Archivo por meses: marzo 2011

Monólogo imaginario (con PPK como testigo)

Te juro que si alguien me decían que algún día ibas a estar lanzándote a la presidencia y que a menos de un mes ibas a ser la amenaza de pesos pesados como Toledo, Fujimori –no importa que sea la hija, igual es una Fujimori-, Castañeda –queriendo o no los años de alcalde algo de experiencia le dio- o de Humala no lo hubiese creído.
Peor aún, si me hubiesen dicho que tu público objetivo sería los jóvenes, que el mayor escenario de tu campaña sería el Facebook y las redes sociales; tampoco lo hubiese creído. Pero, ¿sabes qué PPK? No me extraña. No puedo restarle mérito a tu campaña por haber tomado de ejemplo lo que hizo Obama para las últimas elecciones presidenciales en USA (por ahí me dicen que hasta sorprendes con llamadas a tus potenciales votantes, que se escucha graciosa tu voz diciendo: “Hola, Soy PPK..”). Ni tú mismo puedes negar que, de algún modo u otro, todavía eres todo un american citizen.
No, PPK, de ninguna manera quiero ser uno de esos desesperados que te critican por eso. Yo no estoy en campaña y no me rasguña que tengas doble nacionalidad, en caso la tuvieses. Eso no me interesa. Total, si ya nos gobernó un japonés –tan venido a menos últimamente- ¿por qué no darle oportunidad a un gringo?
Lo que sí me preocupa es algo que quiero confesarte. A estas alturas del partido no sé quién eres. Es cierto que ahora has salido con tu esposa (otra gringa que pasaría de turista en Cuzco). No, PPK, no quiero ser irrespetuoso. No es necesario que me digas: No, ¡NO!, ¡NOOO!, ¡NOOOOOO!!! Lo único que quiero decir es… déjame explicártelo a mi manera.
Una vez acompañé a un amigo a que le hicieran una entrevista en TV. No serían más que unos minutos, me dijo y yo le creí. Lo que no esperaba es que antes de salir a la entrevista tuviera que pasar unos minutos maquillándose. Yo me reí porque con el maquillaje no lo reconocí. Era como otra persona. Y solo por unos minutos, que al final se hicieron media hora. Yo lo veía por el monitor mientras mi amigo hablaba y hablaba. Y sí, creo que la TV engorda. Pero creo que también transforma.
Y a ti la TV también te está transformando. Tú sabes a lo que me refiero, ¿no? (No, ¡NO!, ¡NOOO!, ¡NOOOOOO!!!) Has pasado de ser el afinado músico de violín, con muebles de madera de fondo, con dulces partituras al frente a ser un gringo simpático que le gusta bañarse en las playas limeñas, que le gusta comer en el mercado y que le gusta que le toquen la corneta, por decirlo de alguna manera. Ahora te gusta el chongo y le entras.
Pero en el fondo, quizá no tan en el fondo, sigues siendo el mismo conservador de siempre. Seguramente todavía piensas que la política económica debe seguir teniendo el enfoque macro antes que el de las pequeñas y medianas finanzas. Estoy casi convencido que todavía tienes la mentalidad de ministro de economía y eso está bien si quieres ser ministro de economía pero creo, a mi modo de ver las cosas, que no funciona si es que quieres ser Presidente.
Además, aunque has mostrado algo de correa, creo que todavía no has mostrado la capacidad para afrontar conflictos sociales. Nadie quiere un conflicto como los que hemos tenido pero siempre es bueno estar preparado. ¿Qué habrías hecho tú en el Baguazo por ejemplo?
Te dejo PPK y no te molestes. Solo te digo lo que te he dicho para que lo pienses. Para que lo tengas en cuenta.
Ciudadano Cínico

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Soñando

Creo que estoy soñando y espero despertar, pero nunca sucede, al menos no hasta ahora. Quiero despertar en un lugar en que no hayan personas que odien a otras porque sí, que hieran porque sí, que maten porque sí; porque están molestas. Parece que todo fuera un sueño, pero, para mi desánimo, parece no ser así. Quiero despertar en un prado límpido con una manada de caballos blancos galopando ligero con sus melenas al viento. Me gustaría levantarme una mañana y comprender que todo va a ser mejor conmigo en este mundo; un mundo caótico, lleno de madrigueras y telarañas, pero un mundo susceptible de mejorar con optimismo. Sí, me encantaría saber un día que todo puede cambiar con optimismo, optimismo que nos suele jugar malas pasadas, día y noche, optimismo voluble que va y viene de repente, y de pronto ya no está. Si todo dependiera únicamente del optimismo sería hermoso, ya que con esa seguridad únicamente nos preocuparíamos por pensar optimistamente y ya está, pero eso no es así y ya está. Si anhelamos algo, debemos conseguirlo nosotros, soportar los embates nosotros, y levantarnos nosotros, y seguir, siempre seguir, hasta alcanzarlo.

Me gustaría poder soñar, mejor dicho, vivir soñando los mundos que a mí y únicamente a mí me gustaría que existan. Me gustaría pensar que este mundo de cristal en que viví tanto tiempo y yace hecho trizas puede reensamblarse nuevamente con alegría, porque no tolero la idea de vivir de este modo eternamente, ni esta realidad ni ninguna otra, porque algún día dejaremos esta vida y nos iremos a otra parte, sin carne y sin huesos. No quiero pensar que todos mis esfuerzos van a ir a parar a la nada y no salir de allí para nada. Quiero creer que todo esfuerzo mío por mejorar mi carácter y mejorar este mundo redituarán a mi favor en algún momento y que ello no demorará mucho. Sin embargo, no exijo prontitud, sólo gratitud. No obstante todo, dicen que una vida de miseria se borra con una muerte bella; esperanza fúnebre para quien no dio ni recibió, por lo que no deja de ser un bonito adagio, pero no me lo deseo ni se lo deseo a nadie.

Los seres humanos tendemos a creer que lo sabemos todo o que lo debemos saber todo y eso se comprueba con la prontitud con que muchas veces la gente da respuestas nefastas a algunas interrogantes lanzadas al aire. Es terrible cuando ello sucede porque a la mayoría le da ganas de reír, pero a mí me dan ganas de llorar por el protagonista. ¿Es que esta persona piensa que está obligado a ser Dios? ¡Caramba! Lo mejor que puede hacer y todo lo que se le puede exigir también es responder con absoluta honestidad. Sin embargo, debo reconocer que la causa de este hecho responde a más variables que la aquí descrita, como muchas otras cosas más funestas que pasan en la vida.

Me gustaría que se acabe el frío, que no existan enfermedades, que el ser humano sepa lo que necesita para ser feliz y se conduzca conforme a ese razonamiento. Me gustaría que no haya odio, rencor, infidelidad, ironía, envidia, celos, tristeza, etc. Me gustaría que nos organizáramos en torno a un sinnúmero de juegos para satisfacer nuestras necesidades, juegos divertidísimos según el gusto de cada quien, entretenimiento en cadena podríamos llamarlo, creo que ello es más que posible. Sin embargo, somos imperfectos y, por ello, no podemos pedir más que una sonrisa, por el momento. Me gustarían tantas cosas y, sin embargo, sólo puedo seguir soñando, despierto y dormido, como ahora.

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Toledo también va a pie

Mucho antes de que me volvieran a invitar a escribir en este blog, mucho antes que comenzarán a aparecer las encuestas que lo ubican en un sólido primer lugar, mucho antes de los debates presidenciales; una tarde me topé con Alejandro Toledo.

Andaba ojeando libros en Dasso cuando, ya bastante aburrido, decidí salir a caminar. Casi de inmediato, porque personajes como éste se ven de inmediato, apareció Alejandro Toledo. Detrás iba su séquito. Unas 5 ó 6 personas.
Si tuviese mayor interés en la política hubiese sabido con quienes iba. Al único que pude reconocer fue a Carlos Bruce. Los demás seguirán siendo anónimos.
¡Qué curioso personaje es Toledo! Ni una cámara a la vista pero él caminaba como lo he visto caminar en medio de su campaña política: como si saludase a miles de simpatizantes imaginarios que corean su nombre, que le darán su voto y una nueva oportunidad de gobernar durante 5 años (¡5 años!). Debió sentirse muy pero muy reconfortado cuando un trabajador le pasó la voz. Su mano alzada, su risa de oreja a oreja, su cabeza inclinada y yo imaginándolo decir que esta vez sí vamos a poner al Perú a trabajar y no solo a Luis Toledo (inculpado en un delito de peculado por el uso de vehículos oficiales para actividades personales), o a Pedro Toledo (denunciado por tráfico de influencias a favor de Telecomunicaciones Hemisféricas SAC), o a Margarita Toledo (procesada por el caso de firmas falsas), o a Miguel Toledo (¡acusado de violación!), o a finalmente Fernando Mánrique (a) Filete (denunciado por tráfico de medicinas y ropa donada).
Repito: ¡Que curioso personaje es Toledo! Dice una cosa y luego se retracta. Estuvo a favor de la unión civil homosexual, de la despenalización del consumo de drogas y del aborto terapéutico pero luego, en RPP dijo que jamás había dicho eso. Toledo quizá cree que las palabras se las lleva el viento, que no existen grabadoras, que olvidamos con rapidez (esto último puede ser), que somos tan tontos que no sabemos que lo que los políticos dicen ahora es lo que el asesor le dice que diga y si es necesario desdecirlo así se hace. Hace tiempo que las posturas claras y sólidas quedaron atrás… al menos en él.
Pero Toledo seguirá caminando saludando a todos, bañándose en la embriagante popularidad de los aplausos, de los veranos en Punta Sal y en los vasos de whisky.
¡Qué curioso es Toledo… pero más curioso es el Perú!

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Querido e-lector

Desde mañana queda un mes para las próximas elecciones presidenciales. Poco tiempo para una decisión con la que vamos a vivir durante 5 años más aún cuando vemos los candidatos que tenemos.
Decidí volver a participar en este blog, a pedido de su moderador, porque me siento movido, casi empujado a decir algo de cada uno de los candidatos presidenciales. Además, valgan verdades, ellos siempre dan motivo para hablar de ellos. Lamentablemente no por cosas positivas o nobles.
Mucho me gustaría darme un tiempo para los candidatos congresales. Ellos sí que dejan mucho en el tintero. Solo como muestra gratis les dejo esto que encontré en el Facebook.

Para colmo todavía tiene el “tino” de subirlo a internet, como quien se enorgullece. » Leer más

Elecciones, grandes y chiquitas

Hace varias semanas una amiga posteó en su cuenta de Facebook que le llamaba la atención que cierta persona ligada a la política se refiriera a Alberto Fujimori como “Presidente Fujimori”. A modo de respuesta le comenté que ésta era una práctica más común de lo que ella creía. En diversos medios podemos ver a políticos, periodistas y ciudadanos de a pie haciendo esa misma referencia.
A raíz de las elecciones presidenciales, lo mismo se ha empezado a hacer con Alejandro Toledo. Aunque con este último sospecho que responde más a una estrategia de marketing político.
Con Fujimori ocurre algo distinto y se me ocurre que algo puede decir de nosotros.

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