El Papa, mensajero de paz para las guerras de África

10:00 p m| 25 nov 15 (LA NACIÓN/BV).- Francisco inició su visita de seis días a Kenya, Uganda y República Centroafricana, y durante una cumbre de seguridad celebrada en Dakar (Senegal) días atrás, varios medios franceses publicaron que los servicios de seguridad han desaconsejado que Francisco visite la República Centroafricana los días 29 y 30 de noviembre citando motivos graves de seguridad. Poco tardaron en reaccionar tanto la presidenta del país, Catherine Samba Panza, como el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el portavoz vaticano, Federico Lombardi, quienes aseguraron en varios comunicados que la visita papal de 33 horas a Bangui se mantenía contra viento y marea.

El propio Francisco tiene motivos para no querer modificar su programa: fuentes vaticanas aseguraron que la elección de la República Centroafricana partió de él mismo. A Bergoglio le conmovió recibir noticias de un país donde cristianos y musulmanes se mataban a diario y que, a pesar de varias misiones internacionales de paz, se sumía en el pozo de una violencia sin fin. Al principio, se pensó en una visita de un día, pero el Papa dejó muy claras varias cosas: quería pasar al menos una noche en la capital, visitar un campo de desplazados e ir a la mezquita central como signo de acercamiento a la comunidad musulmana. Aquí una reseña de los días previos, el viaje y las primeras actividades a su llegada.

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Francisco empieza en África la gira más peligrosa de su papado

En el Vaticano tratan de bajar los decibeles y de no mostrar preocupación. Pero nadie duda de que hoy Francisco emprende la gira más peligrosa de su pontificado. No sólo porque ocurre en un momento de altísima tensión en el mundo, aún consternado por los ataques de París y en alerta por posibles nuevos atentados jihadistas, como la toma de rehenes en un hotel en Mali, el viernes pasado.

En su primer viaje a África, Francisco visitará Kenya, Uganda y República Centroafricana, países de la zona centro-oriental del continente, con fuerte presencia de cristianos, pero también cargados de tensiones interreligiosas y políticas.

República Centroafricana es escenario de una guerra civil que sacude incluso a su capital, Bangui, desde hace dos años. Es justamente ésa la zona de más alto riesgo de la gira. De no haber cambios de último momento, será la última etapa de la maratón africana de seis días, que durará hasta el lunes próximo y en la que el Papa estará un día y medio en cada país.

El Ministerio de Defensa francés, que tiene un contingente de 900 hombres en República Centroafricana -ex colonia francesa-, advirtió el 12 de noviembre al Vaticano que la seguridad del Papa no podía ser garantizada durante su visita a Bangui, el domingo y lunes próximos. La ciudad fue teatro de violencia en las últimas semanas entre dos milicias extremistas: una musulmana, Seleka, y otra de cristianos y africanos tradicionalistas, anti-Balaka (que significa antimachete).

Desde hace tres años estos dos grupos enfrentados cometieron atrocidades y llevaron al país -donde se estima que hay unos 440.000 refugiados internos y otros tantos que debieron huir a naciones vecinas- al borde del genocidio. Tanto es así que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó el año pasado el envío de una misión de paz de 12.000 cascos azules y de un contingente francés.

Gracias a negociaciones llevadas a cabo a través de la mediación de la Plataforma de Confesiones Religiosas de Centroáfrica, formada por los líderes de las tres comunidades principales (católica, evangélica y musulmana), la alcaldesa de Bangui, Catherine Samba Panza, fue elegida como “presidenta de transición”, a la espera de que puedan celebrarse elecciones nacionales, postergadas en octubre pasado debido a la violencia.

Según fuentes de los servicios secretos franceses, el momento más peligroso podría ser el domingo, cuando el Papa abra en la catedral de Bangui la primera Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia.

El temor es que algún jihadista solitario pueda cometer un atentado mezclándose entre la multitud que se congregará para ver al Pontífice en los tres países africanos.

“El Papa no está preocupado por su seguridad, sino por la de la gente”, admitió el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, que destacó que Francisco usará papamóviles abiertos, sin vidrios blindados, por su deseo de estar cerca de la gente. Aunque la agenda del viaje está confirmada, el comandante de la Gendarmería del Vaticano, Domenico Giani, no descartó en declaraciones al canal de la conferencia episcopal que pueda haber cambios debido a exigencias de seguridad.

Mensajero de paz

Lo cierto es que, más allá del clima de alerta, Francisco dejó claro que llegará a África como “mensajero de paz”.

“Estamos viviendo un tiempo en el que los fieles de cada religión y las personas de buena voluntad están llamadas a promover comprensión y respeto mutuos, y a sostenerse los unos y los otros como miembros de la misma familia humana”, dijo en videomensajes enviados a los países que visitará.

Además de llevar un mensaje de paz, reconciliación y diálogo entre religiones y de alentar a los católicos, el Papa insistirá en la urgencia de inclusión y justicia social y condenará las desigualdades económicas. Además, reiterará la necesidad de cuidar “nuestra casa común” y la biodiversidad cuando visite el cuartel de la ONU en Nairobi. También visitará una enorme villa miseria de esa ciudad, y un campo de refugiados y una mezquita en Bangui.

Aunque tienen contextos distintos, tanto la pobreza como la corrupción golpean los destinos del Papa, donde pronunciará 19 discursos -14 en italiano, dos en inglés, dos en español y uno, por primera vez, en francés-. En los tres países Francisco celebrará misas masivas al aire libre. Los cristianos representan el 53% de la población de República Centroafricana, el 82% de Uganda y el 79% de Kenya, donde en abril pasado fueron masacrados estudiantes cristianos del colegio de Garissa.


El Papa durante el vuelo hacia África: “El único peligro son los mosquitos”

Pese a que se trata de una de las giras más peligrosas de su pontificado, el papa Francisco se mostró hoy totalmente sereno, contento y de buen humor cuando, durante el vuelo con rumbo a Kenya -primera etapa de una gira que también lo llevará a Uganda y República Centroafricana- pasó a saludar a los periodistas. En medio de un clima de alerta mundial, cuando alguien le preguntó si estaba preocupado por posibles atentados en su contra, el Papa utilizó su sentido del humor porteño: “El único peligro son los mosquitos”.

“Quería saludarlos y agradecerles su presencia y su trabajo en este viaje. Yo voy con alegría a encontrar a los kenyatas, los ugandeses y los hermanos de la República Centroafricana”, aseguró, micrófono en mano. “Les agradezco por todo lo que harán para que este viaje dé los frutos mejores, tanto en el plano espiritual, como material”, agregó. Acto seguido, como ya se ha vuelto una costumbre, pasó a saludar, uno por uno, a los cronistas, camarógrafos y reporteros de todo el mundo presentes, entre los cuales cuatro kenyatas.

Cuando un periodista le dijo “Santo Padre, por favor, no se deje frenar por las resistencias”, aludiendo, sin mencionarlo, al escándalo VatiLeaks II por la filtración de documentos reservados y a la evidente oposición de un núcleo duro conservador, el Papa reaccionó, también, con enorme serenidad. Primero se quedó pensando unos segundos y luego sentenció: “Las resistencias no frenan, impulsan”. Dejó en claro así que, como dijo en el Ángelus en el que habló públicamente del triste episodio del robo de documentos, las reformas en curso no se detendrán, sino todo lo contrario.

Al saludar a la periodista mexicana Valentina Alazraki, de Televisa, el Papa confirmó que en su futuro viaje a México, en febrero, visitará cuatro ciudades: México DF, Morelia, San Cristóbal de las Casas y Ciudad Juárez.


Francisco llega a África: “La violencia y el terrorismo se alimentan con la desesperación de la pobreza”

“La experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo que se alimenta del miedo, la desconfianza y la desesperación nacen de la pobreza y la frustración”. Lo dijo Papa Francisco en su primer discurso en Kenya, ante el presidente Uhuru Kenyatta y las autoridades del país, reunidas en el jardín de la State House de Nairobi, bajo una gran tienda.

“La lucha contra estos enemigos de la paz y la prosperidad —añadió Papa Bergoglio— debe ser llevada a cabo por hombres y mujeres que creen en ella sin temor, y dan testimonio creíble de los grandes valores espirituales y políticos que inspiraron el nacimiento de la nación”. Francisco, que pronunció su discurso en inglés, recordó que Kenya fue “bendecido” no solo con una “inmensa belleza, en sus montañas, en sus ríos y lagos, en sus bosques, sabanas y semidesiertos, sino también con la abundancia de recursos naturales”. “La grave crisis ambiental —indicó el Pontífice argentino— que afronta nuestro mundo exige cada vez más una mayor sensibilidad por la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Tenemos la responsabilidad de transmitir a las generaciones futuras la belleza de la naturaleza en su integridad, y la obligación de administrar adecuadamente los dones que hemos recibido”. Palabras que anticipan los temas delicados que serán afrontados en la conferencia de París, que se llevará a cabo dentro de pocos días, dedicada al calentamiento global.

Francisco continuó: “en un mundo que, en vez de proteger, sigue explotando nuestra casa común, estos valores deben inspirar los esfuerzos de los líderes nacionales para promover modelos responsables de desarrollo económico”.

De hecho, hay una clara relación entre la protección de la naturaleza y la edificación de un orden social justo y equitativo, por lo que “no puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma”.El Papa después habló sobre una de las ‘plagas’ de África: “en la medida en que nuestras sociedades experimentan divisiones, ya sea étnicas, religiosas o económicas, todos los hombres y mujeres de buena voluntad están llamados a trabajar por la reconciliación y la paz, el perdón y la cura de los corazones. La tarea de construir un orden democrático sólido, de fortalecer la cohesión y la integración, la tolerancia y el respeto por los demás, está orientada primordialmente a la búsqueda del bien común”.

Francisco concluyó su primer discurso africano invitando a la clase dirigente de Kenya a “proteger a los jóvenes”, invirtiendo en ellos, a “trabajar con integridad y transparencia por el bien común, y fomentar un espíritu de solidaridad en todos los ámbitos de la sociedad. Yo les exhorto, en particular, a preocuparse verdaderamente por las necesidades de los pobres, las aspiraciones de los jóvenes y una justa distribución de los recursos naturales y humanos con que el Creador ha bendecido a su país”.

En su discurso de bienvenida, el presidente keniata indicó “Yo fui a una escuela católica”, y recordó que la Iglesia ha sido y es un “fuerte socio del Estado para el desarrollo social y económico del país”. Kenyatta también aseguró: “Queremos combatir el vicio de la corrupción y de las ganancias ilegales que provienen de la explotación del medio ambiente”. Y concluyó pidiendo al Papa que rezara por él y por el país.

Antes de encontrarse con las autoridades del país, el Papa visitó a Kenyatta, libró el libro de oro y se reunió en privado con el presidente. Al mismo tiempo, se llevó a cabo un encuentro bilateral entre las delegaciones vaticana y keniata, en el que participó el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin.


“Se radicaliza a los jóvenes en nombre de la religión”

En el primer encuentro del segundo día del viaje, Francisco se reúne con los líderes de las demás religiones y confesiones cristianas para insistir en que el nombre de Dios “no debe ser usado nunca para justificar el odio y la violencia”. Y explicó: el diálogo interreligioso “no es un lujo, sino es esencial”.


Otros enlaces recomendados:

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Fuentes:

Vatican Insider / La Nación / Vida Nueva

Puntuación: 5 / Votos: 1

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