Educadores católicos se reúnen: Renovar para trascender

8:00 p.m. | 30 ene 20 (VN/RD).- Durante tres días, más de 1300 participantes se reunieron en el 26 Congreso de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC). Los representantes de 23 federaciones nacionales trabajaron en torno a 3 objetivos: el líder educativo transformador de la escuela; una cultura de comunicación que permita comunicar esperanza y confianza en nuestro tiempo; y dar mayor visibilidad y presencia social a la escuela católica. En el diálogo destacó la necesidad de reinventar propuestas para los cambios específicos de nuestra región. En un mensaje enviado por el papa Francisco, los invocó a “promover una auténtica cultura del encuentro”.


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En la segunda semana de enero se realizó el 26º Congreso Interamericano de Educación Católica en Santiago de Chile, la cita bianual de la escuela católica de América que, en esta oportunidad, reunió a más de mil educadores de las 23 federaciones del continente –y algunos de Europa– en el Instituto Alonso de Ercilla de los Hermanos Maristas.

“Liderazgo, comunicación y marketing” fue la triada temática del evento organizado por la CIEC, que contó con la participación del Nuncio Apostólico de Chile, Alberto Ortega, en su sección inaugural, quien compartió la invitación del papa Francisco a “promover una auténtica cultura del encuentro, de modo que [la escuela católica] pueda ser una propuesta de esperanza y confianza para nuestro tiempo”.

Luego, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva Retamales, al presidir la Eucaristía de inauguración, se refirió a las imbricaciones entre comunicación y marketing que se desprenden del Evangelio. “Cristo irrumpe en la vida de la gente”, “crea disrupción en las personas”, y, finalmente, consolida con su mensaje. De hecho, la originalidad de su propuesta “constituye ya su marketing”, subrayó el prelado.

Por su parte, el secretario general de la CIEC, Óscar Pérez Sayago, señaló que, justamente, este congreso era una respuesta a la necesidad de retomar la identidad y la pertinencia de la escuela de cara a las más apremiantes realidades: “tenemos que inventar las respuestas que correspondan a los cambios sociales, económicos y políticos de los pueblos en donde nos hemos encarnado”.

“En otras palabras, debemos convencernos que más importante que administrar el pasado debe ser convertirnos al futuro”, matizó el secretario general de la CIEC, lo cual implica “revisar continuamente las prácticas, reescribirlas, probarlas, rehacerlas y replantearlas”.

 

-Nuevas marginalidades

De ahí que las “nuevas marginalidades”, que en palabras de Pérez Sayago pasan por “la inmigración, el desempleo o el empleo informal, el no acceso a las tecnologías, los sectores rurales no vinculados a las comunicaciones, el desplazamiento por causa de la violencia”, e incluso “asuntos de género, edad o raza”, deberá señalar el norte del compromiso de la escuela católica de América, acogiendo la llamada de Francisco a ser “una Iglesia en salida”.

Para hacerlo posible, la CIEC anima a los educadores católicos a emprender un “proceso exodal” para “salir del Egipto de nuestras seguridades”, “pasar por el Mar Rojo de nuestras incertidumbres” y, sobre todo, en “apertura a encontrar pueblos extraños, en nuevos lugares de servicio educativo, con nuevas personas. Es el momento para ser significativos en nuevos escenarios, con nuevos desafíos, para las nuevas generaciones en los países donde hacemos presencia”, dijo el secretario general de la CIEC.

-La encrucijada de la educación en el siglo XXI

Los organizadores del Congreso afirmaron ser conscientes de la “encrucijada” a la que se enfrenta la educación en el siglo XXI: “en primer lugar, estamos tratando de ayudar a los graduados a entrar en el mundo del trabajo de manera eficaz; en segundo lugar, estamos tratando de formar ciudadanos capaces de responder a los nuevos retos que impone la sociedad actual y a las nuevas competencias que requiere la economía global”.

Se trata, sobre todo, de preparar a los jóvenes para que “actúen de forma integral para cambiar el mundo”, en una dinámica que se centra en la escuela como “una valiosa mediación para la evangelización y una oportunidad válida para transformar la sociedad”.

Del Congreso surgió, por tanto, la urgencia de cuidar la comunicación de los centros educativos católicos como parte integrante de su “misión evangélica específica”, siguiendo la estela de lo que el papa Francisco ha afirmado repetidamente, de que “la comunicación debe generar un encuentro” que aumente el conocimiento y el aprecio de las partes implicadas. Al mismo tiempo, se ha instado a las escuelas católicas a “reinventarse constantemente, sin perder su esencia, sin renunciar a su proyecto educativo”, pero también sin desconfiar del “marketing educativo”, que sirve en cambio para desarrollar estrategias capaces de atraer a los alumnos.

 

-Pacto educativo

El Congreso de Santiago de Chile se inscribe así en la línea del “Pacto Educativo”, el acontecimiento mundial promovido por el papa Francisco para el 14 de mayo de 2020, y cuyo tema será “La reconstrucción del Pacto Educativo Mundial”. Se trata de un encuentro -tal como explica el propio Papa- para reavivar el compromiso por y con las generaciones jóvenes, renovando la pasión por una educación más abierta e inclusiva, capaz de una escucha paciente, de un diálogo constructivo y de una comprensión mutua: “Nunca antes se había visto la necesidad de unir esfuerzos en una amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar la fragmentación y la oposición y reconstruir el tejido de las relaciones para una humanidad más fraterna”.

-Sobre las exposiciones

El Congreso contó con las intervenciones de expertos internacionales como: Gloria Liliana Franco (Colombia), Xavier Aragay (España), Daniel Cleffi (México), Thomas Burnford (Estados Unidos), Luiz Fernando Klein (Brasil), Jesús Bastante (España), Miguel Barrero (España), Manuela Lara (España), Patricia Zorrilla (México), Ma. Jesús Encinas (España), Amanda Fruehling (Brasil), Ceciliany Alves (Brasil), Siro López (España) y Fanny Dobronic (Chile).

Como en otras oportunidades, el Congreso Interamericano también fue un escenario propicio para compartir experiencia y servicios –en el marco de la Feria de Educación Católica–, y reconoció a quienes han abierto sendas indelebles, a través de la Distinción Jesús Maestro.

ENLACES. Todas las presentaciones del 26 Congreso de la CIEC / Ganadores de la distinción “Jesús Maestro”

Óscar Pérez Sayago: “Es imprescindible reinventarnos para responder a los nuevos desafíos que se nos plantean”

al término del XXVI Congreso Interamericano de Educación Católica, celebrado en Santiago de Chile, el colombiano Óscar Pérez Sayago era reelegido como secretario general de la CIEC, la ‘patronal’ de los colegios católicos del continente, desde Canadá a Argentina. Una institución que representa al 30% de la escuela católica de todo el mundo.

A sus 35 años, Pérez Sayago, que renueva mandato hasta 2023, sostiene en conversación con el portal Religión Digital que es imprescindible “reinventarnos para responder a los nuevos desafíos de la Escuela Católica de América”, un compromiso para el que cuentan con el total respaldo del Papa Francisco, “un apasionado de la educación”, asegura.

-¿Qué supone su renovación?

Creo que es un síntoma de que la escuela católica de América apuesta por el laicado en su liderazgo, y de que es imprescindible reinventarnos para responder a los nuevos desafíos que se nos plantean.

-¿Cuál es el futuro de la escuela católica interamericana?

El futuro pasa por la capacidad que tengamos de reinventarnos de acuerdo a las necesidades de cada uno de nuestros países, que son distintas, por más que América Latina ya no es un todo homogéneo. Cada país tiene sus particularidades. Y de la misma manera la escuela católica tiene que reinventar sus respuestas para cada contexto donde hacemos presencia para que la presencia sea nueva y responda a lo que necesitan los niños y jóvenes de hoy

-¿Cómo se reinventa la escuela en un contexto como el latinoamericano, y el de Iglesia latinoamericana, donde se han dado escándalos como los abusos sexuales, protestas como la que se está produciendo en Chile, Venezuela, Bolivia o Nicaragua?

La escuela debe responder a todas las realidades. Y hoy la escuela católica debe replantarse cuál es el papel que jugamos en nuestros países. El desprestigio de la Iglesia no se debe asociar al desprestigio de la escuela católica, porque la escuela católica, por ejemplo en Chile, está llena de estudiantes. Seguimos ofreciendo una educación de calidad, pero esa calidad debe responder a las nuevas realidades, hay calidad en habilidades blandas, en cercanía, en encuentro, en tantas condiciones que nos ofrece el papa Francisco.

-¿Qué puede ofrecer la escuela católica latinoamericana a la escuela católica global?

Muchas cosas: ya el Vaticano ha mirado a la escuela católica latinoamericana. El 30% de la escuela católica está en América. El futuro está en América, en Asia y África, eso nos debe llevar a abrirnos, a encontrar lo bueno que hay. La Fundación Edelvives siempre dice que España tiene que aprender de América. Abiertas las puertas para hacer cosas y movernos más. El mundo latinoamericano puede ofrecer la calidad y cercanía, que es propia del Papa.

-¿Qué les dice el Papa?

El Papa está contento porque ve que queremos no sólo ser expresión de lo que él hace en nuestras escuelas, sino que estamos caminando en este tipo de realidades. Estaría contento. Él estuvo en un congreso de la CIEC, le fascina el trabajo de todas las instituciones de educación católica. La prueba es que hoy Scholas presentó su pacto mundial por la Educación. Trabajamos en equipo para responder a los desafíos.

ENLACE. Congreso de la CIEC: El Papa alienta a promover la cultura del encuentro

-Acaba de concluir el congreso de la CIEC en Santiago. ¿Cuál es el balance?

Es positivo: la gran cantidad de personas que están reflexionando sobre liderazgo, comunicación y márketing. Yo creo que el interés no era darles respuestas, sino generar preguntas, y la gente se lleva sus inquietudes e interrogantes para poder mejorar la escuela católica del continente.

-¿Hacia dónde tenemos que ir, como escuela católica?

Primero, a no administrar el pasado, sino a mirar hacia el futuro. Y el futuro que se nos viene, los problemas reales que vemos en América Latina. La mayoría de países están en protestas, hay inconformismo, y de una u otra manera es un camino exodal hacia nuevas marginalidades: los migrantes, aquellos que son discriminados por razón de raza o sexo.

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Fuentes:

Vida Nueva / Religión Digital / Vatican News / Foto: CIEC

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