La “Gaudium et Spes” de los ortodoxos

2:00 p m| 02 mar 16 (VATICAN INSIDER/BV).- Entre los textos que serán sometidos a aprobación en el Concilio panortodoxo hay una declaración sobre “La misión de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo”, título que se puede vincular rápidamente a la propuesta central que se desarrolla en Gaudium et Spes, Constitución Pastoral promulgada en el Concilio Vaticano II. La versión ortodoxa expone una condena de las armas de destrucción masiva, denuncia el abismo entre ricos y pobres en el mundo e invita a acabar con cualquier forma de discriminación. El Concilio panortodoxo es la gran reunión de los obispos de todas las Iglesias ortodoxas en el mundo y tendrá lugar del 16 al 27 de junio en Creta.

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El comunicado que difundieron los primados incluye los títulos de seis documentos que serán sometidos a consideración del Concilio; pero el que lleva el título “La misión de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo” fue aprobado por unanimidad (a diferencia, por ejemplo, del documento sobre el “matrimonio y sus impedimentos”). El documento social ofrece una síntesis interesante del pensamiento de las Iglesias ortodoxas sobre algunos temas como la paz, la justicia, la libertad, la lucha contra toda discriminación.

El texto está compuesto por una introducción y seis bloques temáticos. “La Iglesia de Cristo vive en el mundo, pero no es de este mundo”, son las primeras palabras, y se refieren expresamente al capítulo 17 del Evangelio de Juan. “La Iglesia —continúan poco más abajo— no puede permanecer indiferente a los problemas del hombre de cualquier época histórica; al contrario, comparte su inquietud y los desafíos cotidianos, encargándose, como su Señor, del dolor y de las heridas provocadas por el mal que opera en el mundo; y, como el Buen Samaritano, con una palabra de paciencia y consuelo (Rm. 15, 4; Hb. 13, 22) y con la caridad operosa, derrama sobre estas heridas aceite y vino (Lc., 10, 34)”.

El punto de referencia fundamental es la atención por la “dignidad de cada persona”, cuyo respeto incondicional se basa en las Escrituras y en la enseñanza de los padres. Pero esta dignidad es amenazada en donde falta el vinculo entre “la libertad y la responsabilidad”. Esta es, sostienen las Iglesias ortodoxas, la raíz de “las imperfecciones y de las faltas que dominan el mundo moderno” (y el documento incluye un largo elenco que va desde la violencia hasta el descuido de las costumbres morales, desde las catástrofes hasta el racismo). De aquí nace la tarea, para la Iglesia ortodoxa, “de revelar la verdad de la libertad en Cristo”, porque “la libertad sin responsabilidad y amor puede llevar a la pérdida de la libertad misma”.

Con estas bases, el documento se adentra en algunas cuestiones específicas, y dedica dos secciones (la tercera y la cuarta) a los temas de la paz en la justicia. “La Iglesia de Cristo —se lee— condena la guerra en cuanto tal, juzgándola un fruto del mal y del pecado que existe en el mundo. Cada guerra amenaza con destruir la Creación que quiso Dios y la vida. Y esto vale especialmente para las guerras con armas de destrucción masiva, que tienen consecuencias terribles”, cuyo efecto se extiende “también sobre las futuras generaciones”. Se citan las armas “nucleares, químicas y bacteriológicas”, y se condena cualquier guerra “inspirada por motivos nacionalistas y que lleva a la limpieza étnica, a la modificación de las fronteras entre los estados y a la ocupación de territorios”. También “en las situaciones en las que la guerra es inevitable, la Iglesia tiene la tarea de poner en acto cualquier esfuerzo para un rápido restablecimiento de la paz”.

La quinta sección está dedicada a la actitud de la Iglesia frente a las discriminaciones. “Independientemente del color de la piel, de la religión, de la etnia, del género, de la nacionalidad o de la lengua —se lee en el documento—, todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios y son parte de la humanidad”. Para llevar a cabo su misión de salvación para el mundo, afirma el texto que será sometido al Concilio de Creta, “la Iglesia ortodoxa cuida activamente a todos los que necesitan ayuda, a los hambrientos, a los pobres, a los enfermos, a los inválidos, a los ancianos, a los perseguidos, a los prisioneros, a los que no tienen casa, a las víctimas de las catástrofes y de las guerras, a las víctimas de nuevas formas de esclavitud”.

Esta parte y muchas de las ideas de la Encíclica de Papa Francisco “Laudado si” son evidentes: se critica el abismo cada vez más grande entre los ricos y los pobres en el mundo, la especulación financiera, la concentración de la riqueza en manos de pocos, el perdurar del hambre. Se expresa preocupación por “la imposición de un estilo de vida consumista, desarraigado de los valores morales cristianos”.

Frente a la “crisis ecológica”, se exhorta a toda la Iglesia a “hacer todo lo que su fuerza espiritual le permita para promover la protección de la Creación de las consecuencias de la avidez humana”. Para concluir, el documento se ocupa del tema de la investigación científica, sobre todo en relación con el delicado sector de la biotecnología; se invita en el texto a las iglesias ortodoxas a observar como criterio “el absoluto derecho de la persona a ser respetada en cada estado de la propia vida”.


Sobre la convocatoria al Concilio y los otros documentos

El patriarca ecuménico Bartolomé convocó una sinaxis de primados de las iglesias ortodoxas autocéfalas en el Centro Ortodoxo del Patriarcado Ecuménico en Chambésy, Ginebra, del 21 al 28 de enero de 2016. Casi todos los primados asistieron en persona.

El patriarca Juan X de Antioquía y el metropolitano Sawa de Polonia no pudieron acudir por motivos de salud; y el arzobispo Ieronymos de Atenas y toda Grecia estuvo ausente por razones personales. Los tres estuvieron representados por delegados autorizados oficialmente.

Las sesiones de la sinaxis se celebraron en el espíritu apostólico de “profesar la verdad en amor” (cf. Ef 4:15), en armonía y comprensión; y los primados confirmaron su decisión de convocar el Santo y Gran Concilio. El concilio tendrá lugar en la Academia Ortodoxa de Creta del 16 al 27 de junio de 2016.

“Con este fin, los primados invocan humildemente la gracia y la bendición de la Santísima Trinidad y piden fervientemente oraciones por la plenitud de la Iglesia, el clero y el laicado, para el período anterior al Santo y Gran Concilio y durante las sesiones del mismo”, dijeron en un comunicado publicado al concluir la sinaxis.

“Las cuestiones que han sido aprobadas oficialmente para someterlas al Santo y Gran Concilio para que las adopte son: la misión de la Iglesia Ortodoxa en el mundo contemporáneo, la diáspora ortodoxa, la autonomía y su forma de proclamación, el sacramento del matrimonio y sus impedimentos, la importancia del ayuno y su observancia hoy, y las relaciones de la Iglesia Ortodoxa con el resto del mundo cristiano”.

Los primados también determinaron la creación de una secretaría panortodoxa, el reglamento del concilio, la participación de observadores no ortodoxos en las sesiones de apertura y clausura, y los costes presupuestarios del concilio.

“Por otra parte, los primados manifestaron su apoyo a los cristianos perseguidos en Oriente Medio, y su constante preocupación por los dos metropolitanos secuestrados, Paul Yazigi del Patriarcado de Antioquía y Gregorios Yohanna Ibrahim de la Archidiócesis Siria”.

Click aquí para leer el comunicado completo (inglés)


Fuentes:

Vatican Insider / Vatican.va / Oikoumene.org

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