LA POLÍTICA Y LOS GESTOS

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AQL-LOS POLITICOS Y LOS GESTOSCuando lea esto ya sabremos quienes han pasado al “ballotage” o segunda vuelta, dispuesta en la Constitución para legitimar al nuevo presidente de la República cuando en la primera ronda el candidato mayor obtenga menos del 50% de los votos válidos.

Es un albur vaticinar quién habrá pasado en el segundo lugar, ya que el primero parece estar definido.  Pero, a despecho de ello, sí podemos analizar algunos gestos que se han dado en la campaña electoral que, sin duda, han marcado la preferencia del electorado, aunque sus protagonistas no lo acepten.

Encadenarse al Palacio de Gobierno o salir a revelar intimidades conyugales en el “valor de la verdad” no le dio rédito alguno a su protagonista, quien más bien parecía haber perdido la brújula del ridículo.  Nunca pasó del 1% hasta que fue malamente retirado.

Lucir evidentemente beodo en una entrevista matinal, en el noticiero de mayor rating a nivel nacional, le valió a un ex presidente condenarse a la galera de los “otros” que -en conjunto- tampoco superan el 1% de la preferencia del electorado.  Y encima sale a decir malamente que el proceso electoral está enrarecido (¿?).

Otro candidato en alza, cual locomotora de desvencijados vagones ahítos por llegar al Congreso aún a costa del candidato, frenó intempestivamente su auge al mostrarse como “príncipe”, como señorito sin calle ni empatía despreciando un sombrero de regalo (sólo tenía que ponérselo!!!) y a una chicharronera de mercado que le alcanzara una porción.  El sebo se lo tuvo que tragar después con la andanada de críticas, que se tradujeron en el bajón de la preferencia electoral, por mostrarse como pituquito limeño sobrado y altanero, coronado con el indecoroso desplante una candidata a vicepresidenta en otra plancha, lo que en la hora digital y celularizada fue visto urbi et orbi y en todos sus ángulos.  Hasta el último día pidió disculpas por sus “humanos errores”, y es posible que se le perdone al mismo tiempo de negársele el voto.

Otra candidata parece permanente con botox, inexpresiva, no se le mueve ni una ceja, apegada al libreto y prendida de la mochila heredada de papi, con la cual está cómodamente sentada en el primer lugar de las preferencias.  Pero eso no le garantiza nada en la segunda vuelta ya que tendrá que enfrentarse al fantasma del antivoto, también en alza, a una poderosa opinión pública joven y  adversa que ha demostrado mover sus fuerzas cuando lo de la repartija y la ley pulpín. No es moco de pavo.

Un candidato de la tercera edad aduce no tener arrugas, cuyo hándicap es el pasaporte americano y su longevidad, tuvo la mala suerte de toser malamente en el evento del CADE, en vivo y en directo y a nivel nacional, además de aparecer leyendo sin convicción ni apropiada dicción en el debate presidencial, sin altos ni bajos, sin calor y sin comunicarse con la mayoría del electorado que no deja de apreciarlo sólo como el mal menor.  No conecta con la gente y –con un apellido difícil de pronunciar e imposible de escribir- parece poco probable que conecte con el electorado popular, ni que este llegue a identificarse con su figura y propuestas, ya que para ellos no pasa de ser un gringo bonachón.  Pero gringo al final de cuentas. Y un poquito mayor.

El carisma (del griego khárisma) es la cualidad o don natural que tiene quien atrae a los demás por su presencia, palabra o personalidad, por que es agradable, favorecedor, motivador o suscita la admiración de sus seguidores gracias a su “magnetismo personal”.  En un don con el que se nace, y que va de la mano con la empatía y la simpatía.  Un político antipático jamás podrá contar con el favorecimiento del electorado, por más que sea un buen técnico u honrado gestor de la cosa pública.  Carismáticos fueron Belaúnde y Felipe González.  Poco carismático su sucesor Aznar. Buen presidente fue Paniagua, pero mal candidato ya que luego de su gestión sólo obtuvo el 5% de la votación.

Nuestros políticos, a excepción de alguno, son poco carismáticos, poco empáticos y nada simpáticos.  Más bien destacan por su franca antipatía que restan votos y alejan al electorado.  ¿Aprenderán la lección de que los gestos en política, el comportamiento escénico y el necesario carisma son elementos esenciales para ganar una campaña electoral?

TAMBIÉN QUIERO SER PRESIDENTE

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AQL- TAMBIÉN QUIERO SER PRESIDENTEContagiado por la efervescencia de la campaña electoral, Gonzalo soñó qué hacía si, como los entusiastas participantes en la carrera presidencial -algunos con pura ilusión-, ganara Presidencia de la República. E hizo su listita:

  1. Haría la autopista “Del Pacífico” uniendo Tacna con Tumbes, con tres carriles por lado, circunvalando pueblos y ciudades. Parece inconcebible que en pleno Siglo XXI, con éxito económico y desarrollo, el Perú tenga apenas remedos de autopistas en alguna parte del sur, a duras penas entre Playa Jahuay y Barranca, entre Chiclayo y Piura, y alguito más por allí.  Cruzar Chincha, hoy, tarda casi una hora.
  2. Haría la autopista elevada entre Iquitos-Tarapoto, y por tierra de Tarapoto a Cajamarca-Chiclayo, con un ramal a Trujillo.
  3. Construiría una vía férrea al lado de la autopista “Del Pacífico” que acompañe la conectividad multimodal entre Tumbes y Tacna, con una alternativa férrea al transporte aéreo y terrestre, solo que masiva y barata. Con ello todos los mercados se ampliarían relanzándose la economía a velocidades siderales.
  4. Haría la autopista entre Lima y Huancayo, con ramal hacia Tarma y San Ramón. Es inconcebible que la Capital tenga hacia el este un remedo de autopista de ¡solo 10 kilómetros!, y que sea un suplicio cualquier trasporte, encareciendo y dificultando el abastecimiento de Lima, alejando el mercado limeño a los productores del ande y la amazonía. Impajaritablemente todos los eneros la carretera central quedará bloqueada por los puntuales huaicos de la época de lluvias, como en todos los tiempos.
  5. Convertiría la “Marginal de la Selva” en la autopista “Del Oriente” que conecte transversalmente el Perú central, de norte a sur, con conectividad al oeste hacia la autopista “Del Pacífico”.
  6. Trasladaría al sur chico la reserva estratégica constituída por la Brigada Blindada acantonada en el Rímac, a espaldas del Palacio de Gobierno, que históricamente sólo ha servido para respaldar los golpes de Estado, fortaleciendo al golpista, para instalar una Brigada de Ingeniería y Rescate con capacidad de movimiento aéreo y terrestre a nivel nacional, apoyando a la ciudadanía ante tanto desastre natural, muchos actualmente irresolubles a sólo 40 kms. al este de Lima.
  7. Crearía la Escuela Nacional de Administración Pública, ENAP, como maestría, para especializar a quienes serán funcionarios de nuestra burocracia en cualquiera de sus ramas y ubicaciones, terminando con las improvisaciones, clientelismos, amiguismos y nepotismo que tanto daño hacen a la ciudadanía y al desarrollo nacional.
  8. Impulsaría la reforma constitucional para unificar el Sistema Electoral, hoy dividido en tres entes que caminan por su lado, cuando no peleándose entre ellos.
  9. Reformaría la Constitución para devolver al sistema democrático peruano el Senado, a despecho del descrédito ciudadano por los congresistas, a fin de adecentar el actual Congreso que, luego de cada proceso electoral, siempre evidencia un peor nivel peor al anterior.
  10. Extirparía de la política a tanto farsante y profesional del populismo-clientelismo, de falsa moral, tránsfugas, trasvestistas y mitómanos, cínicos de la palabra y campeones del eufemismo y la hipérbole.
  11. Impulsaría un gran acuerdo nacional -como el “Pacto de la Moncloa” o los “Acuerdos de Punto Fijo”- que unan a las fuerzas políticas alrededor de temas básicos de las políticas de Estado en materia de seguridad, defensa, educación, salud y desarrollo, economía, sistema cambiario e inversiones; haciendo que los grandes actores de la política dialoguen sobre aspectos suprapartidistas y metaindividuales al ego político, evitando la permanente guerra fratricida de nuestra la historia política en casi 200 años de república, y que hace del lema “Firme y Feliz por la Unión” una expresión retórica y vacía de contenido. Infelices, mayoritariamente pobres e históricamente desunidos en partidas de aventureros y caudillos sin verdadero sentimiento nacional.
  12. Trasladaría el INPE al Ministerio del Interior, ya que se trata de un tema de seguridad y de cumplimiento forzado de órdenes del Poder Judicial. Su actual ubicación solo lastra al Ministerio de Justicia, le resta rol de consejería jurídica al Ejecutivo y condena al Ministro de Justicia al primer motín en cualesquiera de las siempre hacinadas y paupérrimas prisiones, flor de diaria corrupción.

Ejecutaría una profunda reforma de la policía nacional refundando sus escuelas de formación, elevando sustancialmente su moral, salario, infraestructura y equipamiento, que provea la necesaria seguridad que hoy no existe, con policías que no hay, policías que dan la espalda al tránsito que deben vigilar, o que conversan o se enamoran entre sí, o chatean o hablan por celular, durmiendo en patrulleros, desguarneciendo a la ciudadanía y contrariando su principal deber.

EL ARTICULO 42° Y (II)

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AQL-BLOG ART. 42 Y (II)La segunda discusión respecto del malhadado Art. 42° de la Ley de Partidos Políticos, adicionado recién el 18 de enero último en medio de fragor electoral, es su cuestionable bondad normativa que concluye con una gravísima e inapelable sanción: la exclusión definitiva del proceso electoral a quien la autoridad electoral encuentre culpable.

Para empezar esta norma aparece inconexa. En su primera parte describe la conducta de las organizaciones políticas que serían sancionadas, ya que en principio no está dirigida a los candidatos, sino a: “Las organizaciones políticas, en el marco de un proceso electoral están prohibidas de efectuar la entrega, promesa u ofrecimiento de dinero, regalos, dádivas u otros obsequios de naturaleza económica, de manera directa o a través de terceros, salvo aquéllos que constituyan propaganda electoral, en cuyo caso no deberán exceder del 0.5% de la UIT por cada bien entregado como propaganda electoral. Esta conducta se entiende como grave y será sancionada con una multa de 100 UIT que será impuesta por la ONPE en un plazo no mayor de 30 días”.

De por sí esta norma es discutible en cuanto a su bondad legislativa, ya que sobre un supuesto de hecho normativo, que puede tener gamas, matices y gradaciones (como toda conducta humana) impone una sanción única, lo que el derecho sancionatorio llama “pena tasada”.  Es decir, la norma no deja a la autoridad electoral la gradación la sanción según la gravedad, intensidad y reincidencia en los hechos –como ocurre con todas las sanciones- estableciéndose mínimos y máximos de la pena: amonestación, multa leve, multa grave, multa gravísima.  No, los genios legisladores del Congreso –futuros candidatos- se han hecho el harakiri y pusieron para un solo supuesto, sin atenuantes ni agravantes, una sola sanción: una multa de nada menos que casi 400,000 soles que –por supuesto- saldrá del bolsillo de los adherentes al partido sancionado, ya que la organización política nutre su patrimonio del bolsillo de éstos.

Pero el súmmum del yerro jurídico aparece en la coletilla que le sigue a la parrafada de esta norma, cuando el alegre y poco culto legislador dijo: “Dicha prohibición se extiende a los candidatos a cualquier cargo público de origen popular, y será sancionado por el JNE con la EXCLUSION del proceso electoral correspondiente”.

Las mismas taras de la primera parte referida a las organizaciones políticas se extiende, mutatis mutandi, a los candidatos de cualquier índole y de toda laya y, sobre todo, en cualquier momento.  No solo afecta a los candidatos a las alcaldías distritales o provinciales, o a gobernadores regionales, ni tan solo a los que van en las listas congresales, sino que afecta nada menos que a los candidatos presidenciales, otorgándole poder -a la autoridad electoral-, a sacarlos del proceso alterando de muy mala manera el mapa electoral.  Ya no serán los sufrangantes en las urnas los que elegirán a sus autoridades, sino que serán tres seres, del JEE, o cinco del JNE, quienes decidirán en vez de los 16’000,000 de electores que conforman el colegio electoral en el Perú.

Ahora resulta que por brindar con cerveza un candidato soporta una exclusión.  La otra por entregar un premio en un concurso de hip-hop. El otro por asistir a una persona minusválida, y así….  ¿Cuál es el límite temporal de la norma? No lo dice, así que hasta el día anterior a las elecciones la autoridad podría seguir recibiendo los pedidos de exclusión, un claro contrasentido.

Ciertamente al JNE este proceso se le ha ido de las manos y flaco favor le ha hecho a nuestra democracia.  Pasará a la historia como la autoridad electoral más ineficiente.  Pero el principal autor de este desaguisado es el Congreso al haber aprobado a destiempo, parcialmente y con una norma deplorable, lo que tendría que ser una necesaria sanción para evitar lo que en el pasado se llamó “el pisco y la butifarra” cuando el voto era a viva voz y se premiaba a los electores de un bando y se castigaba con el callejón oscuro a los del otro.

¿Qué hacer? Le corresponde a la autoridad aplicar la ley no solo con  criterio de conciencia, como manda la Constitución, sino también hacer una gradación de la sanción a través de una ponderación de valores y su proporcionalidad, de manera que entrando su ratio legis primero se amoneste, luego se multe, y solo ante la reiteración de la evidencia de compra de votos, se expuse al culpable redomado. No a la primera de bastos por tomarse una chela con sus electores.  Eso no es aplicar la ley. Eso es deformarla a límites que pueden resultar altamente peligrosos en cuanto a la legitimidad de un proceso electoral y su válido resultado.

Imagen de http://larepublica.pe/impresa/carlincatura/751102-carlincatura-del-viernes-25-de-marzo-de-2016

 

EL ARTICULO 42°

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I

AQL-ART. 42No se trata de copiar el título de la célebre novela de John Dos Passos “El paralelo 42”, sino del actual Art. 42° de la “Ley de partidos políticos” –en principio sólo con 41° artículos- modificada por la Ley 30414 que en su Art. 3° le añade un Art. 42° -que originalmente no tenía- y que dice: “Las organizaciones políticas, en el marco de un proceso electoral están prohibidas de efectuar la entrega, promesa u ofrecimiento de dinero, regalos, dádivas u otros obsequios de naturaleza económica, de manera directa o a través de terceros, salvo aquéllos que constituyan propaganda electoral, en cuyo caso no deberán exceder del 0.5% de la UIT por cada bien entregado como propaganda electoral. Esta conducta se entiende como grave y será sancionada con una multa de 100 UIT que será impuesta por la ONPE en un plazo no mayor de 30 días. Dicha prohibición se extiende a los candidatos a cualquier cargo público de origen popular, y será sancionado por el JNE con la exclusión del proceso electoral correspondiente”.

Esta modificación por adición entró en vigencia el pasado 18 de enero, ya que el día anterior fue publicada en el Diario Oficial.  El proceso electoral para elegir este 10 de abril a un nuevo Congreso y al Presidente de la República estaba ya convocado e instaurado desde finales del año pasado.

Basado en esta norma el JNE decidió excluir a Acuña de la carrera electoral y, con base en ella, hay más de 40 de exclusiones en curso que podrían, en un supuesto extremo, dejarnos sin candidatos hábiles al final de la contienda y alterar profundamente el mapa electoral en el Perú.

La primera discusión es si esta ley se aplica o no a los actuales partícipes del proceso electoral en curso. Una segunda es la cuestionable bondad de la norma con tan grave sanción, y cómo debería darse su correcta aplicación.

En cuanto a lo primero, no cabe duda que la norma está vigente desde el 18 de enero último. Un grave error jurídico –que desnuda una precaria formación legal- es considerar inaplicable esta norma, como no vigente. Es decir, ha sido promulgada, está publicada, la Constitución dice que será vigente desde el día siguiente, pero algunos consideran que estaría en el limbo jurídico y no es aplicable al presente proceso electoral.  A esta posición naif contribuyó el propio presidente del JNE que, con la mayor candidez, solicitó que el Congreso le “aclarase” e “interpretase” si la norma era aplicable o no  a las presentes elecciones, renunciando al rol de intérprete de la ley ante un caso concreto, como le manda la Constitución. Por supuesto que el Congreso le dio la callada por respuesta, no sin cierta sorna. Y ciertamente era claro que sí estaba –y está- en plena vigencia.

La teoría de los hechos cumplidos explica el presente caso, señalando que la ley es aplicable a las consecuencias jurídicas de los hechos nuevos con una nueva ley.  Quienes sostenían que como al principio del proceso eleccionario no estaba vigente, por lo que sólo regiría para el siguiente, estaban profundamente errados.  Y miren como acabó la cosa.

El tema es simple: si una norma dijera que un campeonato se hace con 16 equipos y, al mismo tiempo, una regla dijera que tomar la pelota con la mano durante el juego por quien no es el arquero trae como consecuencia la tarjeta amarilla, todos entenderíamos.  Pero si a la mitad del campeonato la norma cambia y dijese que este se hace con 24 equipos y que la sanción por tomar la pelota con la mano, sin ser el portero, será sancionada con tarjeta roja directa, todos entenderíamos.  Nadie podría decir que la sanción solo será aplicable para el siguiente torneo ya que este se inició con otras reglas de sanción(¿?). Ciertamente el campeonato no se va a alterar: empezó con 16 y acabará con 16 y la regla de los 24 regirá para el siguiente (teoría de los derechos adquiridos). Pero la nueva regla de conducta durante el juego de algo que todavía no ha pasado -coger el balón con la mano por quien no es portero durante un partido- traerá como válida consecuencia la nueva sanción ahora prevista: tarjeta roja y expulsión definitiva del partido.  Así de simple y claro.

BOCATTO DI CARDINALE

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AQL-BOCATO DI CARDINALEHan resultado conmovedoras las lágrimas de cocodrilo que al unísono han derramado los diferentes candidatos a la Presidencia de la República ante las decisiones del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de excluir a César Acuña y a Julio Guzmán, aún cuando por razones muy diferentes y con votaciones disímiles.  Sus frustrados partidarios serán, qué duda cabe, “bocatto di cardinale” para los candidatos que quedan en la campaña electoral.

Acuña ha aceptado con tristeza su retiro. Lo decían sus gestos y tono de voz al anunciarlo.  Guzmán recurrirá en vía extraordinaria (una reconsideración) ante el JNE para que revire su decisión –dada con frágil mayoría 3-2- por afectación al debido proceso conforme a las reglas del propio JNE.

Ya habíamos adelantado (Velaverde No. 155) que la candidatura de Acuña estaba muerta y la de Guzmán lucía agonizante.  Pero no ha muerto y, si logra revertir la votación de 3-2 a su favor, ganará el recurso extraordinario manteniéndose en la campaña electoral.  No la tiene fácil, pero no es imposible. Tan sólo le falta un voto.  Podría haber golpe en la polla.

El recurso extraordinario no es meramente formal, como algunos repiten en sonsonete de consuno con la vocera del JNE -que del debido proceso sabe poco- desinformando a la gente.  Es difícil ganarlo.  Hay que demostrar al propio JNE que su resolución precedente contiene violación al derecho constitucional al debido proceso, no sólo por razones formales, sino también por defecto en la motivación, elemento sustancial del debido proceso y, por allí, se puede revisar válidamente el fondo de lo que –en principio- se considera mal resuelto, corrigiéndose en vía del recurso extraordinario, dándose la razón al recurrente. La alegación de afectación constitucional por defecto de motivación o motivación aparente contra procesos jurisdiccionales es la causal más invocada.  Baste revisar las estadísticas.

Pero ha sido evidente, apreciadas en directo a nivel nacional, que las defensas de Acuña y Guzmán en el JNE, donde se jugaban la vida, no han sido –precisamente- de las mejores, ni las más felices.  Ese ha sido un grave y fundamental error estratégico y si la de Guzmán no cambia en 360°, difícilmente saldrá victoriosa, debiendo postergar las ambiciones de su defendido al 2021.

No necesariamente un buen abogado será un buen litigante o abogado de tribunales.  Hay un tema de “destreza legal” que poco se toma en cuenta y que, en estos casos, resulta capital(**). Ni el hecho de ser profesor, ni tan siquiera haber sido magistrado o decano del colegio de abogados califica para ser un buen informante y/o defensor.  En un caso trascendente –y vital- hay que tener experiencia, personalidad y solera en el litigio constitucional-electoral. Las exposiciones fueron sosas, anodinas, reiterativas y con lugares comunes.  No aportaron al debate ni estuvieron destinadas a persuadir a los magistrados, ya que el alegato era para ellos, y no para la tribuna y/o las cámaras.  Resulta inadmisible que un defensor ataque al presidente del tribunal, ya que con eso solo logra ponerlo su contra. Ahí está el resultado: 5-0. ¡Qué buena!

La de Guzmán tampoco fue una acertada defensa. Su responsable hablaba culposamente, casi con miedo, ni se le oía y no tuvo mejor idea que empezar “saludando” a las mujeres del JNE (sin haber fémina en el tribunal) y a una ex Fiscal Suprema lamentablemente fallecida. Un poco más y saludaba a la Beatita de Humay y a Santa Rosa de Lima. Lindo gesto pero totalmente improductivo, huachafo y fuera de lugar, ya que no dijo nada y solo consumió –con tan folclórico introito- valioso tiempo sin aportar al debate: persuadir a tan solo un magistrado con sus argumentos legales para ganar por mayoría, ya que traía dos votaciones previas con 3-2 en contra. Y cuando el tribunal le hizo una pregunta no supo que responder(?).  Ese fue el punto de inflexión de su caso. Un ejemplo forense de lo que no debe ser un informe oral.

Acuña ya salió de la carrera electoral, Guzmán se mantiene en cuidados intensivos. Tiene más probabilidades de terminar purgado que de permanecer en el proceso eleccionario.  La palabra final del JNE aún no está dicha.  Guzmán se debate entre la vida y la muerte pendiendo de un solo voto. ¿Lo podrá conseguir? Nadie lo sabe, pero si lo hace –y creo que merecería hacerlo- deberá replantear íntegramente los fundamentos y metodología de su defensa.  Si no acabará frito pescadito.

(**)  A.Quiroga L.- “La destreza legal como parte de la enseñanza del derecho”; Libro Homenaje a Jorge Avendaño; F.-Ed., PUCP; Lima, 2004; t. I.

CRÓNICA DE UNA EXCLUSIÓN ANUNCIADA

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AQL - BLOG CRONICA DE UNA EXCLUSION ANUNCIADAEl Jurado Electoral Especial de Lima Centro 1 (JEE) constituye la primera instancia de la justicia electoral para los candidatos a la presidencia de la república.  La segunda será el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que resuelve las apelaciones interpuestas contra las resoluciones del JEE.  Luego de esa segunda instancia, el sistema prevé un “recurso extraordinario por afectación al debido proceso” (lo que, en puridad, es una reconsideración).  Con eso se cierra el ciclo de la justicia electoral que, en principio, es definitiva y definitoria.

El viernes 4 fue fatal para las aspiraciones presidenciales de César Acuña y Julio Guzmán.  Por razones diferentes -con trámites diferentes y con diferente lenguaje- el JEE ha llegado a la misma conclusión: por un lado, declara fundada las tachas contra Guzman y, por lo tanto, la nulidad de su plancha presidencial disponiendo la improcedencia de su postulación, excluyéndolo del proceso electoral.  Por el otro, dispone la exclusión de la candidatura de Acuña en vía de sanción al responsabilizársele de hacer donativos en plena campaña electoral, lo que está prohibido por el Art. 42° de la Ley 30414 que en enero último modificó la Ley 28094, sancionando, sin atenuantes, con exclusión al candidato que incurra en dádivas como parte de su propaganda electoral. Con ello toda la plancha de Acuña sale de carrera porque –habiendo ya renunciado el Pastor Lay- la ley no permite la plancha con un solo candidato, esto es, con solo la maltrecha piquichona Anel Townsend.

Dos destinos diferentes que pueden llevar a resultados disímiles.  En el caso de Acuña, su candidatura parece irremediablemente herida de muerte y en caída libre, ya que si bien el JEE lo ha sancionado –y bien sancionado- por haber continuado –sin el debido asesoramiento- con la inercia de regalar plata como cancha en plena campaña, ya que ahora eso está penado con la exclusión del regalón; no queda  duda que tanto en la apelación que este miércoles resuelva el JNE, como en el recurso extraordinario que le sucederá, pesará en la conciencia de sus magistrados las serias, fundadas, documentadas y no levantadas denuncias de severos plagios, apropiación de obra ajena, falsificación de documentos, amén de antecedentes conyugales y personales con una alumna con la que llegó a procrear un hijo, convirtiéndole en un candidato impresentable.  Si bien la resolución del JEE no hace referencia a ello, y probablemente la del JNE tampoco lo haga por razones formales, no queda duda que esos hechos serán sopesados, muy fuertemente, dentro del criterio de conciencia que la Constitución faculta a los magistrados del JNE al momento de llegar a su decisión final.  Ciertamente el plagio y la apropiación de obra ajena son hechos que repugnan a una sana conciencia, sobre todo si se quiere dotar al país de elecciones limpias y dignas acorde con nuestro actual desarrollo nacional.  La suerte de Acuña, entonces, parece echada.

Diferente luce la de Guzmán ya que en su caso la posición del JNE  –que definirá su apelación- ya se ha evidenciado dividida 3-2 en dos oportunidades.  Se podría decir, en simple, que la suerte de Guzman pende tan solo de un voto, ya que bastará a sus defensores persuadir solo uno de los tres magistrados que hasta hoy le han dado la espalda para lograr la ansiada validación de su candidatura presidencial.  De lograrlo, continuará en carrera, no sin poco susto.  De no lograrlo, deberá reservar su ambición, aspiraciones y entusiasmo para el verano del 2021.  Para entonces, de mantener el empeño, deberá organizar mejor su partido y su participación con mayor formalidad, incluyendo la definición algo tan básico como sus colores y logotipo.

A pesar de estar a menos de 35 días para la elección en primera vuelta el panorama electoral luce aún indefinido.  Y no aclarará hasta dentro de 10 días, cuando menos, contando con que este miércoles se decida su apelación y la semana que viene el subsecuente recurso extraordinario.

Si por un lado la suerte de Acuña parece ya definida y su candidatura tiene la imagen de un avión en irremisible barrena; la de Guzman requiere  de una muy buena defensa –lo que no ha tenido, precisamente, hasta ahora- logrando que la correlación de fuerzas en el JNE gire ligeramente a su favor.  Su candidatura está, tan solo, a un voto de distancia.

PLAGIO Y CONCIENCIA

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AQL- PLAGIO Y CONCIENCIAEl jefe del departamento académico de una importante facultad de derecho despidió, sin más trámite, a un profesor luego de enterarse que este copiaba en la maestría que seguía en la misma universidad en la que enseñaba. En esa facultad, años después, varios estudiantes y un ingeniero de sistemas fueron severamente sancionados al descubrirse un fraude sistemático en la recalificación de parciales y finales, ya que los copiones los escaneaban luego de ser calificados, reescribiendo la respuesta para exigir un mayor puntaje vía recalificación.

En el mundo académico el plagio es una falta muy grave que afrenta de mododirecto la esencia de la vida universitaria: la creación intelectual, la originalidad y la honestidad personal.Plagios han habido muchos en la historia de la humanidad, ya que el copión es, en el fondo, un ser envidioso, resentido y limitado que anhela el triunfo y el reconocimiento de quien produce un trabajo intelectual, pero que no tiene las condiciones ni desea esforzarse, prefiriendo montarse en obra ajena pasándola como propia ante los demás.De ese modo recibirá un reconocimiento, premios, oropel y figuración que no le corresponden y para los que carece de mérito alguno.

Más allá de las calificaciones jurídicas o penales, el copión es un fraude personal en la medida quepretende llamar alengaño a los demás respecto de calificaciones, productos, obras o méritos que es incapaz de producir.

Por mandato de la Constitución, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE)y los Jurados Electorales Especiales (JEE) constituyen la máxima expresión de la justicia electoral, diferente de la justicia ordinaria y aun de la constitucional.La justicia electoral es la suprema guardiana de la legalidad y legitimidad del proceso electoral, con un componente cuantitativo (números de votos válidos) y otro cualitativo (quién será la válida y legítima autoridad electa por el pueblo).

Y esa misma Constitución, a diferencia de la jurisdicción ordinaria, señala en forma expresa que el JNE y los JEE deben apreciar “los hechos con criterio de conciencia”, cuando deban juzgar las incidencias electorales de su competencia.Por eso mismo, la ley electoral completa los JEE con un ciudadano elegido al azar, aunque no sea abogado, constituyendo un tribunal escabinado.

¿Cómo juzgar válidamente el caso del candidato presidencial que ha sido pillado, con plena evidencia y sin atenuante, en el plagio de diversos trabajos académicos, a nivel nacional e internacional, así como de haber publicado una coautoría que no le corresponde respecto de un texto al que solo aportó su nombre?¿Debería subsistir su candidatura o ser tachado por el sistema electoral impidiéndole postular con esosantecedentesa la presidencia de la República?

Se podrá alegar que esa causal no está prevista en la ley electoral, por lo que la tacha deberá desestimarse.Pero, en verdad, la respuesta es otra: ¿Cómo hacer coincidir una recta y honesta conciencia con hechos como los descritos? ¿Puede el sistema electoral ser tan feblecomo para no poder imponer una conciencia que invoque valores morales superiores, justificándose malamente en la literalidad de la ley?Que no se diga que no tienen herramientas, ya que la propia Constitución faculta al juez electoral a apreciar los hechos con criterio de conciencia y, sobre esa base, aplicar el derecho que corresponda.

Bien dijo Santiago Sentís Melendo, ilustre magistrado valenciano: “Y entonces, quizás sea posible decir con el viejo Magistrado, acaso de leyenda: A mí el derecho nunca me impidió hacer justicia”.

Artículo publicado el 03/03/03 en el Diario El Comercio: PLAGIO Y CONCIENCIA

EL COMPLEJO JUEGO DE LAS SILLAS

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AQL- EL JUEGO DE LAS SILLASPrimer acto: Al largarse el proceso electoral con el inicio del año, aparecen casi 20 aspirantes a la Silla de Pizarro, cada uno con sus propios anhelos, aspiraciones, frustraciones y ambiciones.  Todos lucen alegres, contentos y, sobre todo, entusiasmados.  Todos tienen equipo de campaña, piquichón incluído, ideario, plan de gobierno y –por supuesto- asesores en markerting político. Los modestos tendrán a un improvisado local y los pudientes a uno -o varios- de talla internacional y seis ceros (en dólares). Habrán alianzas contra natura y frases para la historia con abuso de la sinonimia (“no es plagio, es copia”, “cambio de opinión, no de principios”, etc.)

Los hay para todos los gustos, desde los folclóricos sin posibilidad ninguna, los meramente entusiastas cuyo mayor mérito es la pepa y su principal asesor político es su espejito-espejito que todos los días le dirá que él es, él será, él está predestinado por los hados….

Participarán en cuanto debate se presente, irán a todos los programas posibles sin derecho a arcadas, eliminarán del diccionario la expresión “hacer el ridículo”, comerán cuanta cosa les ofrezcan en calle y mercados y, sobre todo, se posicionaran en cuanto debate haya.  El súmmum estará en el CADE que, lamentablemente, solo invita los que tengan más opciones.  Qué poco democráticos gritarán por calles y plazas.  Pero cuando fuercen ser invitados, escoba en mano –como en el deslucido evento de la Contraloría- hablarán como buenos: “en mi gobierno haré tal cosa”, “cuando sea presidente decidiré tal otra”, “cuando gane dispondré que el precio de tal producto sea tanto”, “en mi mandato pondré a tal o cual persona”; etc.  Ese, quizás, será el momento de su mayor éxtasis, cuando por tres minutos puedan hablar como presidentes llevando el tiempo al futuro describiendo una realidad imaginaria. Total, el principal requisito para postular es querer y anhelar diariamente, con todas las fibras de su humanidad, ser el presidente de esta república.

Segundo acto: Al final del segundo mes en medio de la apretada canícula estival algunos habrán caído en el camino.  Bien porque en su entusiasmo se topó con requisitos esenciales –como ser pariente directo del actual presidente-, bien porque se retiran al ver con todo su esfuerzo no pasan del rubro “otros” con menos del 1% en las encuestas, bien porque el fuelle del entusiasmo quedó exánime, bien porque sus ayayeros entraron en desbandada.

Entonces empezará el ataque artero, sobre todo al que está más adelante.  Empezará el juego del cangrejo en el balde o del palo encebado, y entraremos a una carroñera lucha sin cuartel, rogando al espejito que el de adelante se caiga o sea expulsado del sistema electoral para comerse los votos que deje.  Los favorecidos con las encuestas ponderarán con “humildad” sus guarismos y los no favorecidos pasarán a la frase de cliché –“es solo una fotografía del momento, la verdadera será el 10 de abril”- sin aceptar la cruda realidad.

Los piquichones y ayayeros saltarán a la yugular de los contrincantes y habrá opiniones para todos los gustos.  La procesión irá por dentro: disensiones, relevos con roche, renuncias y licenciamientos de los expertos extranjeros acusando su incompetencia. En cada comparsa muchos sentirán que se equivocaron, que su locomotora no jala, que está muy desgastada por la edad, la salud, la intemperancia, los vicios, el pasado, el presente o lo que fuese.  Piñas!, por qué no se fueron con el otro… Las redes se encargarán de inundar la campaña con leyendas, diatribas e historias urbanas de toda laya.  Los no favorecidos reclamarán al espejito echándole la culpa a cualquiera sin reconocer que, en verdad, jamás tuvieron una opción real que no haya sido tentar la lotería del ansiado outsider. No reconocerán que la pública intemperancia, o lucir impresentable en una entrevista a nivel nacional, o contradiciéndose, o con frases búmeran (como acusar a otro de haber ido al SIN, cuando el pasado la condena) les aleja del electorado.

Epílogo: Pasaron las elecciones.  Sólo dos seguirán en el juego para llegar a una silla.  La estadística seguirá como ciencia sólida y los resultados fueron los previsibles.  Entonces los no favorecidos estallarán, los intolerantes chillarán fraude, los otros echarán la culpa a aliados que no sumaron y los más deprimidos romperán el espejo.  En la interna, empezará la renovación del líder fracasado.  Los pitufos y la chauchilla empezarán a maquinar a qué nuevos incautos encandilarán para volver al mismo jueguito en el próximo proceso electoral. Such is life in the tropics…

CALEIDOSCOPIO ELECTORAL

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AQL-CALEIDOSCOPIO ELECTORAL“Las uvas están verdes”: Con mucha razón Esopo describió, en una fábula, la explicación de la sonora frustración de quien no puede alcanzar algo y, piconazo, se torna a despreciar aquel objeto que ansiaba en su íntimo deseo. Precisamente eso ha pasado con un candidato a la presidencia, sistemáticamente ubicado con los pitufos, con menos del 2%, que anuncia con bombos que el proceso está viciado y que no se “puede prestar” a lo que considera un posible fraude.  En verdad, alguien engañó malamente al hijo de papá haciéndole creer con ser el outsider de esta campaña y que muy pronto estaría en la cresta de la ola directamente hacia el sillón de Pizarro.

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“Resolveremos con arreglo a ley y a la Constitución”: Es la frase cliché de los órganos jurisdiccionales para intentar explicar su comportamiento funcional, sobre todo cuando hay una justificada expectativa frente a un desenlace decisorio.  Pero, en la actual campaña, la camiseta le ha quedado grande al Jurado Nacional de Elecciones (JNE)  frente a lo que el país espera.  Sobre todo su suertudo presidente.  Naif, frente a la aplicación de la ley, le echa la culpa al Congreso, abdicando de su función de interpretar la ley y la Constitución en forma definitoria en materia de justicia electoral. Luego aparece blandengue cuando se dirige al Ministerio Público solicitándole que, contra la ley, no cambie a un magistrado provisional, por uno titular, como corresponde, debido a las suspicacias generadas en la actual coyuntura electoral.

La apreciación general es de que este JNE no garantiza, a nadie, una verdadera justicia electoral que –como manda la Constitución- sea limpia y segura en un proceso electoral que terminará con la legítima designación del nuevo presidente de la República, así como del nuevo Congreso, para el próximo quinquenio, periodo en el que afrontaremos -nada menos- que el Bicentenario de la Independencia Nacional.

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“Las formas sobre el fondo”:  Frente a la decisión del JNE de confirmar la primera resolución de la Oficina de Registro de Organizaciones Políticas (OROP), dejando fuera al candidato que araña el segundo lugar en las preferencias electorales, la polémica ha sido interminable y ha dado para todos los gustos.  Desde la aplicación irrestricta de la ley para todos, bajo el principio de igualdad, hasta la aplicación teleológica de la norma ponderando su finalidad en la interpretación del juez electoral.  Ha sido candoroso escuchar a un candidato a una curul en el Congreso sostener que, a diferencia del candidato tachado, los otros 18 partidos “han cumplido escrupulosamente con la ley”, cuando eso jamás ha ocurrido.  Para empezar, el partido de este buen señor ha tenido serias acusaciones de falsificación de firmas tan solo para inscribir al propio partido. Hace menos de dos meses un importante cuadro se le fue acusando ausencia de democracia interna en la designación de los candidatos al parlamento, con lo cual también estaría fuera de la ley.  Y así por el estilo, las mismas perlas, con todos los demás de este pelotón de candidatos presidenciales, la mayoría interesadamente aupados en tibios marsupios de alquiler, ya que los llamados “partidos políticos” –salvo uno por su antigüedad y evidente organización- distan mucho de ser propiamente tales y no pasan de ser clubes de patas entusiasmados, ensimismados y ambiciosos de poder, que se juntan a última hora, cafecito por medio, para tentar el ansiado gancho del outsider, la tinka electoral -para ser claros-, que los catapulte al premio mayor.

Por eso tanta informalidad y falta de cumplimiento de formas de casi todos.  Por qué la OROP, con su desorbitado y jadeante jefe a la cabeza, se puso tan exquisita con uno solo de los candidatos, aplicando una vara jurídica diferente y discutible.  Son cosas del Orinoco… En el ínterin, el sistema se debilita y entramos en un indefinido compás de espera: ¿Postulará? ¿No postulará? Si lo vetan, ¿A quién se irán esos votos?, ¿Me los llevaré yo?

Lo cierto es que, a diferencia de la justicia ordinaria, y aún la constitucional, la justicia electoral tiene en la Constitución un claro mandato teleológico ya que debe apreciar los hechos cuestionados “con criterio de conciencia” en función, precisamente, de aquello que sea mejor para los fines de la consolidación democrática, la certeza y transparencia de las elecciones y, sobre todo, el garantizar la legitimidad de su resultado.

TRES MENTIRAS UNIVERSALES

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Con el nacimiento de la democracia moderna en la formación del Estado de derecho, desde finales del Siglo XVIII, apareció la masiva propaganda y la oferta política. Es decir, como el pueblo, en su mayoría, ya puede elegir a sus gobernantes a través de la voluntad expresada en el voto, los candidatos a dirigir los destinos de una nación inauguraron la publicidad de sus bondades –ciertas o no- para hacerse merecedores de esa voluntad popular y terminar ungidos en el cargo de gobierno al que estuvieran tentando con tanto afán.

Es evidente que los reyes, emperadores, visires, autócratas y demás de la misma laya no requerían de publicidad, ya que prescindían del voto o aceptación popular, imponiéndose por muchas otras razones en el gobierno, dictadura y tiranía de sus pueblos. Ellos no tenían necesidad propaganda política.

AQL-TRES MENTIRAS UNIVERSALESEn la ciencia política se reconocen, cuando menos, dos mentiras universales que acompañan subliminalmente toda la propaganda de los políticos, de aquí, de allá y de acullá, de todos los lares, con las cuales se pretende edulcorar la oferta.

(1) “Me sacrifico por la patria”:   Cuando uno pregunta o escucha a un candidato, cualquiera sea, lo primero que dirá es que su participación en la vida política le implica un sacrificio personal, familiar y hasta patrimonial, pero que lo hace porque cree que su destino vital es servir a su comunidad, a su sociedad, el  “devolverle” al país lo que este hizo por él; en definitiva, que pretende ser el más-más porque en verdad ha comprendido que su vida carecería de sentido sin ese esfuerzo final, sin esa cuota de sacrificio que pretende sacarle del anonimato de su entorno social y ponerle en la cúspide del mando, en ser el periquito pin-pin, el que corte el jamón, como siempre acota Augusto Alvarez Rodrich.

Y la verdad de verdades es que eso no es así.  Hay una gran dosis de narcicismo, de egoísmo y –en muchos casos- de ausencia de percepción de la realidad en el hecho de sentirse presidenciable, en creerse en que uno puede ser el número 1, el “top of de list”; y una gran cuota de hedonismo en sentir por adelantado el insondable placer de mandar, y de no ser el mandado, en tomar las decisiones que dirijan los destinos de una nación por un determinado tiempo, en ser destinatario de todos los halagos y sobonerías, en ver su retrato en todas las dependencias públicas, en el papel moneda, en los sellos postales, en definitiva, en hacer historia….

En consecuencia, la mayoría de las candidaturas, por no decir todas, jamás estarán signadas por el sacrificio personal del candidato hacia la patria, sino por un irrefrenable placer interno que el candidato siente, posee y anhela con vehemencia por cumplir lo que considera –muchas veces con absurdo convencimiento- es su destino vital, lo que será para su propio regocijo, placer y, muchas veces, conveniencia material.

(2) “El pueblo me lo pide”: Es la segunda de las mentiras universales de todos los lares.  En muchos casos, por no citar en todos, los prospectos de presidentes no conocen al pueblo, ni el pueblo los conoce.  Como bien dice (y cito nuevamente) Serrat, los candidatos hablan en nombre de quien no tienen el gusto de conocer…

Cuando se intenta entender porqué ese afán protagónico, de figuretismo irracional que les hace bailar o hacer lo impensable, llegando a cotas del ridículo en extremos hilarantes, la respuesta que les nace del forro del alma siempre es la misma: me lanzo porque el pueblo me lo pide, atiendo a un clamor popular que no puedo desoír de que yo sea candidato y que gane la presidencia, la gobernación, la alcaldía, el rectorado o el decanato en una universidad.  La ansiedad del poder, ese irrefrenable afrodisiaco humano, siempre será el mismo; lo que variará será el  calibre de aquello a lo que se apunte.

Y en verdad, el pueblo no le pide a uno otra cosa que el ser un buen ciudadano, un buen profesional, un bien trabajador, un buen padre/madre de familia.  No otra cosa que ser un ciudadano de bien para su comunidad contribuyendo con un sólido granito de arena a la consolidación de un Estado de derecho en una sociedad libertaria, justa, tolerante y verdaderamente humana, en el buen sentido de la palabra, como decía Machado.