Vaticano: Sí bendecir gays, pero no sus uniones
7:00 p.m. | 17 mar 21 (RNS/NCR).- En un responsum -documento vaticano que zanja un tema específico- aprobado por el Papa, la Congregación para la Doctrina de la Fe precisó que las parejas gay no pueden recibir ningún tipo de bendición por parte de la Iglesia, práctica que comenzó a darse en algunos países como gesto de cercanía pastoral con personas homosexuales. Aún cuando el documento pide respeto y sensibilidad en la acogida a los gays, la tajante restricción ha provocado decepción entre católicos LGBTQ, varios sacerdotes y obispos. Algunos manifestaron su desacuerdo con la idea de sostener un debate sobre la cuestión y otros pidieron un compromiso de buscar caminos alternativos para llegar a parejas del mismo sexo. Reunimos análisis de conocedores que observan las aristas de este documento.
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El papa Francisco, que fue noticia en los primeros meses de su papado al responder: “¿Quién soy yo para juzgar?” cuando se le preguntó sobre los sacerdotes homosexuales, ha firmado ahora un decreto del Vaticano por el que los sacerdotes no pueden bendecir las uniones del mismo sexo, ya que Dios “no puede bendecir el pecado”. El decreto, emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano el 15 de marzo, afirma: “No es lícito impartir una bendición a las relaciones o parejas, incluso estables, que implican una actividad sexual fuera del matrimonio”.
Para algunos, el nuevo decreto puede resultar un golpe, ya que llega menos de cinco meses después de que el Papa fuera noticia en un documental por afirmar una vez más su apoyo a las leyes de unión civil para las parejas del mismo sexo. Para otros, es una nueva afirmación de la enseñanza de la Iglesia de que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. Pero para todos, es otro movimiento difícil en la cuerda floja de Francisco de mantener la enseñanza de la Iglesia, mientras que también trata de extender una bienvenida más cálida a las personas LGBTQ.
¿Qué y a quién puede bendecir un sacerdote y por qué?
Un sacerdote puede bendecir una casa, un automóvil y una mascota; el Libro de Bendiciones de 400 páginas, aprobado por el Vaticano y por las conferencias episcopales locales, incluye incluso oraciones para los equipos de pesca, los barcos y los campos deportivos. Entre los objetos y personas que pueden ser bendecidos por los sacerdotes se encuentran los homosexuales, pero con una advertencia. Según el nuevo decreto, un sacerdote puede bendecir a una persona gay, pero debe “manifestar la voluntad de vivir en fidelidad a los planes revelados de Dios, tal y como propone la enseñanza de la Iglesia”. Las mismas condiciones se aplican a “cualquier unión que implique actividad sexual fuera del matrimonio”.
“Esta es una versión de la vieja y probada mentalidad de ‘ama al pecador, pero odia el pecado’ que aparece no sólo en el catolicismo romano sino en otras denominaciones cristianas”, dijo Patrick Hornbeck, profesor de teología en la Universidad de Fordham. “La comparación sería que el sacerdote puede bendecir el coche, pero no puede bendecir el coche que sabe que va a ser utilizado en un atraco a un banco”, dijo Hornbeck. “Aquí, lo que el Vaticano está diciendo es que por la propia naturaleza de lo que son las personas LGBTQ, sus cuerpos y su ser son tales que no pueden ser bendecidos en una relación entre ellos”.
¿Qué hay detrás de este decreto?
“Parece ser la respuesta del Vaticano a obispos alemanes que han propuesto esta idea en el ‘Camino Sinodal’ de su país, como una forma de llegar a las personas LGBTQ”, declaró el jesuita P. James Martin, un destacado defensor de la mejora del ministerio de la Iglesia hacia los católicos LGBTQ. El “Camino Sinodal” de la Iglesia alemana es un proceso de dos años que tiene como objetivo abordar cuestiones neurálgicas de la iglesia, como el liderazgo de las mujeres y la inclusión de las personas LGBTQ.
En 2019, el obispo Franz-Josef Bode, vicepresidente del episcopado alemán, dijo que está “seguro de que la cuestión de la bendición jugará un papel” en el proceso sinodal. Bode, que apoya un debate abierto sobre las bendiciones de las uniones del mismo sexo, ha dicho: “No debemos abordar la homosexualidad únicamente desde el punto de vista del pecado grave”. Del mismo modo, el cardenal alemán Reinhard Marx, que forma parte del consejo de cardenales asesores de Francisco, ha dicho que las parejas homosexuales pueden recibir una bendición de la Iglesia “en el sentido de la atención pastoral”, aunque trató de distinguirla de la misma bendición que la Iglesia ofrece a las parejas casadas, diciendo: “El sacramento del matrimonio está dirigido a una relación fiel entre un hombre y una mujer que está abierta a los hijos”.
¿Francisco es menos amigable con el colectivo LGBTQ de lo que se percibe a menudo?
El 13 de marzo, Francisco cumplió su octavo aniversario en el cargo y, según Hornbeck, “en ese tiempo ha dado una bienvenida más cálida a las personas LGBTQ que cualquiera de sus predecesores”. Sin embargo, Hornbeck, que es gay y está casado por la Iglesia Episcopal, dijo que “lo único que no ha hecho durante ese período de tiempo es algún ajuste o cambio concreto en las enseñanzas de la Iglesia católica hacia las cuestiones LGBTQ cuando se trata de la teología moral”.
Del mismo modo, Natalia Imperatori-Lee, profesora de estudios religiosos en el Manhattan College y especializada en sexualidad y teología, dijo que Francisco ha hecho mucho para desligar la calificación “inherentemente desordenado” de las personas LGBTQ, que la teología católica ha utilizado tradicionalmente para describir a las personas homosexuales. Pero el nuevo decreto equipara el matrimonio entre personas del mismo sexo con el pecado, dijo. “Eso va en contra de la idea de que las personas LGBTQ están hechas a imagen de Dios”, dijo. “Sin duda causa confusión”.
Aunque Francisco ha respaldado continuamente la enseñanza oficial de la Iglesia sobre el matrimonio, ha fomentado debates sinceros sobre la necesidad de mejorar el alcance pastoral hacia la comunidad LGBTQ. A nivel personal, su acercamiento a los católicos LGBTQ ha sido significativo. En 2018, fue noticia por decir al superviviente de abusos Juan Carlos Cruz que “no importa que seas gay. Dios te hizo así y te ama como eres”. Asimismo, el Papa ha tendido la mano personalmente a un matrimonio gay italiano animándoles a criar a sus hijos como católicos.
Dolor y confusión
“Siento una vergüenza indirecta por mi Iglesia”, escribió Johan Bonny, obispo de Amberes, Bélgica, en un comentario el miércoles en el periódico flamenco De Standard. “Quiero disculparme con todos aquellos para quienes esta respuesta es dolorosa e incomprensible, su dolor hoy también es mío. Dios nunca ha sido tacaño o quisquilloso con su bendición para las personas”, señaló.
La respuesta de Bonny fue una de las más contundentes de un obispo. Otros, como el arzobispo Mark Coleridge de Brisbane, Australia, señalaron los desafíos que enfrenta ahora la Iglesia. “Si no podemos bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, entonces comprometámonos a lidiar con la pregunta sobre de qué otra manera podríamos incluir a las parejas del mismo sexo”, dijo Coleridge. “No es suficiente decir ‘no podemos, no podemos’ y quedarnos sin hacer nada”. En Alemania, más de 1000 personas, en su mayoría sacerdotes, han firmado una petición en la que decían que no se negarían a dar bendiciones, según Burkhard Hose, un sacerdote que lanzó una iniciativa pidiendo “desobediencia pastoral”.
No abandonen la Iglesia
En su perfil de Facebook, el jesuita James Martin comentó que el documento Vaticano y en particular la frase “Dios no bendice, ni puede bendecir el pecado” han provocado una fuerte reacción de muchos sectores de la Iglesia, especialmente de los católicos LGBTQ, que están casi universalmente desmoralizados. “Lo más grave es que los impulsa a abandonar la Iglesia. Muchos dirán de los que se van: ‘¡Que les vaya bien!’. O a los que no están de acuerdo con la declaración de la Congregación: ‘¡Desobedientes!’. Pero se trata de católicos devotos, de toda la vida, que se sienten una vez más no sólo rechazados, sino señalados como pecadores (cuando todos somos pecadores) por la Iglesia. Y yo no les voy a decir ‘hasta nunca’ a las personas LGBTQ que se van. Más bien, lamento su dolor y lloro una pérdida para la iglesia que es suya por el bautismo”.
¿Es posible acoger con respeto y sensibilidad a los gays y no bendecir sus uniones? (Comentario de Thomas Reese SJ – RNS)
En resumen, el Vaticano pide a la Iglesia que acoja a los homosexuales “con respeto y sensibilidad” y al mismo tiempo dice a los sacerdotes que no bendigan sus uniones. Esta fina distinción no tendrá sentido para muchos católicos, especialmente los que son homosexuales y creen que el respeto a una persona incluye la aceptación de su elección de pareja. La congregación aclaró que Francisco “fue informado y dio su consentimiento” para la publicación del documento. Mi opinión es que le entregaron el documento justo antes de partir hacia Irak y se remitió a la congregación en lugar de someter el documento a una revisión personal minuciosa. Carece de la sensibilidad pastoral que ha marcado su papado. Es una pena que no lo haya postergado para reflexionar y consultar.
La congregación ve problemas pastorales y teológicos en la bendición de las uniones homosexuales, aunque no tiene ningún problema en bendecir a los individuos homosexuales. Desde el punto de vista pastoral, el Vaticano considera que la mayoría de la gente no verá la diferencia entre bendecir una unión gay o sacramentarla. Si reservan una iglesia para una ceremonia, tienen música y flores, se visten y caminan por el pasillo y son bendecidos en el santuario por un sacerdote totalmente investido, la mayoría de la gente en la congregación no reconocerá ninguna diferencia entre esto y el sacramento del matrimonio.
Teológicamente, bendecir a las parejas del mismo sexo “constituiría una cierta imitación de la bendición nupcial”, que sólo puede darse a las parejas casadas, dijo la congregación, que cree que tal bendición “aprobaría y alentaría una elección y un modo de vida que no puede ser reconocido como objetivamente ordenado a los planes revelados de Dios”. En resumen, “Dios no puede bendecir el pecado”. Esto pasará a la historia como una de las declaraciones más insensibles desde el punto de vista pastoral procedentes del papado de Francisco. Lo que puede ser bendecido debe “estar objetiva y positivamente ordenado para recibir y expresar la gracia, según los designios de Dios inscritos en la creación, y plenamente revelados por Cristo el Señor”, afirma la congregación.
Podemos agradecer que el documento no se refiera a la homosexualidad como “intrínsecamente desordenada”, como lo han hecho documentos anteriores de la Iglesia. Aunque para la Iglesia la frase siempre ha sido un juicio teológico, que significa que no está “objetivamente ordenada a los planes revelados de Dios”, se ha interpretado incorrectamente como un diagnóstico psicológico, causando gran dolor y confusión entre los homosexuales y sus amigos. Esperemos que “intrínsecamente desordenado” haya sido relegado al basurero de la teología.
Hay que destacar que el documento de la congregación trata del matrimonio y las bendiciones en la Iglesia, no del matrimonio civil. Francisco ha reconocido la necesidad del reconocimiento legal de las uniones homosexuales, aunque preferiría que esos acuerdos se llamaran uniones civiles en lugar de matrimonio.
ENLACE. Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe (completo)
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Fuentes:
Comentarios de Thomas Reese (Religion News Service), Christopher White (National Catholic Reporter), Elisabetta Piqué (La Nación), Claire Giangravé (Religion News Service) y Reuters.