Obispos debaten: Polarización en la Iglesia y en la política

1:00 p.m. | 24 jun 24 (NCR/AM).- Las encuestas muestran que los católicos de EE.UU. en la actualidad están más polarizados que nunca en una serie de temas, discrepando sobre el Papa, sobre sus partidos políticos, y otras cuestiones como el calentamiento global y más. Esa realidad se replica, con ciertas diferencias, en muchos países del mundo. En ese marco, el episcopado estadounidense organizó un diálogo en línea sobre esa problemática en el que participaron tres obispos, que podrían representar, de manera moderada, una perspectiva conservadora, una liberal y una de centro. Si bien no hay soluciones inmediatas, los obispos compartieron ideas desde su experiencia, para ayudar a mitigar la polarización y evitar intercambios tóxicos.

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Independientemente de quién gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, los católicos tienen la obligación de rezar no solo por el bien del país, sino también para que el ganador despliegue con éxito su liderazgo, dijo el cardenal y obispo de San Diego Robert McElroy. “No vamos a rezar para que fracasen”, agregó. “Queremos rezar con sinceridad, tener fe y esperanza en que tendrán éxito en construir un mejor país”. El cardenal hizo estas declaraciones en el marco de un seminario web titulado “Civilize It: Unifying a Divided Church” (“Civilizarnos: Unificar una Iglesia dividida”), patrocinado por la Oficina de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.

La iniciativa forma parte de una campaña más amplia para “una mejor forma de hacer política”, que incluye un compromiso con la caridad, la claridad y la creatividad. En el diálogo, moderado por Gloria Purvis, de America Media, participaron también el obispo Daniel Flores, de Brownsville (Texas), y el obispo Robert Barron, de Winona-Rochester (Minnesota), fundador del proyecto pastoral mediático Word on Fire.

Flores subrayó la importancia de que los católicos participen en el proceso político, sea cual sea el resultado de las elecciones. “Aunque gane el otro partido, hay que comprometerse”, dijo, señalando que los católicos tienen que “admitir que ningún partido va a defender completamente, ni todas las convicciones que tenemos como católicos (…) incluso puede ocurrir que gane el partido que queríamos que ganara, y como que dejamos pasar algunas cosas porque ahora están al mando los que elegimos”, dijo. “Es importante también oponernos incluso al partido del que estamos a favor cuando promueven algo que no podemos apoyar a conciencia. A veces les damos carta blanca”.

Barron recordó también a los católicos que no están en deuda con ningún partido político. “Declaramos al Señor Jesucristo resucitado de entre los muertos, y de ahí viene nuestra esperanza”, dijo. “Tenemos que tener un distanciamiento de esta hipersensibilidad por lo político”. Una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que la mayoría de los católicos, el 55%, votaría por Donald Trump si las elecciones se celebraran hoy. La cifra era del 61% para los católicos blancos. Los católicos hispanos favorecían al Presidente Joe Biden frente a Trump por un pequeño margen, 49% a 47%, respectivamente. Los tres obispos que intervinieron en el seminario web subrayaron la importancia del diálogo en un momento en el que el país y la Iglesia están extremadamente polarizados.

McElroy señaló que las etiquetas partidistas se han convertido en una simplificación de la visión del mundo de cada uno, y que tales identidades opuestas han exacerbado las tensiones en la Iglesia. “Los católicos siempre han discrepado en las cuestiones de fondo. No es un fenómeno totalmente nuevo”, dijo, y añadió que la profundidad de la polarización en la Iglesia actual es “muy alarmante”. El obispo Barron recordó que hubo desacuerdos entre los seguidores de Cristo “desde el primer día”, pero que esas discrepancias no condujeron al ostracismo de la otra parte, algo que parece habitual hoy en día.

Flores también observó una diferencia en la forma en que los católicos hablan ahora de cuestiones políticas, con una tendencia a ignorar a los demás y a ridiculizar a aquellos con los que no se está de acuerdo. “En nuestra situación actual, la política es casi una religión y a veces es un deporte. Pero en realidad no debería ser ninguna de las dos cosas. Se supone que es un diálogo civilizado (…) para procurar el bien común y establecer las prioridades de cómo conseguirlo”, dijo. Y al señalar que los intercambios en las redes sociales suelen enardecerse rápidamente y ser poco caritativos, el obispo dijo que en las charlas para la confirmación, no pregunta a los jóvenes de su diócesis “¿Qué haría Jesús?”, sino que les reta a responder “¿Qué no haría Jesús?”, sugiriendo que Jesús no cometería una injusticia en un diálogo en línea ni siquiera para promover un bien mayor.

Barron denunció el “tribalismo” de dividir en bandos opuestos, que olvida que el amor hace posible el verdadero diálogo. Pidió que se recuperen las conversaciones sobre puntos de vista opuestos que sigan siendo “animadas” e “inteligentes” sin sucumbir al “tribalismo” y a las “tácticas de desprestigio invectivas”. “Ahora todo se reduce a ganar una discusión, o a ondear la bandera de mi tribu, en lugar de esforzarnos todos juntos por llegar a la verdad”.

Otra encuesta del Pew Research Center mostró que el 64% de los estadounidenses cree que los medios sociales tienen “un efecto mayoritariamente negativo en la forma en que se desarrollan las cosas hoy en Estados Unidos”. Como fundador de Word on Fire, Barron tiene una presencia significativa en Internet, pero calificó el ambiente allí de “tóxico” y animó a los católicos a “desintoxicarse” de las redes sociales. “Siempre he intentado evitar la polémica en mi trabajo -llevo en esto unos 20 años-, no involucrarme en argumentaciones tribalistas, sino enfatizar la verdad y la belleza de la tradición”, dijo Barron. Sugirió que los católicos contemporáneos, antes de sumarse a una discusión en línea, deberían preguntarse: “¿Es mi comentario un acto de amor?”.

El obispo de Minnesota también sugirió que la amistad entre quienes discrepan puede aliviar la polarización ideológica. Ha sugerido a grupos de sacerdotes, en los que los clérigos más jóvenes y conservadores están enfrentados a los más veteranos y liberales, que jueguen juntos al golf y acepten invitaciones a cenar unos de otros. “Cuanto más hablen, más verán los puntos en común”. Por su parte, el cardenal McElroy recordó que el episcopado de EE.UU. realizó una encuesta hace 12 años en la que se preguntaba a los participantes cuál era la mejor práctica para unir a los católicos. La respuesta abrumadora fue “compasión”, un valor al que el cardenal McElroy se refirió como una “virtud puente” que puede “construir solidaridad entre las personas”.

Monseñor Flores también señalo que la polarización no es sólo un problema a nivel parroquial, sino que puede ser incluso un problema “en cada misa”. Los fieles a menudo “se acomodan en diferentes estratos” en la celebración de la Misa, dijo, eligiendo a los sacerdotes con los que mejor se alinean ideológicamente. El objetivo de una parroquia, dijo, debería ser “crear círculos más amplios”, reflejando que la Iglesia es un solo cuerpo con diversas perspectivas.

Flores, que ha estado dirigiendo el proceso del sínodo en los Estados Unidos, dijo que el papa Francisco comenzó el proceso, en parte, debido a su observación de la polarización rampante, especialmente en Internet, y la necesidad de que la Iglesia mejore en su propia comunión. “Se supone que la Iglesia es signo y sacramento para el mundo de una comunión que es real, no solo una palabra”, dijo. “Si no estamos irradiando algún sentido de ser capaces de estar en desacuerdo y, sin embargo, seguir amándonos profundamente en Cristo, entonces no estamos enviando al mundo el mensaje para el que Dios instituyó la Iglesia en primer lugar”.

Monseñor Flores dijo que el proceso sinodal ha sido un eficaz “diagnóstico de la cultura” tanto de la Iglesia como de la sociedad en general. Al ver de primera mano en el sínodo los desacuerdos ideológicos tanto en cuestiones eclesiásticas como en la sociedad en general, el obispo Flores y otros participantes se han informado mejor sobre cuestiones que desempeñan un papel importante en sus respectivas diócesis. El cardenal McElroy señaló que las sesiones del sínodo ayudaron a identificar las “alegrías, penas y esperanzas” de todos los participantes. Y lo que es más importante, dijo, los participantes pudieron “encontrarse unos con otros como discípulos”, lo que les proporcionó una apreciación de la plena humanidad de un interlocutor que resultó útil cuando las discusiones se acaloraron.

A una pregunta sobre cómo la Iglesia puede hablar con una voz más unida que resista el partidismo, Flores dijo que todos los católicos tienen que “mirar la viga en sus propios ojos”. Luego agregó que “la fe a veces nos llama a una obediencia que está más allá de lo que prevé la política”, dijo. “El mundo nos presiona mucho para que tomemos partido y estemos con el equipo ganador”.

“La enseñanza social católica atraviesa nuestra actual estructura de partidos”, dijo McElroy para explicar por qué los católicos siempre debemos tener un conflicto interno cuando vamos a votar. “Para todo católico creyente, votar es un acto de conciencia y un acto de ciudadanía y un acto de fe”, dijo. “Pero no deberíamos ir con una sensación de victoria (…) porque ningún candidato reúne todo lo esencial de lo que la Iglesia nos llama a ser y hacer y por lo que trabajar en nuestra sociedad”.

LEER. Reflexiones adicionales del diálogo de obispos sobre polarización

VIDEO. Civilize It: Unifying a Divided Church (Diálogo completo)

Información adicional
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Fuentes

National Catholic Reporter (2) / America Magazine / Video: USCCB Live Stream / Foto: Associated Press

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