“Star Trek: Picard”: Sin fronteras (para conocerse)

3:00 p.m. | 30 jun 23 (NCR).- “Donde nadie ha podido llegar”. Esa frase, tomada de la serie original, resume la promesa y premisa “Star Trek”, una franquicia de culto, con más de 50 años desde el estreno de su primera producción y que tiene como atractivo el contexto, el espacio, nuevos mundos y civilizaciones diferentes, donde se desarrollan sus historias. Sin embargo, en la última temporada de la serie reciente “Star Trek: Picard”, los históricos protagonistas buscan llegar donde no han llegado antes, pero dentro de sí mismos. Un final cargado de emociones refleja que el deseo de conocernos a nosotros mismos es una tarea permanente. (Alerta de spoiler).

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La serie original “Star Trek” se estrenó en 1966 y el espectador ocasional quedaba “enganchado” por la narración que la precede: Algo sobre el espacio, extraños nuevos mundos, y nuevas vidas y civilizaciones. Resulta tentador catalogar “Star Trek” como un simple programa sobre extraterrestres, naves espaciales y algo llamado “klingon”. Puede que el espacio sea el telón de fondo, que las naves espaciales sean el medio de transporte y que los alienígenas estén por todas partes, pero cuando los protagonista deben “llegar sin miedo” no siempre se refiere solo a un lugar. Al menos, no uno físico. La temporada final de “Star Trek: Picard”, la última serie de esa franquicia, nos recordó esta necesaria verdad una y otra vez.

“En la nebulosa, me enfrenté cara a cara con la inhóspita realidad”, le confiesa a su esposa, Deanna Troi, el Capitán William Riker, abatido y capturado, pero para nada derrotado. Riker había escapado por poco de una experiencia cercana a la muerte sólo para encontrarse atrapado en otra. El viejo capitán se queda pensativo. “No he sentido eso [desolación] desde…”.

Muchas cosas han sucedido desde aquellos días en la nave Enterprise; desde que Jonathan Frakes y Marina Sirtis encarnaron a Riker y Troi, respectivamente, en “Star Trek: The Next Generation”; desde que aquellos personajes eran jóvenes y recorrían temerarios la galaxia. Han pasado muchas cosas, pero quizá ninguna tan importante como su matrimonio, el nacimiento de sus hijos y la muerte de uno de ellos.

El enorme abismo de dolor abierto en el interior de Riker por la muerte de su hijo no se podía evitar, por muy lejos que huyera hacia la última frontera. Tanto si huyes de un mutante homicida que pretende destruir a toda tu tripulación como si te enfrentas a la pérdida de un ser querido, la pena, el dolor, los sentimientos de impotencia y pesar son los mismos.

Desolación. Oscuridad. Riker vio en sí mismo y en su propio dolor algo del universo entero: la nada de una nebulosa. No importaba la magnitud: salvar a su tripulación o sobreponerse a su propia dolor. Épico o íntimo, requería el mismo valor, la misma lucha consigo mismo. Y tenía que enfrentarse a ello. No para salvar la galaxia. No para salvar a su tripulación. Simplemente para comprenderse a sí mismo, sus propias heridas, y seguir adelante sirviendo, protegiendo e inspirando a los que le rodeaban.

VIDEO. Star Trek: Picard – Season 3 Official Trailer

 

En el episodio final, el héroe principal, el almirante Jean-Luc Picard -interpretado, por supuesto, por Patrick Stewart- se enfrenta a su propia invitación a “ir sin miedo” ante el dolor (interior). El hijo que no hace mucho ha conocido, Jack Crusher (Ed Speleers), parece estar perdido, asimilado en la mente colmena -la conciencia colectiva- de los nefastos borg. Picard se arriesga para llegar hasta él, uniéndose a Jack en la mente colectiva en un último esfuerzo por sacarle de allí.

Jack se niega, alegando que formar parte de los Borg le ha curado de su soledad -su sensación de ser perpetuamente otro- y Picard debe tomar una decisión. Los torpedos ya han sido disparados; los Borg serán destruidos. Y Picard lo sabe. Pero decide quedarse con su hijo. Decide ser el antídoto para la soledad de Jack. Decide ser el tipo de padre que él mismo nunca tuvo. Es un momento de unión, que no tiene implicaciones cósmicas, sino más bien íntimas. Los torpedos ya están cayendo sobre el cubo borg; Picard y Jack logran escapar con lo justo, luego de que ese momento de padre e hijo consigue que se salven el uno al otro.

Todo el universo, unido en un simple gesto: Picard vislumbra algo de sí mismo, de quién era y aún podría ser, del significado de la misión de su vida. Y así se salvan. La búsqueda de Picard en su propio pasado en la segunda temporada le ha preparado para entregar libremente de sí mismo ahora en la tercera temporada, para profundizar en quién es y en quién se está convirtiendo: el legado que juró que nunca necesitaría.

El sacerdote jesuita y científico francés Pierre Teilhard de Chardin escribió: “Cuanto más desciendo dentro de mí, más encuentro a Dios en el corazón de mi ser (…) Es el Dios que prosigue en mí la Obra, tan amplia como la totalidad de los siglos, de la Encarnación de su Hijo”. Enterrados en la quietud de nuestras propias historias -y en las relaciones a las que nos conducen- nos encontramos con la totalidad de la creación de Dios, y dentro de la inmensidad de la creación de Dios nos sentimos atraídos de nuevo hacia nosotros mismos, hacia la singularidad de lo que somos y en lo que nos estamos convirtiendo.

La invitación, el desafío, que propone “Star Trek” es adentrarnos cada vez más en lo que nos es ajeno hasta que nada nos quede desconocido, adentrarnos cada vez más en lo que significa ser humano. Puede que el espacio sea la última frontera, pero su inmensidad no es más que un espejo en el que se refleja el viaje interior que los protagonistas -y, por extensión, cada uno de los espectadores- deben realizar dentro de sí mismos.

El deseo de conocernos a nosotros mismos es un esfuerzo constante. O, como dice Data: “Parece que ser humano es tan complicado como el deseo de serlo, e infinitamente más complejo de lo que nunca consideré”.

VIDEO. Star Trek Picard. El intento de escapar de los Borg

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Fuentes

Publicación “Star Trek: Picard” reminds us why we “go boldly” tomada del National Catholic Reporter. Traducción libre de Buena Voz Noticias / Foto: Paramount+

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