Soñando

Creo que estoy soñando y espero despertar, pero nunca sucede, al menos no hasta ahora. Quiero despertar en un lugar en que no hayan personas que odien a otras porque sí, que hieran porque sí, que maten porque sí; porque están molestas. Parece que todo fuera un sueño, pero, para mi desánimo, parece no ser así. Quiero despertar en un prado límpido con una manada de caballos blancos galopando ligero con sus melenas al viento. Me gustaría levantarme una mañana y comprender que todo va a ser mejor conmigo en este mundo; un mundo caótico, lleno de madrigueras y telarañas, pero un mundo susceptible de mejorar con optimismo. Sí, me encantaría saber un día que todo puede cambiar con optimismo, optimismo que nos suele jugar malas pasadas, día y noche, optimismo voluble que va y viene de repente, y de pronto ya no está. Si todo dependiera únicamente del optimismo sería hermoso, ya que con esa seguridad únicamente nos preocuparíamos por pensar optimistamente y ya está, pero eso no es así y ya está. Si anhelamos algo, debemos conseguirlo nosotros, soportar los embates nosotros, y levantarnos nosotros, y seguir, siempre seguir, hasta alcanzarlo.

Me gustaría poder soñar, mejor dicho, vivir soñando los mundos que a mí y únicamente a mí me gustaría que existan. Me gustaría pensar que este mundo de cristal en que viví tanto tiempo y yace hecho trizas puede reensamblarse nuevamente con alegría, porque no tolero la idea de vivir de este modo eternamente, ni esta realidad ni ninguna otra, porque algún día dejaremos esta vida y nos iremos a otra parte, sin carne y sin huesos. No quiero pensar que todos mis esfuerzos van a ir a parar a la nada y no salir de allí para nada. Quiero creer que todo esfuerzo mío por mejorar mi carácter y mejorar este mundo redituarán a mi favor en algún momento y que ello no demorará mucho. Sin embargo, no exijo prontitud, sólo gratitud. No obstante todo, dicen que una vida de miseria se borra con una muerte bella; esperanza fúnebre para quien no dio ni recibió, por lo que no deja de ser un bonito adagio, pero no me lo deseo ni se lo deseo a nadie.

Los seres humanos tendemos a creer que lo sabemos todo o que lo debemos saber todo y eso se comprueba con la prontitud con que muchas veces la gente da respuestas nefastas a algunas interrogantes lanzadas al aire. Es terrible cuando ello sucede porque a la mayoría le da ganas de reír, pero a mí me dan ganas de llorar por el protagonista. ¿Es que esta persona piensa que está obligado a ser Dios? ¡Caramba! Lo mejor que puede hacer y todo lo que se le puede exigir también es responder con absoluta honestidad. Sin embargo, debo reconocer que la causa de este hecho responde a más variables que la aquí descrita, como muchas otras cosas más funestas que pasan en la vida.

Me gustaría que se acabe el frío, que no existan enfermedades, que el ser humano sepa lo que necesita para ser feliz y se conduzca conforme a ese razonamiento. Me gustaría que no haya odio, rencor, infidelidad, ironía, envidia, celos, tristeza, etc. Me gustaría que nos organizáramos en torno a un sinnúmero de juegos para satisfacer nuestras necesidades, juegos divertidísimos según el gusto de cada quien, entretenimiento en cadena podríamos llamarlo, creo que ello es más que posible. Sin embargo, somos imperfectos y, por ello, no podemos pedir más que una sonrisa, por el momento. Me gustarían tantas cosas y, sin embargo, sólo puedo seguir soñando, despierto y dormido, como ahora.

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