Los cristianos de Aleppo y las trampas del “persecucionismo”

3.00 p m| 18 jun 15 (VATICAN INSIDER/BV).- “Tal vez nos quedemos pocos. Pero nos quedaremos. Aunque nos impongan pagar la ‘Jizya’, el impuesto de sumisión”. El jesuita Antoine Audo es obispo en la ciudad mártir de Aleppo. Y obispo de la Iglesia caldea, la comunidad católica oriental que más ha pagado con la hemorragia de los fieles provocada por las convulsiones del Medio Oriente durante las últimas décadas. Pero no se queja. No pide intervenciones militares, movilizaciones ni protestas para defender a los cristianos.

Más bien advierte sobre las personas que no dudan en instrumentalizar incluso el sufrimiento de los bautizados con tal de obtener los propios intereses de poder. Y así desvirtúan el sentido cristiano del martirio. Además, recordó que los que dirigen la expulsión de los cristianos del Medio Oriente son los países de la región que desde siempre han sido aliados del Occidente. Entrevista publicada en el Vatican Insider.

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Usted dijo que en los conflictos del Medio Oriente hay quienes usan los sufrimientos de los cristianos para ocultar las verdaderas dinámicas de las guerras

La alarma que se repite sobre los cristianos perseguidos puede ser interpretada desde dos puntos de vista, por lo menos. En ciertos ambientes, hay una propaganda intensa que pretende aumentar el miedo irracional del Occidente ante el islam, para suscitar un reflejo emotivo popular y justificar una mayor vigilancia en los ambientes musulmanes, sobre todo en Europa. Por otra parte, hay países en la región que con su islam wahabita y con el ansia de venganzas históricas contra la cristiandad no logra soportar ni siquiera la idea de una presencia de los cristianos en el Medio Oriente. Estas dos lógicas, paradójicamente, se sostienen recíprocamente, y acaban fatalmente por expulsar a los cristianos de la región. En Siria no era así. E incluso ahora es falso presentar el conflicto sirio como una guerra entre cristianos y musulmanes. Pero este es el mensaje que quieren dar, porque es cómodo para todos.

¿El tema de la persecución de los cristianos es utilizado en las estrategias geopolíticas?

Los países que cité son los únicos que se mueven en la perspectiva de “limpiar” el Medio Oriente de los cristianos autóctonos. El wahabismo relaciona el cristianismo con la modernidad, con la igualdad de derechos y con el principio de ciudadanía. Cosas que ellos rechazan. Sin embargo, justamente esos países son los aliados históricos del Occidente en la región. Y los círculos occidentales que hacen propaganda y se movilizan permanente por el tema de la persecución de los cristianos están de acuerdo con su estrategia. Mientras tanto, utilizan el tema de la persecución de los cristianos para impulsar a la opinión pública a justificar nuevas intervenciones armadas en la región y aumentar el miedo hacia los musulmanes. Dicen que las guerras sirven para defender a los cristianos. Y así tratan de justificar su presencia e la región. Una cosa que no había sucedido desde los tiempos de las Guerras del Golfo, cuando Papa Wojtyla no había dado ninguna posibilidad a quienes querían presentar las intervenciones dirigidas por los Estados Unidos como nuevas Cruzadas.

Pero también los líderes de las Iglesias cristianas de Oriente han aplicado a los sufrimientos actuales de los cristianos la definición de “genocidio”.

Ciertas afirmaciones deben ser consideradas en el contexto del Centenario del Genocidio de los armenios y del Genocidio asirio. Muchos todavía estamos marcados por esos casos. Mi bisabuelo murió en Turquía en esas masacres, y el resto de la familia se refugió en Aleppo. Nos viene espontáneo hablar de Genocidio, incluso exagerando. Pero es una manera para decir que tenemos miedo. Tememos que suceda lo que ya hemos visto.

¿Sirven a algo las movilizaciones o las peticiones de intervenciones internacionales?

Durante cuatro años he repetido sin cansarme que la única salida es la solución política del conflicto, que pudiera abrir un camino hacia la reconciliación. Pero me parece cada vez más claro que hay una agenda para destruir el país, destrozarlo sectariamente y sin tomar en cuenta la permanencia de los cristianos, que deberían irse. Este es el mensaje que nos llega ahora.

¿Y cómo lograrán salir esta vez de la situación?

Como Iglesia, haremos todo lo posible para permanecer aquí. Aunque tuviéramos que vivir bajo el poder de los yihadistas y pagar la “Jiyza”, el impuesto de sumisión. Los que se quieren ir se irán. Pero un pequeño grupo se quedará. Los viejos, los pobres, los sacerdotes, los religiosos. Seguiremos confesando de cualquier manera nuestra fe en nuestro país, en las condiciones que sean. Aunque se consolidara el régimen del Califato. Permaneceremos aquí, y veremos qué sucede. Podemos encontrar una solución, una manera para salir adelante, como hemos hecho en la historia. No es la primera vez. Este es el misterio de la Iglesia, que en el mundo permanece inerme. Y su fuerza no consiste en intervenciones o apoyos exteriores.

Hay organizaciones que ayudan a los cristianos a huir. Y el Patriarca caldeo está desde hace tiempo en conflicto con algunos sacerdotes que se fueron a los Estados Unidos sin el permiso de los superiores.

Yo respeto a las familias que tienen niños y se van. Pero no diré una sola palabra, un juicio poco benévolo para los que se van porque quieren proteger a sus hijos de los sufrimientos. Pero para los sacerdotes es diferente. Quienes tienen responsabilidades en la Iglesia y se van lo hacen porque eligen la solución más cómoda. Y luego, si se justifican como víctimas de la persecución, esto es un ultraje para los verdaderos perseguidos.


Fuente:

Entrevista de Gianni Valente publicada en Vatican Insider.

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