Nuevos modelos de familia son un desafío para la Iglesia
1:00 p.m. | 3 nov 23 (CELAM).- Comisiones Episcopales de Pastoral Familiar de 18 países de América Latina se reunieron en octubre. El grupo de 50 personas integrado por 7 obispos, 11 sacerdotes, 17 laicas y 15 laicos revisaron los avances respecto a la implementación de la exhortación Amoris laetitia, los itinerarios catecumenales para la vida matrimonial y el Pacto Mundial de la Familia. Durante las intervenciones y testimonios se resaltó que los nuevos modelos de familia (viudos, divorciados, con hijos de diversidad sexual y más) son un desafío para la Iglesia que debe asumirse, y alejarse del negacionismo y ocultamiento de estas realidades.
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El encuentro, que se desarrolló en Bogotá en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), se inició con la celebración Eucarística presidida por mons. Alfonso Miranda. En su homilía, el obispo auxiliar de Monterrey en México recordó la importancia de la pastoral familiar y su misión en el acompañamiento de otras familias que a diario enfrentan realidades adversas que requieren ser asumidas con diversas herramientas pastorales y espirituales que la Iglesia puede aportar.
Tras la presentación de las delegaciones, el mensaje de mons. Lizardo Estrada, secretario general del CELAM, destacó el acompañamiento permanente que hacen a las familias del continente; invitándoles a compartir las experiencias y esfuerzos, sin perder la capacidad de soñar para vivir este proceso juntos, recibiendo el apoyo que cada uno requiera. “Los invito a compartir este servicio en lo referente a la construcción de procesos de familia, mantener su interés en la apropiación del texto de la Asamblea Eclesial y la contribución que la familia puede hacer al camino sinodal que vive la Iglesia universal. Sin perder de vista que la familia es un sujeto pastoral activo, presente en el Instrumentum Laboris del Sínodo de la Sinodalidad”.
Desde lo metodológico el primer día del Encuentro se dedicó a la escucha de la realidad, una oportunidad para conocer los informes de las Conferencias Episcopales sobre las acciones que la pastoral familiar implementa en las diferentes regiones del continente. El P. Fabio Antunes, director de Cebitepal y organizador del evento, explicó que el CELAM busca que el encuentro permita a las diversas conferencias conocer las experiencias y procesos que se realizan en otros países. “Al acompañar este camino hemos descubierto diversas iniciativas que van desde el acompañamiento prematrimonial, la atención a casos especiales y otras iniciativas novedosas que al compartirse pueden crecer en el continente,” afirmó.
“Además, -agregó- están los cambios que se van presentando en ellas, que pese a estar dentro del magisterio de la Iglesia, aún no se trabajan en las Conferencias Episcopales, muchas veces centradas en la familia tradicional. Los nuevos modelos de familia son un desafío para la Iglesia, en ellos están los viudos, divorciados, las parejas con hijos de diversidad sexual y muchas otras realidades que tocan su vida y precisan de un acompañamiento”.
Testimonios de los desafíos
En el caso de Miguel Leonardo Merchán de Ecuador, pertenecer a la pastoral familiar desde hace 18 años le ha permitido entender que el mayor fruto es el matrimonio. Es decir, lograr que las parejas jóvenes además de casarse por lo civil lo hagan a través de la Iglesia y opten por la procreación; porque muchos después de casarse pierden el rumbo, dejan de cultivar su espiritualidad e incluso no buscan tener hijos, lo que no sigue el fundamento de la familia. Por su parte Jacqueline Guzmán compartió los desafíos que enfrenta la familia en Colombia. Entre ellos la cultura del individualismo, el secularismo, el valor por lo efímero y desechable además del hedonismo.
Llamados a despertar la creatividad misionera
Ronny Solano, delegado episcopal de la Pastoral familiar en Costa Rica, abordó puntos clave de la exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia. El presbítero señaló que el papa Francisco asume en este documento “muchas de sus notas de su magisterio pontificio y ciertamente una pastoral familiar misionera es la imagen de una Iglesia en salida”.
Por ende, la familia cristiana “tiene que salir a la misión lógicamente” y “todos los agentes de pastoral estamos llamados a mirar las realidades que existen en muchas familias de nuestro continente latinoamericano”, agregó. “Tenemos que ser creativos, dice el Papa, entonces despertemos la creatividad misionera, veamos las situaciones de miseria, dolor, sufrimiento, crisis que están viviendo nuestra familia y con la ayuda del Señor intervengamos en estas situaciones para acercar a todos a la Palabra y enseñanza de la Iglesia”, apuntó.
Asumir las problemáticas
El padre Ronny, echando mano del artículo 48 y 49 de la exhortación, plantea que muchas familias “lejos de considerarse perfectas, viven en el amor, realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino”. Es hora de asumir los desafíos y no caer en “la trampa de desgastarnos en lamentos autodefensivos, en lugar de despertar una creatividad misionera”, por cuanto que en estos contextos “la Iglesia siente la necesidad de decir una palabra de verdad y de esperanza. Los grandes valores del matrimonio y de la familia cristiana corresponden a la búsqueda que impregna la existencia humana”.
De hecho, algunos se resisten a los desafíos “se ponen a la defensiva por sentir que escapa al propio control, porque muestra la insuficiencia de la propia manera de vivir, y eso incomoda”. De allí se deriva el negacionismo: se ocultan los problemas, relativizar su importancia, apostar sólo al paso del tiempo. Sin duda, “eso retarda la solución y lleva a consumir mucha energía en un ocultamiento inútil que complicará todavía más las cosas”.
Riqueza pastoral de la familia
El padre Ronny explicó que “la Iglesia mira a las familias a la luz de las enseñanzas del Evangelio y tienen una riqueza para todas las pastorales”, por ello, atendiendo el llamado del Papa “nuestra fe será siempre dinámica mirando a la realidad que vivimos”. Detalla que “no puede haber una Iglesia que discrimina, siempre debe estar a puertas abiertas”, por supuesto, desde el arrepentimiento genuino de quienes deciden seguir a Cristo radicalmente. Sobre este aspecto ha puntualizado –referenciando al papa Francisco– “no podemos constituirnos en jueces que solo niegan, rechazan, excluyen”, de hecho, la institución de la familia está para testimoniar el Evangelio y como tal ser misericordiosa.
Sobre el matrimonio igualitario
A propósito del llamado a la misericordia, un tema que abordó fue el de las uniones de personas del mismo sexo o matrimonio igualitario. Sobre esto ha señalado que en Amoris laetitia ha dejado claro en su artículo 251 “no existe ningún fundamento al respecto y despeja cualquier tipo de duda”. En el artículo en cuestión se lee: “En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Por tanto, “es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo”. También en el 292 de AL queda claro que el matrimonio cristiano es la unión entre un varón y una mujer, por consiguiente, “estas formas de unión contradicen radicalmente este ideal, pero algunas lo realizan al menos de modo parcial y análogo. Los Padres sinodales expresaron que la Iglesia no deja de valorar los elementos constructivos en aquellas situaciones que todavía no corresponden o ya no corresponden a su enseñanza sobre el matrimonio”.
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Un mensaje dirigido a todas las familias del continente
Días después del encuentro, las Comisiones Episcopales de Pastoral Familiar de América Latina han suscrito un par de documentos: un mensaje dirigido a todas las familias del continente en el que asumen el compromiso de la misión evangelizadora en tiempos de sinodalidad y una carta dirigida a Francisco como expresión de comunión y cercanía con el Sucesor de Pedro.
En su misiva al Papa, resumieron su encuentro presencial en el CELAM como un momento “cálido y fraterno caracterizado por el diálogo y la escucha mutua de las diversas experiencias de pastoral familiar dentro de los temas que nos han convocado a trabajar, cada uno con su sazón y sus particularidades latinoamericanas”. Además reconocen “la creatividad pastoral que se puede evidenciar en el trabajo que se ha hecho en las diferentes experiencias que tenemos actualmente a lo largo del continente; sin embargo, somos conscientes de los grandes desafíos que se presentan en nuestros países para acompañar la vida de las familias”.
Sobre el mensaje a las familias han destacado que “en esta tierra llena de contrastes y diversidad, encontramos la fe como nuestro faro de esperanza y guía en medio de los desafíos que enfrentamos como familias. Sabemos que la vida no siempre es un camino fácil; pero nuestra fe en Dios, nuestro amor como hijos confiados en la protección de nuestra Madre María y el amor que compartimos como familias nos fortalece”.
“Al igual que en los ritmos y colores de nuestra tierra, nuestras familias se manifiestan de manera diversa y singular“, pero “estas diferencias no deben ocultar el significativo trabajo que hemos realizado”. Más allá de “nuestras particularidades, todos compartimos un lazo profundo: nuestra fe en Dios y el anhelo constante de alcanzar la plenitud del amor y la comunión que nos ha sido prometida”. El llamado a las familias del continente es “a unificarnos como Iglesia en un camino conjunto y continuar nuestro compromiso en el fortalecimiento de los pilares que hemos explorado a la luz de las palabras del papa Francisco” en su exhortación Amoris laetitia.
Recordaron que las familias cristianas están “llamadas a ser iglesias domésticas” que al “unirse en una misión evangelizadora, se convierten en una gran familia que crece como una célula vital en nuestra sociedad”. Luego concluyen, “este tiempo de sinodalidad nos llama a compartir la vida y el trabajo, unidos por la única misión de evangelizar al matrimonio y la familia, bajo la guía del Espíritu Santo”.
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La familia es una institución valiosa que debe perdurar, pero en la actualidad, es crucial adaptarse a nuevas realidades. La visión misionera y la premisa de ‘no puede haber una Iglesia que discrimina’ fortalecerán su papel como pilar sólido en la sociedad. El artículo es fascinante, y me complace ver enfoques innovadores en este tema