Cristianos y budistas: Siete acciones para sanar una humanidad herida

9:00 p.m. | 28 nov 23 (AF/VTN).- Al término del 7º Coloquio Budista-Cristiano, organizado por la Santa Sede y el episcopado tailandés, los representantes de las dos religiones enumeran en una declaración conjunta los pasos necesarios para una acción común, desde el diálogo a la cooperación. Se ha reflexionado a partir de las nociones de Karuna y Ágape, conceptos que reflejan las ideas budistas y cristianas de “compasión” y “amor gratuito”, respectivamente, motivados por el momento actual en que tanto la familia humana como la tierra están experimentando las consecuencias, tanto positivas como negativas, de los desafíos globales y de rápidos cambios.

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Ante las urgentes problemáticas actuales, no hay que “ceder a la desesperación”, para que “en medio de las nubes oscuras, quienes están profundamente arraigados en sus respectivas tradiciones religiosas y dispuestos a trabajar juntos con todos puedan aportar un rayo de esperanza a una humanidad desesperada”. Esta es la indicación contenida en la Declaración final publicada al término del VII Coloquio Budista-Cristiano, celebrado en Bangkok (Tailandia), organizado por el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso junto con diversas universidades e instituciones budistas tailandesas y la Conferencia Episcopal del país, y al que asistieron unos ciento cincuenta budistas y cristianos de diversos países del mundo (Camboya, Hong Kong, India, Reino Unido, Santa Sede, entre otros).

Karuṇā y Ágape en diálogo para la curación de una humanidad y una tierra heridas, este es el título del Coloquio, donde Karuṇā significa compasión. “Como budistas y cristianos”, reza la Declaración, “vemos a Buda y a Jesús como grandes sanadores. La codicia y el pecado fueron para Buda y para Jesús causas de sufrimiento”. Ambos, a muchos niveles, “propusieron el amor y la compasión como medicina para ahuyentar la oscuridad del corazón humano y del mundo”. Ambos, fortalecidos por sus espiritualidades budista y cristiana, “durante miles de años, adoptaron formas de vida compasivas para hacer frente al sufrimiento de la vida”.

“El diálogo dio oportunidad para la cooperación y una visión compartida para el bienestar de nuestras comunidades”, señala Mons. Olivier Schmitthaeusler, Vicario Apostólico de Phnom Penh (Camboya), entre los presentes en el Coloquio. El obispo relató el tono espiritual del diálogo y la discusión en la asamblea mixta: “Nuestra misión hoy, en Asia y en el mundo, es crear una gran familia que se ame, se escuche y se perdone. Partimos de la armonía, de la paz, de compartir con nuestro prójimo los valores espirituales sobre los que podemos construir sociedades justas y fraternas. Esta es nuestra misión como religiones en Camboya y en otras naciones de Asia. Seguiremos esforzándonos por dar un sentido de trascendencia a las nuevas generaciones. Recordemos que Jesús vino a darnos vida y vida en abundancia”.

En la primera parte del evento, tras los saludos de los representantes religiosos, el venerable Phra Brahmapundit, líder budista y miembro del Consejo Supremo de la Sangha de Tailandia, ha señalado en su discurso que, dado que la humanidad y la Tierra están conectadas, “ambas sufren, heridas por la destrucción, el clima, la pobreza y la guerra”. En este contexto, ha señalado, “Karuṇā es más que necesario para aliviar el sufrimiento de la tierra”. Karuṇā, traducido como “compasión”, es en la concepción budista una de las cuatro “moradas divinas” y se refiere a la conciencia del sufrimiento y la interconexión de todos los seres vivos. Cuando hay sufrimiento ajeno, “Karuṇā mueve los corazones de las personas para aliviar el sufrimiento de esos seres en apuros, sin discriminación alguna. Karuṇā es inseparable de Metta, traducido como ‘bondad amorosa’, que es amor incondicional”, ha precisado.

En la visión budista, ha explicado, si Metta, el amor, tiene como característica la promoción del bien de otros seres vivos, Karuṇā, la compasión, tiene como característica la eliminación del sufrimiento de otros seres vivos. A través de Karuṇā, ha asegurado, “se puede intentar curar a una humanidad herida y salvar al planeta Tierra de la contaminación provocada por el hombre”. Metta y Karuṇā -según se desprende del debate en la asamblea- forman juntas un par de virtudes que parecen encapsular el concepto cristiano de Ágape, que se refiere al amor incondicional que une y cura.

Las siete acciones compartidas

Budistas y cristianos consideran que “ahora más que nunca necesitamos trabajar juntos y con un gran sentido de responsabilidad”. Por eso, proponen estos siete verbos para seguir caminando juntos:

Reconocer: “Aunque nuestras respectivas enseñanzas religiosas nos invitan a construir una cultura de compasión, a menudo hacemos la vista gorda ante los sufrimientos de hoy. Deploramos las palabras y acciones que voluntaria o involuntariamente han contribuido a sembrar muerte y destrucción, odio y venganza. Necesitamos reconocer que pertenecemos a una familia humana y que debemos a todos la misma dignidad y respeto”.

Dialogar: “Estamos convencidos de que no habrá paz sin diálogo. El diálogo puede prevenir la violencia, curar tanto a la víctima herida como al perpetrador e inspirar a las personas a encontrar formas no violentas de resolver conflictos. Puede movilizar a diferentes grupos religiosos para buscar la justicia y la verdad, proteger el planeta y protestar contra su destrucción”.

Cultivar: “Tanto individual como socialmente, necesitamos cultivar la empatía por el sufrimiento de los demás y el medio ambiente. Por lo tanto, necesitamos compasión en las decisiones políticas y económicas para prevenir la exclusión y la desigualdad y fomentar la inclusión, la justicia y el respeto”.

Cooperar: “Nadie se salva solo. Solo podemos ser salvados juntos, porque estamos interconectados y somos interdependientes. Por lo tanto, debemos cooperar con todos: la sociedad civil, los seguidores de otras religiones, el personal de los medios de comunicación, los gobiernos, los organismos internacionales, las comunidades académicas y científicas y todas las demás partes interesadas para fomentar un mundo inclusivo”.

Innovar: “Tenemos siglos de experiencia y sabiduría. Necesitamos hacer que estos sean relevantes para nuestra humanidad herida y para salvar la Tierra maltrecha. Por lo tanto, abogamos por esfuerzos académicos entre instituciones académicas y de investigación con el objetivo de ayudar a los movimientos religiosos a alterar la forma en que perciben, piensan y conciben al otro y al planeta”.

Educar: “Las familias, las comunidades, las instituciones educativas, los líderes religiosos y los medios de comunicación tienen un papel de liderazgo que desempeñar en la educación de todos, especialmente de los niños, en el cuidado y el intercambio de relaciones unos con otros y con el medio ambiente. Además, para inspirar y despertar a nuestra sociedad, necesitamos contar las historias de personas que han hecho sacrificios para ayudar a los demás y a la Tierra”.

Orar: “Creemos que la oración y la meditación pueden cambiar las cosas al purificar nuestros corazones y mentes; generando bondad, misericordia y perdón donde hay odio y venganza creando un espíritu de respeto y cuidado por el otro y la tierra. Necesitamos despertar la energía espiritual en nuestros respectivos seguidores”.

El papa Francisco y el budismo

Karuṇā también ha sido un tema recurrente del Papa en sus encuentros con budistas. Hablando en el Vaticano con una delegación especial de monjes budistas y 60 budistas laicos de Tailandia en 2022, Francisco expresó su profundo respeto por las enseñanzas de Buda y subrayó la urgente necesidad de una cooperación interreligiosa continua hacia un movimiento global basado en la compasión, en particular para las comunidades pobres y vulnerables que están en mayor riesgo de las muchas crisis que enfrenta el mundo. “En un momento en el que nuestra familia humana y nuestro planeta se enfrentan a múltiples amenazas, el diálogo y la colaboración interreligiosos son cada vez más necesarios”, dijo el Papa.

“Buda y Jesús comprendieron la necesidad de superar el egoísmo que da origen al conflicto y a la violencia”, dijo Francisco. “El Dhammapada resume así las enseñanzas de Buda: ‘Evitar el mal, cultivar el bien y limpiar la mente: esta es la enseñanza de Buda’. Jesús dijo a sus discípulos: Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros”, explicó el Papa.

LEER. Declaración final completa del 7o coloquio Budista-Cristiano

VIDEO. 7o Coloquio Budista-Cristiano

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Fuentes

Agencia Fides / Revista Vida Nueva / La Croix / Vatican News / Video: Thai Catholic Media / Foto: Episcopado tailandés

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