales: 1. una gran desigualdad en las productividades, que está a la base de 2. una alta desigualdad distributiva. Estos sectores no logran generar una articulación interna que permita que la dinámica de unos se multiplique a otros, en este sentido la economía peruana es una economía incompleta. Más bien los sectores exportadores están más ligados a los mercados internacionales de los cuales son dependientes, hoy por ejemplo los precios de varias materias primas se han reducido, al compás del estancamiento europeo o de la reducción del crecimiento chino. Por otro lado, los sectores de servicios y la construcción casi no se pueden exportar (por ello son no transables) y su efecto multiplicador se circunscribe a las ciudades.

Adicionalmente, estos sectores funcionan dentro de una estructura institucional en la que el estado tiene un carácter subsidiario y no tiene un gran tamaño, pues su presión tributaria (impuestos/PBI) no pasa del 18%, que es una de las más bajas de América Latina, Chile tiene casi 24%. Con estos recursos es bien difícil que el estado pueda ser un igualador de oportunidades y de ingresos, peor aún si es dependiente de los niveles productivos generados por el modelo primario exportador, de servicios y construcción.

Por si fuere poco, el Estado peruano tiene dos características desfavorables, por un lado es muy poco eficiente para suministrar justicia, seguridad, servicios, supervisiones, bienes y, por otro, está atravesado por un halo de corrupción –heredado de gobiernos anteriores- que lo corroe y lo limita en sus principales roles. Si algo falta es una reforma radical del estado, que nadie se atreve a encararla.

Finalmente, la estructura política peruana caracterizada por la existencia de movimientos electorales, antes que partidos políticos, con doctrina, organización y militancia, no constituye una fuente de mejora del modelo de desarrollo, en la medida que estos movimientos tienen una visión de corto plazo, se guían más por criterios micro-económicos que políticos y su precariedad sólo los faculta a administrar el estado y no a dirigirlo, como sería si en su lugar existieran partidos políticos sólidos.

Así, el modelo de desarrollo actual es una combinación de los factores anteriores, dentro de los cuales el denominado “modelo económico” se caracteriza por generar crecimiento sectorial desigual y, como consecuencia, desigualdad de ingresos y de riqueza. Adicional y desafortunadamente, el ente capaz de corregir estos problemas no sólo no tiene las capacidades burocráticas, técnicas y materiales para hacerlo, sino que es un estado precario y atravesado por la corrupción.

Lo que sorprende en estas elecciones es que se prometan tantos cambios desde el estado, sin tomar en cuenta esta complejidad y la debilidad del mismo. Esto obviamente se debe a que la estructura política

31/03/16: Preguntas críticas sobre la educación en el Perú

PREGUNTAS CRÍTICAS SOBRE LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ

EFRAIN GONZALES DE OLARTE[1]

1.- ¿Cuáles son los temas más urgentes que el país debe resolver en temas de educación?

Cobertura, calidad e integración del sistema educativo. Es imprescindible completar la cobertura de la educación secundaria, la educación superior y la educación técnica. En estos tres niveles hay sectores que no acceden a la educación. Esta debería ser la meta del próximo gobierno. Mejorar la calidad de la educación en todos los niveles es una prioridad, pues si bien la educación es el medio para reducir desigualdades y crear oportunidades de desarrollo humano, una mala educación y sobre todo de calidad heterogénea puede generar más desigualdad. Las políticas de mejora de la calidad están en el Plan Educativo Nacional y sólo hay que implementarlas, pero para ello se requiere de una continuidad en los esfuerzos que se están haciendo, tanto en temas de mejora de la calidad de los profesores y de la infraestructura, pero sobre todo en los temas pedagógicos como mayor número de horas en aula. El sistema educativo está relativamente desintegrado, entre primaria y secundaria hay diferencias de calidad, pero sobre todo existe una bache entre secundaria y la universidad, falta un año de estudios o el volver a la idea del bachillerato al terminar el quinto de media. Este bache hace que los ingresantes a universidades tengan un déficit tanto en conocimientos como en madurez, lo que hace que se tarden mucho más de los cinco años para graduarse. Esto es obviamente un desperdicio económico y social

2.- Hace poco la OCDE analizó algunos puntos de las reformas que viene haciendo el Minedu en la carrera docente, infraestructura educativa, entre otros. ¿Qué necesita fundamentalmente el Estado para que esta reformas sigan funcionando y mejorando? Los requisitos son muy difícil de alcanzar aún. 

En primer lugar, requieren de continuidad en el tiempo. La mejora en la educación tiene que ser una política de Estado y debería ser seguida por el gobierno de turno. El Acuerdo Nacional aboga en este sentido, pero debería haber un pacto político serio para pensar en 20 años de plazo para alcanzar las metas propuestas. Para este fin, se requiere de voluntad política de los próximos gobiernos para respetar este acuerdo. En segundo lugar, se requiere de una burocracia muy técnica y muy ética capaz de llevar a cabo las metas de manera autónoma y sin interferencias políticas. En tercer lugar, se requiere de más recursos presupuestales, el Perú debería llegar al 6% del PBI en gasto e inversión en educación, sólo así se podrá completar la infraestructura, pagar mejor a los maestros de calidad y tener una buena burocracia. En cuarto lugar, el Ministerio de Educación requiere de un reajuste, por ejemplo es imprescindible crear el Viceministerio de Educación Superior y Técnica, pues la implementación de la ley 30220 (la que además requiere de varias correcciones) ha de requerir una dirección académica y política de alto nivel, para convertir el heterogéneo mundo universitario en uno que cumpla con su misión, para ello es impostergable el licenciamiento y, sobre todo, la acreditación de la calidad de las universidades. Además, se requiere de una mayor participación de los gobiernos locales, regionales y de las asociaciones de padres de familia para la fiscalización y acompañamiento de las metas. El logro de las metas que plantea la OCDE no es sólo responsabilidad del MINEDU es responsabilidad de la comunidad educativa, alumnos, profesores, padres de familia, funcionarios y autoridades. Falta una verdadera mística educativa en el Perú.

3.- ¿Por qué es difícil para el Perú traducir progreso económico en progreso social, en este caso educativo? 

Porque la educación tiene una calidad desigual, en consecuencia, sigue perpetuando la desigualdad económica y social. Igualar las calidades tanto en colegios públicos como privados, con los mejores colegios debería ser una objetivo prioritario, para lograr mayor equidad. Porque, actualmente, el progreso económico no proviene del capital humano, proviene de la disponibilidad de recursos naturales, de una economía básicamente rentista (renta urbana, renta minera, renta petrolera, renta agrícola) cuya productividad depende o de la propiedad, de la posición en el mercado o de la calidad de los recursos naturales y no de la calidad profesional, técnica o científica de las personas.  Si no conectamos progreso económico a la calidad de las capacidades humanas o más bien si el progreso económico no depende de las capacidades humanas es difícil un progreso en sociedad y, aún meno la reducción de las desigualdades.

4.- La inclusión es un concepto que atraviesa también a las mejoras en acceso a educación en el país.  ¿Un aumento del PBI al sector podría ser el paso siguiente para seguir incluyendo? ¿O el país no cuenta con la estructura institucional para canalizar bien mayor inversión? 

La capacidad y calidad de las instituciones también se construye, pero para ello se requiere de tiempo, de persistir en un modelo educativo y en ciertas metas. Actualmente, el MINEDU no podría administrar un gasto e inversión en educación más allá del 4% del PBI. Para ello, como dije antes, es importante ajustes en su organización y la creación de una burocracia eficiente, ética y bien pagada. Por ello, como parte del proceso de reforma es importantísimo mejorar la calidad de gestión y dirección del MINEDU, de los gobiernos locales y regionales en sus competencias educativas. Sin ello, será muy difícil gastar más y mejor. La plata no soluciona todo, debe ir combinada con quien sabe gastar, invertir y administrar.  Por ello, la inclusión social, a través de la educación, el empleo, la salud o la cultura, depende en primer lugar de la calidad de las instituciones y, sólo en segundo lugar, de la mayor disponibilidad  presupuestal. Esto me lleva a un tema final, la mejora de la educación no puede provenir de la sola mejora del sector, se requiere de una mejora de todo el Estado y repito, de una “mística educativa” compartida por todos.

 

16-03-2016

 

[1] Entrevista concedida a Punto Edu PUCP. Marzo 2016

21/03/16: Desarrollo humano y política de educación superior

LA NECESIDAD DE UNA POLITICA DE EDUCACIÓN SUPERIOR DE LARGO PLAZO EN EL PERU

Efraín Gonzales de Olarte

  • Introducción

 

Es una realidad que la educación superior, que incluye los estudios universitarios y técnicos, concierne directamente a casi un millón y medio de estudiantes peruanos, con un entorno cada vez más complejo, por los enormes cambios generados por la hipercomunicación digital, la globalización y la educación abierta, cuyo conjunto alimenta la sociedad del conocimiento, en la cual nos desenvolvemos las universidades peruanas y que obliga a una gran creatividad y respuestas.

Dentro de este contexto, quienes estudian carreras universitarias o técnicas tienen la esperanza de que al culminar sus estudios puedan encontrar fácilmente un empleo o puedan utilizar sus conocimientos para distintos emprendimientos académicos, empresariales o personales. Sin embargo, esto no siempre es posible porque existen dos problemas. El primero es que las universidades e institutos no los preparan necesariamente para acometer estos objetivos, tanto por la desigual calidad de la educación que imparten, como por el tipo de carreras y especialidades que ofrecen. El segundo, porque la economía y la sociedad no tienen una demanda laboral suficiente para los egresados y, en buena parte, existe un subempleo de las capacidades profesionales o técnicas adquiridas en universidades e institutos.

Pero por otro lado, existe un fuerte consenso mundial que el desarrollo humano y económico de los países está estrechamente relacionado con los niveles educativos promedio alcanzados por su población y, sobre todo, con la calidad educativa y de formación de los trabajadores, en todos los niveles. Por ello, ampliar sostenidamente el acceso y elevar los niveles educativos es una condición sine quanon para el progreso civilizado y democrático.

En el Perú, la ecuación: educación = desarrollo ha estado en la agenda del Estado y del gobierno actual. Precisamente, la Ley 30220 ha ido en esta dirección al plantear metas de reordenamiento, de licenciamiento y de acreditación para todas las universidades. También está en proceso de aprobación la ley de institutos superiores y escuelas técnicas. Pero la nueva normatividad y las nuevas instituciones que está creando la ley no son suficientes, además, no sabemos lo que sucederá con la educación superior en un próximo gobierno, pues no se sabe si se respetará la ley universitaria y si habrá continuidad en las medidas, es decir, se abre un ventana de incertidumbre.  Por ello, hay una necesidad de promover una política de educación superior de largo plazo, es decir una política de estado, que tenga metas cualitativas y cuantitativas. Por un lado, que se mejore la calidad educativa en todos los niveles, por otro, que incorpore a una creciente población egresada de secundaria, que aún no tiene acceso a la educación superior, además debe ser una política conectada a las políticas de generación de empleo calificado.

  • Política de largo plazo

 

Una política de largo plazo tiene dos requisitos: el primero es que tiene que ser parte de una política de desarrollo nacional descentralizado y, segundo, que debe aspirar a metas altas, similares a las internacionales.

Las políticas educativas están orientadas, en general, a mejorar la calidad y la cantidad de la oferta de profesionales y técnicos, pero si estos no encuentran empleo, es decir, si no hay demanda, los resultados pueden ser perversos, pues se puede fomentar el incremento de subempleados calificados o incentivar a  la migración internacional. Por ello, es fundamental que se diseñen políticas sectoriales y desarrollo regional para promover el empleo para los egresados de educación superior, para ello se requiere de una estrategia de desarrollo económico y de ciencia y tecnología.

De otra parte, las metas tienen que aspirar a altos niveles educativos, comparables a los internacionales, con cronogramas y plazos prefijados. Obviamente, una política así tendrá requisitos adicionales como: qué presupuesto adicional está dispuesto a asignar el estado a las universidades estatales, qué modelo de gestión es compatible con las metas de las universidades, cómo se hace para que los gobiernos regionales se hagan cargo de la supervisión y la articulación de las universidades regionales con sus respectivos aparatos productivos. Además, habrá que preguntarse hasta qué punto las instituciones de educación superior, con fines de lucro, están dispuestas a utilizar sus ganancias para mejorar la calidad educativa, acorde con estándares internacionales y lograr los mismos resultados académicos de calidad que sus pares estatales. Este tema debería estar incorporado en la política educativa de largo plazo.

La nueva política debería plantear objetivos, instrumentos, roles de sus actores y medios tanto humanos como financieros, para orientar el proceso, pero sobre todo deberá tener una clara filosofía desarrollista que inspire a profesores, alumnos, padres de familia, empresarios y al propio estado.

En primer lugar, es importante señalar que la educación se refiere al desarrollo del potencial intelectual, físico y espiritual de las personas y que es el único medio probado para igualar las oportunidades, que puedan asegurar el ejercicio de la libertad de ellas. Por tanto, es importante preguntarse ¿cuál es el papel de las universidades y de los institutos superiores y técnicos en el desarrollo del Perú? Según la ley, las universidades deben formar buenos profesionales, generar conocimiento y ser una suerte de conciencia crítica de la sociedad. Estos objetivos requieren de una precisión mayor, de una definición de los instrumentos a utilizar tanto para la formación como para la investigación, pero relacionados con la sociedades concretas (regiones, ciudades) en las que las instituciones actúan.

En segundo lugar, se debería definir cuál es el propósito de la política de largo plazo: a) ¿homogenizar la calidad de “todas” las universidades e institutos para alcanzar cierto nivel de calidad o dejarlas que compitan y que ganen las mejores? b) ¿crear las condiciones para que todo el que quiera tener una carrera universitaria o técnica, pueda acceder, es decir incrementar drásticamente la población estudiantil? c) ¿promover la internacionalización de la calidad o sólo lograr estándares nacionales?

Son estos temas de fondo los que deberían definir la política de educación superior, sobre cuya base recién es posible plantear las metas instrumentales: licenciamiento, acreditación, relacionamiento con el sector empresarial, relacionamiento, internacionalización con las políticas de desarrollo económico y social.

  • LINEA DE BASE.

 

Es importante reconocer el punto de partida, para orientar la política y para evaluar los resultados[1].

  1. Existen cerca de un millón y medio de alumnos en la educación universitaria y superior técnica, 142 universidades, más de 700 institutos superiores técnicos, además, el alumnado seguirá creciendo en el futuro lo que abre una demanda que se deberá satisfacer. Del total de universidades 51 son públicas, el 83 privadas con fines de lucro y 8 privadas sin fines de lucro. 61 universidades ofrecían estudios de posgrado de las cuales 54% eran de universidades privadas y 46% de las públicas. Existían un total de 2,619 facultades y escuelas, de las cuales 40% estaban en universidades privadas y el 60% en públicas.
  2. El número total de alumnos de pregrado el 2014 era de 783,912, de las cuales el 61% estudiaban en universidades privadas y el 39 en públicas. El número de docentes era 59,174 de los cuales el 64% enseñaban en universidades privadas y el 36% en públicas.
  3. Habían 576 centros e institutos de investigación en las universidades, de las cuales el 70% estaban en las universidades públicas y sólo el 30% en las privadas. Es decir, las universidades privadas son básicamente de enseñanza.
  4. El presupuesto total de gastos de las universidades públicas el 2015 fue de 2,659 millones de soles, de los cuales el 90% son gastos corrientes y10% gastos en inversión y en investigación.
  5. Existe una gran heterogeneidad de calidad tanto en las universidades como los institutos, muchos de los cuales no pasarían estándares internacionales mínimos.
  6. La calificación de los profesores universitarios no sólo es heterogénea, sino que una gran mayoría no cuenta con grados de maestría y doctorado en instituciones acreditadas. Tampoco los formadores en educación técnica cuentan con las capacidades requeridas ya que les exigen títulos pedagógicos más que capacidades y experiencia técnicas.
  7. Las remuneraciones de los profesores son en general muy bajas y en general no compensan la inversión realizada para sacar una profesión. Por esta razón, las universidades y los institutos técnicos no son un gran atractivo para maestros y doctores de buenas universidades.
  8. El gasto y la infraestructura por estudiante en promedio está muy por debajo de los estándares internacionales.
  9. Sólo una universidad está entre las 500 mejores del mundo, en uno de los rankings.

Este conjunto de características describen lo bajo que es el nivel general del sistema universitario en relación a otros países, en consecuencia, hay mucho que avanzar. Por ello, se requiere de una política de largo plazo.

 

  • DEFINICION DE OBJETIVOS.

 

Los objetivos centrales de la política de educación superior deben distinguir entre educación universitaria y educación técnica, pero también debe contemplar la integración entre ambos niveles.

Las universidades deben ser el principal medio para el desarrollo socio económico del país y de sus regiones, las principales proveedoras de profesionales y académicos competentes, deben producir conocimiento científico y aplicado, deben formar a las élites económicas, políticas, tecnocráticas y culturales. Ayudar a pensar y transformar la sociedad, debe ser su mayor rol.

Los institutos técnicos superiores deben asegurar la mejor formación laboral posible con diversos perfiles para integrarse a todos los sectores productores de bienes y servicios con una formación sólida y práctica, tanto en niveles relativamente artesanales hasta sectores de tecnologías de punta. Por ello, su articulación con las universidades es esencial.

Esto significa que la principal meta de la política de la educación superior será incrementar la calidad de las universidades e institutos superiores, mirando a estándares internacionales y al mismo tiempo deberá cerrar la brecha entre las mejores y las peores instituciones.

Para ello, la política debería definir si este proceso se hace por competencia o por cooperación. La idea más plausible es cooperar para mejorar.

  • GOBERNANZA, FORMACIÓN, INVESTIGACIÓN, PROFESORES Y FINANCIAMIENTO

 

¿Quién conduce la política de educación superior y cómo se organiza el sistema? El responsable de la política de educación superior es el Ministerio de Educación, sin embargo, por la complejidad es imprescindible crear un Vice Ministerio de la Educación Superior, quien estaría a cargo de la conducción del proceso y de la aplicación de la política. Es importante que así sea, pues el segmento de educación superior es parte del sistema educativo completo, el cuál debería responder a una política global como la que se contempla en el Proyecto Educativo Nacional. La educación superior debe ser el último eslabón de la cadena educativa y, los niveles: básico, primaria y secundaria deberían mejorar ostensiblemente para permitir que los estudiantes alcancen los niveles de exigencia que se requiere en la educación superior. No está demás considerar nuevamente el establecimiento del bachillerato al fin de la secundaria.

El hecho que haya un ente que conduce la educación superior no está reñido con la existencia de la autonomía universitaria –sobre todo en lo académico y administrativo- porque una política requiere de regulación, conducción y financiamiento y la autodeterminación absoluta de las universidades no ha dado buenos resultados en el Perú. Además, una política de estado requiere de la continuidad del esfuerzo, la planificación estratégica y de la supervisión del logro de metas, obviamente sin inmiscuirse en los temas académicos, la libertad de cátedra e investigación, que debe ser atributo consustancial a las universidades.

Un asunto importante es la coordinación de las universidades con el estado, para ello la ASUP debería constituirse en un interlocutor académico e institucional del conjunto de universidades. Es importante para cualquier gobierno, tener un órgano corporativo con el cual dialogar para establecer metas, hacer el seguimiento de la política y entablar una relación constructiva. Parte de la política es la existencia de canales de información y de coordinación con las universidades y los institutos superiores.

Escalas, crecimiento, la diversidad institucional y esfuerzo público y privado

Hay dos niveles en los cuáles las escalas son importantes. El primero: ¿cuál es el tamaño óptimo de una universidad? Y el segundo es ¿cuántas universidades e institutos más se requieren o cuánto deben crecer las y los existentes, para incorporar a la población potencial que quisiera estudiar?

A menudo, no se piensa en qué tamaño debe tener una universidad, tanto en número de carreras como en alumnado. Ambos aspectos deberían estar ligados a las necesidades del mercado que piensan servir, que puede ser nacional o regional. Una política de largo plazo debería establecer algunas pautas al respecto, para que los recursos estatales y privados se asignen de manera eficiente, obviamente una nueva universidad o una nueva carrera debe tener una licencia de calidad por la SUNENDU, esto evitaría la creación de universidades negocio sin calidad, como universidades públicas sin presupuesto.

La decisión de escala conlleva decisiones sobre la selectividad en la admisión de estudiantes. Las públicas tienen un tamaño limitado por el presupuesto que reciben del estado, por lo que deben seleccionar a sus ingresantes. Su crecimiento dependerá de la voluntad política de ampliar la oferta respetando la calidad y, obviamente, asignando un presupuesto adicional. En las privadas, depende de los costos de las pensiones y de la calidad de la universidad y es importante que las pensiones aseguren un servicio de calidad similar al de las estatales. En consecuencia, el tamaño de una universidad deberá depender de la importancia que le dé el estado, traducida en un presupuesto adecuado, y de la relación precio/calidad de las universidades privadas.

Todo lo anterior se refiere a universidades e institutos de sólo enseñanza. Si la universidad además tiene que investigar, como señala la ley, requiere de ingresos adicionales que, en el caso de las públicas, los debería asegurar el estado, es decir dependerá de la política de ciencia y tecnología. En el caso de las privadas, la investigación sólo se podría hacer si las pensiones son lo suficientemente altas para financiarla o si el sector privado contrata con ellas u otorga donaciones, o alternativamente si el estado crea un “fondo concursable de investigación universitaria” al cual pueden acceder tanto públicas como privadas.

En el Perú tenemos el problema que salvo una decena de universidades, el resto no hace investigación y muchas de ellas no estarán en condiciones de hacerlo, es más, no es necesario que todas las universidades hagan investigación. Por ello, se requiere de una corrección a la actual ley, permitiendo que sólo haya universidades de formación, pero con calidad asegurada y promoviendo para que las más dotadas o las más motivadas hagan también investigación, para ello será fundamental la acreditación de tal capacidad y, al mismo tiempo, la provisión de recursos públicos y privados. En el Perú no hay ninguna universidad de investigación[2], la política de largo plazo debería desarrollar seriamente el apoyo a las universidades públicas que figuran en la ley universitaria como las elegidas para un apoyo especial del estado[3], a las cuales se podrían incorporar las universidades privadas que ya hacen investigación.

Hacía estándares internacionales de los profesores.

Un objetivo a 15 años debería ser que todo profesor universitario tenga un doctorado o Ph. D., tal como es cualquier universidad acreditada. Para ello se requiere de una estrategia que contemple normas y facilidades para que las universidades puedan establecer planes con metas y plazos, además con un esquema de financiamiento público y privado. La derivación natural de una meta como esta es que los sueldos de los profesores tienen que subir drásticamente, es decir, por lo menos duplicarse, dado que son doctores. Actualmente, un profesor principal de universidad pública gana entre 5 y 6 mil soles al mes, si el estado los sube al nivel de los magistrados del Poder Judicial, como señala la Constitución, entonces el presupuesto de las universidades públicas se debe duplicar. En el caso de las universidades privadas, no hay alternativa otra que subir las pensiones o reducir las ganancias –en las societarias- para cumplir esta meta. . Un sueldo “decente” para un profesor principal está entre 3 y 4mil dólares al mes Este será uno de los principales escollos para el cumplimiento de las metas de la ley 30220, es decir, que la educación superior se ha encarecer en promedio si se aspira a la mejora de la calidad.

Es evidente, que también en los institutos técnicos y superiores se deberá mejorar la calidad de sus profesores, lo que repercutirá en sus costos y precios.

El financiamiento de la calidad de universidades e institutos superiores

Los costos del perfeccionamiento docente, la mejora de la infraestructura física, informática y tecnológica y la creación de un “fondo concursable para la investigación universitaria”, ha de significar un incremento sustantivo de las fuentes de financiamiento. Hoy las universidades públicas gastan 2,500 dólares por alumno al año[4], lo cual es a todas luces insuficiente. Sin incorporamos todos los aspectos anteriores lo mínimo que se requeriría en el Perú sería un gasto anual de 6mil dólares. No existe información al respecto de las universidades privadas, dada su gran heterogeneidad[5].

Es obvio que la mejora de la calidad de la educación superior en el Perú ha de estar en relación directa a cuánto está dispuesto el estado a aumentar el presupuesto de las universidades públicas, a cuánto está dispuesto a apoyar la investigación de todas las universidades –públicas y privadas- y, sobre todo a cómo plantearán las universidades privadas el financiamiento de las mejoras de su calidad. Por ello, es fundamental el licenciamiento y la acreditación como factores de fiscalización de la calidad de las universidades.

En resumen, parte de la política de educación superior de largo plazo pasa por su financiamiento. Con los presupuestos actuales, con los gastos por alumno al año por alumno en promedio en las universidades, con la infraestructura existente, con los sueldos bajos de los profesores, no es posible mejor la calidad.

El financiamiento de la investigación.

La investigación es un proceso acumulativo, que tiene etapas. La primera es la formación de investigadores, la segunda es la formulación de proyectos de investigación, la tercera es la investigación misma y la cuarta la difusión de sus resultados. Todo este proceso requiere de financiamiento y es importante definir una política de financiamiento de la investigación en concordancia con el CONCYTEC. La investigación en las universidades debería responder a una política muy ligada al sector productivo, al estado y a la sociedad civil. Será importante que el Estado defina su contribución a la inversión en investigación, dé facilidades al sector privado, académico y empresarial, para que mediante incentivos tributarios u otros financien proyectos de investigaciones de su interés.

¿Cómo se congenian los objetivos de universidades sin fines de lucro (las estatales y las asociativas) con las universidades con fines de lucro?

Este es uno de los principales problemas existentes en el Perú, cómo pueden coexistir dos tipos de universidad con fines distintos. Las universidades públicas y las sin fines de lucro tratan de maximizar la calidad de la enseñanza y la investigación, los recursos financieros son un medio. Las universidades privadas con fines de lucro tratan de maximizar sus ganancias, la calidad de la enseñanza esta en relación directa a cuánto cobran por pensiones o a cuánto están dispuestas a dejar de ganar. Es decir, no es posible tener calidad y ser barata, como son una gran parte de estas universidades.

Si la ley 30220 se cumple en todos sus extremos habría que cerrar una buena parte de las universidades privadas societarias y una decena de universidades públicas, porque con sus presupuestos no alcanzan a ofrecer una formación superior de calidad. Ante esta eventualidad habrá, ciertamente, voces que esgrimirán la amenaza a la autonomía universitaria y al derecho a la inversión privada, como pretextos para impedir el cierre. La política de educación superior deberá hacer caso omiso de estos argumentos. Lo claro es que la educación de calidad cuesta y si alguien puede financiar privadamente la calidad, sea esta bienvenida.

Finalmente, es muy importante que la política de educación superior debe estar articulada con los niveles educativos previos, para recibir mejores alumnos de la secundaria o del bachillerato, también debe conectarse con el sistema productivo y con el estado. Para ello es importante la incorporación de sus representantes tanto en universidades, como en el Consejo Consultivo del Viceministerio de Educación Superior .

El próximo gobierno debería considerar todos estos aspectos para promover la educación superior como palanca del desarrollo. Sólo la educación de calidad sirve para el desarrollo.

Lima, marzo 2016

[1] La principal fuente de los datos es SUNEDU (2015) http://www.sunedu.gob.pe/universidades/universidades-publicas-institucionalizadas/

 

[2] Estas universidades tienen la mayor parte de su financiamiento por investigación, la mayor parte de sus alumnos son de posgrado, la mayor parte de sus profesores son doctores a tiempo completo con baja carga lectiva y líneas de investigación a la que se suman sus posgraduandos; sus alumnos lo son a tiempo completo y se forman para investigar, investigando

[3] Son las siguientes: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, Universidad Nacional de Trujillo. Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Universidad Nacional del Altiplano de Puno . Universidad Nacional de Ingeniería. Universidad Nacional Agraria La Molina. Universidad Nacional del Centro del Perú. Universidad Nacional de Piura. Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.

 

[4] En Brasil las universidades públicas gastan entre 11 y 13mil dólares, en México 8mil, en Chile 10mil.

[5] Las pensiones universitarias en las universidades privadas con fines de lucro oscilan entre 300 a 3000 soles al mes.

[JZP1]Puede existir sin el ViceMin