Si de algo estoy seguro es de que no hay forma alguna para que vote por ti. Es sencillamente imposible. Motivos no me faltan.

Todavía no sé si voy a votar por ti. Te juro que ganas tengo. Algo de socialismo me queda, no importa si quizá sea más del tipo idealista. Yo también quiero que Lima crezca con menos desigualdad y que esta sea una ciudad realmente democrática. Hace varios meses atrás alguien dijo que no podíamos hablar de democracia en medio de extrema pobreza. Nada tan cierto.

¡Eres un genio! Aunque no ganes las elecciones municipales ni quedes entre los tres primeros sencillamente eres un genio. Porque a este proceso de chuponeos (otra vez), amenazas rojas, extrema derecha y tachas anónimas; le sumaste esa candidez de niño chiquito cuando en pleno debate municipal -soso y aburrido por decir lo menos- sacaste ese helicóptero que nos recuerda a todos que todavía hay tiempo para jugar, incluso aún cuando te estás jugando el voto de más del 18% de electores que todavía piensa que el voto debería ser voluntario y que precisamente no irían a votar. Incluido yo.

Quisiera empezar confesándote que hace buen tiempo había decidido no votar por ti en estas elecciones pero después de lo que vi en El Francotirador e imaginándote como te habrás roto la cabeza pensando en lo que ahora te van de decir y que irás a responder, estoy dispuesto a consolarte regalándote mi voto