10 citas clave del documento Vaticano sobre el ‘Sensus fidei’

Sensus fidei documento Vaticano

11.00 p m| 14 ago 14 (NCR/BV).- En junio, la Comisión Teológica Internacional publicó un documento innovador “Sensus fidei en la vida de la Iglesia”. La declaración sorprendió a muchos porque reconoce el papel desempeñado por los fieles católicos en el crecimiento y desarrollo (cambios) en la enseñanza de la Iglesia a lo largo de la historia hasta la actualidad. El National Catholic Reporter difundió una recopilación con diez citas clave expuestas en el documento.

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Sorprendentemente, el documento también valida la experiencia no poco frecuente de católicos que se sienten incapaces de aceptar ciertas enseñanzas “si no reconocen en ella la voz de Cristo, el Buen Pastor”. Y sugiere acciones a tomar por parte de los laicos y del clero para resolver esta cuestión.

Aunque indica que necesariamente el magisterio tiene la última palabra, el documento reconoce públicamente la realidad de la disidencia (a través de la negación de asentimiento – véase el número 6 en las citas) en la Iglesia. Aún más sorprendente, dice que el propio magisterio puede haber tenido responsabilidad: “En algunos casos (la disidencia) puede indicar que ciertas decisiones han sido tomadas por los que tienen autoridad, sin la debida consideración de la experiencia y el sentido de la fe de los fieles, o sin suficiente consulta a los fieles por parte del magisterio”.

Las enseñanzas actuales de la Iglesia sobre el rol de la mujer; los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero; y el control de la natalidad son ejemplos evidentes de las decisiones tomadas sin suficiente consulta a los fieles. Con una clara y cuidadosa distinción entre “opinión pública” y el “sentir de los fieles”, la declaración, no obstante, valora el papel de la opinión pública y menciona criterios útiles para los católicos, para evaluar las disposiciones importantes que se necesitan para participar en el sensus fidei.

Poner en práctica lo propuesto por el documento resulta un gran desafío para los laicos y el clero por igual. Pero se debe intentar. Hacerlo puede ayudar a descubrir nuevas estructuras que integren el sensus fidei a la toma de decisiones de la Iglesia, que hasta ahora ha sido de dominio exclusivo del clero. Nuevas estructuras inclusivas tienen potencial para dar a luz una nueva comunidad eclesial, que respete la dignidad humana de todo el pueblo de Dios, sin distinción.

Aquí 10 citas que resaltan en el documento “Sensus fidei en la vida de la Iglesia” (Los números entre paréntesis corresponden a la cita original en el comunicado del Vaticano)

1. “Hay que recordar que… a veces la verdad de la fe se ha conservado, no por los esfuerzos de los teólogos o la enseñanza de la mayoría de los obispos, sino en los corazones de los creyentes” (119).

2 “El sensus fidei fidelis es una especie de instinto espiritual que capacita al creyente para juzgar de manera espontánea si una enseñanza o práctica en particular es o no es conforme con el Evangelio y con la fe apostólica” (49).

3. “Hay una interacción vital en cada creyente entre el sensus fidei y la vivencia de la fe en los diversos contextos de su vida personal… Poner en práctica la fe en la realidad concreta de situaciones existenciales que la persona encara por relaciones familiares, profesionales y culturales, le permite ver con mayor precisión el valor y los límites de una determinada doctrina, y proponer formas de perfeccionar su formulación.

“Es por eso que los que enseñan en nombre de la Iglesia deben prestar plena atención a la experiencia de los creyentes, especialmente los laicos, que se esfuerzan por poner la enseñanza de la Iglesia en práctica” (59).

4. “El sensus fidei fidelis permite a cada creyente: 1) discernir si una enseñanza en particular o práctica que encuentran en la Iglesia es coherente con la verdadera fe por la que viven en comunión con la Iglesia, 2) distinguir en lo que se predica lo esencial de lo secundario, y 3) determinar y poner en práctica el testimonio de Jesucristo de acuerdo al contexto histórico y cultural particular en el que viven”. (60).

5. “El sensus fidei fidelis también permite a cada creyente percibir cualquier falta de armonía, incoherencia o contradicción entre una enseñanza o práctica y la auténtica fe cristiana por la que viven… En tales casos, los creyentes interiormente resisten las enseñanzas o las prácticas en cuestión y no las acepta ni participa de ellas” (62).

6. “Alertado por su sensus fidei, cada creyente puede negar asentimiento incluso a la enseñanza de legítimos pastores si no reconocen en ella la voz de Cristo, el Buen Pastor. … una acción apropiada de ambos lados se requiere en tales situaciones.

Los fieles deben reflexionar sobre la enseñanza que se ha dado, haciendo todos los esfuerzos por entenderla y aceptarla. La resistencia, como una cuestión de principio, a la enseñanza del magisterio es incompatible con el auténtico sensus fidei.

El magisterio debe reflexionar igualmente en la enseñanza … y considerar, si es necesario, una aclaración o reformulación, a fin de comunicar más eficazmente el mensaje esencial” (63 y 80).

7. “El sensus fidei brinda una intuición acerca de la forma correcta de avanzar en medio de las incertidumbres y ambigüedades de la historia, y la capacidad de escuchar con discernimiento lo que la cultura humana y el progreso de las ciencias están diciendo” (70).

8. “Los problemas surgen cuando la mayoría de los fieles permanecen indiferentes a decisiones doctrinales o morales tomadas por el magisterio o cuando las rechazan. Esta falta de recepción puede indicar una debilidad o falta de fe por parte del pueblo de Dios… Pero en algunos casos puede indicar que ciertas decisiones se han tomado por los que tienen autoridad sin la debida consideración de la experiencia y el sentido de la fe de los fieles, o sin suficiente consulta a los fieles por parte del magisterio” (137).

9. “Desde el principio del cristianismo, los fieles tuvieron un papel activo en el desarrollo de la fe cristiana… Lo que es menos conocido, y generalmente recibe menos atención, es el papel desempeñado por los laicos en relación con el desarrollo de la enseñanza moral de la Iglesia.

La apertura de la Iglesia hacia los problemas sociales, especialmente de manifiesto en la Carta encíclica del Papa León XIII, Rerum Novarum (1896), fue el fruto de una lenta preparación en la que laicos “pioneros sociales”, activistas, así como pensadores, jugaron un papel importante.

La sorprensiva evolución desde la condena de las tesis “liberales” en la parte 10 del Syllabus de Errores (1864) del Papa Pío IX hacia una declaración sobre la libertad religiosa, Dignitatis Humanae (1965), del Concilio Vaticano II, no habría sido posible sin la compromiso de muchos cristianos en la lucha por los derechos humanos” (72 y 73).

10. “Los católicos deben estar plenamente conscientes de que la verdadera libertad de decir lo que piensan se debe a un “sentimiento por la fe” (es decir, el sensus fidei).

“Los que ejercen la autoridad en la Iglesia se encargarán de asegurar que hay un intercambio de opinión responsable y libremente expresada en el Pueblo de Dios. Más que eso, van a establecer normas y condiciones para que sea así” (124).

Fuente:

Texto de Sor Christine Schenk, cofundadora de FutureChurch. Publicado en el National Catholic Reporter.

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