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30/10/19: Las personas y las cosas: La crisis del neoliberalismos en Chile

EL EXPERIMENTO NEOLIBERAL CHILENO EN CUESTIÓN: LAS COSAS Y LAS PERSONAS

Efraín Gonzales de Olarte[1]

Las sucesivas crisis económicas de los años ochenta del siglo pasado, en América Latina, llevaron a la aplicación de las recetas del “Consenso de Washington (CW)”, opinión colegiada de organismos multilaterales, economistas de renombre y el Departamento del Tesoro americano de 1989. Este consenso tenía en esencia tres puntos centrales: la liberación de todos los mercados intervenidos o regulados por los estados, la privatización y el retiro del estado de las actividades productivas, la promoción de la libre empresa y de la inversión privada, que en su conjunto y amplitud generó el denominado neoliberalismo económico o modelo neoliberal.

El conjunto de diez recetas que contenía el CW fue aplicado de manera variada en casi todos los países de latino-américa. El que sobresalió por su aplicación temprana y dentro de un gobierno dictatorial fue Chile y, con el correr del tiempo, el modelo fue mantenido incluso por los gobiernos democráticos que reemplazaron al pinochetismo, tanto de derecha como de izquierda. El crecimiento de Chile fue paradigmático y se convirtió en el “modelo” a imitar, no sólo en el manejo macro económico, la reducción de la pobreza, sino también en varias de las reformas institucionales: el sistema de pensiones, la regulación del mercado laboral, la quasi privatización de la educación superior, etc. El modelo neoliberal funcionaba mucho mejor en Chile que en los otros países de América Latina. Hubo sin embargo, un tema crítico: la desigualdad de la riqueza y de los ingresos, que con el correr del tiempo se incrementó. Este tema parecía de menor preocupación, pues el PBI per cápita pasó de US$ 2,500 en 1990 a $22,000 en 2018, lo que cubría los otros resultados, el problema fue que los ingresos personales no crecieron como el producto, hoy el ingreso mensual promedio es de sólo 550 dólares. Adicionalmente, los programas sociales (educación y salud) no ayudaron a reducir las desigualdades del desarrollo humano. Al parecer en Chile se convalidó la tesis de desigualdad señalada por Thomas Piketty en su libro El Capital en el Siglo XXI, es decir, el crecimiento de las ganancias fue mayor que el crecimiento de los ingresos.

Se podría decir que a Chile, considerado ya un país de ingresos altos, sólo le quedaba como tarea mejorar la equidad, mejorar la política social y el acceso a oportunidades para todos los chilenos.

Sin embargo, cuando se aumentó 30 pesos (unos cuantos centavos de dólar) el boleto del metro de Santiago, nadie pensaría que se desencadenaría una revuelta social de dimensiones y violencia absolutamente desconocidas en América Latina. ¿Cómo explicar que el país ejemplar, reviente como una bomba social y ponga en cuestión el modelo y la experiencia más exitosa del neoliberalismo?

Tratando de responder a esta pregunta, tengo algunas hipótesis a proponer. La primera es que crecimiento no es lo mismo que desarrollo, la producción en Chile creció de manera sostenida, mejoró su infraestructura física, se redujo la pobreza, pero no mejoró el bienestar de los chilenos de abajo tanto como mejoró el bienestar de los chilenos de arriba, es decir no ha sido un crecimiento equitativo, no hubo desarrollo para todos y las desigualdades generan resentimiento y envidia. La segunda es que a la Ciencia Económica predominante le importa más las cosas que las personas, pues los objetivos de las políticas son siempre: incremento del producto (cosa), mejora de la competitividad (abaratamiento de las cosas para vender), el incremento de la inversión (cosas nuevas), estabilidad económica reflejada en bajas tasas de inflación (que las cosas no cuesten más) y etc. El crecimiento es cómo lograr tener cada vez más cosas y más baratas, lo secundario es si estas cosas se reparten con criterios privados o con criterios sociales, y aún más si estas cosas están al alcance de todos, en consecuencia, lo que pase con las personas estará en función de cómo evolucionan y se manejan las cosas. Las personas fueron la variable de ajuste de las cosas, el mundo sólo visto desde lo alto de la pirámide social. La tercera es que el excesivo individualismo promovido por las tesis neoliberales lleva al debilitamiento de las relaciones humanas y a la reducción de los principios de la convivencia: la solidaridad, la empatía, la caridad, la dignidad y finalmente la justicia social. Esta última se ha hecho funcional a la justicia económica definida por el modelo económico predominante, lo que ciertamente ha generado una crisis de los valores morales.

Creo que este conjunto de factores están en el origen de la indignación de los chilenos que los ha llevado a romper las buenas maneras, pero sobre todo a mostrar que los mecanismos democráticos e institucionales están fuertemente debilitados en sus bases esenciales, así como sus fundamentos éticos. La salida de esta crisis pasa por la restitución de los valores humanos, el cambio de los referentes morales y democráticos y por anteponer a las personas sobre las cosas. Es decir, toda una revisión del modelo neoliberal y en general de la idea del desarrollo.

Lima, octubre 219

[1] Departamento de Economía de la PUCP

11/10/19: CORRUPTION AND DISSOLUTION OF THE CONGRESS OF PERU

CORRUPTION AND DISSOLUTION OF THE CONGRESS OF PERU.
The bottom line

Efraín Gonzales de Olarte

On September 30, it will be remembered as the day on which the president of Peru Martín Vizcarra, interpreting the Constitution approved by the de facto government of Alberto Fujimori in 1993, dissolved the Congress of the Republic – dominated by a Fujimorist-Aprista majority – before the refusal of a trust issue he had presented. An act as bold as controversial. The decision has been supported by more than 80% of the population and the president’s popularity reached 79%. However, the former congressmen presume to ignore this measure, claiming that it was unconstitutional and that it was a coup d’etat.

The truth is that Peruvian constitutionalists and opinions in general are divided some – the majority – argue that the dissolution was constitutional and others that were not. Consequently, who could settle this interpretative controversy is the Constitutional Court (TC), responsible for ensuring the constitutionality of all public and private acts. The problem is that the TC is made up of some of the judges who openly support Fujimori as a result would not have the impartiality required in this case.However, the main issue, after all this political zafarrancho, is that President Vizcarra is committed to the fight against corruption, which in Peru has its own name: Oderbrecht, the Brazilian construction company that has operated since the beginning of this century in Peru and in other countries based on a systematic system of corruption of politicians and senior officials, to obtain bids for a large number of infrastructure works. However, the opposition to the Vizcarra government, led by fuji-aprismo, tries to get rid of its leaders and avoid justice, for which the best way was to vacate the president. It must be taken into account that the last four presidents are being investigated, prosecuted or escaped, in addition to several former authorities and senior ex-officials are also under investigation by the prosecution. Faced with these threats, Fuji-Aprismo opted to prevent the judiciary from being impartial by co-opting several judges and members, and ex-former Nation Prosecutor Pedro Chavarry was invited to influence the investigations of those accused of corruption of his friends and, as a last resort measure, they tried to choose new members of the TC to obtain rulings favorable to those investigated for corruption.

The crux of the dissolution of the congress is therefore an ethical and moral issue, which has divided Peru into two parts: On the one hand, those who in one way or another are involved in corruption, which includes Peruvian businessmen and not only to politicians, who are trying to flee from justice and those, such as President Vizcarra and a large part of citizenship, intellectuality, various media, who want the corrupt to be tried and sentenced and for Peru to recover ethics and morals and banish the corruption that Peruvian society is disintegrating. It is important to keep in mind that the process of fighting corruption is being carried out by a “special prosecutor” that has demonstrated not only moral integrity, adherence to the law, willingness to reach the culprits, but also a courage worthy of support, which It generates a founded hope to fight corruption.

Unfortunately, Peru has been included among the 50 most corrupt countries in the world, which is making us a “banana republic”, a country without a civilized future and delaying the possibilities of development. Hence the importance of the dissolution of the congress, because it amounts to dissolving a way of doing politics to favor particular interests stained by corruption.

The dissolution of the congress we hope will be the beginning of a new stage in a country whose economic stability is not consistent with its political and moral crisis. It is necessary to moralize politics and the State.


Lima, October 11, 2019