El mayor milagro de Jesús y las personas LGBTQ

9:00 p.m. | 14 nov 23 (OR/NCR).- El libro más reciente del jesuita James Martin, conocido por su pastoral a los católicos LGBTQ, explora nuestras cotidianas y metafóricas “muertes y resurrecciones” a través del pasaje biblíco que protagonizan Jesús y Lázaro. En una breve presentación de su publicación y una entrevista, Martin comenta lo que aprendió al investigar y escribir sobre este momento impactante del Evangelio, por qué el relato sigue siendo relevante hoy en día -de un modo especial para las personas LGBTQ- y las expectativas que tiene para los lectores del libro.

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James Martin SJ presenta “Come Forth: The Promise of Jesus’s Greatest Miracle”

En un primer momento, pensé que mi nuevo libro se llamaría Lazarus, Come Out! (Lázaro, ¡Sal fuera!). Después de todo, esta es la forma más sencilla de traducir esta famosa expresión en griego: Lazare, deuro exō (Jn 11: 43). Las palabras de Jesús, que grita (“a gran voz”) de pie ante la tumba de su amigo Lázaro, el hermano de sus amigas Marta y María, marcan el punto culminante de lo que suele llamarse “el mayor milagro de Jesús”. Exō significa “out” (fuera) o “away” (lejos). Cuando Jesús expulsa demonios, se usa exō, y la traducción al inglés es “cast out”. Así que “come out” (salir) es probablemente una traducción más exacta del griego en el Evangelio de Juan que “come forth” (adelante), que tiene una especie de sentido “direccional”.

Como ya he mencionado, mi libro Building a Bridge (Tender un puente), acerca de los católicos LGBTQ, suscitó una gran controversia cuando se publicó hace unos años, a pesar de que no cuestionaba ninguna enseñanza de la Iglesia. Así que, por mucho que apreciara las emotivas palabras “Lazarus, Come Out!”, me preocupaba que la referencia a “salir del armario” se viera como un comentario solapado sobre ese libro anterior, sirviendo así de ocasión para comentarios sarcásticos o distrayendo la atención de este libro, que no se centra en las personas LGBTQ, sino en todo el mundo.

Sin embargo, es cierto que este mensaje es especialmente importante para las personas LGBTQ. “Salir del armario” significa aceptar, acoger y amar quién eres, especialmente tu sexualidad y la forma en que Dios te hizo, y que puedes revelar o compartir esa parte de ti mismo con los demás. Salir del armario suele ser un paso crítico para las personas LGBTQ, a quienes a veces se les dice, tanto de manera explícita como disimulada, que no deben aceptarse o amarse a sí mismas. O que son un error, menos valiosos que los heterosexuales o menos dignos de amor y afecto. O, lo que es peor, que Dios no los quiere.

En muchos lugares esto ha cambiado para mejor, y las personas LGBTQ encuentran más acogida y aceptación. Pero en algunos lugares y países, salir del armario sigue siendo difícil por los mensajes de odio y nocivos que se transmiten a las personas LGBTQ, especialmente a los jóvenes. A menudo estos mensajes proceden de personas religiosas que creen que están haciendo un favor al decirles esta “verdad”: que son un error. Esto puede ir unido al rechazo de las familias, que podría ser devastador para una persona que ya puede estar sufriendo intimidación, acoso e incluso violencia fuera de sus familias.

En muchos lugares del mundo, las personas LGBTQ se enfrentan a persecuciones de lo más severas, a veces codificadas en el derecho civil. El impactante libro de Mark Gevisser The Pink Line: Journeys Across the World’s Queer Frontiers (La línea rosa: un viaje por las fronteras queer del mundo), publicado en 2020, que analiza la difícil situación de las personas LGBTQ en todo el mundo, ofrece testimonios de esta comunidad que resultan estremecedores. A veces, por miedo a ser golpeados hasta la muerte o ejecutados (las relaciones entre personas del mismo sexo están castigadas con la pena de muerte en siete países), deben escapar de los lugares donde viven. Gevisser detalla situaciones en las que estos refugiados LGBTQ luego incluso son acosados y golpeados en los mismos campos de refugiados a los que huyen.

Todo esto puede llevar a muchas personas LGBTQ, especialmente a los jóvenes, a rechazar una parte esencial de sí mismos, caer en la desesperación e incluso plantearse el suicidio. Cuando esto sucede en un contexto religioso (es decir, ser rechazado por razones supuestamente religiosas por parte de la familia, los amigos o la Iglesia), puede alejar a las personas LGBTQ de la Iglesia y de Dios.

Trágicamente, esto ocurre precisamente en el momento en que esos jóvenes más necesitan el apoyo de Dios y de sus comunidades de fe. Hace poco leí un artículo sobre un niño estadounidense de 12 años víctima de acoso escolar que había muerto por suicidio. Sus angustiados padres contaron: “Le dijeron que iba a ir al infierno porque no tenía necesariamente una religión y porque decía que era gay. Se lo decían muy a menudo”. Las Iglesias deben ser conscientes de los efectos que tiene en la vida real el lenguaje estigmatizador sobre las personas LGBTQ. Salir del armario, siempre que ocurra, es un paso clave tanto en su maduración emocional como en su crecimiento espiritual. Es señal de un sano amor a uno mismo, que a veces es un reto para las personas LGBTQ.

Por todas estas razones, cuando oigo las palabras “Lazarus, Come Out!” que Jesús pronuncia a su amigo, encerrado en su fría tumba, pienso en la invitación que se nos hace a todos a dejar atrás en nuestras “tumbas” todo lo que nos mantiene atados, sin libertad, muertos. Y, con la misma frecuencia, pienso en las personas LGBTQ y en su propia invitación a “salir” a la luz del sol del amor de Dios.

Preguntas y respuestas con el P. James Martin SJ

Hay muchos personajes y relatos fascinantes en los Evangelios que podría haber elegido como tema para un nuevo libro. ¿Qué es lo que más le atrajo de la historia de Lázaro?

Cuando era adolescente, en los años setenta, vi en televisión la miniserie de Franco Zeffirelli “Jesús de Nazaret” y, de todas las escenas, la que más me cautivó fue la resurrección de Lázaro. Básicamente, ver a Jesús llamar a un muerto de su tumba me fascinó, me impactó y, sobre todo, me hizo querer saber más sobre lo que ocurrió hace tantos años. Más recientemente, en los últimos años, desde que empecé a dirigir peregrinaciones a Tierra Santa, he comprobado la fuerza que tiene para los fieles visitar la tumba de Lázaro en Al-Eizariya, la actual Betania, ahora en territorio palestino. Siempre les invito a pensar en dejar que algo “muera” en la tumba, y casi siempre resulta una experiencia poderosa. Todo esto ha dado lugar a este nuevo libro.

¿De qué manera la historia de Lázaro puede ser especialmente relevante en nuestros días?

A primera vista, la historia de Jesús resucitando a alguien de entre los muertos (una de las tres veces que lo hace en los Evangelios, por cierto) podría parecer poco relevante para nuestra vida cotidiana. Sin embargo, esta historia puede hablarnos a todos, ya que todos vivimos situaciones de las que no sentimos prisioneros o nos privan de libertad. El tema general del libro es cómo Dios nos llama a cada uno de nosotros a dejar “morir” ciertas cosas (tal vez un viejo resentimiento, un ego desmesurado, un deseo de tener siempre la razón) para seguir a Dios más de cerca. En distintos momentos de nuestras vidas, Dios nos llama a salir de nuestras “tumbas” y a entrar en una vida nueva.

Usted promueve mucho la plena inclusión de los católicos LGBTQ+ en la vida de la Iglesia. ¿Cree que este relato evangélico habla de la liberación de personas marginadas?

Por supuesto. De hecho, las palabras reales que Jesús utiliza en la tumba de Lázaro en Betania, traducidas de la forma más sencilla del griego, son “¡Sal fuera!”. (¡Le dije a mi editor que si ese era el título la gente lo malinterpretaría!). Pero la invitación a “salir” y aceptar quién eres, celebrar tus dones y reconocer cómo te ama Dios, es algo que muchas personas marginadas entenderán. Por supuesto, todos estamos llamados a la conversión y a mirar nuestros patrones pecaminosos, pero la invitación más profunda es a aceptar el amor de Dios tal y como eres.

¿Qué es lo que más le sorprendió al investigar o escribir este libro?

Muchas cosas, pero sobre todo la posibilidad de que Lázaro pudiera ser el discípulo amado del Evangelio de Juan, una figura cuya identidad siguen debatiendo los estudiosos. En el libro, exploro las razones por las que algunos expertos del Nuevo Testamento creen esto. Por ejemplo, cuando Marta y María avisan a Jesús de que su hermano está enfermo, le llaman “aquel a quien amas”. Después de este incidente, el discípulo amado empieza a aparecer en el Evangelio, como si ésa fuera su introducción en la narración.

Más tarde, en Juan 21, en el desayuno junto al lago, cuando Cristo resucitado mantiene un largo diálogo con Pedro, hay otra alusión (Jn. 21:7). Al final de su diálogo, Jesús le dice a Pedro sobre el discípulo amado: “Si quiero que se quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme” (Jn. 21:22). Entonces Juan escribe que surgió el rumor de que este discípulo no moriría. Ahora bien, ¿por qué creerían eso de, digamos, un pescador galileo? Sólo Lázaro, el hombre resucitado de entre los muertos, tiene sentido en este contexto. En cualquier caso, el libro examina todas las “pruebas” de que Lázaro es lo que los eruditos llaman el discípulo amado.

Lázaro es una figura familiar en nuestra cultura, que a menudo sirve de metáfora o punto de referencia, incluso entre los no cristianos. ¿Ha encontrado inspiración en el arte, la música, la poesía o en cualquier otro medio que pudiera considerarse improbable?

Una buena parte del libro se centra precisamente en eso. Lázaro tal y como ha sido retratado en la cultura a lo largo de los siglos, en todos los géneros que ha mencionado. Pero creo que las influencias artísticas más poderosas en mí fueron dos novelas, Lazarus Is Dead (Lázaro ha muerto), de Richard Beard, y The Gospel According to Lazarus (El Evangelio según Lázaro), de Richard Zimler, que intentan recrear el mundo de Betania en el siglo I y dar a Lázaro un poco de contexto. Por supuesto, casi todo esto es imaginado, pero debemos recordar que Lázaro, así como sus hermanas Marta y María, no eran personajes de ficción, sino personas reales con historias reales en un lugar real. Parte de mi libro pretende reconstruir esas historias y responder a la pregunta: “¿Qué podemos saber de ellos?”.

¿Qué espera que el lector se lleve de este libro?

Que aunque no seamos Lázaro, ni estemos encerrados en una tumba de Betania hace 2.000 años, hay partes de nosotros que necesitan “morir” o ser “dejadas en la tumba” para experimentar una nueva vida. Y que en momentos clave de nuestra vida Dios nos ofrece nueva vida y nuevas posibilidades, diciéndonos, como Jesús a Lázaro: “¡Sal fuera!”.

Información adicional
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Fuentes

Outreach / National Catholic Reporter / Video: America Magazine / Pintura: La resurrección de Lázaro (José de Ribera, Año 1616, Museo del Prado)

Puntuación: 5 / Votos: 3

Buena Voz

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