Religiosa asume liderazgo de dicasterio vaticano
6:00 p.m. | 9 set 21 (VTN/LF).- En otro nombramiento sin precedentes, el Papa ha designado a la religiosa Alessandra Smerilli como secretaria interina del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y delegada de la Comisión vaticana COVID-19. Smerilli, de 47 años y con dos doctorados en economía, es la primera mujer nombrada para un puesto tan alto en la Curia Romana, y llega como consecuencia de una labor cada vez más valorada en el Vaticano. Además de la noticia y declaraciones de la religiosa italiana, reproducimos uno de sus artículos recientes sobre liderazgo femenino.
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Nacida Chieti, Italia en 1974, la hermana Smerilli ha sido subsecretaria del Dicasterio desde marzo de 2021, así como coordinadora del Grupo de Trabajo Económico de la Comisión Vaticana COVID-19. Ahora, como secretaria ocupa el lugar de monseñor Bruno-Marie Duffé, que dejó el ministerio en julio, y como delegada del Grupo de Trabajo sustituye al padre Augusto Zampini. Este último también deja el Dicasterio y vuelve a servir en su diócesis de origen en Argentina. A la religiosa salesiana le espera una tarea titánica, según su predecesor Bruno Marie Duffé. El Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral es el “ministerio del desarrollo” del Vaticano, encargado de los temas relacionados con los derechos humanos, la caridad, la ecología y la migración.
Nombrada ad interim, queda por ver si será confirmada en el cargo. La Santa Sede no dio ninguna explicación sobre esta mención, que sorprendió incluso dentro del dicasterio. “Estoy agradecida al Santo Padre -dijo la religiosa- por la exigente tarea que me ha llamado a asumir, y pido al Señor que me ayude a honrar esta llamada con espíritu de obediencia a la Iglesia, con la humildad, la pasión, la creatividad y la capacidad de escucha que ello requiere. Mi deseo y compromiso es poder servir a la misión de la Iglesia lo mejor posible, durante el tiempo que el Papa considere oportuno”.
Tras agradecer a sus superiores, la hermana Smerilli dijo estar segura de poder “contar con el espíritu de comunión y colaboración de todo el Dicasterio, así como de los numerosos socios internacionales que colaboran con la Comisión COVID-19, para la promoción integral de la persona y el cuidado de la creación, promoviendo y desarrollando aquellos principios de la doctrina social de la Iglesia a los que el papa Francisco nos llama constantemente para la construcción de un mundo mejor”.
Desde hace varios meses, el trabajo de esta religiosa, que primero fue consultora de la Iglesia italiana, es cada vez más valorado en el Vaticano. Alessandra Smerilli fue nombrada por primera vez subsecretaria -o “número 3”- de este dicasterio, dirigido por el cardenal ghanés Peter Turkson, en marzo. El Papa también había confiado a esta especialista la sección económica del grupo de trabajo del Vaticano encargado de reflexionar sobre el “mundo post-COVID”. Hace dos años, Francisco también la eligió para ser consejera del Estado de la Ciudad del Vaticano, nuevamente, primera religiosa que alcanzó dicha responsabilidad.
Hija de una estilista y de un trabajador de la industria automovilística, Smerilli entró en la vida religiosa en 1997 con los Salesianos de Don Bosco, una congregación muy implicada en la educación de los jóvenes. A petición de su superior, estudió economía. Se graduó con dos doctorados, uno en economía política, obtenido en Roma, y otro en economía general, obtenido en Inglaterra. También fue una de las protagonistas del foro La Economía de Francisco, que iba a reunir a más de 2000 jóvenes de 120 países para debatir sobre la economía, pero que finalmente se realizó de manera reducida y virtual por la pandemia en octubre de 2020. Smerilli defiende una economía que centrada en la persona humana y se inspira en la “ética del cuidado”.
En la página web del Dicasterio se ha publicado también una declaración del padre Augusto Zampini: “Agradezco al Santo Padre que me haya confiado la difícil tarea de coordinar la Comisión vaticana COVID-19 y de servir como secretario adjunto del Dicasterio. Ahora que la Comisión está preparada para entrar en una nueva fase, y en comunión con mi obispo, he pedido al papa Francisco que me permita volver a la Diócesis. Confío en que, bajo la dirección de la Hermana Alessandra Smerilli, la Comisión podrá seguir el camino de la curación para ayudar a la gente y al planeta a salir de esta difícil situación”.
Un nuevo liderazgo
Las mujeres están cualificadas y tienen experiencia, pero siguen siendo una rara avis en los ámbitos de liderazgo. “Solo se les otorgan roles de liderazgo cuando las cosas van realmente mal”. Son las palabras con las que Ngozi Okonjo-Iweala, economista nigeriano-estadounidense, inició su mandato como directora de la Organización Mundial del Comercio. Y la investigación lo demuestra. En 2005 Michelle K. Ryan y Alexander Haslam, en un estudio que apareció en el British Journal of Management, encontraron que entre las 100 empresas más capitalizadas que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres, las empresas con mujeres en los puestos más relevantes dentro de los consejos de administración fueron las que habían experimentado problemas financieros y de gestión en el período anterior.
En momentos de dificultad las mujeres están más predispuestas a afrontar los problemas. O porque, y lo hemos visto en las fases agudas de la pandemia, la presencia de la mujer evoca la figura materna. Cuando uno tiene miedo, necesita protección y tranquilidad. En los programas televisivos que han abordado la evolución y el manejo de la pandemia, las expertas en el campo de la salud han sido las más buscadas y escuchadas. Se piensa en las mujeres para roles de liderazgo como último recurso.
Mujeres y pandemia: las más afectadas
En medio de la pandemia, las normas sociales discriminatorias ya existentes, sumadas a otras desventajas (pobreza, raza, etnia y religión) han aumentado la vulnerabilidad de innumerables mujeres en todo el mundo. Las mujeres soportan gran parte de la carga de trabajar en interiores. El cierre forzoso de las escuelas en muchos países ha tenido un efecto dramático e inmediato en ellas, que son las que ayudan a sus hijos y piensan en la organización del hogar mientras se encargan de otros asuntos.
El coronavirus ha aumentado significativamente la cantidad de trabajo no remunerado realizado por mujeres, y no solo, el 60 por ciento de las mujeres en el mundo trabaja en los sectores informales más afectados por la pandemia (turismo, agricultura, trabajos temporales) sin ningún tipo de protección legal o social. Los efectos son evidentes: en Italia, el 99 por ciento de las personas que perdieron su trabajo eran mujeres. Junto a otro dato dramático: la violencia doméstica contra la mujer ha aumentado en el último año.
A pesar de ser las más afectadas, en muchos países han sido excluidas de los órganos políticos y administrativos de la gestión de la emergencia, principalmente por el hecho de que están infrarrepresentadas en los puestos más altos, tanto en el ámbito médico como en el político. Esto puede haber contribuido a la falta de atención explícita a los impactos negativos de la pandemia en mujeres y jóvenes.
Las economistas: fuera de los esquemas
En el mundo ya son muchas las mujeres que piensan en una economía diferente, más inclusiva y humana, pero no han recibido mucho crédito. La pandemia tiene entre sus consecuencias la de empujarnos a buscar nuevas soluciones. Y quizás estemos más dispuestos a lidiar con pensamientos que considerábamos exóticos. El primer rasgo común a los economistas es el de lidiar con problemas sociales, bienes comunes, asuntos que tienen que ver con la comunidad y no solo con los individuos. Los más urgentes en la actualidad es la gestión de los bienes comunes… (click aquí para leer artículo completo).
Antecedentes en Buena Voz Noticias
- Alessandra Smerilli, asesora económica del Papa: “El gasto irresponsable te hace cómplice de la injusticia social”
- Religiosa será subsecretaria de dicasterio vaticano
Fuentes
Vatican News / Vida Nueva / Le Figaro / Foto: RAI