Influencers católicos: De misión en un entorno digital y polarizado

10:00 a.m. | 18 may 24 (VN).- “Quiéranse”, fue el mensaje central en el Primer Encuentro de Evangelizadores Digitales en España, que ha reunido sacerdotes, religiosas y laicos dedicados a difundir la fe católica en las redes sociales y plataformas similares, en las que predomina un entorno marcado por la desinformación y la polarización. Reconocida la importancia de evangelizar en este espacio, hay un camino por recorrer en la formación de los llamados “misioneros digitales”, de modo que puedan anunciar a Jesús sin descuidar su modelo pastoral. Además del diálogo, en el encuentro se han compartido testimonios y orientaciones.

——————————————————————————————–

La Arquidiócesis de Madrid celebró el Primer Encuentro de Evangelizadores Digitales, en el que participaron sacerdotes, religiosos y laicos que hacen de la pantalla su medio para anunciar a Jesús. Esta presencia virtual, a través de redes sociales, aplicaciones y diversos medios de comunicación, es un trampolín para una Iglesia en salida que busca hacerse presente en todas las periferias existenciales.

Esta misión va más allá de ser una mera herramienta para la pastoral juvenil, para erigirse en un continente digital que alcanza a todas las generaciones y áreas vitales. Cualquier influencer católico con cierta notoriedad tiene más seguidores que los feligreses de varias diócesis. Sus vídeos de apenas unos segundos o sus pocas palabras en una publicación son el púlpito que contagia cómo ser cristiano hoy, tanto a los alejados como a quienes están cerca. A la vez, pueden reafirmar, alentar, explicar y sumar, pero, lamentablemente, también confundir, contaminar, enfrentar y agitar.

Las redes sociales son trinchera para haters que se dicen católicos abanderados de una errada pureza y tradición, que se revuelven contra las reformas papales. Con un lobby nada desdeñable detrás, se fomentan la crispación y el odio, superando límites inimaginables, hasta cuestionar la autoridad del sucesor de Pedro y vapulear a todo aquel que respire un mínimo aire conciliar.


Violencia digital

No resulta casual que la reciente declaración de Doctrina de la Fe, Dignitas infinita, dedicara un epígrafe específico a “la violencia digital” como amenaza a la dignidad humana, territorio propicio para la desinformación y las calumnias, o para el ciberacoso. Frente a estas alertas, no cabe dejarse enredar en una guerra fratricida ni responder con pataletas. Bien lo saben los misioneros digitales, que se sacuden el polvo de sus zapatos y siguen dejándose la piel haciendo de las redes su ágora para el primer anuncio y como altavoces de una Iglesia abierta a abrazar a todos. Francisco, consciente de su relevancia, ha dado voz y voto en el Sínodo de la Sinodalidad a una religiosa y a un laico “digitales”.

De ahí la pertinencia de este encuentro convocado en la capital de España, que sigue la estela de la “cumbre” celebrada durante la JMJ de Lisboa, promovida por el Dicasterio para las Comunicaciones. Estas citas deben ser el punto de partida de un acompañamiento eclesial permanente a estos evangelizadores. No se trata de fiscalizar su labor con una “Inquisición virtual”, pero sí de orientar, formar y promover el discernimiento, como con cualquier otro agente pastoral y ministerio. Para detectar y frenar a falsos predicadores iluminados y, a la vez, ratificar y enviar a estos misioneros de nuevo cuño en nombre y en comunión con la Iglesia.

VIDEO. Francisco a los evangelizadores digitales: Vayan a “samaritanear”

El primer mandamiento del evangelizador digital

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, y el secretario del Dicasterio para la Comunicación, Lucio Ruiz, convocaron y reunieron en #ashtagMadrid a los influencers católicos y les ponen tarea: “Quiéranse”. Y es que precisamente ese fue el mensaje central del encuentro: la necesidad de amarse los unos a los otros, incluso en un momento –y en un medio– tan polarizado como el actual. Ser, en definitiva, buenos samaritanos, como pedía el Vaticano en el documento Hacia una plena presencia (2023), en el que desgrana el lugar de la Iglesia en el continente digital.

Sobre la idea del Buen Samaritano comenzó el evento, con una oración dirigida por la influencer y cantautora católica Paola Pablo (@paolapablord), quien se centró en pedir a Dios perdón por esos errores que se cometen cuando, en las redes, no se actúa como un buen samaritano. Siguió el padre Joaquín (@joaquinconp), quien, con sus 57.000 seguidores, lleva “en Instagram desde la prehistoria digital”, bromeaba. Es decir, “antes del COVID”.

“Cada vez va a ser más importante lo que hacen los comunicadores digitales”, dijo el sacerdote a los jóvenes allí presentes. “Cada vez hay más gente interesada por el Señor y no va a llamar a nuestro teléfono de la parroquia ni va a mirar tablones parroquiales; la gente busca en el mundo digital, al Señor y todo lo demás”, añadió. Así, después de dividirse en grupos –de los que surgieron varias preguntas que preocupan a estos evangelizadores–, llegó el turno del diálogo entre el cardenal y el secretario del Dicasterio, moderado por Paola Pablo y el también misionero digital Carlos Taracena (@carlos_taracena).


Un momento precioso

“Para definir un evangelizador digital hay que definir también el mundo con el que se relaciona”, apuntó el arzobispo-1. “Los cristianos, antes que nada, tenemos una realidad que hay que escuchar porque la voz de Dios es una llamada. Una vez que escuchamos la llamada, tengo que responder eclesialmente, como evangelizador”. Por ello, para Cobo, el momento actual es “precioso”, y, “cuando hablamos de evangelizadores digitales, estamos hablando principalmente de misión en un territorio que ya hemos explorado y hay que seguir explorando”. Y es que, según el cardenal, resulta “deslumbrante” que, en una ciudad como Madrid, “haya gente que ha sentido la llamada del Señor para ir a esta misión digital” y llegar al prójimo.

Pero ¿quién es el prójimo? En este sentido, vuelve a aparecer la parábola del Buen Samaritano: “Aunque el lenguaje sea nuevo y la realidad sea distinta y quizás eclesialmente no sabemos todavía cómo abordarla, cuando preguntamos quién es el prójimo, Jesús nos dice que es el que está al borde del camino”, afirmó Cobo. “El Evangelio nos pide escuchar la realidad”, aseveró el arzobispo de Madrid, animando a hacerlo “en el contexto digital con lenguaje digital”. Asimismo, Lucio Ruiz apuntó que todos esos jóvenes que se dedican a evangelizar en las redes sociales cuentan “la experiencia de su encuentro con Jesús porque les quema”. Y es que “no se puede dar lo que uno no ha visto y oído”. Pero, para ello, hay que “usar un lenguaje y dinámicas nuevas”.

VIDEO. Evangelizadores digitales (del 1er encuentro en Argentina)

Jóvenes influencers responden sobre su fe y la evangelización en redes

1) ¿Cómo empezaste a hablar de tu fe en redes sociales?
2) ¿Cómo evangelizar sin hacer proselitismo?
3) ¿Cómo se puede contribuir, como evangelizador digital, a la comunión?


Carlos Taracena – @carlos_taracena – 31 años

1) Salí de misión por primera vez hace tres años con Misión Jatari, y empecé a compartir ese contenido por Instagram. Ahí me di cuenta de que la gente tenía ganas de saber qué era servir, qué era eso de la misión. A raíz de eso la cuenta de Instagram empezó a crecer y hasta día de hoy.

2) Puede ser algo en lo que uno cae pronto cuando entra en un bucle, en un entorno en el que las redes sociales se dedican a compartir con vanidad. En corrientes tan actuales como el materialismo, el individualismo, el hedonismo… es normal caer en errores. El encuentro con Lucio Ruiz y José Cobo, además de precioso, nos ha dado la oportunidad de hablar de la necesidad de volver a la raíz, a la esencia, y esa es la Palabra. Es algo con lo que no se va a poder nunca comercializar. Entonces, cuando uno se equivoque, sienta que se está desviando, que no está terminando de perfilarlo. O, simplemente, que está en una crisis de generar contenido, lo que le hace falta son más horas de oración. Y me consta que mis amigos, antes de preparar material, lo que hacen es orar. Eso lo comparto con mucha de la gente con la que trabajo y, personalmente, me ayuda mucho. Soy pecador, me equivoco, y me siento llamado a rectificar muchas veces.

3) Antes de dar el paso de evangelizar en las redes, está el vivir en comunidad. Si yo me desvinculo de mi comunidad, de querer generar eso, no voy a poder contar algo en redes que, realmente, no estoy viviendo. Partiría de lo sencillo: buscar esa unión en mi día a día, en mi casa, con mi familia, mis amigos, y en mi comunidad.


Paola Pablo – @paolapablord – 29 años

1) Soy cantautora católica y evangelizadora. En las redes empecé hace unos ocho años. Yo evangelizaba en mi grupo de jóvenes en República Dominicana, que es mi país. Cuando vine a Madrid a estudiar, mis clases eran de noche y no podía ir al grupo de jóvenes. Entonces sentía que me faltaba algo, que necesitaba compartir esto que tengo en mi corazón con alguien. Yo estaba en las redes sociales como cualquier persona y un día se me ocurrió que ese era el lugar para, en lo que encontraba un grupo de jóvenes y acababa las clases, ir viviendo mi misión.

2) Esto se responde con cómo evangelizar en general, porque la evangelización es muy distinta a querer convertir al otro y caer en el fanatismo. La evangelización es hacer al otro partícipe de lo que tú estás viviendo, con la alegría que eso te produce. Aquí también entra la madurez de cada persona. No entrar en un terreno en el que quieras manipular la libertad del otro. Cada uno tiene su camino que hacer y es importante respetar ese proceso, la cercanía que va adquiriendo el Espíritu en cada persona. Uno no atrae a otro dando bibliazos, sino compartiendo su alegría.

3) Aquí me voy a la imagen del Buen Samaritano: esa persona que se deja afectar por lo que el otro está viviendo, que va con el corazón y los ojos bien abiertos, está atento y quiere encontrarse con el otro. Va en búsqueda de ese encuentro. Y, para estar abiertos a este encuentro, es vital la oración. El Espíritu Santo no puede faltar en el kit de los evangelizadores digitales. Él es el que nos reúne, nos hace sentirnos necesitados los unos de los otros.


Javier Portela – @portelamusica – 32 años

1) Soy músico y siempre me he visto como evangelizador a través de la música. Empecé a tomarme más en serio las redes hace algo más de un año.

2) Lo que hago para intentar permanecer fiel a lo que el Señor me pide, a no volverme un ególatra, a no ser yo el centro, aunque claro que está la soberbia, es intentar volver a la fuente viva. Yo no me he inventado nada, sino que he respondido a una llamada. ¿Me puedo volver autorreferencial? Posiblemente lo haga muchas veces. ¿Cómo vuelvo al Señor? A través de los sacramentos, de la oración, a esos puntos de fidelidad, porque, como decía Lucas: “Quien es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho”. Diariamente, si un día tengo que madrugar muchísimo, me despierto un poco antes para tener ese rato de oración. Y también dejar constantemente que la comunidad me corrija, estar constantemente abierto a la corrección fraterna.

3) Tenemos que vivir de forma católica. Muchas veces podemos hablar de la polarización de fuera de la Iglesia, pero es que la Iglesia también está polarizada, y a mí eso me genera un dolor brutal. ¿Qué vamos a proponer al mundo si dentro de la propia Iglesia estamos criticándonos los unos a los otros, si no remamos en la misma dirección? Tenemos que hacer experiencia y vivir, verdaderamente, esa unidad dentro de la Iglesia. Es decir, con un encuentro y una intimidad, cada uno, en comunidad, en su experiencia de camino a la santidad y, luego, en sobreabundancia, el resto del mundo verá que la unidad genera atractivo y deseará esa unidad.


Paula Vega – @llamameyumi – 28 años

1) Como cualquier joven, utilizaba las redes para mostrar mi día a día. Si salía de fiesta subía una foto, si me iba de viaje subía otra… Lo que pasa es que, según la fe se fue haciendo más y más importante en mi vida, eso se fue reflejando con la misma naturalidad en las redes. Me fui dando cuenta que a la gente le ayudaba lo que yo compartía, las reflexiones, sobre todo, al estar estudiando Teología siendo tan joven, a la gente le atraía. Eso hizo que la comunidad empezase a crecer y ahí fue cuando fui tomándome en serio esta misión de forma progresiva.

2) Francisco y Benedicto XVI han hablado sobre este tema. La tarea de la Iglesia no es hacer proselitismo sino evangelizar. Debemos ser un imán enorme de amor que atraiga a todas las personas que tienen sed de ese amor de Dios. Así, los misioneros digitales estamos en la red para testimoniar con nuestra vida, con transparencia, con naturalidad, con coherencia, para que se pregunten: “Oye, ¿y este por qué está tan feliz incluso en medio de la adversidad?”. Estamos en la red para que otros se hagan preguntas vitales, pero, sobre todo, para ser reflejo del amor de Dios: un amor que acoge, que nunca impone, y que nunca juzga.

3) Dios es amor. Tenemos que querernos entre nosotros, apoyarnos entre nosotros, respetarnos, incluso aunque no estemos de acuerdo con las diferentes sensibilidades, pero nunca echarnos piedras encima ni señalarnos públicamente. Algo que me enseñó una persona que ha sufrido mucho por estar en redes evangelizando es que, ante la duda, siempre comunión.

VIDEO. Invitación: Diálogos sobre Evangelización en las Redes Sociales (21 mayo)

Cómo echar las redes para “sinodalear”

Sinodalidad, “caminar juntos”, también en el ambiente digital. Tendiendo puentes, como dice el Papa, no solo con los alejados de la Iglesia que vamos encontrando por las redes sociales. Ni tampoco solo con los hermanos cristianos separados (ecumenismo), o con los de otras religiones (diálogo interreligioso). También, y quizás más especialmente en estos momentos, con todos los demás creadores de contenido católicos. Es uno de los objetivos del Sínodo digital. Que la participación y la comunión sean primero una realidad entre nosotros mismos para poder extenderlas con autoridad moral hacia los alejados, los separados o los de otras religiones.

Pero, ¿qué significa esto? La sinodalidad parte de una realidad: todos somos iguales, pero diferentes. Iguales por el bautismo, diferentes por los carismas y dones que el Espíritu regala a cada uno. Y, por eso mismo, llamados a compartirlos con humildad y escucha activa con los demás. Para crear la comunión a la que estamos llamados (que todos sean uno). Pero los algoritmos de las redes sociales fomentan la polarización de varios modos:

-El filtrado de burbuja: tiende a mostrar a los usuarios información que coincide o es similar a sus intereses y comportamientos previos.
-El efecto de eco: cuando los usuarios se rodean principalmente de opiniones que reflejan y amplifican sus propias creencias.
-La priorización del contenido provocativo: dan más visibilidad al contenido que es más probable que genere reacciones fuertes, como el enojo o la indignación, ya que están diseñados para maximizar con frecuencia el compromiso y la retención de usuarios.
-Los “feedback loops”: crean bucles de retroalimentación en los que los datos generados por el comportamiento del usuario influyen en lo que el algoritmo muestra a continuación.
-Y la manipulación de información y desinformación: no discriminar entre contenido de calidad y desinformación puede, inadvertidamente, promover información falsa o engañosa, especialmente si esa información está diseñada para ser viral.

Y esto mismo, unido a nuestra falta de humildad o de oración, hace que los creadores de contenido podamos caer fácilmente en la tentación de creernos dueños de la verdad, escuchar solo a los que piensan como nosotros, endulzar nuestros oídos solo con los fans, y acabar perdiendo la clave sinodal con que la Iglesia nos llama a vivir también en las redes sociales.


Discernir juntos

Debatir es sano, pero es mejor discernir juntos. Discutir no hace daño a nadie, pero sí resulta destructivo cuando se saltan ciertas líneas rojas, como el insulto (hereje, ignorante, etc.), la ironía hiriente (“quítenle el móvil”), el desprecio (“cállate”, “dedícate a lo tuyo”) o las descalificaciones personales, que en la mayor parte de las ocasiones denotan desconocimiento de la persona. Y es en estos casos, cuando se cruzan líneas rojas, en los que cualquier experto en redes sociales recomienda bloquear, no como un modo de odio, sino de protección ante el daño que pueden ocasionar. No es una decisión fácil, no queremos la división, pero el bloqueo levanta muros (muros de protección).

¿Qué hacer entonces? Se trata de una decisión personal e intransferible, que cada uno debemos tomar desde la humildad, a veces en silencio, y siempre desde la oración y el discernimiento. Quizás ha llegado el momento de pedirnos perdón y de tomar conciencia de que ninguno somos dueño de la Verdad (más bien, la Verdad nos posee) y de que caminar juntos supone creer en el sensus fidei, ese instinto espiritual de cada creyente que pertenece a la experiencia y convicción personal de cada uno. Y que juntos, únicamente juntos, se completa en el sensus fidelium, ese sentido de la fe que posee en común el cuerpo entero de los fieles (la Iglesia laica junto con la jerarquía). El Espíritu de Dios es el único sabio y, quizás por eso, ha sabido conducir a su Pueblo para que solamente avance cuando camina en comunidad, juntos. Un ejemplo claro es el de Moisés conduciendo al pueblo de Israel hacia la tierra prometida.

LEER. Xiskya: Misionera digital con voz y voto en el Sínodo

VIDEO. Xiskya Valladares – Una experta digital en El Vaticano

Información adicional
Publicaciones relacionadas en Buena Voz Católica
Fuentes

Revista Vida Nueva (2, 3 y 4) / Videos: CESAG-Palma – Canal Orbe 21 – Jóvenes Madrid – Vatican Media / Foto: Navarro Pareja (ABC.es)

Puntuación: 0 / Votos: 0

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *