¿Cómo surgió la madre de todas las encíclicas sociales?
4:00 p.m. | 25 jul 25 (VTN).- Hace 134 años, León XIII promulgó Rerum novarum, un texto que cambió la forma en que la Iglesia se relacionaba con las cuestiones sociales. Con la elección de León XIV, la encíclica vuelve a resonar con fuerza. Gracias a los documentos originales conservados en el Archivo Apostólico Vaticano, se puede rastrear su origen, relevancia y reacciones de la comunidad internacional. Un legado que sigue inspirando la doctrina social de la Iglesia, ahora en tiempos de la inteligencia artificial.
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El papa León XIV dijo que había elegido el mismo nombre que el papa Pecci porque “León XIII, con la histórica encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”. En el Archivo Apostólico Vaticano se conserva toda la documentación relativa a la génesis de dicho documento y al consenso recibido tanto de los representantes de la comunidad internacional como de la “base”, es decir, de los trabajadores y obreros.
Acompañados por Alejandro Mario Diéguez, funcionario del Archivo encargado de organizar el material de los siglos XIX y XX, Vatican News abrió las carpetas que contienen los documentos manuscritos de los colaboradores más cercanos del papa Pecci así como las cartas de adhesión de diversos episcopados o círculos obreros de todo el mundo. “El interés que suscitó la encíclica fue enorme porque –explica– abordaba un tema inédito, técnico, aparentemente alejado de la enseñanza de la Iglesia, que hasta entonces no había tenido una formulación tan sistemática sobre la doctrina social”.
Preguntas que son actuales. Diálogo para proponer
La Iglesia siempre ha tenido una doctrina social que se remonta al Evangelio, a los Padres, a la Escolástica medieval, pero con la Rerum novarum, León XIII decidió pronunciarse explícitamente sobre la cuestión social y obrera ante el auge del socialismo, el marxismo y el capitalismo industrial desenfrenado. Y lo hizo cuestionando la dignidad del trabajo, la justicia salarial, la explotación del trabajo infantil y femenino, la relación entre la propiedad privada y el bien común, la naturaleza del capitalismo y la misión de la empresa y del emprendedor, temas que no han perdido su vigencia hoy en día, ante los desafíos de la automatización de los procesos de producción y el creciente uso de la inteligencia artificial.
En el tono del documento papal es significativa la actitud de mediación y diálogo con todas las fuerzas en el campo. También surge de la confidencia que León XIII hizo a un cardenal respecto al socialismo, entonces identificado como el gran enemigo: “El socialismo es un torrente contra el cual hay tres soluciones: si lo represas, corres el riesgo de ser arrastrado por la fuerza de la corriente. Debe ser regulado, debe ser canalizado: esta es la verdadera solución a la que están llamados tanto los Estados como la Iglesia”.
La idea y el desarrollo
Es interesante entender cómo nace una encíclica. “No debemos pensar que sea fruto del trabajo individual de un Papa”. El Pontífice, de hecho, encarga a expertos en la materia, obligados a la más estricta confidencialidad, la elaboración de un plan que sirva como punto de partida para una elaboración más sistemática.
En el caso de la Rerum novarum —continúa Diéguez—, León XIII contó con tres esquemas: uno preparado por el jesuita Matteo Liberatore, otro por el cardenal dominico Tommaso Zigliara que, posteriormente, fue revisado y reformado por el Padre Liberatore y el cardenal jesuita Camillo Mazzella, tres eminentes filósofos neotomistas. Este tercer esquema fue confiado al latinista de la curia, Alessandro Volpini, para su redacción final, y posteriormente al auditor papal, Gabriele Boccali, para una minuciosa labor de revisión, verificación y calibración del texto.
Sobre la exhaustiva revisión final y observaciones
Lo que ha pasado a la historia como el nombre de la encíclica, es decir, el incipit Rerum novarum con el correspondiente primer párrafo, no estaba presente en las primeras versiones del texto que comenzaba con las palabras Excitata semel rerum novarum cupidine. “El incipit –dice el archivista vaticano– fue en un cierto momento cambiado, con mayor propiedad y elegancia, por el más característico Rerum novarum semel excitata cupidine“. Es difícil identificar quién introdujo estas palabras. Se supone que fue Boccali. Además de la hipótesis de que el Papa dio la configuración inicial, dada la novedad del tema, sabemos que el documento fue corregido hasta los últimos días y que León XIII suspendió todas las audiencias en los días previos a su promulgación, evidentemente para poder concentrarse en su revisión final.
Ciertamente interesante es el hecho de que no es posible identificar intervenciones directas del Papa. De hecho, según señala Alejandro Diéguez, Pecci “no tenía la costumbre de plasmar sus observaciones por escrito, sino que las sugería oralmente a sus colaboradores, quienes a menudo escribían bajo su dictado. Poseía una mente muy lúcida a pesar de su avanzada edad, 81 años cuando se publicó la encíclica”.
La experiencia de los movimientos obreros
El documento papal recoge las reflexiones y experiencias de diversos movimientos obreros católicos: “el de Monseñor Wilhelm Ketteller, de Vogelsang y de los católicos alemanes; el de la Oeuvre des Cercles y del movimiento social católico en Francia y Bélgica; el del Cardenal Gaspard Mermillod, de la Unión de Friburgo y de Kaspar Descurtins en Suiza; el de los Cardenales Edward Manning, de Westminster, y James Gibbons, de Baltimore; el del Círculo Romano de Estudios Sociales de Monseñor Domenico Jacobini y del movimiento social de los católicos italianos”.
Una amplia difusión y reacciones internacionales
La fama de la Rerum novarum se debe ciertamente al hecho de que, a diferencia de otras encíclicas, no se difundió sólo a través de resúmenes en los periódicos o a través de las nunciaturas apostólicas en todo el mundo y de los dicasterios romanos. Con el fin de involucrar a todas las partes interesadas, se envió a soberanos, jefes de Estado, ministros de Economía y los más famosos escritores sobre ciencias sociales. “Sólo la Congregación de Propaganda Fide para los Asuntos Orientales, por ejemplo, envió mil ejemplares -en latín, francés e italiano- a las diócesis bajo su jurisdicción y se calcula que se distribuyeron un millón de ejemplares, sólo en Europa y América”, destaca el estudioso.
Además, el Archivo Apostólico Vaticano conserva en un voluminoso dossier de la Secretaría de Estado todas las reacciones al envío de la Carta Papal. Está la respuesta del presidente francés François Sadi Carnot, a quien León XIII quiso expresamente que se le enviara una copia, quien dijo ser “muy consciente de la necesidad de abordar con decisión el estudio de un problema que, imponiéndose a la preocupación ilustrada de todos los gobiernos, es tanto más acuciante en una democracia pacífica y trabajadora como la sociedad francesa del siglo XIX”.
No sólo eso: “por otras fuentes de archivo -continúa Diéguez- sabemos que el Patriarca de Cilicia de los Armenios, Esteban Pedro Azarian, que se encargó de la traducción al armenio, aprovechó sus buenas relaciones con el Gran Visir del Imperio Otomano Kiamil Pasha para enviarle una copia en francés”. Kiamil le expresó “su gran admiración por la seria tesis social desarrollada por el Santo Padre, con un estilo y una altura de visión hasta entonces nunca vistos” , y la esperanza de que este Código Social pudiera producir “grandes ventajas para una Europa problemática en sus mismos fundamentos sociales”.
Incluso la reina de Italia, Margarita de Saboya, según las indiscreciones de los periódicos de la época, a pesar de tener un buen conocimiento del latín, pidió a un profesor de literatura de la Universidad que le tradujera la encíclica para poder leerla desde el texto oficial. Hojeando el dossier de la Secretaría de Estado, Diéguez nos muestra también las numerosas respuestas procedentes de medios obreros católicos de todo el mundo: italianos, franceses, belgas, alemanes, holandeses, suizos, españoles, pero también argentinos, chilenos, colombianos, peruanos, uruguayos. Una respuesta verdaderamente universal.
La historia de algunos periódicos
Ante tanta protesta, el comentario de algunos periódicos de la época resulta chocante: “Algunos periódicos, con el Corriere della Sera a la cabeza, no sin malicia, afirmaron que ninguna asociación obrera se había adherido aún a las ideas propuestas por el Papa, y que la encíclica no había tenido mucho éxito porque los trabajadores, a quienes iba dirigida, no eran capaces de comprenderla. Otros periódicos, como Il Diritto di Torino, añadieron que el Pontífice estaba tan decepcionado que había asegurado que ya no escribiría encíclicas. Los documentos de nuestro Archivo demuestran precisamente lo contrario. El papa León XIII, después de la Rerum novarum, escribió otras 48 encíclicas”.
Las 86 encíclicas de León XIII
Una cifra increíble, más de la mitad del total. En 25 años de pontificado, de 1878 a 1903, Vincenzo Gioacchino Pecci, no casualmente conocido en la historia como el “Papa de las encíclicas”, ¡escribió 86 encíclicas! Más de tres al año. Todo escrito en un latín clásico refinado y característico que, observa Alejandro Diéguez, según los especialistas, transmite una majestuosa solemnidad. “Fue, de hecho, un apasionado estudioso de la lengua latina, que dominó con competencia y elegancia, y un hombre de estudio que apoyó también los estudios de los demás, abriendo los Archivos Vaticanos a los investigadores de todas las naciones y religiones en 1881”.
VIDEO. La actualidad de la Rerum novarum en el pontificado de León XIV
Los tiempos de León XIII y los nuestros
El papa León XIV explicó así parte de la razón por la que eligió su nombre papal. “Principalmente porque el papa León XIII, en su histórica encíclica Rerum novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”. Luego continuó: “En nuestros días la Iglesia ofrece a todos el tesoro de su enseñanza social en respuesta a otra revolución industrial y a los desarrollos en el campo de la inteligencia artificial que presentan nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”.
El papa León XIII “vivió en una época de profundo cambio social, un tiempo en el que la Iglesia necesitaba respuestas a muchos de los problemas sociales urgentes de la época”, comenta el Dr. Donald Prudlo, cátedra Warren de Estudios Católicos en la Universidad de Tulsa. Al igual que León XIII, nosotros también vivimos en “un período de inmenso cambio social” que desafía no solo a la Iglesia y su enseñanza, “sino la misma dignidad de la humanidad”.
El Dr. Prudlo afirma que, al elegir su nombre, el papa León XIV muestra que la Iglesia se enfrentará a “estos problemas muy serios” marcados por los desafíos a la humanidad y a la dignidad humana, y en particular, los problemas planteados por la IA. Como en tiempos de León XIII, la Iglesia y el mundo están experimentando “no simplemente una época de cambios, sino un cambio de época”, tal como lo describió el papa Francisco. En esta entrevista con Vatican News, el Dr. Prudlo establece paralelismos entre la época del papa León XIII y nuestra era, y los desafíos que enfrenta la Iglesia hoy al inicio del pontificado de León XIV.
-¿Puede hablarnos un poco sobre lo que el Papa nos dijo acerca de la conexión entre los tiempos de León XIII y nuestros propios tiempos?
León XIII reinó de 1878 a 1903, por lo que fue el primer Papa del siglo XX. Vivió en una época de profundo cambio social, un tiempo en el que la Iglesia necesitaba respuestas a muchos de los problemas sociales urgentes de la época. El papa León XIV nos ha explicado por qué eligió este nombre, en particular en referencia a su gran encíclica, Rerum novarum de 1891, que ha demostrado ser la piedra angular de toda la enseñanza social católica posterior. León XIV sabe que, al igual que en la época de su predecesor, él vive en un período de inmenso cambio social, un cambio que no solo desafía a la Iglesia y las doctrinas de la Iglesia, sino también la misma dignidad de la humanidad.
Y así, cuando eligió este nombre, quiere que entendamos que, al igual que León XIII vivió en un tiempo de transición hacia… [o mejor dicho] en medio de la Revolución Industrial, él trató de tejer un camino católico, una interpretación católica, entre los dos peligros gemelos del socialismo y el liberalismo capitalista desenfrenado. León XIV nos dice que, debido a los desafíos que enfrenta la humanidad hoy en día y los desafíos a la dignidad humana, en particular los problemas relacionados con la IA, eligió este nombre para marcar un nuevo período en el que la Iglesia se enfrentará a estos problemas muy serios.
-¿Qué podría decir León XIV sobre la nueva revolución industrial, considerando que León XIII ya abordó la primera?
En tiempos de León XIII, hubo una urbanización masiva. La gente se trasladaba del campo a las ciudades en toda Europa y América del Norte, y al hacerlo se encontró con malas condiciones de vida y de trabajo. Se les impedía formar sindicatos por parte de los dueños de los negocios. Además, estaban siendo seducidos por nuevas ideologías políticas que intentaban hacerlos derrocar los sistemas existentes. Y el papa León quería reforzar los derechos del trabajador. Quería reforzar la dignidad del trabajo y la dignidad de la persona humana, particularmente en su unidad social crítica, la familia humana.
Hoy, León XIV ve un nuevo punto de inflexión. Y ese punto de inflexión, creo, es el ascenso de la IA y la mecanización, el auge de la robótica, y el desafío que esto va a presentar en los próximos diez, veinte años, tal vez incluso antes, para la dignidad del trabajo, particularmente a medida que desafíe no solo el trabajo manual, el trabajo del obrero de fábrica con el que León XIII se encontró, sino también el trabajo de los empleados de oficina, la persona que programa computadoras, la persona que enseña. Y quiere estar a la vanguardia para garantizar que esta transición, esta transición crítica para la humanidad, sea bien gestionada.
La Iglesia siempre ha acompañado a la humanidad a lo largo de estas transiciones radicales durante los últimos 2000 años; la Iglesia tiene una respuesta medida, verdadera y definitiva que puede ayudar a las personas a mantener sus posiciones, su vida, en la justicia, en la dignidad de su trabajo y en la dignidad de su persona humana.
-Me gustaría retroceder un poco en la historia, y tal vez pueda darnos un poco de contexto sobre la encíclica Rerum novarum para que no quede aislada con respecto a lo último argumentado. Fue parte de una enseñanza mucho más amplia de León XIII.
León fue Papa durante tanto tiempo. Hubo una gran estabilidad en su reinado, y abordó muchos temas durante ese tiempo. Y Rerum novarum fue solo una de las huellas que dejó en la Iglesia, en la enseñanza social, y fue parte de un retorno más amplio y completo a lo espiritual, a las personas, considerando cuál es la relación adecuada de la humanidad con Dios, sin considerar meramente los principios políticos horizontales. Al poner a la humanidad directamente en relación con Dios, comenzamos a comprender la importancia de temas que León XIII subrayó, como un salario digno, el derecho a formar sindicatos de trabajadores, y el derecho a un trabajo decente y honorable, debido a la dignidad que confiere al individuo y a la necesidad de proveer para la familia. Así, el papa León XIV continuará desarrollando estos principios en su labor.
Las condiciones que León XIII encontró eran terriblemente brutales. Fue una época marcada por revoluciones y desafíos constantes a la autoridad de la Iglesia, no solo eclesiástica, sino también a los pilares estabilizadores fundamentales de la sociedad: el Estado, la familia y todos los aspectos esenciales de nuestra vida cotidiana. León XIII se aseguró de que, con la sabiduría de la Iglesia, con la sabiduría de Santo Tomás de Aquino que tan fuertemente apoyó; a través de la práctica del Rosario, sobre el cual escribió tantas encíclicas; a través de un enfoque en Dios; a través de un enfoque en la dignidad humana, articulara una nueva y completa visión de la enseñanza social católica y la justicia social católica que iba a perdurar en el siglo XX y ser la base de gran parte del posterior magisterio papal.
-Los Papas posteriores han continuado, especialmente con Rerum novarum. Pero hay una pregunta que algunas personas podrían hacer: ¿Qué derecho tiene el Papa para abordar temas económicos? ¿Qué derecho tienen para hablar sobre un salario mínimo, sobre los estándares para los trabajadores, sobre cómo el gobierno, la dirección y el trabajo interactúan entre sí?
La Iglesia en su conjunto, dirigida por el Papa, tiene la responsabilidad de hablar en asuntos de fe y moral. Ahora bien, en muchas decisiones prudenciales, decisiones puramente prudenciales, las personas pueden tener diferentes maneras de abordar un problema. Pero hay ciertas certezas morales, hay ciertos principios, como la dignidad humana, el derecho a ganar un salario que pueda mantener a una familia, defender la familia dentro de la esfera social, defender los derechos de los trabajadores. La razón por la que la Iglesia se pronuncia sobre estos temas no es para proporcionar un programa político específico, sino para delinear los límites dentro de los cuales alguien no puede ir más allá. No se puede negar la dignidad humana de un trabajador pagándole un salario injusto, algo que clama al cielo por venganza. Y esto es algo bíblico. Esto es algo que los Papas han reforzado a lo largo de la historia.
VIDEO. El papa León XIII y su famosa Encíclica Rerum Novarum
Rerum digitalium, relectura con los Papas de la encíclica de León XIII
La encíclica Rerum novarum, promulgada por el papa León XIII en 1891, se erige como un hito en la doctrina social de la Iglesia, marcando un punto de inflexión en su atención a las cuestiones laborales y sociales en el contexto de la Revolución Industrial. En su relectura contemporánea, el papa Prevost vincula este legado a la nueva revolución digital, donde la IA y las nuevas tecnologías plantean nuevos desafíos para la dignidad humana, la justicia y los derechos laborales.
Al respecto, destaca que Rerum novarum sigue siendo relevante, ya que, en su esencia, la Iglesia responde a los cambios sociales y económicos con principios fundamentales que abogan por la justicia social, la dignidad humana y el respeto por los derechos de los trabajadores. Así, Rerum novarum no solo habla a los hombres y mujeres del siglo XIX, sino que sigue siendo un faro moral para los desafíos del siglo XXI.
Uno de los pilares de la encíclica es la idea de que el trabajo es un elemento fundamental para la construcción del orden social, no solo por su valor económico, sino también por la dignidad que aporta al ser humano. León XIII afirma: “La verdadera vida del hombre comienza con la salida de este mundo”, enfatizando la trascendencia del trabajo como medio para alcanzar una vida plena. Esta reflexión trasciende el contexto de la época, y encuentra eco en las actuales problemáticas digitales, en las que las condiciones laborales en el mundo virtual pueden llegar a ser tan deshumanizantes como las de las fábricas en el siglo XIX. En este sentido, el papa Prevost invita a leer la encíclica Rerum novarum a través del prisma digital, reafirmando que, independientemente de las tecnologías, los derechos de los trabajadores deben ser preservados.
El papa León XIII también resalta que el trabajo no debe agotar al ser humano, sino que debe contribuir al bienestar de la persona y su familia. Rerum novarum sostiene que “la justicia ni la humanidad consienten exigir tanto trabajo que el alma y el cuerpo se emboten”, reflexionando sobre los límites naturales del ser humano en el ámbito laboral. Esta reflexión sigue siendo pertinente en la actualidad, cuando la línea entre la vida laboral y personal se vuelve difusa en la era digital. En un contexto de creciente automatización e IA, la doctrina de León XIII sobre el descanso, el salario digno y la protección de la familia adquiere una dimensión renovada. Hoy, la tentación del consumismo desmedido y la precariedad laboral amenaza con socavar los principios de justicia económica que la Iglesia ha defendido durante más de un siglo.
Otro tema esencial en Rerum novarum es el uso responsable de los bienes y recursos. León XIII enseña que “lo que importa es el uso que de los bienes se haga”, subrayando la importancia de la justicia en la distribución de la riqueza. Este principio resuena en la crítica contemporánea a las nuevas formas de explotación digital, donde los beneficios generados por las plataformas tecnológicas suelen concentrarse en manos de unos pocos.
En su interpretación moderna, el papa Francisco, al igual que sus predecesores, llama a la fraternidad y a la solidaridad, recordando que los bienes de la naturaleza y la gracia son un “patrimonio común del género humano”. La cuestión social actual, en este sentido, requiere una actualización del concepto de solidaridad, especialmente ante los retos que plantea la movilidad laboral, la desregulación del mercado y las redes digitales.
Finalmente, la idea central de Rerum novarum sobre el establecimiento de un orden social justo encuentra su expresión más completa en el llamado a la caridad. León XIII señala que “la salvación debe ser principalmente fruto de una gran efusión de la caridad”, destacando que el trabajo por la justicia no es solo una cuestión de leyes, sino de un compromiso moral profundo. Este camino de caridad, que implica la cooperación entre gobiernos, empresarios y trabajadores, sigue siendo la vía para la construcción de un mundo más justo y humano.
En la actualidad, la encíclica sigue inspirando documentos clave como Laborem exercens de Juan Pablo II y Caritas in Veritate de Benedicto XVI, que reafirman la necesidad de un enfoque integral para abordar los nuevos desafíos laborales, promoviendo la dignidad humana frente a las crecientes desigualdades tecnológicas y económicas.
En resumen, Rerum novarum no es solo un testimonio histórico de las preocupaciones sociales del siglo XIX, sino una obra viva que continúa guiando a la Iglesia en su misión de defender la justicia social, los derechos de los trabajadores y la dignidad humana frente a las transformaciones sociales y económicas contemporáneas. Su mensaje es claro: un mundo verdaderamente justo y humano solo puede construirse si se pone en el centro la persona y su dignidad, tanto en el trabajo como en las nuevas realidades que surgen con la digitalización.
LEER. Artículo completo: Rerum digitalium, una relectura con los Papas
VIDEO. León XIV explica la elección del nombre
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Fuentes
- Vatican News. (2025, 15 de mayo). Rerum novarum: Génesis y éxito de una encíclica.
- Vatican News. (2025, 15 de mayo). Leo XIII’s times and our own.
- Vatican News. (2025, 16 de mayo). Rerum digitalium: Una relectura de la encíclica de León XIII.
- Videos: Radio María (Argentina) – Vatican Media
- Foto: Lewis Wickes Hine – Vatican News


Es interesante constatar que en la vida de León XIII y en su proactividad en la lucha por la protección de los derechos sociales, de la cual sigue testimonio la histórica encíclica Rerum Novarum, tuvo un papel preponderante su ánimo optimista del cual son testimonio su rostro inmortalizado en retratos e incluso en una gran escultura de mármol que le representa en la basílica de San Juan de Letrán, y no menos lo es su apoyo al buen vino en este caso el Vino Mariani que aquel Papa bendecía en una etiqueta con su rostro. Aquel vino era una bebida que contenía vino de Burdeos y extractos de hoja de coca. Fue creada en 1863 por Angelo Mariani (inspirado por el “elixir de coca Lorini” creado en 1860), quien la promovía atribuyéndole una gran cantidad de propiedades terapéuticas. La bebida gozó de gran popularidad entre artistas e intelectuales europeos de la época. Los papas Pío X y León XIII fueron especialmente entusiastas del tónico. Puede que el impulso a la Doctrina Social de la Iglesia le deba algo aquel estimulante que el Papa bendecía.