Cinco años de Francisco: Reforma encaminada con pendientes (urgentes) por resolver
7:00 p m| 20 mar 18 (LT/LC/VI/BV).- En cinco años, el Papa ya ha impulsado cambios internos, por ejemplo en el plano económico y en las comunicaciones, pero aún queda mucho por hacer en la arquitectura de la Curia y en cuestiones como los abusos sexuales. En lo doctrinal, ha supuesto una revolución al poner énfasis en la misericordia y en la acogida, y al abrir la discusión en otros campos jamás tocados por un pontífice, como la apertura de la Iglesia a los gays y a los divorciados vueltos a casar.
Es para resaltar también su preocupación por el medio ambiente, y su intención de retomar el debate sobre el diaconado femenino o los viri probati. Entonces, el momento es propicio para dar una mirada al análisis y balance que proponen vaticanistas y especialistas, profundizando en diferentes aspectos del pontificado de Francisco.
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El Papa pintado como “superhéroe” que invita a no creerse “superhéroes”
(Andrea Tornielli – Vatican Insider)
A cinco años de aquella tarde del 13 de marzo de 2013, cuando inesperadamente ese anciano arzobispo argentino se presentó vestido de blanco en la logia central de la Basílica de San Pedro, ¿qué es lo que hay que decir?
Una mirada atenta, partiendo de la realidad, puede tomar nota de que ha pasado un mensaje gracias a las palabras y al testimonio personal de Francisco. Y este mensaje es el rostro de un Dios misericordioso. Y, por lo tanto, de una Iglesia que abre los brazos de par en par, que va a buscar a los que están lejos, que no tiene prejuicios contra nadie, que muestra ternura y “projimidad” a quienes sufren en el cuerpo y en el espíritu, que acoge y ama antes de juzgar porque, a su vez, ha sido amada y perdonada.
Una Iglesia que trata de ser fiel al Evangelio y, por lo tanto, deja que el Evangelio la hiera y la ponga en tela de juicio, sin encerrarse en fortificaciones para puros, sin levantar barreras, sin negar su pertenencia a la humanidad llagada y en búsqueda, a esa humanidad que pregunta. Como la multitud de hace dos mil años seguía y perseguía a Jesús de Nazaret, mientras los hombres religiosos y los hombres de la ley de su tiempo trataban de frenarlo.
Este es el mensaje, esta es la mirada, la “reforma” que más se requiere. La reforma de los corazones que solamente puede nacer de la conversión personal. Todo lo demás, incluidas las reformas estructurales, o sirve a este objetivo o resulta, en el mejor de los casos inútil, o incluso dañino.
La reforma de la Curia romana es todavía una obra en construcción. Agilizar y aligerar las estructuras se ha demostrado mucho más difícil de lo previsto. Sobre todo si, para llevarla a cabo (y esta es una de las sombras del claroscuro), hubo que echar mano de demasiadas comisiones y asesorías que costaron millones con agencias e instituciones principalmente ajenas a la misión peculiar de la Santa Sede. Siempre está al acecho, efectivamente, el peligro de una visión empresarial que acaba por reducir a la Iglesia a categorías únicamente mundanas, manejada como si fuera una “holding”, hipersensible a la propia imagen mediática.
Dijo así a los consagrados y a las consagradas en Santiago de Chile el 16 de enero de 2018: “No estamos aquí porque somos mejores que los demás. No somos superhéroes, que desde arriba, bajan a encontrarse con los ‘mortales’. Más bien hemos sido enviados con el conocimiento de ser hombres y mujeres perdonados. Y esta es la fuente de nuestra alegría. Jesús no se presenta a sí mismo sin heridas. Una Iglesia con heridas es capaz de entender las heridas del mundo de hoy y hacerlas suyas, soportarles, acompañarlas y tratar de sanarlas. Una iglesia con heridas no está en el centro, no se cree perfecta, pero pone en el centro al único que puede sanar las heridas y que se llama Jesucristo”.
La conciencia de tener heridas, insistió Bergoglio en Chile, nos libera; sí, libera de “de convertirse en autorreferencial”, de creerse “superior”.
El Papa que a menudo es representado como un superhéroe nos dice que la Iglesia no necesita superhéroes. Él mismo se considera tan poco superhéroe que acepta la humillación del ser el blanco de detractores y profesionales de la injuria cotidiana. Hoy, a cinco años de que comenzara el Pontificado, con la mirada puesta en el futuro, podemos esperar que haya menos atención hacia el Papa personaje mediático y súper-protagonista del escenario. Para evitar quedarse en el dedo que indica la luna, en lugar de elevar un poco la mirada.
ENLACE: Leer aquí análisis completo de Andrea Tornielli
Vaticanistas enjuician los cinco años de Papado de Francisco
(Elisabetta Piqué – LN, José Manuel Vidal – RD, Austen Ivereigh – VC, Thomas J. Reese – RNS)
Consultados por el diario La Tercera de Chile coinciden en señalar que en sus casi cinco años como Papa, Francisco “ha cambiado la imagen de la Iglesia Católica”. Pese a enfrentar críticas de algunos sectores, los expertos creen que con Bergoglio se ha iniciado una “nueva época”.
“Luego del estallido del escándalo de abusos sexuales de menores por parte del clero, la Iglesia Católica se encontraba de capa caída y el Vaticano, marcado a fuego por escándalos e intrigas al mejor estilo Dan Brown”. Así resume Elisabetta Piqué, corresponsal en Roma del diario argentino La Nación y autora del libro “Francisco, Vida y revolución”, el panorama que Jorge Bergoglio encontró en marzo de 2013, cuando se convirtió en sucesor de Benedicto XVI.
Una descripción que es compartida por varios vaticanistas, en especial en lo relativo a la imagen de la Iglesia Católica. “Estaba triste, desilusionada, enrocada en sí misma, desprestigiada y en pérdida constante de credibilidad social”, apunta José Manuel Vidal, director del portal español Religión Digital. “Toda la atención, desafortunadamente, no estaba en el mensaje del Papa Benedicto. Toda la atención estaba en los escándalos”, comenta a La Tercera Andrea Tornielli, director de Vatican Insider, portal dependiente del diario italiano La Stampa.
Para el periodista británico Austen Ivereigh, fundador de Voces Católicas y autor de la biografía “El gran reformador: Francisco, retrato de un Papa Radical”, en esta “grave crisis” de credibilidad en la Iglesia universal hubo una mezcla de tres factores: “Uno institucional, manifiesto sobre todo en el Vaticano, que parecía sin gobierno; una serie de escándalos –financieros y sexuales- de encubrimiento; y una cultura defensiva, en la que se reaccionaba ante las amenazas del secularismo y del relativismo enfatizando la moral, el dogma, la doctrina”.
“Esta combinación hacía imposible la evangelización, y hacía que los cardenales reunidos luego de la renuncia de Benedicto tuvieran el convencimiento de que las cosas no podían seguir así. Estoy convencido de que Benedicto veía todo esto muy claramente, sabía que él era incapaz -por su debilidad física, pero también porque le faltaban los dotes de gobernador- y preparaba el camino. El veía en Latinoamérica el futuro de la Iglesia universal, y abrió el camino a Bergoglio”, explica Ivereigh.
Y a casi cinco años de su elección, las opiniones de los vaticanistas al momento de evaluar la gestión del sucesor de Benedicto XVI son bastante coincidentes. A juicio del sacerdote jesuita Thomas J. Reese, analista del portal estadounidense Religion News Service, el papa Francisco “ha cambiado la imagen de la Iglesia Católica”.
“En el pasado, la gente veía a la Iglesia como una institución conservadora con reglas estrictas solo preocupada por cuestiones de moralidad sexual. Hoy en día, se ve a la Iglesia de Francisco predicando un evangelio de compasión y misericordia, con una gran preocupación por los pobres y marginados. También es una Iglesia abierta a la discusión, el debate y nuevas ideas”, dice Reese.
“Cinco años después, los católicos se sienten orgullosos de ser católicos. Aunque hay sectores minoritarios que quizás no están contentos con sus aperturas, la Iglesia Católica se encuentra revitalizada por Francisco, un Papa reformista y moderno que ha hecho soplar nuevos vientos”, comenta Piqué. Vidal, por su parte, considera que en estos pocos años “Francisco ha conseguido el milagro de convertir a la Iglesia, de hacerla atractiva y seductora, de colocarla como referente mundial de autoridad moral y de hacerla volver a sus orígenes evangélicos”.
Para Ivereigh, los logros del Papa pueden resumirse en la frase “re-enfocar en Cristo”. “Poner a Cristo nuevamente en el centro significa no obsesionarse por preservar lo perdido, significa no depender del poder, la riqueza, el estatus, y significa una nueva proclamación centrada en el encuentro personal con Jesucristo”, explica. “Claro que hay también logros en las reformas de la Curia, pero creo que las reformas estructurales son una consecuencia de una reforma más importante, que es la de los corazones”, coincide Tornielli. “En mi opinión la reforma solo se ha empezado”, agrega.
Pero no todas son alabanzas para Bergoglio. Uno de sus principales críticos, Sandro Magister, vaticanista del semanario italiano L’Espresso, no duda en lanzar sus dardos contra Francisco.
“Yo excluiría que este Pontificado pueda ser definido como revolucionario, porque ha sido más importante el método que los resultados que ha concretado Bergoglio. Los resultados son bastante modestos. Son eficaces desde el punto de vista de la imagen, en el sentido que es un Pontificado que ha recuperado rápidamente una imagen positiva en la opinión pública mundial fuera de la Iglesia Católica”, dijo Magister en una reciente entrevista con La Tercera.
ENLACE: Leer aquí artículo completo del diario La Tercera
Francisco, cinco años y una reforma todavía en curso
(Nicolas Senèze – La Croix)
Elegido hace cinco años teniendo como misión la reforma de la Iglesia y la Curia, voluntad expresada por los cardenales desde los encuentros que precedieron al cónclave, el Papa destacaba la amplitud de la tarea a cumplir, apuntando hacia la falta de entusiasmo de los colaboradores que supuestamente lo apoyaban. Cinco años más tarde, ¿está ya en marcha la “revolución Francisco”?
Justo un mes después de su elección, el Papa creaba el “C9”, el consejo de cardenales encargado de apoyarlo en el gobierno de la Iglesia y la reforma de la Curia. Sin embargo, mientras que este acaba de concluir su XXIII reunión, ya no se trata de la próxima publicación de una constitución apostólica que sustituya a Pastor Bonus, el texto promulgado en 1988 por Juan Pablo II para regir la Curia. “Cuando se escribe un libro, siempre se redacta la introducción al final”, explica Mons. Marcello Semeraro, obispo de Albano, cerca de Roma, y secretario del C9, que considera más bien que la futura constitución llegará para completar la reforma cuando esta haya concluido.
El Vaticano ya no es un paraíso fiscal
Porque, en cinco años, ya se ha realizado un gran trabajo. Francisco comenzó poniendo orden en la economía, grave problema de los pontificados anteriores. El Vaticano ya no es un paraíso fiscal ni, el IOR, su banco, una oficina de blanqueo. Incluso llevó a cabo acciones en justicia contra quienes abusaron de este.
Y, en cuanto al presupuesto, el cardenal Reinhard Marx, presidente del Consejo para la Economía informaba, en la última semana, sobre “progresos positivos en los dominios de la presentación de los balances financieros, el control de los costes y la reducción del déficit de la Santa Sede”. Para una mayor eficacia, el puesto presupuestario más importante, la comunicación, también fue refundado con la creación de la Secretaría para la Comunicación, el dicasterio con el mayor número de empleados.
“La primera reforma debe ser la de la forma de ser”
Ante todo, la reforma de Francisco pretende hacer evolucionar las mentalidades. “La primera reforma debe ser la de la forma de ser”, decía al inicio de su pontificado. Desde entonces, no ha dejado de llamar la atención a la Curia, al final de sus mensajes de Navidad, especialmente Y, a veces, de manera un poco dura, arriesgándose a enemistarse con quienes trabajan para él.
Y es que, Francisco, sabe que necesita a la Curia para llevar a cabo una reforma que supere los muros del Vaticano. Estos últimos meses, el C9 ha trabajado especialmente en la cuestión de una “sana descentralización”, comprometiéndose a redefinir el cometido de las conferencias episcopales.
“Lo que yo entiendo por la reforma: el movimiento”
“Cuando me encontraba, un día, al lado del Papa en el C9, vi cómo anotaba con su letra pequeña estas palabras: “Lo que yo entiendo por la reforma: el movimiento”, cuenta Mons. Semeraro, para quien ya estamos en el centro de la espiritualidad ignaciana del Papa, una dinámica del movimiento espiritual y del necesario discernimiento. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, tanto en la arquitectura de la Curia (las congregaciones aún no han sido modificadas) como en el acompañamiento de las personas o la lucha contra los abusos sexuales.
Entre la voluntad de descentralización del Papa, la necesidad de controlar la inacción de algunos obispos y una Congregación para la Doctrina de la Fe desbordada (1.800 casos en espera), esta cuestión de los abusos sexuales es hoy la clave de la reforma.
ENLACE: Leer aquí balance completo de Nicolas Senèze en La Croix
Claroscuros del papa Francisco a 5 años de su elección
(Juan José Tamayo – Teólogo, escritor – Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII)
Francisco no dejó de sorprender desde el principio con gestos desmitificadores de la hierática figura papal como la comunicación directa con la gente en un lenguaje asequible, la renuncia a determinados ornamentos papales como el pectoral de oro y los zapatos rojos, la decisión de no vivir en el Vaticano y hacerlo en la residencia de Santa Marta, la celebración de su primer Jueves Santo como Papa en un centro penitenciario de jóvenes, la petición a la juventud en su viaje a Brasil de que hicieran lío…
Cinco años han sido suficientes para que el Papa haya puesto en marcha un nuevo paradigma eclesial y se haya convertido en líder moral a nivel mundial. Una muestra del cambio es su receptividad hacia la teología de la liberación (TL), objeto de sospecha durante el pontificado de Juan Pablo II, que la condenó, sometió a juicio a algunos de sus más importantes representantes e impuso censura a sus libros.
La cruzada contra la TL continuó durante el pontificado de Benedicto XVI, que censuró dos obras de Jon Sobrino sobre Jesús de Nazaret y llegó a afirmar que la TL había provocado “rebelión, división, disenso, ofensa y anarquía” y creado entre las comunidades diocesanas “gran sufrimiento o grave pérdida de fuerzas vivas”.
Con Francisco se ha pasado del silenciamiento a la escucha, del aislamiento a la visibilidad y de la condena al reconocimiento. Poco después de ser elegido Papa recibió a Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la TL, que 30 años antes había estado en el punto de mira del Vaticano.
El propio Francisco utiliza en sus documentos la metodología de la TL: análisis de la realidad (mediación socioanalítica), interpretación liberadora (mediación hermenéutica), juicio ético (crítica del capitalismo) y llamada a la acción (praxis transformadora). Dicha metodología puede reconocerse fácilmente en la exhortación apostólica La alegría del Evangelio…
…El cambio de paradigma no ha llegado, sin embargo, a la reforma de la Iglesia ni a la consideración de las mujeres como sujetos morales, eclesiales y teológicos. La organización eclesiástica sigue siendo jerárquico-piramidal y está muy alejada de las prácticas democráticas. El Papa no pierde ocasión de criticar con razón el clericalismo, pero el clero controla todos los ámbitos de la vida eclesial y no facilita cauces de participación real a los seglares.
En lo referente al papel de las mujeres en la Iglesia católica, se mantiene el inmovilismo. Ellas siguen siendo mayoría silenciada. El discurso utilizado es el de la excelencia: se dice que son la armonía del universo y más importantes que los obispos y los sacerdotes, pero no se les reconoce función directiva alguna. Son excluidas del ministerio ordenado.
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Francisco, a sus cinco años
(P. Víctor Hugo Miranda SJ – La República)
Hay un antiguo chiste de curas que dice que “ni siquiera el Espíritu Santo sabe lo que piensa un jesuita”. No siempre es el caso, pero quizás sí sea algo que aplique al jesuita más famoso en el mundo entero, el papa Francisco. Hace poco en El Comercio, Raúl Zegarra afirmaba que Francisco no deja contentos ni a conservadores ni a progresistas. A su vez, Alessandro Caviglia, a través de Ideele, cuestiona este análisis por su corte conservador que ignoraría una preocupación por la transformación social que estaría detrás de la propuesta de Francisco.
Este interesante debate local entre estudiosos del fenómeno religioso es solo un ejemplo de lo que ha ocurrido en los últimos cinco años en distintos espacios académicos, religiosos, pastorales, y que nos permite graficar lo complejo que resulta definir dónde se encuentra el Papa en términos “ideológicos”.
Habría que salir del lenguaje de las “etiquetas”, sin por ello dejar de reconocer las tensiones que existen al interior de la Iglesia en modos de comprender el Evangelio, en cuestiones litúrgicas así como en teología moral. Y Francisco nos obliga a salir de cualquier etiqueta. Si leemos “Amoris Laetitia” y nos detenemos en el caso de los divorciados vueltos a casar y el énfasis de Francisco en la preeminencia de una mirada pastoral por encima del cumplimento de la ley por la ley, podríamos decir que el Papa no es ni conservador ni tradicionalista.
Pero si leemos a profundidad la “Teología de la Liberación” encontraremos que aunque contiene elementos en común con la postura de Francisco, el Papa no sería alguien a quien denominaríamos de “izquierda”, su teología es más cercana a la “Teología del Pueblo”, que prescinde de los elementos más políticos de la primera propuesta e insiste a su vez en elementos religiosos culturales.
¿Acaso esto hace de Francisco un indeciso ideológicamente? ¿No será más bien que sus posturas, gestos, palabras y acciones, nos obligan a salir de lo común establecido para tratar de mirar más allá? El teólogo francés Joseph Moingt afirma que la única salida a nuestros enredos ideológicos al interior de la Iglesia será salir de la “religión” en términos de estructura ritual, para volver de lleno al “Evangelio”, al mensaje vivo de Jesucristo. Esta puede ser una clave hermenéutica para tratar de entender estos cinco años de Francisco a la cabeza de la Iglesia Católica.
Algunas cifras del primer lustro del papa Bergoglio (Clarín)
Veintidós viajes internacionales, casi seis vueltas al mundo, 880 santos, 61 cardenales nombrados y 219 audiencias generales son los números del pontificado de Francisco, que comenzó oficialmente hace cinco años con una misa en la plaza de San Pedro, según una detallada información proporcionada por la oficina de prensa del Vaticano.
El 19 de marzo de 2013, ante unos 200.000 fieles, entre ellos más de 130 delegaciones extranjeras y 30 jefes de Estado y Gobierno, comenzó oficialmente el papado de Francisco en la ceremonia en la que se le fue impuesto el palio y el anillo del Pescador.
Redactó dos exhortaciones apostólicas: “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio) y “Amoris laetitia”, que es el documento papal publicado justo hace dos años (19 de marzo de 2016) y que ha sido objeto de fuertes críticas por parte de un ala conservadora de la Iglesia que incluso ha tachado de herejías algunas de sus partes.
Ha escrito una Bula papal en la que el 11 de marzo de 2015 instituía la celebración del Jubileo de la Misericordia y otros 23 motu proprio. Francisco tiene también preparada su próxima encíclica, que saldrá en breve y tratará de la santidad en el ámbito cotidiano.
ENLACE: Leer aquí más sobre las cifras de los primeros cinco años de Francisco
Cronología 2013 – 2018 (La Croix)
- 13 de marzo de 2013. Elección de Francisco.
- 13 de abril de 2013. Creación del Consejo de Cardenales (C9) encargados de guiar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal y la reforma de la Curia.
- 24 de junio de 2013. Creación de la Comisión referente del Instituto para las Obras de Religión (IOR).
- 18 de julio de 2013. Creación de la Comisión Pontificia para el estudio y la orientación sobre la organización de la estructura económico-administrativa de la Santa Sede (COSEA).
- 24 de febrero de 2014. Creación de la Secretaría para la Economía, del Consejo para la Economía y de la Oficina del Revisor General.
- 22 de marzo de 2014. Creación de la Comisión Pontificia para la protección de los menores.
- 27 de junio de 2015. Creación de la Secretaría para la Comunicación.
- 15 de agosto de 2015. Mitis et misericors Iesus y Mitis iudex Dominus Iesus reforman los procesos para las causas de nulidad matrimonial.
- 4 de junio de 2016. “Como una madre amorosa” permite destituir a los obispos negligentes, en particular respecto a los casos de abusos sexuales en personas vulnerables.
- 15 y 17 de agosto de 2016. Creación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
- 18 ode ctubre 2016. Reforma de la Pontificia Academia para la Vida.
- 3 de septiembre de 2017. Magnum principium devuelve a las conferencias episcopales la responsabilidad en la traducción de textos litúrgicos.
- 21 de noviembre de 2017. Creación de una tercera sección de la Secretaría de Estado dedicada al personal diplomático.
- 12 de febrero de 2018: reforma en la jubilación de los obispos.
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Fuentes:
Vatican Insider / La Croix / Vatican News / Clarín / La República